Capitulo XX. Investigación II.

La Duquesa Rebecca llegó a su reino. Afortunadamente encontró a una tía, hermana de su padre. Que había quedado soltera. Ya el padre y la madre de la Duquesa habían muerto hace algunos años, y quién regia el Reino Fireland era una rama de la familia lejana, y que no conocía de la existencia de Rebecca.

Así que su tía, Lady Clara Lighten, la acogió en su mansión, lejana a la capital, y le dió la protección y el anonimato que Rebecca necesitaba.

Al llegar al Reino Fireland, la Duquesa ya tenía alrededor de dos meses y medio de embarazo. No sé le notaba. Y decidió aún no decirle a su tía. Una señora ya mayor, aunque se conservaba bien, y que tenía ideas muy rígidas sobre las mujeres casadas, propias de la época. Sin embargo, Rebecca le agradecía que le hubiera dado el beneficio de la duda, dandole abrigo en su hogar.

Luego de unos días, se dispuso una reunión con su tía para conversar seriamente lo que había sucedido. Ya que solo le había dicho algunas cosas cuando llegó a la mansión. Y como estuvo alrededor de un mes viajando en un carruaje modesto, pidió unos días para descansar y recuperar energías. Así como pidió un médico para revisar su estado de salud. Obviamente le pidió al médico no decir nada de su condición.

Felizmente, su salud estaba muy bien. Ahora debía buscar apoyo, antes que el general supiera dónde estaba y la fuera a buscar. Aunque dudaba que está vez pudiera ponerle el hechizo de atadura, ya que su magia era mucho más fuerte, tenía más experiencia en sus habilidades y en el manejo de su elemento.

Llegado el momento, converso con su tía y solicitó su ayuda y apoyo para divorciarse del general. Sin embargo, aún no le dijo nada de su estado.

Por los momentos, se llamaría Lady Rebecca Lighten, tomando el apellido de su tía Lady Clara. Y aún cuando en ese reino le correspondía un título de princesa, no lo usaría, ya que se prestaría para que la rama familiar que gobernaba el reino iniciará una investigación, y no quería eso.

Así que por ahora estaba bajó la protección de su tía, Lady Clara.

**********

El general y Duque Alexander, seguía buscando discretamente, a su esposa, la Duquesa Rebecca. Estaba revisando unos informes referente a esa investigación, cuando anuncian una visita,

Tocan la puerta y da el pase.

- Excelencia, el Ministro Scott quiere hablar con usted, urgente. - dice su asistente con una reverencia.

El general pensativo, porque el ministro nunca lo había visitado, consiente, solo para saber que ocurría.

El ministro pasa, haciendo una reverencia. A la cuál el Duque le señala un asiento frente a su escritorio,

- A qué se debe su visita, Ministro? - le dijo serio el general.

- Vine a saber que va a hacer con respecto a la mercancía incautada en la frontera. Por qué no ha llamado a una reunión para solucionar la situación? - dijo molestó el ministro.

- No es necesario conversarlo. Ya tengo planeado lo que hay que hacer. Ustedes deben estar tranquilos que recuperaré nuestra inversión. - dijo el general Alexander con un sonrisa arrogante.

- Entiendo. Pero debe explicarnos. No puede dejarnos en la ignorancia. - explica inquieto Scott.

El general lo ve pensativo.

- Está bien. Ya que está aquí. Prepárese para que vaya hasta la frontera, a las tierras del Conde Almagro. Hablé con el joven Conde. Convenzalo de que se una a nosotros. Debe ser fácil dada la reputación de su padre. De esa manera, podremos pasar la frontera sin necesidad de escondernos de él. - concluyó con una sonrisa.

- Está bien, general. Pero no cree que es mejor que vaya alguien más joven. Tal vez ofrecer a alguna hija de algún noble. El joven Conde Almagro es soltero, tal vez si se enamora de alguna de nuestras hijas, sea más manipulable. - inquirió pensativo.

- Tus hijas son las más cercanas a su edad. Luego están las hijas del Marques Torres, que creo son algo mayores. Pero dicen que la edad no cuenta en el amor y en la guerra. Si con las conversaciones no se pasa a nuestro lado, entonces que sea a través de sus hijas. Que el Márquez vaya con Usted y sus hijas. - dijo el general.

