—¿Hija?
La voz de su madre interrumpió su sueño.
—¿Mamá?
—¿Estás bien hija?
La madre de Johana estaba desesperada.
—Al fin despertaste.
—Me duele la cabeza…
—Ahora vendrá el doctor. ¿Qué te pasó anoche? ¿En dónde estabas?
—Mamá… no recuerdo…
Johana miro todo a su alrededor, estaba en una habitación de hospital. No recordó que paso desde anoche, ¿fue un sueño?
El doctor llegó y saludo.
—Déjame revisarte.
El doctor revisó los signos vitales de Johana, respondía bien a todos. No pudo explicar su repentina perdida de memoria, pero les recomendó que la dejaran descansar, le entregó un justificante para la preparatoria.
—Una cosa más, la policía está esperando desde hace rato afuera, quieren hablar con su hija.
—¿Mi hija? ¿Por qué?
—Creen que presenció el incidente… el de ayer.
—¿Qué incidente?
El doctor cogió el periódico y le enseño a la Sra. Esta tapo su boca y miró a su hija que no entendía que pasaba.
—¿Estás bien mamá?
—Hija, ¿tú presenciaste esto?
La chica miró el periódico y una punzada fuerte comenzó a doler en su cabeza.
—¡Doctor haga algo! —suplicó—. ¡Johana mírame! Respira hondo y exhala.
La chica obedeció, la punzada dejo de doler.
—¿Qué le paso doctor?
—Está recordando. Le diré a los policías que esperen.
Minutos después, los policías entraron y hablaron con la joven.
—Estabas ahí esa noche, la policía llegó, ya que hubo quejas de ruidos fuertes cerca de ese lugar y entonces te vieron desmayada en el patio de esa casa. ¿Viste algo extraño cerca de ahí?
—No…
—¿Estás segura?
—Sí.
—¿¿Piensan que mi hija se comió a esas personas??
—No señora, solo hacemos nuestro trabajo.
—Si, ellos solo preguntan lo que tienen que hacer, descuide —explicó calmadamente el doctor.
—Dinos Johana, ¿qué hacías esa noche en el patio de los Kim?
—¿Qué hacía? Mmm... no recuerdo, salía del cine con unas amigas y corte camino para llegar rápido a mi casa pero… —Johana respondió desubicada.
—¿Pero?
—No sé que paso después…
El policía se cansó de preguntar y se puso de pie escribiendo un informe.
—¿Qué pasa poli?
—Señora, su hija tiene amnesia ¿cierto?
La Sra. Asintió.
—Si la joven llega a recordar algo, llámenos por favor.
—De acuerdo.
—Es importante que recuerde, porque es testigo de un crimen.
Los policías se fueron y la Sra. Abrazó a su hija.
—Qué alivio que estés bien.
—Si mami…
—Johana —el doctor interrumpió—. Debes venir pasado mañana para revisarte, ¿de acuerdo?
La joven asintió.
“¿Qué habrá pasado anoche?”
Al otro lado de la ciudad, el joven raro de los Park (dueño de la más exitosa empresa farmacéutica de Seúl y uno de los mejores vendedores de droga en los negocios bajos de Seúl y Tokio) cerraba un trato con un magnate
japonés, dueño de muchas discotecas de Tokio.
—Fue un placer hacer negocios con usted Sr. Park.
—El placer es mío.
—Llévate este regalo, por favor.
El Sr. Yamamoto le señalo a dos hermosas mujeres japonesas que eran empujadas hacia ellos. Leeteuk las miró casi estudiándolas.
“Seguro fueron obligadas a estar aquí, por sus rostros angustiados y semi-llorosos, lástima que estén tan guapas”
—Muchas gracias, señor, me las llevaré a Seúl ¿Está bien?
—Claro que sí.
