México

—¿Qué diablos…?

Estaba una una niña muy linda, era sostenida por el Sr. Park el esposo de la Sra. Luna, durante el registro. Leeteuk hiperventiló, fue cuando la Sra. Luna anunció su llegada, el chico le tomo foto rápidamente y bajó. Ahora que tenía a la madre de Johana como confidente, no le fue difícil hacerle las peticiones que quería con respecto a Johana.

Más tarde, Leeteuk fue a buscar a Johana en su automóvil elegante, como siempre llamando la atención, la chica venía con Min Hee platicando de tareas cuando noto que había algo esperándola.

—¿Es tu jefe?

—Si —Johana masculló.

La chica se acercó a Leeteuk con pena.

—¿Qué haces aquí?

—Vine a buscarte claro.

—¿Por qué?

—Solo sube, tu madre te espera.

La chica subió inmediatamente, no quería llamar más la atención.

—Leeteuk, ¿no podrías venir en otro auto menos notorio?

—¿Por qué? ¿Te da vergüenza?

Johana miró a sus compañeras que se iban cuchicheando, los demás alumnos miraban asombrados el lujoso automóvil de Leeteuk.

—Algo, no soy una persona rica.

—Pero yo sí.

—Si, eso todos ya lo saben es solo que…

—¿Qué?

—Terminé con mi novio y ahora ando con un rico, pensarán que soy interesada.

—No hagas caso de ellos, no son nadie.

—Mmm…

—Oye, quería hablar contigo de lo de ayer… perdóname yo soy un tonto celoso, te amo y por eso actuó así.

—Si eso lo sé.

—No te prohibiré nada, lo siento.

—Está bien Leeteuk.

—¿Segura? No suenas bien.

—Si lo estoy, es solo que estuve pensando muchas cosas hoy, tengo exámenes pronto y…

—Entiendo, no vayas al laboratorio por ahora.

—No puedo, debo ir… debo ayudar a Shindong.

Leeteuk gruñó sin dejar de mirar su volante, los celos lo arrastraban aunque se tratase de su mejor amigo.

—Por dios Leeteuk deja de estar celoso por eso, él es tu mejor amigo.

—Lo lamento…

—Mejor hablemos en casa, ¿ok?

Leeteuk se estacionó en la casa de la madre de Johana y comieron, Johana se quedó con su madre y Leeteuk se fue al laboratorio después de comer. Miraba a Shindong como un enemigo.

—¿Amigo?

—¿Dime?

—¿Por qué me miras así?

—¿Cómo te miro?

—Como si quisieras matarme.

—Lo siento Shindong.

—¿De nuevo tienes celos? Eres todo un caso.

—Lo siento Shindong…

—Debo apresurarme a hacerte un antídoto para eso.

—¿Para calmar mis ansias?

—Si y precisamente hoy encontré algo en internet, una empresa como nosotros vende una droga llamada “Myth” según tu tipo de sangre rara, esta droga debes tomar.

—De acuerdo, con todo esto creo que necesito salir del país.

—¿A dónde iras?

—A México.

—¿México? ¿Por qué ahí?

—Porque conozco a alguien.

Leeteuk regreso a su mansión, necesitaba pensar en lo que le diría a Johana. Entró a su habitación y vio a su

novia oliendo las rosas.

—¿Johana? ¿Qué haces aquí?

—Vine tan pronto pude… no quería estar así contigo.

—Ni yo.

Le dio un beso a su chica y la abrazó.

—¿Hiciste todo esto por mí?

—Si ¿Te gustan las rosas?

—Las amo, gracias.

Más tarde salieron a la empresa de Leeteuk, en su oficina, Johana se sentía incómoda, ya todos sabían de la

relación del joven millonario con la chica de colegio.

—¿Estás bien?

—Sí.

—No te preocupes ya mero nos vamos.

—Si quieres espero afuera, miraré por ahí.

—Está bien, te marco en cuanto termine.

Leeteuk estaba preparando unos documentos y le daba instrucciones a Krystal. Johana miraba las instalaciones, eran similares a las del sótano de Leeteuk pero más sofisticadas, ya que estaban casi a la vista del público. Kyuhyun estaba concentrado en una mezcla de medicinas cuando sintió el perfume de Johana, miró por todos lados y la vio pasar distraída en su camino, salió de inmediato y la saludó.

—Hola.

—¡Hola, Kyuhyun!

—¿Qué haces por aquí? ¿Vienes a ver a Leeteuk?

—Si… así es.

Johana miro detrás de Kyuhyun, había varios doctores esperándolo.

—Creo que estoy interrumpiéndote.

—Ah este… olvídalos.

—Lo siento, otro día nos vemos.

