Leeteuk iba al colegio a buscar a Johana. Desde afuera vería el salón de la chica, al sonar la campana todos
salieron, menos Johana y G-Dragón, Leeteuk comenzó a enojarse. Cuando los vio salir iban juntos platicando a gusto. Se acercó a ellos y sonrió, Johana palideció.
—Hola…
—¿Hola? ¿Quién eres tú? –G-Dragón alzó una ceja.
—Soy Park Jung Soo.
—Oh… tú eres su jefe.
—Precisamente.
—No somos novios en serio, solo platicábamos.
Leeteuk no respondió y se fue a su automóvil. Le hizo una señal a Johana para que entrara y esta se puso nerviosa.
—¿Johana irás con él?
—Sí, tengo que trabajar hoy.
—Pero no parece un trabajo, eres como una esclava.
—Lo siento, ya me voy.
Johana fue al automóvil y se subió. Durante el trayecto ninguno se dirigió la palabra. Pasaron por una tienda de arte chino y la chica miró asombrada una sombrilla de bambú auténtica, lo cual no paso desapercibido por Leeteuk.
Llegaron a la mansión juntos, los empleados como siempre se ocupaban su tiempo puliendo toda la mansión, ambos caminaron por un pasillo lleno de cuadros en las paredes, pasaron por un jardín que tenía todo tipo de plantas y flores, Leeteuk abrió una reja que hacía ruido al abrirse y cerrarse, Johana miró lo que había enfrente, parecía una piscina y retrocedió.
—No te asustes, no voy a aventarte.
Leeteuk rodeó la mitad dicha piscina, ya que no podía cruzar y bajó una palanca, esta hizo que se drenara la mitad del agua, dejando un camino liso hecho de piedra para poder pasar. Ambos bajaron por una escalerita y caminaron sobre ese puente, subieron la escalera pequeña de hierro del lado contrario de la piscina, Leeteuk ayudó a la chica a subirlo. Siguieron caminando hasta llegar a un elevador sin techo, Leeteuk toco un interruptor y ambos bajaron, el elevador iba lento y un poco ruidoso. Johana miraba todo de reojo haciéndose mil preguntas. Al bajar cruzaron un salón hecho de piedra color azul, de lado derecho había otro elevador.
—¿Por qué no tomamos ese elevador?
—Está descompuesto y no puedo meter a nadie aquí para repararlo, este lugar es secreto.
—¿Pero y los que lo construyeron?
Leeteuk tosió, él había asesinado a todas esas personas para que no hablaran.
—Murieron, este lugar se creó hace tiempo.
—Oh.
Siguieron caminando y cruzaron otra reja. Al pasar esta entraron a una especie de departamento, no estaba
amueblado, era un pasillo con varias puertas, Leeteuk se detuvo en una y la abrió. Al entrar había un montón de fórmulas de todo tipo y colores. Tenían números y letras, estaban clasificados por alfabeto. Leeteuk le dio una bata a Johana y se puso una, se desinfectaron y pasaron por una cortina de plástico. Ahí estaba Shindong revisando unas muestras de sangre, al ver a los chicos las escondió.
—¡Hola, buenas tardes! ¿Tú debes ser Johana cierto?
—Así es, encantada.
—Me llamo Shindong, yo seré tu compañero.
La chica asintió.
—Shin cuando regresemos le enseñarás los tipos de medicamentos que usamos —Leeteuk ordenó y miró a la chica—. Te daré un recorrido, vamos.
Ambos se fueron y Shin suspiró. Pasaron por varias salas, estas tenían cristales en los cuales se podía ver
todo, había aparatos de investigación como microscopios y recipientes de química, a Johana le brillaban los ojos.
—¡No puede ser!
—¿Qué pasa? —Leeteuk se asustó.
—Eso es… ¿Un cuarto especial para la mezcla de antídotos?
—Así es, también cuento con microscopios especializados.
—Que genial.
La chica estaba pegada en esos cristales como un niño que veía su juguete en una máquina de traga monedas. Leeteuk solo sonreía.
—Acompáñame, te enseñaré algunas cosas más.
Siguieron mirando algunos cuartos más y llegaron a una bodega de medicinas, drogas y otros.
—Esta caja contiene medicamentos con varias fechas de caducidad, puedes clasificarlos por año, después por meses y días.
—¿Toda esta caja?
—Así es.
—De acuerdo…
La caja contenía alrededor de 500 medicinas.
—Estarás con Shindong para que le hagas compañía y lo asistirás en lo que necesite, ¿de acuerdo?
—Si…
Leeteuk notó el desánimo de la chica.
—¿Sucede algo?
—No.
La chica caminaba detrás de él y este se detuvo, se dio media vuelta y la miró.
