Capitulo XVI. La Concubina 2.

La vas a aceptar como tu concubina, mi príncipe? - pregunto Cassandra con voz triste, sin dejar de abrazarlo.

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Los primeros rayos del sol matutino entran por la ventana de los aposentos de la Princesa Cassandra y el Príncipe Brahim. Ella comienza a moverse para despertar. Pero siente el vacío a su lado. Estira la mano, y se da cuenta que el Príncipe no está.

Cassandra suspira. "Tal vez fue a hablar con los ministros sobre Laidy Alexa" penso.

El día anterior, él le había asegurado que solucionaría el asunto de Laidy Alexa y su familia, que no la aceptaría como concubina.

Recuerdo.

Brahim miro a la Princesa y acaricio su mejilla para luego pasar el pulgar, suavemente por sus labios. Se detuvo, para abrazarla de nuevo.

- No la voy a aceptar. Hablaré con el concejo. Solucionare esto, mi princesa, tranquila. -

Ella asintió.

- Vamos a descansar. - el Príncipe le pidió a ella y tomados de la mano se retiraron a sus aposentos. Ya el salón estaba casi vacío, y ellos enviaron a Sara y al asistente del Principe, José, a sus respectivos descansos.

Mucho después, cuando ya estaban acostados uno al lado del otro, Cassandra se giro en la cama para quedar frente a Brahim.

- Mi principe, usted me ama? - pregunto en voz baja, mirándolo a los ojos. La pregunta tomo por sorpresa a Brahim. Sobre todo porque a la hora de dormir ella se mantenía de su lado de la cama, aún cuando él insistía en acercarla hacia su cuerpo.

Él la miro, le acaricio el rostro, e hizo algo que tenía muchas ganas de hacer desde que se casaron. La halo hacía si, estrechandola en sus brazos. La besó en la boca, está vez profundizando el beso y obligándola a reaccionar. Y acaricio su espalda, mientras alzaba la bata que llevaba puesta para que su piel tuviera un mayor contacto con el cuerpo ajeno.

Cassandra se sorprendió e intento apartarse primero. Pero luego se dejó llevar, cerrando los ojos y correspondiendo el beso, con las manos en el pecho de Brahim. Sintiéndose estremecer bajo el toque de las manos ajenas. Él llevo sus manos hacia abajo, a su centro de placer, mientras la besaba, comenzó a acariciar sus pliegues, bajo la mirada sorprendida y encantada de la Princesa. Ella comenzó a suspirar suavemente, mientras él, bajo acariciando con su boca el cuerpo ajeno, dejando besos por su piel hasta detenerse en sus sen*s. Atendiendo con su boca, uno primero y luego el otro. Eso hizo que la princesa se agitará más, deseosa del contacto con su Príncipe. Y cuando Cassandra pensó que ya no podía más. El volvió a besarla en la boca, y allí llegó a su primer org*sm*, en un grito, sin siquiera pensarlo.

Se abrazo a Brahim, mientras esté la estrechaba contra su cuerpo. Y luego de que ella recuperó el aliento, el Príncipe le susurro al oído,

- Si, te amo. Te ame desde que te vi en los jardines del palacio en mi fiesta de cumpleaños. Y en verdad quisiera que me dejaras hacerte mía completamente. Ir más allá de lo que hemos hecho está noche. Te amo y te deseo con todo mi corazón, mi Princesa. - le explicó Brahim mientras besaba su mejilla y cuello.

Ella aún sorprendida por lo acelerado que estaba su corazón, lo abrazaba fuerte, y le daba pena mirarlo a los ojos. No le respondió su petición, sintiendo pena de las sensaciones nuevas que sentía su cuerpo. El no se molestó en lo absoluto, y tampoco exigió su derecho a poseerla, solo quería tenerla en sus brazos, y que ella confiará en él. Así se quedaron abrazados hasta que se quedaron dormidos.

Fin del recuerdo.

