El juramento de las botellas de tierra

Habían pasado dos semanas desde que Max le había regalado el collar de perlas a Emma, y fiel a su palabra, lo usaba todos los días. Cuando Matthew le preguntó a Emma respecto al collar, Max se puso un poco tenso, pues sabía que a Matthew no le agradaba que él fuera amable con Emma, y aunque no le importaba lo que él pensara, tenía miedo que hiciera una pelea y el padre de Emma quisiera mantenerlo lejos de su hija, pero esta respondió:

- Es un regalo de Max por haberlo cuidado cuando estuvo enfermo, y por el cuadro que pinté de él. Es muy bonito y me queda bien.

Parecía que Emma conocía las intenciones de su hermano, y respondió como sí fuera algo casual que utilizara el collar, cuando la realidad era que para ellos dos tenía un significado profundo. El mismo día que compró el collar había comprado un libro para Emma también, y no había encontrado una oportunidad para dárselo, por lo que ansiosamente buscaba el momento perfecto, pero Matthew no lo dejaba a solas con Emma ni una sola vez. Después del primer pésimo encuentro que tuvieron, y del segundo aún peor, Matthew no dejaba que el y Emma estuvieran juntos. Cuando Emma no estaba, entrenaban y estudiaban juntos, también habían tenido la costumbre de discutir sus opiniones sobre las lecciones aprendidas, y ambos estaban en una constante lucha para ver quien era el mejor. Cuando Emma estaba presente, siempre hablaba de sus amigas, que eran más hermosas que hadas, y que en cuanto conociera a alguna de ellas iba a caer enamorado.

Pese a las personalidades tan diferentes de los dos chicos, se podía decir que eran buenos amigos, obviando la incomodidad producida por el asunto de Emma, ambos se llevaban bastante bien. Mientras que Maximiliano era serio y dedicado, Matthew era más alegre y juguetón, pero su inteligencia estaba a la par, tanto que, aunque Max prácticamente no se había dedicado a estudiar en tres años, con sólo unos días de estudio después de llegar a la mansión, podía replicar las opiniones de Matthew cuando estaban en desacuerdo y enriquecerlas cuando concordaban en algo.

Una tarde en la que Matthew y el marqués habían salido, mientras Max regresaba de darse un baño luego de su entrenamiento, vio como Emma despedía a su profesor. Este aprovecho para acercarse a ella y platicar un momento como hace mucho no hacían.

- Como te fue en tus clases pequeña -preguntó Max.

- Bien, el señor Philips es un hombre muy inteligente, se sabe el nombre de todos los países y sus capitales. Yo no sabía que nuestra ciudad del Atardecer se llama así porque el primer sol de imperio consideró que en está ciudad se podía observar el atardecer más hermoso que había visto desde el acantilado de Gor. Hay muchas cosas que aprender, ¿no crees? Ya me urge crecer, quiero viajar por el mundo, y aprender porque cada ciudad lleva el nombre que tiene. Algún día tu también visitaras muchos lugares. Prométeme que en cada ciudad que visites, me traerás una botella con tierra.

Max ya estaba acostumbrado a la charla de la niña, que siempre soñaba con crecer y hacer cosas maravillosas, y también siempre le decía que él sería alguien prometedor o que haría muchas cosas igual o más maravillosas que ella. Hasta ahora, siempre se esforzaba todo lo que podía para cumplir las expectativas que Emma tenía de él.

- Te prometo que cada que vaya a una ciudad diferente, te traeré una botella con tierra -le dijo solemnemente-, pero ante el hecho de que tú eres la que viajará al rededor del mundo, también me tienes que hacer el mismo juramento.

- Juro solemnemente, que tras mis viajes te traeré una botella de tierra por cada ciudad que visite -ante su tan solemne juramento, la niña se río.

- Por cierto, dado que aún eres demasiado pequeña para que el marqués o tu abuela autoricen tus aventuras por el mundo, te quiero dar un obsequio, es un cacho del mundo en tus manos, acompáñame.