—Dime.
—Bueno… es que este lugar está muy escondido.
—Así es, es secreto, nadie sabe que existe más que nosotros y mis empleados, pero ellos tienen un contrato de silencio.
—¿Un contrato de silencio?
—Así es, de hecho me firmarás uno, pero después.
—Ya veo. Pero sigue dándome miedo este lugar.
—No tienes de que preocuparte, Shindong ya está acostumbrando.
Leeteuk llegó ante Shindong y dejó a Johana con él. La chica llevó la caja en un escritorio y tomo un asiento para comenzar a trabajar. En cuanto Leeteuk se fue, Johana suspiró.
—¿Qué haces?
—Clasifico estas medicinas por fechas, ¿y tú?
—Reviso unas muestras de ADN.
—¿Para qué?
—Es para probar los efectos de unas medicinas. (En realidad es la sangre de Leeteuk)
—Impresionante.
Ambos continuaron con sus deberes. Leeteuk se fue a una cita con unos compradores de drogas con finalidad
medicinal. Caída la noche, Leeteuk regresaba a su mansión, preguntó por Johana y luna le dijo que no se había aparecido desde que volvieron de la escuela, Leeteuk bajó hasta el laboratorio y ahí encontró a ambos sumergidos en sus deberes.
—¿Siguen aquí?
—¿Eh?
—Ya son las 8 pm.
—¿En serio?
—Si Shin.
—No puede ser ya es tarde, no me di cuenta tampoco, pero ya acabe de clasificar todo —explicó.
—¿Tan rápido acabaste? —preguntó sorprendido Leeteuk.
—Sí.
Leeteuk se acercó y revisó la clasificación de Johana.
—Interesante, eres eficiente.
Johana solo sonrió. Leeteuk fue con Shindong y miró su trabajo.
—¿Nada aun?
—Nada.
Johana los miraba, Leeteuk no quiso preguntar más.
—Ya es hora que te vayas Shin.
Los tres comenzaron a arreglar y cerrar el laboratorio. En cuanto Shindong se fue, Leeteuk invitó a cenar a
Johana y ambos se fueron a la cocina, para que los empleados no tardaran limpiando y se fueran en punto de la 9 pm.
—¿Por qué se tienen que ir a las 9?
—Pues… ellos tienen una vida. No pueden estar todo el día aquí.
—Pero tu casa es lo suficientemente grande como para que todos vivan aquí.
—No me gusta tener empleados así.
—Mmm… ¿Por qué yo?
—¿Perdón?
—¿Por qué me permites vivir aquí?
—Ya te lo he dicho.
—Pero podría venir directo del colegio, trabajar e irme a mi casa.
—El trabajo es agotador, no podrías estar así, son 30 minutos para salir de tu casa y venir aquí, tus
calificaciones bajarían —expuso sus razones, pero necesitaba que hiciera lo que él quería—. ¿Quieres reprobar?
—¡No! Claro que no, mis calificaciones son perfectas.
—Así es, ¿y tampoco has hecho tu tarea, cierto?
—¡Por dios!
—Cenemos rápido para que te apures.
—Si…
Ambos subieron al segundo piso en silencio.
—¿No necesitas ayuda?
—No, es algo sencillo, son solo cálculos.
—Te puedo ayudar en eso, siempre saque 10.
—¿En serio?
—Si, yo era un ratón de biblioteca y experto en cálculos… bueno experto en todo.
Leeteuk se sonrojó, siempre fue un nerd.
—Está bien.
—Regreso en un minuto.
—De acuerdo.
Leeteuk se fue a su habitación para arreglarse, tenía un plan para esa noche. Al regresar, traía dos vasos con
leche.
—¿Y eso?
—Es para que bebamos y nos relajemos.
—Ah… vaya. Gracias.
—No es nada.
Ambos tomaron asiento en el escritorio de la chica y revisaron los apuntes de estadista. Era la segunda noche que la chica dormía en esa enorme mansión habitada solo por una persona. Por dos largas horas ambos continuaron estudiando, al terminar, a Johana se le cerraban los ojos.
—¿Estás bien Johana?
—Claro… es solo que… —manifestó tener sueño, bostezó un largo rato—. Es que ya me dio mucho sueño.
—Sí, debes estar cansada, me retiraré.
Johana no contestó estaba se sentía un poco extraña, se estremecía discretamente, Leeteuk sonreía, sabía lo que estaba pasando, experto en medicina y drogas, mezcló en la leche un poco de Yohimbina o yumbina (estimulante sexual) para que la chica se desempeñara muy bien esa noche.
—Iré a tomar una ducha, que descanses Leeteuk.
—Buenas noches.
