Capitulo IV. Revelación.

Padre aún no entiendo porque quieres que me case con Laidy Cassandra? No traerá tierras ni riquezas, su padre es general, muy respetado y con mucho liderazgo, pero es un general. No entiendo

- Ella es única. Tiene un don de magia muy poderoso. Tu madre y yo lo vimos en tu cumpleaños número 20. Cuando se presentó ante nosotros. Así que ella nos devolverá la magia que perdió la familia real hace tiempo. Así que cumple con tu deber, cásate, y embarazala. Tu deber es que tus descendientes nazcan con magia, y sabemos que es posible porque tú futura esposa la tiene, y es muy fuerte. - le explicó el rey, a la vez exigiendo su casamiento - Y te recuerdo que el general también es un duque con bastante poder en nuestro reino. No se compara con el de nosotros, pero es lo suficiente para manejar las fronteras a su mando.

Brahim, se quedó mirando a su padre, con los ojos abiertos por la sorpresa.

Si, era cierto que ellos habían perdido la magia en la familia. Inclusive, ni su padre, abuelo o hasta su tatarabuelo, ninguno habían conocido la magia real, porque se habia perdido antes del nacimiento de su tatarabuelo. Mucho antes.

Por los libros sobre la historia de la familia real, sabía que era magia de fuego, muy poderosa. La habían perdido porque uno de sus antecesores, integrante de la familia real, había hecho un trato con un ente maligno, y el trato salió mal. Por lo que, el ente maligno se cobró la deuda con las vidas de los últimos descendientes reales con magia. Dejando con vida únicamente a los familiares reales que habían nacido sin magia. Los que quedaron creyeron que podían recuperar la magia a través de la unión de sus hijos con personas poderosas de diversos clanes y reinos, que portaran la magia de distintos elementos. Hasta el momento habían tenido descendencia con personas muy importantes que en su linaje tenían magia de aire, tierra y agua. Faltando el elemento fuego, que era el más poderoso, y el más raro en su reino. Por lo que pasó mucho tiempo, antes de poder encontrar a alguien con ese poder y que fuera digno de casarse con alguien de la familia real.

Por la misma situación, era muy raro encontrar personas en el pueblo que tuvieran magia. El trato con el demonio, no solo afecto a la familia real. Afecto también a todo el reino. Si había personas que tenían magia de diferentes elementos, pero muy pocas. Y no la podían usar, ya que se escondían, porque tener el don de la magia era muy preciado y raro en ese lugar, a diferencia de otros reinos donde era muy común.

Así que tampoco podían practicar o desarrollar su magia, ya que era necesario un profesor de magia, los cuales no existían en el reino en ese momento. Si eras un noble podías viajar hasta uno de los reinos con magia para que te enseñaran lo básico para manejar ese don.

Cómo no podían usarla libremente, los portadores de magia de ese reino, no eran poderosos. Ya que es necesario desarrollar su don de magia a través de la práctica y eso se logra con la libertad de practicar y tener un buen profesor de magia del elemento que presenta el portador o usuario de la magia.

Por lo tanto, los profesores de magia de otros reinos, no querían ir a ese lugar, ya que si se descubría que tanto él como su estudiante, tenían magia, corrían mucho peligro. Aún los reyes no tenían leyes para proteger a las personas con magia del reino. aún sabiendo lo necesario de estás leyes, para que la magia volviera, paulatinamente a las familias en su reino.

Lo que no entendía Brahim, era como recuperaria la magia teniendo descendencia con Cassandra. Hasta el momento, que el supiera, eso no había funcionado. Sin embargo, el lo haría. Se casaría con ella.

Le gustaba Cassandra. Se sintió mal cuando ambos descubrieron la identidad del otro el día anterior, y el noto que ella temblaba, casi era imperceptible. Pero él, lo notó.

Cuando miro sus ojos, por un momento creyó ver un brillo rosado, pero fue tan breve que pensó que lo había imaginado. O tal vez las emociones de Cassie se reflejaban en su mirada. El se dió cuenta que ella estaba en shock. La vio bajar la mirada, y tomar la mano de su madre.

En el rostro de la duquesa Rebecca, se veía tranquilidad. Pero cuando Brahim miró sus manos juntas, noto que la duquesa apretaba ligeramente la mano de su hija. Más en ningún momento, reflejo emoción alguna en su rostro. Esa acción al parecer le dió fortaleza a la joven para que levantará la vista y pudiera volver a ver al príncipe y a los reyes. De nuevo, en el rostro de Cassandra solo se veía tranquilidad. Pero su mano seguía sosteniendo la de su madre.

Brahim pensó que esto era muy raro, tanto la Duquesa como Laidy Cassandra, controlaban muy bien sus emociones. No era raro ver gente que hiciera eso. "Por qué le parecía extraño?" Pensó Brahim.

Ya estaba solo en un pequeño estudio que le había sido asignado por el Rey para realizar sus actividades diarias, y que en algún momento lo uso para estudiar. Era similar al despacho de su padre, pero más pequeño y con lo necesario para su uso personal.

