Poco después de terminar de limpiar y de organizar todo, recibí un mensaje de Hikari, avisándome que ya estaba en su departamento y que había podido enviar sus regalos sin ningún contratiempo.
Eso me alegró y ahora estaba más tranquila, le respondí y tal vez después nos pondríamos de acuerdo para algo más, no sé, quizás y ella me sorprenda de nuevo.
...*** 10 días después… ***...
Tocaron en mi puerta y decidí ver quien era. Al abrir descubro que es Harumi y venía con noticias nuevas, al juzgar por su sonrisa, debe ser algo alegre para que haya querido visitarme, así que la invité a pasar y en la sala nos sentamos para que ella me pudiera platicar que era lo que me tenía que decir.
— Dime que querías decirme, debe ser algo muy alegre porque se nota en tu rostro.
— ¡Así es!, lo que pasa es que en año nuevo hago video llamada con mi familia. ¿Recuerdas que te había contado acerca de ello?.
— Claro, me comentaste que todos los años hacías eso, pero… ¿qué pasa con ello?. — pregunté con intriga.
— Bueno, les hablé de ti y les dije que eras una nueva amiga que conocí aquí en Tokio. Les comenté si tú nos podías acompañar en la video llamada de este año para que así te pudieran conocer y mi familia aceptó, ¿no es genial?, ¡conocerás a mis padres!. — cogió mis manos.
— E… espera un minuto. — la interrumpí por un momento. — ¿estás diciéndome que deseas que te acompañe en tu video llamada con tú familia?.
— Exactamente, y bien… ¿qué dices?. — expresó gozante de alegría esperando ansiosa una respuesta.
la miré a los ojos seriamente y respiré profundamente. — no me gusta que hagan cosas sin primero consultarme, esto fue muy repentino y además… no creo que sea conveniente que esté ahí, me sentiría fuera de lugar. Es tu familia y tienen que pasar tiempo juntos. Yo no celebro navidad en familia y puedo estar bien, sola. — alcé ligeramente mis hombros
— Lo sé, pero verás… yo… lo hice porque he notado cual sola has estado, lo noté desde cuando te ayudé a decorar y cuando nos encontramos. Esa mirada tuya… me lo ha dicho todo y yo solo quería ayudarte a superar tu soledad. — agachó la cabeza.
— ¿Qué…?. — la miré con asombro. — no tenías que hacerlo, yo…
Ella me abrazó sin decir nada y su calidez en mi cuerpo me dejó sin palabras, era una sensación tan magnífica, no había dudas. Correspondí al poco tiempo su abrazo y nos quedamos así por unos minutos para después separarnos.
— ¿Y bien, qué dices ahora?. — me volvió a preguntar, mirándome con lágrimas en sus ojos.
— Está bien, aceptaré estar ahí. — asentí.
— Gracias, de verdad gracias por aceptar, te juro que no te vas a arrepentir. — dijo sonriendo mientras se secaba las lágrimas.
Nos pusimos de acuerdo con la hora debido a la diferencia entre la hora local de Japón y la de su familia, así que nos ajustaríamos a la hora local de Canadá. Esta vez me tocaría a mi pasar año nuevo en su departamento.
Al día siguiente, decidimos pasar navidad en mi departamento. Hikari tuvo la idea e incluso hicimos intercambio de regalos, ella estaba muy contenta y emocionada ya que era la primera vez que veía que yo pasaba navidad con alguien. A mi punto de vista, también era la primera vez que yo sentía la calidez de una amiga, había olvidado que se sentía estar en compañía de alguien.
Al poco tiempo después, cocinamos para después cenar una deliciosa comida típica de su país, diferente a lo que yo estaba acostumbrada a comer, luego podríamos acompañarlo con un rico postre. Pasada la cena, fuimos a mi habitación para platicar.
— Estuvo delicioso, la verdad es que estoy muy llena. — dijo mientras se sentaba en un pequeño sillón cerca de la cama.
— Si, quedó todo muy rico, no podía pedir más de la mejor chef. — reí levemente con una mano en mis labios mientras me acostaba en la cama. — Por cierto, hay algo que he querido preguntarte.
— Claro, ¿qué quieres saber?. — me miró con entusiasmo.
— ¿Por qué tu familia vive en Canadá?, ¿acaso no eres de ahí?, digo… pudiste vivir cerca de tu familia y así no preocuparte por enviarles regalos y comunicarte a larga distancia ya que los visitarías en persona.
— En eso tienes razón pero yo decidí mudarme para cumplir mi meta. Nací y crecí en Canadá pero Japón me enamoró por completo, era mi sueño poder vivir aquí y mi familia me apoyó mucho para hacerlo.
— Entiendo, eso es muy bueno. — asentí con la cabeza.
— Si, ¿y que hay de ti?. — me preguntó con curiosidad. — ¿Por qué no has visto a tu familia por mucho tiempo?.
— Bueno… yo si nací y crecí en Japón, cerca de un pueblo lejano de Tokio, decidí mudarme aquí en la capital para mejorar mi calidad de vida. Mi relación es complicada con mis padres… y siempre ponían en primer lugar el trabajo antes que yo; estuve sola y no les importó cuando me mudé aquí en la capital.
— Ya veo, debió ser muy duro para ti estar sola y no contar con el apoyo de tus padres.
— Si, pero también me ayudó a ser independiente. En ese aspecto le agradezco a mis padres. — Sonreí cerrando los ojos.
— Tienes razón, eso es lo positivo por todo lo que has vivido. — ella tomó las copas y el champagne. — bueno, ahora que sabemos un poco más la una de la otra, propongo un brindis por nuestra amistad. — sirvió el líquido en las copas de cada una.
— Por nuestra amistad. — mencioné alzando mi copa.
— ¡Salud!. — exclamamos ambas chocando levemente nuestras copas.
Y así ambas terminamos nuestro festejo con un brindis, por la amistad que habíamos formado ambas, era hermoso pasar cada momento a su lado. Al día siguiente, Hikari se fue a su departamento y solo nos tocaba esperar cada una el día de año nuevo.
“¿Por qué siento su compañía gratificante?”, “¿qué me pasa cuando la veo y la tengo cerca si yo no soy así?”. Estas preguntas rodean mi mente y sé que tarde o temprano tendré la respuesta a ello.
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