No puedes irte

        La chica despertaba en una habitación lujosa, con sabanas blancas, un techo alto, tenía una mesa y una lámpara en el buró, la ventana a un lado reflejaba la luz de la luna.

        —Al fin despertaste.

        —¿Quién eres? Oye… eres el chico de esa vez en aquella casa.

        —Si el mismo.

        —¿Qué quieres? ¿Qué hago aquí?

        La chica se incorporaba con ayuda de Leeteuk.

        —¿Por qué traigo puesto este camisón gigante?

        —Es mío.

        —¿Por qué lo tengo yo?

        —Pues…

        Leeteuk se puso de pie y le dio la espalda, había tiempo que no hablaba con una chica.

        Al darse la vuelta Johana se estaba parando y de repente cayó.

        —¿Estás bien?

        Leeteuk corrió a ella. La sujeto de su cintura y la ayudó a sentarse.

        —Me duele la cabeza.

        —Oh si deberás… las drogas.

        —¿Drogas?

        —Sí.

        —No entiendo, jamás probé drogas.

        —Lo hiciste anoche en una fiesta —mintió

        —¿Una fiesta? Ah… la de mi cumpleaños…

        —¿Cumpliste años?

        —Si, 18.

        —Ya veo, felicidades.

        —Gracias… sigo sin saber que hago aquí. Tengo que irme ya, mi mamá debe estar preocupada debo llamarle y mi novio…

        —¿Tienes novio?

        Leeteuk le cambiaba el tema a la chica para que no preguntara que hacia ahí.

        —Sí, llevamos 2 años.

        —¿Dos años? Es mucho, yo tenía una novia, pero duramos unos meses y fue hace un año.

        —Ah bueno… ya me voy.

        —No espera.

        —¿Qué?

        —No puedes irte.

        —¿Por qué no?

        —Es que… yo te compré.

        —¿Cómo que me compraste?

        —Ayer, te vi en una subasta y te compre.

        —¿A que horas estuve en una subasta?

        —Estabas inconsciente. Unos tipos te agarraron y te llevaron ahí. Pague mucho por ti.

        —Yo no estoy de acuerdo en eso…

        —Ni yo, pero estabas a punto de ser comprada por hombres asquerosamente feos.

        —¿En serio?

        —Sí, tuviste suerte, yo te compre para salvarte.

        —Por Dios… muchas gracias. ¿Cuál es tu nombre?

        —Me llamo Park Jung Soo pero dime Leeteuk. ¿Y tú?

        Leeteuk hacía como que no sabía nada de ella, pero en realidad ya había investigado todo, sabía su tipo de sangre, su comida favorita, lo que no le gustaba y lo que sí.

        —Me llamo Johana Park.

        —Mucho gusto Johana, tenemos el mismo apellido.

        —Igualmente, si hay muchas personas con el mismo apellido, ¿puedo irme?

        —Te dije que no.

        —Pero pensé que…

        —El hecho de que yo te haya comprado para salvarte, no quiere decir que te puedas ir.

        —Pero yo tengo una vida, debo ir a la escuela… tengo novio.

        —Irás a la escuela, pero ya no verás a tu novio.

        —¿Qué? ¿Por qué no? ¿Quién eres para decirme eso?

        La chica lo empujó molesta y se puso de pie. Leeteuk sentía que por dentro, fuego ardía y quemaba su corazón. Cayó de rodillas y Johana gritó.

        —¿¿Estás bien??

        —Vete.

        —Pero me acabas de decir que…

        —¡Que te vayas! ¡Huye!

        Johana desconcertada salió corriendo del cuarto, llego a una especie de recepción, miró la puerta principal e

intento abrirla, pero no se pudo, se fue a esconder a una habitación con muchos cuadros. Estaba asustada, ¿Por qué el joven estaba así? No supo nada, guardó silencio. Al poco rato el sonido de una bestia sonó, era el mismo sonido de aquel día.

        —Oh por dios… por dios. Esa bestia está aquí… ¿Cómo es que está aquí? Ese chico Leeteuk debe escapar también.

        Rezó y juntó sus manos, dijo todas las oraciones que se sabía. Escuchó estruendos arriba de su cabeza, como si la bestia brincara o buscara algo. De repente escuchó destrozos por la ventana, suspiró cuando dejo de escuchar esos ruidos. Ella salió de la habitación para ver que pasó, subió al segundo piso y miró la ventana destrozada.