Se quedó parado en la ventana de su estudio, mirando los jardines reales. Estaba florecido. Era hermoso. Y recordaba a la pequeña que se sentó en los jardines del palacio, en medio de la noche, durante su fiesta de cumpleaños, mientras jugaba con las flores a su alrededor. Su sonrisa, y su rostro eran hermosos y únicos, sus cabellos oscuros y rizados tan largos que llegaban a su cintura. Y sonrió con ternura para si mismo.

De repente, recordó el rostro de la chica del día anterior. Un rostro que reflejaba tranquilidad, aún cuando sostenía la mano de su madre, y podía sentir que seguía temblando. Su rostro seguía siendo hermoso, sus cabellos rizados estaban sostenidos en media coleta, evitando que los rizos oscuros cayeran sobre su rostro. Y el resto del cabello caía en cascada por su espalda hasta su cintura. El vestido que llevaba era más juvenil, y dejaba al descubierto sus hombros y cuello, por tener un escote en v, no muy pronunciado.

Eran dos Cassandras diferentes. La niña alegre y divertida, que jugaba felizmente aún sabiendo la carga que llevaba del compromiso real desde bebé. Y está joven de pie frente a el, que se notaba que no quería estar cerca del principe para nada.

"Que error cometí, molestando a Cassandra. Cómo me ganaré su corazón si me odia", pensó Brahim. Por un momento se olvidó de su responsabilidad de dar herederos a la corona portadores de magia. Lo más probable era que tuviera que obligar a Cassandra a estar con él, para embarazarla y asi mantener su puesto de príncipe heredero y que no se disuelva el matrimonio con ella, o que lo fuera a obligar el consejo a tomar una concubina, lo cual tampoco quería. Seguramente el consejo ya debe estar en busca de una futura concubina de algún reino vecino para proponersela, llegado el momento.

La otra opción era hablar con su padre y lograr que cambiara la ley, para así poder esperar a que Cassandra fuera más grande para embarazarla. Mientras tanto, debía seguir las leyes actuales.

Su matrimonio sería en dos semanas. Esperaba que todo saliera bien con Cassandra y no tener que obligarla a nada.

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Cassandra estaba con su madre en la modista. Ya habían escogido un hermoso vestido de boda blanco con detalles dorados y rojos para ella. Su madre le preguntó porque en esos colores.

- Pensé que el principe se negaría al color rojo. Pero no fue así. - explicó pensativa Cassandra a su madre.

La duquesa solo vio a su hija y no dijo nada más. A la final terminó escogiendo un vestido dorado y rojo. Entallado hasta la cintura y que luego tenía una falda amplia y larga.

- Es hermoso, Madre. - Dijo Cassandra tocando la tela del vestido.

- En una semana enviare los vestidos al ducado. - dijo la modista haciendo una reverencia.

- Gracias - dijeron ambas y caminaron a la salida.

Antes de salir, Cassandra detuvo a su madre. Y le pidió que le contara lo que pasaba en realidad entre ella y su padre. Que había escuchado y oído cosas y que no entendía porque se comportaban así.

Su madre suspiro.

- No puedo contarte aquí. Vamos. - la tomó de la mano y salieron del lugar, volvieron a subir al carruaje.

- Mamá, que haces? Si vamos al ducado ya no podremos hablar sobre nada.

- No vamos al ducado, hija.

Cassandra miró a su madre y noto un brillo rojo en ellos. La diferencia con ella era que este se mantenía.

- Madre, tus ojos.

- Tranquila, ya casi llegamos.

Con su poder controlo al conductor para que las llevara a una pequeña casa escondida en el bosque. Y luego hizo que el hombre regresará a una distancia segura y que se quedara allí, esperando órdenes. cómo había usado su magia, no recordaría nada luego, ya que estaba como dormido en un trance.

La casita era muy hermosa. La duquesa le contó que había pertenecido a su familia y que ella la había mantenido limpia y en orden. Tenía gente que lo hacía.

Cassandra observó que era un lugar acogedor, y que todo estaba en su sitio, como si alguien viviera alli. Era pequeño y hermoso.

- Madre, por qué no me dijiste que tenías magia?

-Hija, no podía. Tu padre no me lo permitió.

- No entiendo. Por qué padre te trata como una sirvienta, como si fueras una esclava a sus órdenes y otras veces es tan amoroso contigo? No entiendo.

- Es una historia muy larga, hija. Pero te aseguro que tú padre y yo, nos amamos profundamente.

- Madre, no entiendo. escuché cuando padre te dijo que me cuidaras, que si me pasaba algo era tu culpa. No entiendo. Explícame que pasa?-dijo Cassandra exasperada, lo que hizo que comenzará a perder el control y comenzará a irradiar calor a su alrededor.

-Respira, hija. - le dijo la duquesa, tomando sus manos, y respirando junto con ella.

- Qué me pasa, madre? Esto me ha pasado varias veces. Tengo miedo. - le dijo la joven abrazando a Rebecca. Se sentaron, Casandra coloco su cabeza en la falda del vestido de su madre, mientras lágrimas salían sin control de sus ojos, y entonces la duquesa comenzó a acariciar los hermosos cabellos oscuros y rizados de su hija.

- Está bien. Te contaré una historia.

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Qué secreto guardan el Duque y la Duquesa Rebecca? Afecta este secreto el futuro de Laidy Cassandra?

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