Aún se sentía extraña por lo que había hecho con Brahim. Aún cuando no llegaron mas allá. Nunca imagino como sería estar en sus brazos. Pensó que en cualquier momento la cambiaría por otra, debido a los rumores que poco a poco se iban esparciendo. Aún cuando el le prometió ganarse su corazón. Todo por el bien del Reino. Claro que sabía que en un momento tendría que estar con el Príncipe y darle un hijo, pero no se le había pasado que podía estar con Brahim de otras formas tan pronto, pensó Cassandra.

Ella se levantó de la cama y camino hacia las puertas de cristal del balcón y aparto las cortinas. El día estaba hermoso.

"Que haría ahora con Alexa?" pensó. Esperaba que Brahim logrará algo con el concejo. Ahora no permitiría de ninguna manera que alguien se metiera entre Brahim y ella. Lo amaba. Ahora estaba segura que lo amaba. Brahim había sido atento con ella por bastante tiempo sin exigirle nada a cambio. No la obligó a estar con él, aún cuando pudo haber exigido sus derechos de esposo. Y tampoco se fue con otras para serle infiel. Se mantuvo fiel a ella, esperando el momento de ganarse su corazón para acercarse.

Así que después de tantos obstáculos superados juntos, no dejaría que una arribista llegara a entrometerse entre los dos, queriendo quitarle su puesto y humillarla. Pues no. Tenía un plan. Tardaría un poco en completarlo, pero sería muy útil para alejar a Laidy Alexa de su esposo, y que saliera rápido del palacio.

Faltaba un mes para el cumpleaños del Príncipe heredero Brahim. Ese día, durante la fiesta, lo pondría en marcha. Pensó Cassandra con una sonrisa maliciosa.

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- Mary, necesito lleves está carta y este paquete a dónde te explique. Esperas la respuesta y me avisas. Está bien? - explico Laidy Alexa a su doncella.

Le habían asignado una habitación en la zona de invitados mientras estaba en palacio. Lugar que no le gusto para nada. Ella se veía en un lugar grande y cómodo, como por ejemplo los aposentos de la emperatriz o de la Princesa heredera. Claro que ella no sabía que la Princesa convivía con el Príncipe en los mismos aposentos.

Había enviado una nota a unos "amigos" junto a un "regalo", para que hicieran circular algunos rumores en contra de la Princesa heredera Cassandra. La idea era desprestigiar a la Princesa y hacer que fuera sacada del palacio por la corte real.

Esperaba que su plan funcione bien. Lo pondría en acción en los siguientes días.

"Espero ser yo, la que acompañe al Príncipe heredero en su fiesta de cumpleaños. Y no la desabrida de Cassandra" penso riendo de forma maliciosa.

Adicional a esto, tenía un plan que pensaba ejecutar el día de la fiesta de cumpleaños del Príncipe Brahim, allí estaban involucrado el Conde, padre de Laidy Alexa, junto a la joven, para que así Alexa pase la noche de la fiesta con el Príncipe, y obligarla a que la tome como concubina, y tal vez en el proceso lograr un embarazo.

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Llegó el día del cumpleaños del Príncipe heredero. Y como sucedió en el cumpleaños de Cassandra, los preparativos para vestir y acomodar a la Princesa y el Principe, así como otros integrantes de la familia real, comenzaron desde primeras horas de la mañana.

La Princesa Cassandra comenzó despertando temprano. Y como otros días, despertó sola. El Príncipe acostumbraba despertar temprano, para iniciar su día con su entrenamiento de batalla y de magia. aún cuando estuvieran en tiempos de paz, siempre debían estar en constante entrenamiento y estudiando posibles estrategias de batalla con los generales y capitanes de su regimiento.

Igualmente, Cassandra iniciaba su día con su entrenamiento tanto de batalla como de magia. Luego ambos pasaban a sus respectivos despachos, a realizar y revisar las actividades administrativas y sociales que se les habían asignado como Príncipe y Princesa heredera del Reino.

Luego que se desocuparon temprano, ya que mucho del trabajo lo habían adelantado en días anteriores para poder tener ese día libre, pasaron a sus aposentos a cambiarse, ya que la fiesta comenzaría a partir del mediodía.

