—¿¿Por qué me pegan??
—¡Eres un tonto! —Kangin regañaba.
—¿Por qué?
—¿¿No te imaginas que hará el jefe??
—¡Pues no!
—Sungmin aun estando en este negocio no entiendes nada de nada —Heechul se quejaba.
—Pero…
—El jefe se comerá a la chica, espero que nos deje probar un poco también —Kangin saboreó.
Sungmin al fin entendió, se asustó un poco.
—¿Qué te pasa? ¿No quieres probarla también?
—Ah este, si —dudó.
—Pues manos a la obra.
Sungmin iba detrás de ellos, estaba aterrado por lo que pudiera suceder, porque si pasaba eso, era seguro que Leeteuk y Kyuhyun irían tras de ellos.
Kyuhyun terminaba de beber cuando le llego un mensaje.
“Johana está en peligro”
—¿Qué?
Era un número desconocido. Pensó por un minuto y salió corriendo del bar y tomo un taxi. La información personal Johana él ya se la sabía, solo por si acaso la necesitaba, llego a su casa y vio todo oscuro.
“Seguro duermen”
Se quedó escondido un buen rato y nada pasó, se fue de regreso a su departamento para dormir un poco, sin dejar de pensar en el mensaje que recibió. Sungmin miraba a sus compañeros.
—¿No íbamos a secuestrar a la chica?
—¿Qué? Ah eso, ahora no —Kangin respondió mientras arrojaba una carta a la mesa.
—Pero el jefe…
—Cálmate Sungmin, el jefe no es tan desesperado —explicó, Heechul arrojaba otra carta—. Apúrate apostar.
—S-si… entonces, ¿cuándo iremos?
—Mañana o pasado, les avisaré chicos.
Heechul y Sungmin asintieron. Sungmin regresaba a su departamento, pero pensó en otra cosa.
“No es que quiera verlo, pero debo advertirle frente a frente”
Se encaminó al departamento de Kyuhyun. Las luces de su habitación estaban encendidas y la ventana abierta, entró por ahí, hizo un poco de ruido al entrar y las luces de todos lados se encendieron al mismo tiempo. El chico se alarmó y miró a todos lados, intentó huir, pero como era predicho, la ventana no se abría una vez que se cerraba y como la vez pasada, ahí estaba Kyu parado mirándolo, con el cabello revuelto, un abrigo blanco ligero y unos pantalones de cuadritos, listo para dormirse.
—¿De nuevo aquí? ¿Qué quieres ahora? —interrogó. Kyuhyun disimuló las ansias que tenía por poseer al chico.
—Yo este…
—No me digas que vienes por mis papeles, bueno están por ahí.
—¡No!
—Si quieres robar adelante, mi cartera esta…
—¡Dije que no!
La voz dulce de Sungmin cambio a una enfurecida y eufórica.
—¿Me gritaste?
—Yo…
—Estás en mi casa —amenazó, el grito terminó por encender a Kyuhyun, quien avanzaba hacia el chico.
—Lo siento.
Kyu suspiró y se acercó a él. Sonrió cuando vio el rostro de Sungmin sonrojarse y quedar como un tomate.
—¿Estás nervioso?
—No…
Kyu tenía ganas de ese cuerpo. Entrar sin avisar a su departamento solo significaba una cosa.
—Quiero verte desnudo…
—¿¿Qué??
—Viniste aquí para eso, ¿no?
—¡¡NO!!
—¿Entonces? ¿Qué quieres?
Kyu preguntaba mientras le cerraba el paso.
—Vine a advertirte.
—¿Ah si? ¿Qué cosa?
Kyu no parecía entender las intenciones de Sungmin, seguía sonriendo a causa del sonrojo del chico de baja
estatura.
—Primero aléjate.
—¿Qué?
—Solo dame espacio para respirar.
Lo tenía muy acorralado.
—Perdón.
—No debería hacer esto, pero mi jefe quiere secuestrar a la chica y hacerle daño.
—¿Qué chica?
Kyu recordó el mensaje de texto de su celular.
—¿Tú mandaste este mensaje?
Sungmin asintió.
—¿Cómo supiste mi número?
—Yo… solo lo sé.
—¿Me has estado vigilando un poco no?
—No…
—No me mientas.
—Lo que quiero decir es que mi jefe, el Sr. Kibum quiere secuestrar a Johana, yo no quiero que haga eso.
—¿Entonces porque estas con ellos?
—No tengo otra opción.
—Siempre hay opción… por ejemplo.
Kyu le acarició el hombro, Sungmin miró.
—Puedes elegir quedarte aquí.
—¿Eh? Deja de jugar hablo en serio.
—También yo.
—Kyu, ¿crees que es juego?