Las dos mujeres fueron llevadas a una de las camionetas de Leeteuk, el chico por supuesto fue con su gente a negociar, por lo que lo acompañaban 20 personas. El vuelo fue corto, al pisar tierra coreana, Leeteuk despidió a las mujeres en el aeropuerto, dio instrucciones precisas de encontrarles un lugar para vivir, pues no estaba interesado en ellas, no podría interesarse en nadie más, ya que un tenía el recuerdo de una hermosa chica que lo ayudo cuando el más lo necesitó, cuando todo el mundo lo había abandonado. Por muchos años estuvo buscándola, pero no dio con ella, aún no perdía las esperanzas de volverla a ver.
Leeteuk salió la mañana siguiente a pasear, tenía ganas de mirar los alrededores y ver los lugares que había
destruido, miro la casa de las personas que descubrieron que él vendía drogas y querían denunciarlo, entonces los asesinó… camino por el patio y de repente sintió un de ja vu. Johana caminaba por ahí como siempre a cortar camino del centro comercial a su casa, estaba llevando un pequeño encargo para su mamá. Estaba perdida en sus pensamientos.
«—Señorita Park, ¿entonces ya no recuerda parte de su pasado?, ¿cómo pudo pasar eso?
Señores policías —interrumpió el doctor— la joven pudo haber presenciado el asesinato de esas personas, inclusive ver al responsable de sus muertes, pero por lo que la señora nos cuenta, ella es una chica decente y que solo se dedica a sus tareas de colegio, debió ser una impresión muy fuerte para ella, pudo ocasionarle esa perdida de memoria.
—Lo entendemos señor, pero nosotros debemos llegar a la verdad, la señorita debe confesar que es lo que vio.
—Hasta que ella no recuerde nada, no puede confesar nada —explicó el doctor a ambas mujeres—. La daré de alta, pero deberá traer a su hija cada dos semanas para su tratamiento.
—De acuerdo doctor».
Johana había perdido muchos recuerdos, muchos valiosos y algunos no tanto, pero jamás olvidará el amor que le tenía a su madre y el dolor de ver a su padre marcharse. Iba caminando y se detuvo cuando vio a alguien parado cerca del lugar del asesinato, miró a la persona y se acercó a él.
—¿Está bien?
Leeteuk la miró sorprendido. No había escuchado a nadie cerca.
—S-si…
—Bueno…
La chica se retiró saltando y brincando de alegría hacia un lado diferente de esa casa, ni siquiera se acordó
de que ahí se desmayó. Leeteuk la siguió con la mirada. Comenzó a seguir a la chica de su casa al colegio. Miraba la forma de caminar, su cabello ondulado, su cuerpo… no era de las típicas flacas sin curvas como muchas. Leeteuk no dejaba de mirar sus ojos. El joven era guapo, piel bronceada, ojos rasgados, labios y nariz pronunciados, su cuerpo musculoso y delgado. Iba al Gym para liberar el estrés que le causaban sus dos trabajos, trabajaba en el negocio de las drogas y de vez en cuando se paraba en los laboratorios solo cuando iba a
ver a Shindong y rezar con que encuentre una cura para su enfermedad, además que se hacía cargo de su empresa. Leeteuk tenía una especie de transformación que sucedía en las noches, casi todos los días. Cada que pasaba mataba gente, siempre mataba a alguien, ya sea un animal, persona, lo que sea que estuviese
en su camino, de vez en cuando peleaba con lobos para seguir siendo el único fuerte en ese lugar. Estaba desesperado, pero, mirar a esa chica lo relajaba. Johana desapareció en la maleza dejando un dulce aroma a miel en el aire, Leeteuk respiró profundamente y sonrió satisfecho.
—Eres tú… te encontré.
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Updated 98 Episodes
Comments
Alma Morales
son mates
2022-05-11
4
Leonor Mendoza Corona
porque habrá perdido la memoria por el trauma
2022-05-01
1
Maria Fernanda Fernanda
se encontró con el lobo feroz 🙊😳
2022-01-18
4