¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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DESEAR
Jadella sopló la cuchara con sopa caliente y se la ofreció a Eliot que miró fijamente la cuchara.
«yo puedo comer sol-»
«eres un paciente débil, así que sólo abre la boca»
Eliot abrió la boca como si se resignara a pelear con Jadella y ella lo hizo comer con cuidado. Preguntó nerviosa:
«¿Está bien?»
«...sabe mejor de lo que esperé»
«menos mal»
«pero sopla un poco más, casi pierdo mi lengua»
Jadella sonrió otra vez.
«jajaja, esta bien» [Es la primera persona que prueba mi cocina, es algo alentador escuchar eso]
Levantó otra vez la cuchara con sopa.
«soplaré un poco más, di ah~»
«.....ah»
Eliot masticó la comida, cuchara por cuchara hasta terminar el plato que ayudó a calentar más su cuerpo.
«Eliot»
«¿Hmm?»
«¿Dónde están tus lobos?»
«están cazando algo afuera, son animales ciertamente salvajes, así que no te preocupes»
«entiendo, pero ¿Podrán volver?»
«tienen un excelente olfato»
Luego de ello Jadella le dió una taza de té caliente mientras ella ordenaba todo el desastre que había debido a lo sucedido ayer en la noche: recogió la ropa ensangrentada y seleccionó si aún servía o no; lavaba los servicios, acomodó más leña para la chimenea y el horno de la cocina; barrió toda la cabaña; se abrigó y salió con una herramienta puntiaguda para tumbar la nieve acumulada; regresó y empezó a preparar el almuerzo hasta tenerlo listo.
Lo hizo comer una vez más y le dio otra taza de té, empezó a leer un libro en silencio y luego simplemente preparó la cena para volver a ayudarlo a comer, abría la puerta a los lobos que regresaban y con ropa vieja los ayudaba a quitar la nieve de su pelaje para que no ensuciaran tanto al entrar, los acariciaba un rato y se dormía con ellos cerca a la chimenea ya que casi todas las mantas lo tenía Eliot.
En la mañana volvía a cambiar las vendas de Eliot y sacaba a los lobos, hacia el desayuno.
Esa fue la rutina de unos 3 días hasta que en la cena del cuarto día Jadella sopló la cuchara una vez más y se la ofreció al paciente.
«¿No vas a comer Eliot?»
«... Un guiso...»
«¿Alguna queja?» [No se cocinar más que esos dos platos, ¿Debería aprender a preparar otra cosa?]
«no, realmente no, sólo me preguntaba... ¿Por qué estás cuidando de este modo a un completo desconocido?»
«¿Por qué dices?...»
«si. Se que te salve la vida y por eso te arriesgaste a seguir a mis lobos y ayudarme, estoy muy agradecido, de verdad, pero creo que haz hecho suficiente, me siento como un niño al cuidado de su madre»
«...perdón por incomodarte»
Eliot le acarició la cabeza con confianza.
«no voy a negar que lo disfruté al principio, digo, nunca nadie me ha tratado así cuando estaba enfermo, pero yo también me siento incómodo al estar simplemente sentado aquí y tu haciendo todo el trabajo»
«oh..., ¿Quieres ayudarme?»
«por supuesto»
«pero... estás herido todavía»
«estoy bien, me he recuperado bien gracias a ti. Así que dime ¿En que puedo ayudar mañana?»
«voy a ir al pueblo a por víveres, ¿Podrías hacer todo lo que hacía mientras estoy fuera?, claro, sólo las que puedas, no quiero que te lastimes»
«...jajaja no haya problema» [un par de días más y estaré completamente curado, tengo que regresar al frente de mi ejército o esos bárbaros aprovecharán mi ausencia a su antojo. Espero que Kevin siga aguantando bien en mi lugar]
***
Jadella volvió a entrar en el pequeño pueblo y la señora de la tienda la recibió con una gran sonrisa.
«señorita, buen día»
«buen día»
«¿Ya tiene escaceos de víveres?»
«ciertamente aún tengo, pero estoy bien»
«¿Lo mismo de la última vez?»
«si»
Jadella llenó su bolso y antes de despedirse la señora le dijo:
«tenga cuidado señorita, últimamente alguna manada de lobos está rondando la zona»
«¿No había lobos antes?»
«no, es una zona bastante tranquila, se supone que sólo había lobos en las montañas nevadas»
«¡!»
«se dice que la mayoría de lobos y osos se fueron allí debido a la guerra del Imperio, hay cadáveres y para los animales en un Buffet»
«...ya veo, gracias, tendré cuidado»
«si»
Jadella salió y caminó de regreso a su cabaña muy pensativa.
