Capítulo 18: Creer

...*** Tiempo presente ***...

^^^Tokio, Japón.^^^

Recordé con nostalgia aquel amor que tuve en el pasado pero mis pensamientos fueron interrumpidos por Hikari quién me había estado observado.

—   ¿Estás bien?. — me miró fijamente. — te quedaste mirando la nada por unos momentos.

—   Si, estoy bien, solo recordaba cosas del pasado. — asentí levemente.

—   Bueno, espero que sean buenos momentos. — sonrió

—   Si, así fueron. — correspondí a su sonrisa.

Seguimos viendo la obra, no nos habíamos perdido de mucho porque apenas estaba comenzando. Avanzó muy bien con las actrices actuando de una manera excepcional; poco después un par de horas, culminó la obra con un hermoso final haciendo que mis lágrimas salieran, Hikari notó lo conmovida que estaba y sonrió. El narrador al final dio un lindo mensaje y los aplausos acalorados estaban presentes, entendí entonces porqué era tan popular.

La gente comenzaba a salir y nosotras nos fuimos a nuestra casa, comentamos algunas cosas de la obra que nos gustaron, fue una noche increíble.

Por otra parte, el detective Yamato se dirigía a casa de la señora Saori (la madre de Harumi) para darle una gran noticia pues había encontrado el posible lugar donde vivía Harumi, después de mucho tiempo por fin sabría donde estaba y se podrían reencontrar.

—   ¿De verdad cree que estén en el centro de Tokio?. — dijo asombrada.

—   Si, no hay dudas de ello. Las pistas y los lugares en donde la vieron mis fotógrafos coinciden en ese mismo lugar

—   Ya veo, es maravilloso. — observó las fotos y el documento. — No hay tiempo que perder, quiero verla lo más pronto posible.

—   Claro, si usted desea puedo llevarla en mi auto.

—   Se lo agradecería mucho.

Subieron al auto dando marcha hacía el centro de Tokio, la madre de Harumi por fin podía pedirle perdón después de muchos años. El camino era largo pero no le importaba a la señora Saori, su motivación era más grande y fuerte que ningún otro sentimiento.

Pasaron un par horas y al llegar a Tokio, lo primero que hicieron al llegar fue ir hacia el centro de la ciudad pero no había indicios o algo que indicara que estuviera cerca, recorrieron calles y lugares donde posiblemente pudieran encontrarla. Después de tres horas de búsqueda sin lograr éxito alguno regresaron a Fukushima, la madre se encontraba muy triste.

—   No se preocupe, aún era una posibilidad. Seguiré investigando. — posó su mano sobre su hombro.

—   Gracias señor Yamato, sé que la encontraremos.

—   Así es, aún no pierda la esperanza. Quizá también podamos dar con el lugar preciso pero sabemos ya por donde empezar, que puede estar ahí, en el centro de la ciudad.

—   Es verdad. — asintió con la cabeza.

En ese momento la abrazó, las palabras que acababa de decirle le dieron un impulso de ánimos, aún no se rendiría fácilmente y ver a su hija era lo único que le daba fuerzas para seguir adelante.

Seguidamente, ambas llegamos a mi departamento para cambiarnos. Me abrazó por detrás rodeando mi cintura y me besó el cuello, gire para mirarla, aún se veía hermosa.

—   Te tengo una propuesta. — mencionó ansiosa.

—   Dime, de qué se trata.

—   Quiero mudarme contigo, empezar a llamar este departamento mi hogar. ¿Qué dices?

—   ¡Claro que si!, me encantaría que vivieras conmigo. — sonreí y la abracé fuertemente, me fascinaba la idea de que por fin pudiéramos vivir juntas. — ¿Cuándo quieres mudarte?.

—   Entre más pronto, mejor.

—   Perfecto, te ayudaré con la mudanza y traer tus cosas cuando quieras, solo avísame.

—   De acuerdo. — sonrió.

—   Vayamos a cenar.

Aún no podía creer sus palabras, viviríamos juntas. Hacía ya mucho tiempo que no vivía con alguien, enserio que Hikari me ha cambiado completamente cuando llegó a mi vida, ya no estaría más sola y por fin tengo la felicidad que siempre he buscado.

Pasó una semana y como le prometí, le ayudé a mudarse; primero pintaríamos las paredes puesto que el departamento necesitaba una remodelación, ambas terminamos llenas de pintura después de que Hikari comenzará a pintarme la nariz para luego convertirse en una guerra.

Al día siguiente la ayudaría a empacar sus pertenencias, todo cabía perfectamente en el departamento ya que era amplio; ordenamos todo y nos llevó dos días más debido a que reubicamos algunos muebles, nos quedamos satisfechas con el resultado.

—   Que lindo quedó todo, me encanta mi nuevo hogar. — observó alrededor del departamento.

—   Si, es tan bonito todo. — la abracé por detrás rodeando su cintura observando el resultado de nuestro trabajo para luego suspirar.

—   ¿Y ese suspiro?. — cuestionó asombrada

—   Es que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que no viví sola, ahora todo está lleno de color y me siento feliz.

—   Ya veo, tienes razón. — sonrió. — Aunque tú lo haces mas colorido.

Sonreímos para ambas besarnos tiernamente, por fin pude convencerme que nuestro amor duraría y que amar no tiene nada de malo mientras sea sincero. Le di una oportunidad más a la vida, a mi corazón de creer.

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