Brahim se cambió en un cuarto aparte del que compartía con Cassandra. Para darle su privacidad. Sabía que las damas necesitan más tiempo para acicalarse para estos eventos.

Mientras tanto, la Princesa le acomodaban su hermoso y largo cabello oscuro y rizado, en un moño alto, con una pequeña tiara dorada ajustada a su cabello, y la coleta caía sobre su espalda desnuda. El vestido que llevaba puesto, era de un verde intenso, con tirantes delgados y dorados, pegado a su torso hasta la cadera, donde salía una falda larga con mucho vuelo, con detalles dorados. El vestido dejaba al descubierto su espalda, debido a su pronunciado escote en v. Y llevaba zapatillas doradas.

Mientras tanto, el Príncipe llevaba un traje de tres piezas color verde, con camisa verde claro y corbata de un tono verde intermedio, y una pequeña flor dorada en su bolsillo. Y llevaba una corona dorada.

Ya había dado inicio a la fiesta. Luego de anunciar a alguien Rey Eduardo y a la Reina Isabella que se sentaron en los tronos, se procedió a indicar la entrada de el Príncipe heredero y su esposa la Princesa heredera. Todos quedaron extasiados al ver a la pareja llegar. Sus atuendos combinaban, y la belleza de ambos parecía ser creada en el cielo. Parecían ser el uno para el otro.

"Hacen una bella pareja"

"Que lindos se ven juntos"

"Lastima que la princesa heredera sea infértil "

"Es en serio? No lo creo, sus hijos deberían ser hermosos "

"Pues ella no podrá tenerlos"

Se escucharon los murmullos de los invitados a la fiesta, primero los alababan como la pareja ideal, y luego criticaban a la Princesa por no haberle dado el heredero que el país necesitaba.

Ambos hacian oídos sordos a las murmuraciones, y siguieron bajando por las escaleras hasta donde estaban sus majestades. Allí hicieron una reverencia ante los reyes y se ubicaron a un lado de sus majestades.

Luego, comenzó la fiesta. Todos los invitados y asistentes presentaron sus respetos ante el Rey y la Reina. Y ante el Principe heredero y la Princesa. Para luego incorporarse a los pequeños grupos donde conversaban hombres y mujeres aparte. Y entonces, se acercó el Conde junto a su hija, Laidy Alexa.

Luego de saludar y hacer una reverencia ante sus majestades y sus altezas, la Reina pregunto,

- Que bella, niña - dijo admirando su hermoso cabello rojo y sus ojos turquesa. - Cómo te llamas? - y en ese momento el padre de la chica se hizo a un lado, adelantandose Alexa y haciendo una reverencia ante sus majestades, se presentó.

- Laidy Alexa, majestad. - dijo la joven con una sonrisa a su majestad.

La Reina se puso algo seria de repente, al igual que el Rey. La Reina recordó que el Rey le explicó lo que quería hacer el concejo y que habían traído una joven para ese fin.

- Ah, tu eres la joven que invito la corte a nuestro país. - dijo con decepción la reina. - Que le parece nuestra ciudad capital? Ha podido recorrerla junto a su padre? -

- En realidad, no hemos tenido tiempo, su majestad. Ya que mi padre está ocupado, esperaba que el Príncipe se ofreciera a mostrarme algunos lugares de interés - dijo con una sonrisa coqueta en dirección a Brahim, sin importarle que allí mismo, estaba Cassandra.

- Usted es una joven soltera. Se vería muy mal que estuviera a solas con mi esposo, Laidy Alexa. Lo mejor es que espere a que su padre se desocupe y le de un paseo antes de regresar a su país. - Alexa no pudo decir nada, la Princesa tenía razón. No había como refutar eso. Pero entonces su padre intervino.

- Disculpe, alteza. Pero la corte nos propuso un compromiso, entre mí hija y el Principe. Así que lo más correcto, es que el Príncipe la guíe en esta visita. - zanjo el Conde, serío y con cara de pocos amigos.