- Que pasa si quiere hacer valer esa tonta ley de protección a las mujeres? - pregunto el Conde Scott.

- Si eso sucede, ya veremos qué hacer. Prepare el viaje, y me mantiene informado. -

El ministro Scott se retiró, dejando solo al general en su despacho. Pensando dónde estará su esposa.

Él amaba a su esposa, pero no podía cambiar su forma de ser. Así era él. Siempre buscaba algún beneficio donde fuera y como fuera. Buscaría a Rebecca y la traería de vuelta a su lado. La última información que obtuvo era que estaba en su reino natal. Pero aún no la encontraba. Sus padres, los reyes anteriores habían muerto hace años. Los reyes actuales no conocian a Rebecca. Debido a que ella se fugó con él, su nombre prácticamente fue borrado de los libros del Reino. Así que si quería conseguirla, debía buscar a alguien de la antigua rama familiar. Alguien mayor, hermano de la Reina o el Rey anterior. Así que sus espías estaban en eso.

**********

Informes sobre la frontera le llegaron al Príncipe heredero Brahim a través de un mensajero. El mismo pidió entregar directamente en las manos del Principe el sobre enviado por el joven Conde Erick Almagro.

El mensajero hizo reverencia entrego el sobre en manos del Principe,

- Su excelencia me pidió esperar respuesta, Alteza. - hablo el chico haciendo una nueva reverencia. El principe asintió, y el mensajero salió del despacho y espero afuera.

Brahim leyó junto a su asistente la información del sobre. Las acusaciones eran graves. Había testigos de lo sucedido. Sin embargo, no había nada por escrito que mencionara, o sugiriera los nombres de los nobles. Pero el Conde Erick si dejaba en claro que el sospechoso principal era el General del Reino, el Duque Alexander.

- Si esto es cierto, el joven Conde está en peligro. - dijo Brahim. Debía pensar rápido que hacer. Su padre, el Rey Eduardo, no sería fácil de convencer con respecto a esto. Sin embargo, le había dado su bendición para reinar junto a Cassandra, y lo apoyaba. Era debido a su madre. La Reina logro que eso sucediera.

Pero no estaba seguro que aceptará iniciar una investigación sobre el general. El Duque Alexander era su amigo de infancia. Esa fue una de las razones de comprometerlo con Cassandra. Tendria que conversar con su madre primero. Y vería si actuaba solo, o junto a su padre, el Rey.

**********

Mientras todo esto sucedía, Brahim y Cassandra seguían su convivencia como pareja. Con la diferencia que ahora sí tenían intimidad. Aún cuando la princesa no había cumplido mayoría de edad. Solo faltaban unos meses para eso.

Y Cassandra bebía el té anticonceptivo religiosamente, cada vez que tenía intimidad con el Principe. Pero no le había dicho nada a este.

- Alteza, y si el principe se entera y le reclama por tomar el té anticonceptivo? Y si se molesta? Qué pasaría? - pregunto Sara.

- No se molestará. Además no quiero que la corte me acepte solo porque le di un heredero al reino. Quiero que me acepten porque soy capaz de reinar junto al Principe. - explico Cassandra algo molesta.

Ella sentía que la valoran más por su capacidad reproductiva que por su capacidad para desempeñarse como futura emperatriz. Aún cuando había demostrado con creces, su valía durante su desempeño como Princesa heredera.

La Princesa tomo la pequeña taza que le entrega Sara, y la destapó. El olor que emanaba de ella era horrible. Aún así respiro profundo, y se la tomo toda de un solo golpe. Coloco la taza sobre la bandeja, e hizo un gesto de asco, mientras trataba de pasar el sabor tan horrible del brebaje. La doncella le dió un vaso con algo de agua, y ella lo bebió enseguida. Espero un momento y ya iba pasando el trajo amargo del té.

- Cómo se siente, Alteza? - pregunto Sara.

- Bien, Sara. No te preocupes. Es que huele y sabe muy mal ese té. Casi que prefiero tener un hijo a beberlo. - le explicó la Princesa con su mano en el pecho, mirando a Sara.

