— No lo estoy defendiendo ni mucho estoy de su parte, es solo que me parece absurda la idea de que lo haya hecho porque no es el tipo de persona que haría eso.
— Entiendo, pero créeme cuando te digo que este sujeto me dijo su nombre o si no supiera quién es, ¿cómo es que lo conoce?.
Esa pregunta me dejó con la duda de que fuese sido aquel hombre << ¿de verdad habrá hecho eso?, ¿pudo llegar tan lejos? >>, solo eso podía pensar en esas preguntas en ese instante.
— Necesito estar un tiempo a solas, perdóname… — giré la cabeza desviando la mirada y me levanté del sofá.
Me marché de su departamento dejando a Hikari asombrada y triste a la vez; necesitaba calmar estos nervios que sentía en este momento ya que una culpa invadía mi ser y como no estarlo si atacaron a mi amiga por mi culpa, por ser como soy, me daba asco incluso mirarme al espejo de lo patética que me sentía.
Transcurrió el resto del día sin que me diera cuenta, ya era la hora de dormir y mis pensamientos en mi mente me atormentaban haciendo que la noche fuese larga. Ahora más que nunca anhelaba el amanecer, tuve una mala noche y mis lágrimas saciaron cuando me quedé profundamente dormida.
Al día siguiente después de despertar, haber desayunado y terminado de limpiar, la visité en su departamento. Ella abrió su puerta y me invitó a pasar para después ambas sentarnos en su sofá.
— Parece que tuviste una mala noche. ¿Estás bien?. — preguntó al verme.
— Estoy bien, no te preocupes. Agradezco que hoy no nos tocara ir a trabajar ya que me siento agotada.
— Eso si. Deberías ir a descansar.
— Lo sé pero antes de eso te pido disculpas por haberme ido ayer de esa manera, me impactó solamente la noticia. Te vine a visitar y ver como estabas después de lo ocurrido, el que te hicieran eso… ha sido mi culpa, fue mi culpa. — comencé a llorar. — creo que es mejor terminar nuestra amistad, yo… no quiero que salgas lastimada por mi culpa… perdóname, de verdad lo siento…
Hikari me abrazó en ese momento. — Calma, calma. No fue tu culpa, no tienes que sentirte culpable por algo que no hiciste, ese tipo no era confiable y ya vez que tenía razón. Tú no has hecho nada, no hay motivo para que te sientas así. — me abrazó con más fuerza.
— Gracias Hikari, de verdad muchas gracias por ser mi amiga. — le correspondí con la misma intensidad su abrazo haciendo que mis brazos la rodearan por completo.
Ambas no quedamos así por unos minutos para luego mirarnos. Sus ojos marrones tenían un brillo muy hermoso, sentía como nuestros corazones latían al unísono nuevamente. Nos separamos luego de unos momentos de silencio que se hicieron presentes; la intranquilidad que sentía en ese momento se fue en un instante. Poco tiempo después decidimos ver una serie romántica juntas y pasar el tiempo rompiendo nuestras rutinas de cada semana.
El tiempo había pasado y nuevamente iniciamos con nuestras labores de la semana. En la oficina mantuve más que nunca una relación profesional y seria con Seiji después de lo ocurrido; él comenzaba a notar mi distancia y a pesar de su insistencia, me mantuve firme como siempre lo había hecho hasta hoy. Así fue todos los días, semanas, meses que transcurrían, con la misma seriedad y profesionalismo con todos mis compañeros logrando que me hayan respetado por mi carácter.
No me importaba alejar a las personas por tomar la postura que siempre mostraba ya que la vida me ha enseñado a desconfiar y que solo las personas indicadas están contigo a pesar de todo, que con ellas puedes mostrarte como tú mismo como es el caso de Hikari y yo, que sin pensarlo ambas ya éramos mucho más cercanas en estos meses, conociéndonos mutuamente pero con un toque de misterio.
...*** Meses después… ***...
El tiempo ha transcurrido y sin darme cuenta era diciembre nuevamente, con la única diferencia que este año no me he sentido nuevamente sola. Agradezco a veces al destino por todo lo que tenido que pasar hasta ahora ya que ahora soy más fuerte, nunca me lamenté por ello. Hikari ha estado a mi lado siendo una amiga irreemplazable.
Pasamos navidad juntas, pero la notaba muy rara en los preparativos ya que me ocultaba algunas cosas y se ponía bastante nerviosa ya que ella no me dejaba apoyarla casi en nada; decidí no darle más importancia y pensar que solo era parte de lo que estaba planeando para la cena y el brindis.
Llegada casi la noche, habíamos dado un paseo por un rato en la ciudad para después llegar a casa, ella me cubrió los ojos al entrar al departamento; cuando por fin entramos a los pocos minutos, me descubrió la venda que tenía puesta dejándola caer y lo primero que observé fue una serie de luces blancas que decoraban alrededor de las paredes, tulipanes rojos y rosas rojas adornaban mesas y floreros, era tan hermoso como se veía toda la decoración. Al ver en una mesa, pude notar una nota, la cogí e inmediatamente la leí: “Eres mi primavera para este invierno de diciembre, ¿quieres ser mi novia?.”, me quedé sin palabras al terminar de leerlo, no sabía cómo reaccionar y lo primero que hice fue mirarla con lágrimas en mis ojos conmovida por lo que vi.
— La verdad es que estuve preparando esto desde hace mucho tiempo y me enamoré de ti, sé que es muy repentino por todo lo que has pasado pero mis sentimientos son verdaderos hacía ti y yo nunca te lastimaré ya que te amo. ¿Y bien, que dices…? — preguntó algo nerviosa.
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