—Vaya me hablaste por mi sobrenombre. ¿Cuánto más sabes de mí?
—Lo suficiente… ahora me iré.
—Espera.
Kyu detuvo a Sungmin con su enorme cuerpo y lo miró con pasión.
—Te invito a salir.
—¿Qué?
—Mañana en la noche a las 8 voy por ti.
—Espera yo…
Kyu llevaba a Sungmin a la puerta, sin esperar respuesta.
—¡Aún no te digo si quiero o no!
—No te estoy preguntando.
Sungmin fue echado del cuarto. De un solo golpe, Kyu cerró la puerta de su departamento, sonriendo malvadamente de la broma que le acaba de hacer. Pero enseguida se la creyó.
“¿Será que venga a mi casa?”
Sungmin se iba con muchas preguntas en su mente, no conocía bien a Kyuhyun y no sabía si en realidad estaba jugando o hablaba en serio. Lo más extraño, es que Sungmin pensó que lo besaría o tocaría a la fuerza. Se sintió un poco mal. Kyuhyun por su parte pensaba también.
“¿Me esperará? ¿Escapará? ¿Qué hago?”
Estaba jugando cuando le dijo que lo invitaba a salir, pero ahora estaba dudoso, tampoco sabía nada de Sungmin más que su nombre y donde vivía, estaba en desventaja, ya no supo si él lo esperaría o lo dejaría plantado. Recordó entonces el número de celular del texto y le marcó.
—¿Bueno?
—¿Sungmin?
—Si…
—¡Ni se te ocurra escapar mañana, a las 8 en tu casa paso por ti!
No dejó hablar a Sungmin y colgó, el chico miró su celular como si buscara alguna respuesta, sonrió un poco y lo guardó.
En México…
—¿Qué tal?
—¿¿Leeteuk??
—Si soy yo.
—¡Cuánto tiempo sin verte!
Leeteuk se abrazó con el chico de su edad.
—Un gusto verte Onew.
—¿Cómo te ha ido? Cuéntame todo.
Leeteuk y su amigo de colegio platicaron y se pusieron al día, no se habían visto desde que se graduaron de
Stanford en medicina, especializados en drogas, actualmente el chico trabaja con expertos bioquímicos como él, su lugar es en el departamento de hematomas en donde se sentía feliz.
—Hay un favor que quisiera pedirte.
Onew en ese momento se tensó, es raro que un excompañero de universidad le pidiera un favor y menos que haya viajado tanto para verlo.
En Seúl…
“¿En realidad hará esto? ¿Por qué tengo que ir con él? ¿Vendrá? Creo que sí. No quiero ir, pero tendré que ir… diablos mi corazón no deja de latir con fuerza… oh dios ya es la hora debo apuraré, ¿en dónde está el maldito peine?”
La puerta del departamento de Sungmin sonó, el chico estaba nervioso por la cita. Para salir utilizó una camisa de manga larga azul cielo, un poco de perfume varonil y un lindo pantalón. Dudoso, abrió la puerta y se encontró con sonriente y elegante muchacho.
—Hola.
—Kyuhyun…
—Baja, el auto nos espera.
—Pero…
—Apúrate la reservación esta para las 8:30.
Como siempre, sin darle tiempo para responder o negarse, Sungmin lo siguió al estacionamiento. Kyu estaba muy nervioso también, lo que pensaba y decía era completamente diferente. Cuidadosamente encendió el auto y miró al chico subirse. En el camino él no dejaba de mirar al frente y espiarlo de reojo.
“¿Por qué diablos es tan callado?”
Quiso armonizar.
—Pondré música.
Kyu encendió la radio y puso música cualquiera, Sungmin solo miraba el camino nervioso.
“¿Por qué no reacciona?”
—Oye Sungmin ¿Qué música te gusta?
—¿Eh? Pues… ninguna en específico.
—¿Es en serio? ¿Ni siquiera el pop?
—Solamente escucho la música que ponen mis compañeros.
—Ya veo ¿Te molesta si le subo a la calefacción?
—No.
Kyu no quería subirle. En todo el camino quiso que él decidiera algo por sí mismo, pero no lo logró, pero tenía
una idea.
—¿Comida italiana?
—¿Eh?
—Que si quieres cenar comida italiana.
—Está bien.
Kyu estaba manteniendo la paciencia.
***Hola, les habla la autora. Espero les esté gustando la historia. Vengo a recomendarles mis nuevas obras XD "Mi esposo es un cambiaformas" y "La venganza de Emily" Seguro les gustará. Saludos a tod@s***
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Comments
Isabel Duran
Ese le entra a los dos bandos.
2022-05-18
0
Maria Fernanda Fernanda
y este par 😳🤔 son o no son 🤣🤣
2022-01-22
1