        “Debió salir… ¿Quién hizo el ruido?”

        La chica comenzó a dar vueltas por toda la mansión, no parecía tener final, cada que caminaba se perdía, una

puerta la llevaba a otra habitación y así continuó por una hora, se cansó y se recostó en una habitación que vio vacía y limpia. Se quedó dormida.

        Al día siguiente, los rayos del sol entraban por la ventana, despertó y se talló los ojos.

        —¿Mamá…?

        Al levantarse recordó lo que paso la noche anterior… había sido comprada. Suspiró y caminó hacia la ventana, miró hacia fuera y todo era bosque, era como una mansión en medio de pura naturaleza, con caballos y todo tipo de animales hermosos.

        —¿Quién es este chico?

        Fue hacia el ropero y miró mucha ropa de hombre, pero era anticuada.

        —Debe ser de sus padres.

        Miró el álbum de fotografías que estaba en un mueble y comenzó a hojearlo. Había fotografías de Leeteuk de

chico, de sus padres y otras personas. Iba a seguir indagando, pero su estómago comenzó a gruñir de hambre. Regresó por el mismo camino que la llevó a esa habitación y terminó en el vestíbulo. No había nada ni nadie, fue a la cocina, ya que de ahí venía el ruido de los utensilios y un aroma exquisito, ahí vio a Sulli.

        —¿Hola…?

        Johana se acercó a la chica que cocinaba.

        —Hola ¿Quién eres?

        —Yo soy Johana Park.

        —Ya veo, mi nombre es Sulli.

        La chica continuó cocinando. Johana creyó que la interrogaría por ser una chica y encima estar en casa ajena, y vistiendo así.

        —¿No me preguntarás nada?

        —No.

        —De acuerdo…

        —¿Desayunarás? En un momento estará listo.

        —Este… sí. Muchas gracias.

        Era extraño sentarse a comer en una casa de una persona que no conocía, pero tenia hambre. En un segundo comenzaron a llegar los empleados, ellos miraban a Johana y le decían buenos días, la chica les respondía y estos seguían su camino. Todos tomaban su lugar de trabajo. La chica esperaba sentada en la cocina hasta que Sulli la miró.

        —¿Eres algo del amo Leeteuk?

        —¿Amo Leeteuk? —preguntó y ladeó la cabeza—. Si bueno… estoy de pasada.

        —Ya veo, ¿no tienes más ropa?

        —No, solo esta pijama.

        —Entiendo… ¡Luna!

        Una chica de estatura promedio se acercó a ambas chicas.

        —Acompaña a la joven a vestirse, ve por una muda de ropa en la lavandería y la acompañas al comedor.

        —Entendido.

        —Esperen. ¿En dónde está Leeteuk?

        Sulli y Luna bajaron la cabeza y tosieron.

        —No lo sabemos, siempre llega en las mañanas, a veces sale por las noches.

        —Oh…

        Johana se fue con luna. Sulli suspiró, ni ellas sabían lo que en realidad Leeteuk era.

        Luna fue por ropa a la lavandería mientras Johana esperaba en los vestidores, luna llegó con varias mudas y Johana escogió una decente, una camisa blanca, encima una chamarra de mezclilla, un pantalón también de mezclilla y unos tenis. Se la puso y salió al comedor.

        —¿Entonces comeré sola?

        —Así es señorita…

        —¿No hay nadie más aquí?

        —Aparte de los empleados… no.

        Johana ya no hizo más preguntas, tomó asiento en el comedor. Minutos después llegaba un empleado con la bandeja de comida para Johana, la chica miró cuando destapaban la bandeja y casi babeaba, huevos revueltos, fruta, sopa, agua y jugo.

        —En mi casa solo es huevo o jugo…

        —¿Disculpe?

        —No… nada perdona.

        El empleado se fue y Johana comenzó a comer. Cuando terminó, dejo los tenedores a un lado y miró a todos lados. No sabía que hacer así que se fue del comedor, ya no quería dar más recorridos y pensó en escaparse.

        —Lo haré…

        La chica miró para que no la vieran irse y salió por la reja. Suspiró al ver que no había nadie que la detuviera, incluso los seguridad la miraron y no dijeron nada. La chica caminó y caminó y no parecía tener final la línea de árboles.

        —¿¿Qué es eterno??