Max entro a su habitación y sacó el libro. Luego fueron juntos al corredor frente al lago, y cuando se sentaron, Max le dio el libro a Emma.

- Lo compré hace unos días, siempre hablas sobre viajar, así que creí que te gustaría la idea de conocer un poco más sobre los países que rodean nuestro imperio. Incluso retratan varias de sus costumbres más importantes y...

- Es maravilloso Max, me encanta -Emma abrió el libro en una hoja al azar-. Dice que las ciudades del Reino Nómada del sur se mueven junto a su pueblo. El paísaje cambia, pero la ciudad siempre es la misma. Debe ser maravilloso -Emma siguió revisando las páginas del libro-. Viene información de nuestro imperio del Sol, del reino Nómada, el imperio del Dragón, el imperio de Jade, las Islas de Nbowa, y... La ciudad Celestial. Oh Max, es el mejor regalo de la vida, es simplemente maravilloso. Muchas gracias Max.

Emma pensaba que si conocía y aprendía más, podía evitar la guerra causada por Arthur, también podría evitar que William perdiera la memoria y que Maximiliano se viera en la necesidad de dirigir el reino en su ausencia. En el tiempo que llevaba en ese mundo, se dio cuenta que lo que ella conocía de ese mundo a través de la novela era muy poco. Ahoro sólo evitaría enamorarse y casarse con Arthur, podría prepararse mentalmente para la guerra que el Reino Nómada causaría, pues está sería inevitable.

Los reinos vecinos tenían grandes riquezas, si ella lograba aprender sobre negocios, traería esas riquezas a su territorio, y si ella era una mujer rica podría encontrar a Jack. Últimamente no pensaba mucho en él y se sentía culpable, pues Max ocupaba casi todos sus pensamientos, y aunque amaba a Jack, también había comenzado a sentir muchas cosas nuevas por Max y tenía miedo del día en el que aparecería el amor de su vida, quedando ella a un lado. El no era como había creído, a pesar de que era serio, también tenía un lado amable y gentil.

Platicaron durante varias horas, hasta que llegó Matthew y acaparó toda la atención de Emma, mostrándole muchos regalos que había comprado en la ciudad. A Emma le gustó especialmente un joyero, tan grande como un cofre y que tenía muchos cajones, incluso tenía un compartimiento secreto. Era dorado y café, por dentro estaba tapizado de terciopelo rojo y tenía varias separaciones para diferentes tipos de joyas como aretes, pulseras, anillos y collares. Muy alegre se llevó su regalo a su habitación, y por la noche se quito su collar y artes y los puso dentro del cofre. Mientras Annie le cepillaba el cabello, se dio cuenta de un cambio extraño en Emma.

- Niña Emma, su cabello parece estar cambiando de color, ya no es negro como antes, se parece más al azul de la noche.

Emma también se había percatado del cambio tan extraño en su cabello, el primer día que lo hizo fue justo el día después de que Max le regalara el collar de perlas. Mientras caminaba por el jardín se dio cuenta que su cabello brillaba con un extraño toque azul, al principio creyó que sólo era una ilusión provocada por la luz, pero con el pasar de los días las raíces de su cabello se veían de un azul oscuro, como las profundidades del mar, o como el cielo al anochecer. Se preguntaba que cosa provocaba esos cambios.

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Comments

yrasy (Omega )

yrasy (Omega )

uyyyyyyy se puso más interesante jajjajajajaj 🙀🙀😸😸😸😸😈😸😸😸❣️❣️❣️❣️❣️❣️(◕ᴗ◕✿)(◕ᴗ◕✿)(✷‿✷)(✷‿✷)(◡ ω ◡)( ´◡‿ゝ◡`)( ꈍᴗꈍ)(。•̀ᴗ-)✧✧◝(⁰▿⁰)◜✧✧◝(⁰▿⁰)◜✧(ノ◕ヮ◕)ノ*.✧

2021-03-09

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