- Yo no he aceptado ningún compromiso futuro ni presente. Y nadie ha consultado conmigo sobre aceptar una concubina. Le recomiendo disfruten de la fiesta y mañana temprano regresen a su país. - explico el Príncipe, levantadose y colocandose al lado del trono de su madre. La Reina, mientras sonreia de forma fría a sus invitados, hizo una seña de la cuál casi nadie se dió cuenta para que acompañarán al Conde y su hija a su lugar asignado.

Brahim estaba furioso, aún cuando hablo con el concejo y trato de evitar que el conde y su hija asistieron a su fiesta de cumpleaños, no lo logro. Sin embargo, trato de persuadirlos para que no lo obligarán a tomar una concubina, bajo la premisa que tenía un año más para embarazar a su esposa. Pero los ministros estaban reacios, exigiendo se destituya a Cassandra y se le de el puesto de emperatriz a Alexa.

Recuerdo.

- Si tanto quiere a la Princesa Cassandra, que ella sea su concubina, pero le exigimos que tome a Laidy Alexa como su esposa. Ya el templo la evaluó y están seguros que es fértil y podrá darle hijos con magia poderosa, ya que ella misma la posee. -

Brahim molesto, no sabía que hacer, hasta que se le ocurrió algo.

- Haganle la prueba del templo a la Princesa Cassandra. Si es positivo me darán dos años más para tener descendencia con ella, pero si es negativo, entonces tomaré a Laidy Alexa como mi esposa. - dijo con rabia Brahim.

Los ministros se miraron unos a otros. Algunos no estaban de acuerdo con la unión de Brahim y Alexa, otros sencillamente querían lo mejor para el país.

- Está bien. Lo haremos en una semana. -

Así que le tocaría aguantarse a esos dos una semana más.

Fin del recuerdo.

La fiesta continúa en paz. La Princesa Cassandra y el Principe heredero se mueven entre la gente, aprovechando de conversar y ganarse aliados. Eso les sera de provecho más adelante.

Sin precio aviso, Laidy Alexa se acerca a ellos y un mesero la sigue.

- Disculpen, altezas. no quise incomodarlos hace rato. Tomemos una copa de vino. - y el mesero sirvió y entrego una copa a cada uno.

Cassandra dudo que ella y Brahim bebieran de sus copas. Así que aprovecho una distracción de Alexa para cambiar la copa de Brahim por la de Alexa. Brahim la miro extrañado pero no dijo nada.

- Salud - dijeron los tres. Y se bebieron de sus copas. Alexa sonreía maliciosa, creyendo que su plan se estaba cumpliendo.

Minutos después Brahim le pregunto a Cassandra porque había hecho eso.

- Creo que el vino tenía algo, tal vez quería drogarte, mi Príncipe - le dijo mientras bailaban una pieza. - Hay que estar atentos a todo. -

- Pudo ser en tu copa. - le dijo pensativo Brahim a Cassandra.

- No creo. Ya con los rumores que corren entre los invitados sobre mi supuesta infertilidad, es bastante para dañarme. Creo que lo del vino, si es cierta mi suposición, era para ti, mi Príncipe. - explico lo que pensaba Cassandra.

Brahim asintió. El también creyó lo mismo. Le dió un beso en la frente a su princesa, y siguieron bailando.

Alexa veía a la feliz pareja bailar en el salón, abrazados y demostrandose cariño. La joven solo apretaba sus manos en su vestido. "Cuando hará efecto?" pensó. Tenía todo preparado para apartar a Cassandra del Principe, y llevarse a Brahim a un sitio apartado. Su padre ya estaba por entrar en escena, para pedir hablar con el Príncipe y así llevarlo lejos de la Princesa, el tiempo suficiente para que Alexa hiciera su parte.

De repente, Laidy Alexa comenzó a sentir mucho calor, y a inquietarse. Y sus mejillas se pusieron muy rojas.

- Mírala. Si había droga en tu bebida, Alteza. - ambos miraron a la chica, la cuál de repente salió del salón, dirigiéndose hacia los jardines del palacio.

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