        La chica comenzó a molestarse y corrió, aun así nunca llegó a la salida. Se cansó y tomo asiento en el pasto,

suspiró al oler la brisa mañanera, un conejo salió de los arbustos y sonrió.

        —Tengo que tomarle foto…

        La chica buscó en su ropa, pero no tenía nada.

        —Seguro en esa subasta me lo quitaron… desgraciados.

        Johana se enojó y se dispuso a seguir caminando. Vio una reja y siguió corriendo. Al llegar a ella comenzó a forcejear, pero esta no se dejó.

        —¿¿Qué diablos??  ¡Ábrete!

        Entonces la cámara de seguridad se giró hacia ella y esta se asustó. La cámara la ignoro y siguió vigilando.

        —¿Qué se supone que es esto…? ¿¿Es una cárcel??

        —No podrás salir a menos que yo lo ordene, nadie se escapa sin permiso.

        Johana se dio la vuelta, Leeteuk bajaba de un árbol y se acercó a la chica con una gran sonrisa.

        —¿Tú…? ¿En dónde…?

        —Te dije que no puedes escapar.

        —Oye en serio… debo ir a casa a llamarle a mama y a mis amigas.

        —De acuerdo.

        —¿Eh?

        —Irás, pero volverás o yo iré por ti.

        —Pero… no soy un objeto que puedas ir a buscar.

        —Te compré Johana… y muy cara me saliste.

        —Perdóname, pero yo no estuve de acuerdo en venderme.

        Johana comenzaba a molestarse.

        —Eso díselos a los pervertidos que te llevaron.

        —¿Los conoces?

        —No los conozco yo aborrezco a esa gente.

        —¿Entonces porque estabas ahí?

        —Fui por compromiso, unos amigos me obligaron, pero gracias a ellos estás a salvo —Leeteuk explicó calmadamente y suspiró—. Te llevaré a casa, pero recuerda lo que te dije, romperás con tu novio.

        —¿Con mi novio? ¡Pero él no te hace nada!

        —Ya dije…

        La chica refunfuñó y dijo algo entre dientes.

        —¿Perdón? No te escuche.

        —Nada… —Johana contestó.

        Leeteuk pensó en algo, no iba a estar tranquilo si entre los dos había problemas, no era bueno para nadie, su bestia sabía cuando su humano estaba molesto y eso no era bueno.

        —Discúlpame, necesito que vivas aquí podrías ayudar a mucha gente.

        —¿Ayudar a mucha gente?

        —Te platicaré en el camino.

        Leeteuk regresaba con Johana a la mansión para ir por su vehículo. Él comenzó a decirle de que trataba su

trabajo, y que ella podría encargarse de revisar las medicinas.

        —¿Me ofreces trabajo?

        —Así es. Ya que no puedo usarte como debo…

        —¿Cómo que no puedes usarme?

        —¿Sabes para qué fuiste vendida en una subasta?

        —No…

        —Para satisfacer deseos sexuales.

        La chica enmudeció y miró asustada a Leeteuk.

        —No te obligaré a hacer nada de eso, pero si necesito que me ayudes y vivas aquí, ya que en esta mansión se encuentran algunas medicinas y un laboratorio en donde puedes trabajar.

        —¿Vivir contigo? Bueno ¿Y mi madre?

        —Lo lamento, nadie más vive en esta mansión, los empleados se van apenas anochece, vivo solo.

        —¿Por qué vives solo?

        —Pues… soy hijo único así que no vive nadie más aquí.

        —Entiendo. Entonces iré a mi casa ahora. Pero no entiendo por qué tengo que romper con mi novio.

        Leeteuk pensó que decirle y se le ocurrió algo.

        —Porque los novios son un obstáculo en este tipo de trabajo… verás he tenido muchas trabajando en esto, pero por el novio se salen, lo mismo pasa con los hombres, no aguantan porque quieren salir con su novia y viceversa… es un gran problema.

        La chica suspiró.

        —Sería una buena forma de devolverme el favor, ahorita si no fuera por mí, estarías siendo violada consecutivamente por varios hombres…

        Johana palideció y comenzó a temblar.

        —Perdona… no quise decirlo así.

        El chico le talló el hombro. Odiaba no tener experiencia para hablar asuntos delicados, Shindong estaba acostumbrado a su actitud déspota que a veces tenía. Johana pensó que era una gran oportunidad, ganaba dinero y le devolvía un favor a Leeteuk.