- Y no sería más fácil abstenerse de tener relaciones con el Prin... - no la dejo terminar.

- No, claro que no. Pase mucho tiempo esperando. Ahora que se que se siente la intimidad con el hombre que amo, vale la pena el sacrificio de tomar este té tan horrendo. - dijo la Princesa, primero con cara de ensoñación y luego con cara desagrado.

Mientras Sara, se tapaba la boca, riéndose por lo bajo. Ella no se había enamorado nunca. Y menos imaginar que se sentía tener intimidad con la persona amada. Pero le hacia mucha gracia las expresiones que ponía, su señora.

- Es hora de su entrenamiento, Alteza. Y luego tiene asuntos que atender en su despacho. - le recordó Sara.

- Cierto. Vamos. Gracias, Sara. - le respondió Cassandra con una sonrisa.

Ya la Princesa estaba lista con su atuendo. Así que se encamino a la salida de sus aposentos. Ya Brahim había salido hacia más de una hora, para entrenar antes de ir a uno de los pueblos cercanos a revisar una situación fuera de lo normal. Y llegaría tarde ese día.

Así que los asuntos de el también estarían en manos de la Princesa, al menos por el día de hoy.

Lo que significaba que se enteraría de las requisas realizadas en la frontera por el Conde Erick Almagro.

**********

El hijo del general Alexander regresaba de un viaje de reconocimiento y patrullaje, que duro dos años. Fue el segundo al mando de un batallón a las órdenes de su majestad, el Rey Eduardo.

El patrullaje había sido un éxito, y regresaban a rendir cuentas al Rey, y a descansar. Y así preparar para la próxima misión.

Se había estado escribiendo tanto con su hermana como con su madre (madrastra), la Duquesa Rebecca. Ella siempre se portó muy bien con él. Y lo cuido cuando fue necesario.

Pero de un momento a otro, no recibió más cartas, ni noticias de su madre. Eso lo tenía preocupado. Pero como Cassandra le decía que todo estaba bien, entonces se quedó tranquilo, ya que regresaría en unos meses.

Sabía que Cassandra estaba bien con el Príncipe Brahim. Su matrimonio había mejorado. Ella se había confesado con su hermano, escribiendole que estaba enamorada de su esposo. Y cada día lo quería más. Además de que era correspondida. También le contó que tenía nuevos maestros en el palacio, y que cuando volviera le daría una sorpresa.

También le explicó sus sospechas acerca de su padre, y los nobles que encabezaba. Y en la última carta antes de que su hermano regresará, le dijo que el general Alexander, no la dejaba ver a su madre, y que estaba desesperada por saber de ella.

Así que, Ciro tenía eso como misión. Verificar cómo estaba la Duquesa, y su hermana. Y luego ver si podía hacerse cargo del ducado. Se ofrecería para llevar las riendas del ducado y aligerar la carga de su padre, el Duque. Su padre seguiria con sus títulos nobiliarios. Solo quería ayudarlo.

También quería saber, si cierta señorita, estaría interesada en comprometerse con él. Tenía bastante tiempo alejado de ella, y era posible que ya ella se hubiera comprometido o casado con alguien más. Esa información no le había llegado, su hermana no le había escrito sobre ese asunto. Así que, era posible, aún cuando hubieran hecho una promesa de estar siempre juntos, de niños. Llevaba un tiempo pensado en ella. Y se había decidido a pedir su mano en compromiso. No le importaba que fuera de bajo estatus, solo quería hacerla feliz, y ser feliz a su lado.

Y si su padre se oponía, buscaría la aprobación del Rey. Así de interesado estaba, en esta joven mujer.

**********

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Comments

Irene Salas

Irene Salas

Oh qué sorpresa ya regresa el hermano de Cassandra y con él ahí tal vez pronto caiga el odioso del duque con su banda de malechores, no te preocupes joven duque tu Sara aún está solterita😊

2025-03-22

1

Aby Serrano

Aby Serrano

suena que la susodicha essssss SARA❤️❤️❤️😍😍🥳🥳🥳

2024-08-15

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