Capítulo 8: ¿Celos o inquietudes?

Al llegar a mi departamento con Seiji, coincidimos en el camino con Hikari, mi amiga se acercó en ese momento y nos saludo dirigiéndose a nosotros.

—   Hola Harumi, ¿quién es el joven que te acompaña?. — cuestionó mi amiga acercándose más a mí, logrando tomar mi mano.

—   Hola Hikari. Bueno él es Seiji, un compañero de trabajo. — le presenté a aquel hombre a lado mío.

—   Gusto en conocerla señorita. — hizo una leve reverencia.

—   Ah, ya veo… el gusto es mío. Mi nombre es Hikari y yo soy la mejor amiga de Harumi. — correspondió a su presentación.

Yo podía distinguir como Hikari miraba a mi compañero con unos ojos que jamás había visto en ella, causando que la atmósfera del ambiente fuera un poco incomoda para los tres que estábamos presentes.

—   Eh… bueno, yo me despido. Me tomé el atrevimiento de solo llevar a su amiga hasta su casa. — miró su reloj. — Ya se me hizo tarde, hasta luego.

—   Hasta luego. — ambas nos despedimos de Seiji dirigiéndonos al elevador del edificio.

Al subir al elevador noté algo de molestia en la mirada de mi amiga, no sabía cuál era la causa. El ambiente entre ambas seguía tenso y el silencio se hacía presente, decidí romper el hielo siendo la primera en hablar.

—   Hikari, ¿qué pasó hace un momento?. — cuestione frunciendo el ceño.

—   No pasó nada, no sé de qué hablas. — desvío la mirada.

—   ¿Enserio?, te acercaste a mi e incluso tomaste mi mano como si…

—   ¿Cómo si que?. — me interrumpió en ese momento. — eres mi mejor amiga y solo tuve la curiosidad de conocer a ese chico, ¿acaso no podía?. Bueno no importa ya, olvida lo que pasó y si hice algo mal, discúlpame. — terminó de mencionar volteando su cabeza, evitando mirarme.

—   No es eso, es solo que me sorprendió nada más…

—   Como te dije antes, discúlpame. — volvió a esquivar mi mirada.

No entendía aún nada de lo que pasó y notaba la molestia de Hikari en su rostro aún más profunda, el silencio se hizo presente de nuevo durante el trayecto haciendo que mi confusión fuera más grande. Al llegar al piso correspondiente ella solo pronunció la palabra: “adiós” para luego caminar rápidamente a su departamento dejándome atrás sin que yo pudiera decirle una palabra. <> sólo pude pensar en ese momento e hice lo mismo.

Al entrar lo primero que hice fue terminar de ordenar y limpiar mi habitación y adelantar unos detalles del trabajo. Pronto la noche se haría presente y los pensamientos de lo ocurrido aún rondaban en mi mente, tampoco recibí mensajes de texto de Hikari y mucho menos supe cómo le fue con su amiga pero tal vez al día siguiente pueda obtener las respuestas a mi confusión.

Al día siguiente ella y yo coincidimos en el camino hacia el restaurante y la oficina pero solo alcance a despedirme de ella y quedaría esperar a la hora de salida de nuestros horarios. Mis labores comenzaron normal y así se mantuvo el ambiente durante el transcurso del día, hasta que después Seiji se me acercó para preguntarme acerca de lo que pasó ayer.

—   ¿Llegaste sin contratiempos a tu casa?, la verdad es que tu amiga se comportó de una manera muy extraña y ya no pude saber más.

—   Si, pude llegar a mi departamento. Gracias por preguntar y disculpa a mi amiga.

—   No, tranquila, no te preocupes. Sabes… deberías alejarte de ella porque esos comportamientos no son normales… tu sabes…

—   ¿A qué te refieres con ello?. — cuestioné frunciendo el seño

—   Ya sabes, hoy en día quieren normalizar todo y esos comportamientos de homosexualidad no son una excepción. Se pueden ver todos lados, así que ten cuidado porque eso es peligroso y…

—   Cállate, no digas más… — le interrumpí en ese instante.

—   Pero es la verdad, eso ni siquiera es digno de ver, las lesbianas, los gays, hasta los llamados bisexuales. Por dios eso es una…

—   ¡Te dije que te callaras!. — le interrumpí nuevamente dándole una bofetada haciendo que girara la cabeza. — ¡tú no sabes nada acerca de ese tema!, ¿sólo porque aman de una forma especial no tienen derecho a nada?. Ellos también sienten y aman como nosotros, son personas iguales como tú y como yo sin hacer nada malo, ¡así que no tienes derecho de hablar así y mucho menos de mi amiga!, ¡maldito ignorante!. — me retiré en ese momento furiosa dejando a Seiji sorprendido por mis palabras.

Al salir, me dirigí al baño de la oficina, aún me retumbaban esas palabras en mi mente y esa sensación de rechazo volvió a estremecer mi cuerpo. Era nuevamente observar a mi padre frente a mí viéndome con esa mirada de desprecio, no pude evitar llorar y volverme a sentir miserable como antes; había mencionado: “no tiene nada de malo” pero aún necesitaba creer esas palabras para convencerme a mi misma, todos los días siempre pretendiendo ser alguien distinta y…  que hasta la fecha sigo ocultando mi verdadero ser.

Afortunadamente era la hora de salida y regresé a mi oficina solo para llevarme mi bolso, necesitaba estar un momento a solas sin ver a nadie.

En el camino me encontré nuevamente con ese hombre pero decidí ignorarlo (no me arrepiento de la acción que hice y de las palabras que mencioné anteriormente). Al salir caminé dirigiéndome al edificio, tomé el elevador y al abrir la puerta de mi departamento, fui inmediatamente a mi habitación. Mi mente estaba hecha un caos interno y sin darme cuenta me dormí profundamente.

Pasadas unas horas después, el sonido de los golpes de mi puerta me despertaron  abruptamente, me levanté de la cama para abrir la puerta. Al abrir, no lo podía creer… era Hikari… mi amiga de los ojos miel y cabello negro estaba frente a mi… lo primero que hice fue solo abrazarla, abrazarla como nunca antes había abrazado a alguien. Sentir sus brazos en ese momento eran una gran sensación que deseaba con toda mi alma.

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