[Eso significa que Eliot viene de las montañas nevadas ¿Verdad?, ¿Es un caballero imperial?, ¿Un mercenari...o?, ¡¡!!]
Los ojos de Jadella se dilataron al recordar a Eliot en la habitación de su amiga Rophelia. Lo recordaba más por salvarle la vida, más no por haberlo visto antes.
Sólo ahora lo recordaba claramente.
[Era él. Entonces... ¿Me salvó por que era amigo de Rophelia?]
Agitó su cabeza en negación.
[Eso no importa Jadella, aquí lo que debemos resaltar es que me salvó, no importa si era un desconocido o un conocido..., además tampoco lo escuché mencionar algo que no sea sus lobos]
Las pocas conversaciones que tuvo con Eliot se centraban en los lobos: que eran resistentes, que les gustaba comer liebres, una vez cazaron a un enorme oso, saben encontrar agua dulce fácilmente, etc. Pero él jamás mencionó nada de su vida privada o sus amistades, ni a lo que se dedicaba o que hacía allí.
No quería preguntarle porque sabía que esa pregunta sería devuelta con un "¿Y usted por que esta aquí?"...
«¿Qué le iba a decir?, "me escapé de mi esposo y el imbécil no se dignó siquiera a buscarme y ahora estoy aquí sola y... él acompañado de Aisha"»
Pensó en Maximilian, trataba de recordar su rostro, pero para su sorpresa se había vuelto algo borroso.
«al diablo, luego de que Eliot se cure voy a ir a pedirle el divorcio, pero voy a pedir que me de este terreno en compensación» [Así Eliot podrá venir cuando este cansado]
Tomando aquella decisión llegó cerca del medio día a la cabaña, entró con un...
«ya volví»
«regresaste más rápido de lo que creí»
«es que hoy no estaba nevando-¡¡Woo~!!»
En la pequeña mesa redonda Jadella veía mucha comida a la cual le salía el vapor de lo caliente que estaba.
Se le hizo agua la boca ya que hace mucho que no miraba comida así, después de todo estaban en casi la nada y esos platos sólo los veías en los restaurantes de las ciudades o la capital.
Eliot le ofreció un pañuelo con burla.
«si vas a babear que no caiga al plato»
Jadella tomó el pañuelo de prisa preguntando con emoción:
«¿Por qué no me dijiste que sabías cocinar?»
«bien..., digamos que no muchos saben que puedo hacerlo, no se lo digas a nadie tampoco ¿De acuerdo?»
«¡Lo prometo!»
«bien, ahora sientate y disfruta»
«¿De verdad puedo?»
«si, para eso lo preparé, no es para exhibición»
«no me quejaría si fuera exhibición»
Eliot se sentó a su frente.
«come de una vez»
«¡Si!»
Jadella agarró las piernas de pollo y casi las devoraba, el sabor era maravilloso.
«es muy rico, ¡Tienes un talento envidiable!»
«...ja, ¿Eso crees?»
«¡Definitivamente!»
Él susurro...
«ojalá todos pensaran eso»
«¿Hum?, ¿Dijiste algo Eliot?»
«no, nada»
«oye y ¿De dónde sacaste aves?, sólo había un poco de pescado en el almacén»
«mm~, ¿De dónde habrá salido~?»
«¿No me vas a decir?»
«no es la gran cosa, mis lobos los cazaron y me los trajeron» [la verdad yo fui a cazarlos, no fue tan difícil, pero si se lo digo de seguro me regañará]
«oh..., ellos te deben respetar mucho para hacer eso»
«tal vez»
«¿No quieres abrir un restaurante conmigo?, te pagaré bien, soy buena administración cualquier cosa»
«jajaja, creo que voy a rechazar la oferta»
«¿De verdad?, ¿No escucharias mi propuesta?»
«nah»
«vamos, crearemos una cadena de restaurantes. Con tu talento y mi talento podremos ser millonarios»
«primero come y luego tratas de convencerme»
«jaja hecho»
Siguieron hablando alegremente, estaban solos, era una cabaña en medio de la nada, pero para Jadella fue lo más acogedor y cómodo que tuvo en su vida sólo con el calor de la chimenea y la compañía de un hombre que hasta hace poco era un completo extraño.
Es cierto que ninguno hablaba de cosas muy personales, pero ninguno se sentía incómodo en presencia del otro, era totalmente lo contrario y los 6 lobos llegaban al final del día para engrandecer más aquella comodidad.
Por un momento deseó...
[Quisiera que todo esto durara más tiempo]