        —Está bien… trabajaré para ti, ¿cuánto tiempo?

        —Pues… ya te diré.

        Leeteuk dejó a Johana en su casa y se fue con Shindong.

        —Entonces, ¿le mentiste para que trabajara conmigo?

        —Así es, tendremos más oportunidades para sacarle más sangre y puedas terminar las pruebas.

        —Bien pensado Leeteuk.

        —Sí, gracias.

        —¿Qué casualidad que la hayas visto ese preciso día? ¿Qué hubiera pasado si la tuviera otro hombre?

        —No lo sé y no quiero pensarlo, ambos tuvimos mucha suerte.

        —Si, ya que esos hombres son asquerosos, la lastimarían, lo siento por las otras chicas que fueron

compradas.

        —Así es, pero por suerte para ellas, esos se aburren con facilidad de las chicas y las dejan por

ahí después de disfrutarlas, después de todo son libres.

        —Así funciona esto.

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Comments

Leonor Mendoza Corona

Leonor Mendoza Corona

privada de su libertad

2022-05-01

1

Maria Fernanda Fernanda

Maria Fernanda Fernanda

terrible experiencia 😡 porque los hombres no piensan al hacer esto que nacieron de una mujer 😠 tienen hermanas 😤 hijas 😭 esposas 😞 pero cuando otro igual a ellos les hacen lo mismo 😞 ahí si quieren matar al infeliz que le hizo daño 🥺 a ellas 😠😠

2022-01-19

5

💕✔️ yousid ✔️💕

💕✔️ yousid ✔️💕

que triste

2021-12-31

3

Total
Capítulos
1 La bestia
2 Te encontré
3 Recuerdos
4 Subasta
5 No puedes irte
6 Descubriendo
7 Laboratorio subterráneo
8 Monstruo
9 Confrontación
10 Cumpleaños I
11 Cumpleaños II
12 ¿Celos?
13 Cobranza
14 Lección
15 Kyumin
16 Kyumin II
17 Más celos
18 ¿Familia?
19 México
20 Cita
21 Pasado de Sungmin
22 kyumin III
23 Pettyfer
24 Malas noticias
25 Alternativa
26 Reunión
27 Pasado de Pettyfer
28 Trato
29 Antídoto
30 El equipo de Pettyfer
31 Avances
32 Problemas
33 Nuevo residente
34 Bar gay
35 La razón de todo
36 Secuestro
37 Secuestro II
38 Bóveda
39 Fuego cruzado
40 Intercambio
41 YoonYul
42 Casi...
43 Jugar a atrapar
44 Fuente
45 Las cosas no siempre salen como uno quiere.
46 Decisión
47 Celos por un perro
48 Infiltrados
49 Todo sucede en un segundo
50 Mordida
51 Lobo
52 Pillos
53 Por un pelo
54 Los secuestradores
55 Perdido.
56 Planes macabros
57 Salvando a Onew
58 Monstruo II
59 Buscando la manera
60 La condición
61 Recordando el pasado
62 Despierta
63 Victoria
64 Vivo
65 Diario
66 Continuación de diario
67 Corazones rotos
68 Nuevo poder
69 Más tratos
70 Hablando con mamá
71 Cazadores
72 Sichul
73 Sichul II
74 Rodriguez
75 Descontrol
76 Avance
77 Cura
78 Bestia
79 La bestia II
80 Plan
81 La bestia III
82 ¿Amigos?
83 Promesa
84 En la boca del lobo
85 Infierno
86 Artillería pesada
87 Comida para bestias
88 En marcha
89 En marcha II
90 Escapando
91 No más vida eterna
92 Explosión
93 Muerte de Leeteuk
94 Terminando el trabajo
95 Sin ganas de vivir
96 ¿En dónde está?
97 ¿Y si le pasa algo? ¿Y si hace una locura?
98 Mi amor... mi bestia
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No puedes irte
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El equipo de Pettyfer
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La razón de todo
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Secuestro II
38
Bóveda
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Fuego cruzado
40
Intercambio
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YoonYul
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Casi...
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Jugar a atrapar
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Fuente
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Las cosas no siempre salen como uno quiere.
46
Decisión
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Celos por un perro
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Infiltrados
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Todo sucede en un segundo
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Mordida
51
Lobo
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Pillos
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Por un pelo
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Los secuestradores
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