Johana se fue de inmediato, era peligroso que comenzaran a hablar de ella por cosas así. Kyuhyun regresó con sus compañeros y les lanzo una mirada fría.

—Nadie puede hablar de esto ¿De acuerdo?

Todos asintieron, Kyuhyun era un importante doctor y supervisor de área, casi nadie podía verlo a los ojos.

Johana revisaba en la biblioteca del lugar, libros escritos por los mismos padres adoptivos de Leeteuk.

—Son geniales.

Incluso vio la historia de cuando se fundó el lugar. Rato después Leeteuk llego con ella.

—¿Podemos hablar?

—Sí.

—Johana, sabes que te amo y quiero estar contigo todo el tiempo —Suspiró—. Tengo que viajar a México.

—Oh, ¿en serio?

Leeteuk asintió.

—Debo investigar unas medicinas ahí, me reuniré con alguien que me apoyará a buscar mi cura, es de total confianza.

—De acuerdo, ¿pero como le harás sin mí?

Leeteuk sonrió.

—¿Crees que no podre estar sin ti un tiempo?

—Lo dudo.

—Estaré bien amor.

—Por si acaso, te daré un anticipo de tu antídoto, para que aguantes el viaje.

—Estoy deseando que sea de noche —Leeteuk sonrió con malicia.

Esa noche, no hizo falta que encendieran las luces, la luna reflejaba la luz del sol que entraba por el

enorme ventanal de la habitación de Leeteuk, las flores y velas armonizaban el ambiente. Leeteuk y Johana daban todo de si hasta perder las fuerzas.

—Ya amor… no creo poder hacerlo… Estoy en mi límite. –Johana jadeó.

Leeteuk sonrió, el sudor recorría la frente de Johana.

—Si puedes.

—N-no puedo… —gimoteó, su corazón palpitaba como terremoto—. Me levantaré

Leeteuk impidió que ella se levantara.

—E-es en serio, ya no puedo…

—Si podrás.

Leeteuk hizo caso omiso.

—¡Ah…! —Ella gimió.

—Si… Puedes venirte de nuevo.

—Y-ya no puedo amor… ya fueron 5 veces…

Leeteuk sonrió de lado.

—¿Sabes que me vuelve loco que me digas “amor”?

—Pero yo…

—Vamos, sé que puedes.

Ella sonrió.

—Me temo que cuando regreses de tu viaje, será lo mismo.

Leeteuk sonrió de lado.

—Vaya que si me conoces.

A la mañana siguiente, el chico hacia su equipaje, llamaba por teléfono a Krystal y también a Shindong, Johana lo ayudaba a empacar.

—Johana, cerrarás las puertas antes de irte con tu mamá, irás directo de la escuela a tu casa y si puedes ve con tus amigas.

—Lo sé amor.

—No hables con extraños, no comas en la calle, no salgas de noche…

Johana aprisionó el rostro de Leeteuk y lo miró a los ojos.

—Lo sé… descuida.

—De acuerdo, bésame.

Johana sonreía cada que su novio le pedía un beso, parecía un niño malcriado. La chica miró como su amado se retiraba del país en el avión. Rezo para que llegara sano y salvo.

Cuando Leeteuk llegó a México era de día, el clima hizo que tosiera un poco, pero se adaptó si quería seguir ahí. Estando en su hotel se comunicó con Shindong sobre algunas direcciones y fue a ellas.

Saliendo de su trabajo, Kyuhyun fue a un bar a emborracharse un poco, no tenía novia, ni nadie quien lo esperase en casa así que no le importaba lo que le pasara, a menos que aquel hermoso chico se le presentara en su camino. Kyuhyun no olvidó jamás lo que había pasado con Sungmin y como se sentía atraído por Johana, pero entendió que ella era imposible. Sungmin parecía no tener compromisos con nadie y por eso quería

estar con él a toda costa, ya que nada se lo impedía. Comenzó a recurrir los bares en los que pensaba que él estaría, pero desesperado, fue hasta su departamento descubriendo que no estaba.

“De nuevo no está”

Había ido varias veces a ver si estaba, pero no lo encontraba. Sungmin estaba con Kangin y Heechul trabajando de noche con Kibum. El tipo estaba harto de que Leeteuk se tardara tanto en pagarle.

—Traigan a esa chica.

—¿Sr.?

—A la latina.

—Pero Sr. Usted nos había ordenado dejarlo así.

—Kangin…

Kibum miró furioso a Kangin y este asintió y bajo la mirada.

—Entendido Sr.

—Sr. ¿Puedo preguntarle algo?

—Dime Sungmin.

—¿Qué hará con ella?

—¿Qué te imaginas que haré?

Sungmin se puso pensativo.