Johana entró al baño, se quitó la ropa delicadamente.
—Ah…
Sintió una descarga eléctrica por todo su cuerpo, era muy excitante. No entendía por qué se sentía así, deseó estar con G-dragón para tener una noche romántica, pero no se podía. Comenzó a jabonarse el cuerpo, la espuma resbalaba por sus piernas y ella volvió a estremecerse.
—Debo estar un poco caliente… —Jadeó.
Se terminó de bañar y se puso su bata.
Leeteuk espero por una hora, regreso su lecho y la vio dormida. Se quitó la ropa y se acostó a lado de ella, dejó que ella misma se acercara al chico al sentir el calor y el deseo sexual que la droga emanaba en su cuerpo, él también las sentía, el joven gimió al sentirlo. La chica estaba despertando, de nuevo le susurró en el oído que durmiera y funcionó, pero aun así, con los ojos semi-abiertos comenzaba a tocar el cuerpo que tenía a su lado. Leeteuk comenzaba a excitarse por los roses de las manos de la chica en su cuerpo. No tardaron mucho en comenzar a hacerlo, ya que ambos estaban desesperados. Leeteuk sentía mucha adrenalina dentro de él y el monstruo quería salir, pero era engañado con placer. Los lobos del bosque cerca de la mansión comenzaban a aullar, necesitaban a su oponente poderoso, pero no hizo caso, ya que estaba perdido en el paraíso del placer. La chica comenzó a moverse frenéticamente sobre el millonario chico dando el aviso de que estaba alcanzando el orgasmo, Leeteuk apretó su mandíbula y sostuvo con fuerza las caderas de la drogada chica mientras ella gemía y gritaba de placer. Al terminar, se derrumbó sobre su jefe, su corazón latía con fuerza y él podía sentirlo. Eso terminó por excitar más a Leeteuk que rápidamente recostó a la chica y le separó las piernas para continuar haciéndolo con fuerza, le mordía y le chupaba el cuello, provocando una ola de escalofríos en el cuerpo de ella los cuales se convirtieron en un montón de gemidos. Su orgasmo estaba cerca, de inmediato Leeteuk se salió y comenzó a tocarse para terminar, la chica se sentó y acercó su rostro para que Leeteuk dejara salir todo en su boca, él sonrió y accedió a la silenciosa petición terminando así la segunda noche romántica.
“Duerme…” El chico le susurró de nuevo.
Con ayuda de Leeteuk, Johana se acomodaba para dormir. Él la tapo con la sabana y se fue caminando feliz a su habitación, mientras por fuera el único sonido que se escuchaban era el de los grillos. Los lobos se habían callado.
Al día siguiente Johana despertaba, era sábado, ese día planeaba ir con Min Hee al centro comercial. Bajó al
comedor a desayunar y solo encontró a los empleados, Leeteuk no estaba, aún seguía durmiendo. Miró sobre la mesa y vio un regalo, se acercó a verlo y decía.
“Es para ti, úsalo cuando haya lluvia”
La chica no entendió, era como un palo largo envuelto con papel, al abrirlo se sorprendió. Era la sombrilla de bambú que vio en aquella tienda, gritó de emoción y subió a la habitación de Leeteuk con la sombrilla, toco la puerta y Leeteuk abrió con cara de sueño. Al mirarla, la vio bien vestida con la sombrilla en su mano.
—¿Te gustó?
—¡Si! ¡Muchas gracias Leeteuk!
Johana le dio un abrazo rápido a Leeteuk, este se estremeció ante el contacto repentino. Mientras la chica
miraba su regalo, le explicaba por qué le gustaba ese tipo de sombrillas, la historia de la china antigua y que la veía en películas famosas… La miraba con deseo, se acababa de despertar, y estaba dispuesto a iniciar el día
con una buena relación sexual, pero no podía. La chica se fue feliz al comedor para desayunar, sin saber todo el efecto que ella tenía en él. Leeteuk tenía que vivir con eso, retener su deseo por lanzarla a la cama a cualquier hora del día y hacerla suya.
Después de varios días, Johana comenzaba a sentir cariño hacia Leeteuk por lo que no le fue difícil dejar de
ver a G-Dragón y poner su atención en su nuevo trabajo y modo de vida, G-Dragón se rindió y poco a poco y dejaron de hablar.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 98 Episodes
Comments
Leonor Mendoza Corona
ce ya se empezó a enamorar
2022-05-01
0
Gaddiel Alexis Alvarez Flores
más noches tormentosas sueños húmedos echos realidad
2022-02-27
0
Maria Fernanda Fernanda
apenas se dé cuenta de que él abusa de ella 🙄 drogandola ahí perdió el año
2022-01-19
4