Por fin llegó el día en que pondría en marcha su plan de secuestrar a la Princesa Cassandra. Tenía una estrategia para que luego nadie supiera quién había sido.
Había ideado contratar mercenarios para que se llevarán a la Princesa Heredera junto a su doncella, que también era muy hermosa. Esos mercenarios eran los mismos que robaban a nobles y plebeyos en las fronteras de su territorio, y a los cuales el había dado pasaje libre hasta la capital del reino, a cambio de que hicieran el trabajo sucio por él.
Al tener a Cassandra en su palacio bajo su poder, la haría suya, disfrutaría su cuerpo hasta más no poder. Por supuesto, que haría lo mismo con la doncella, con la diferencia que a ella se la entregaría a su guardia personal luego.
Sin embargo, cuando quiso tomar a la Princesa, no se imagino que está se defendería. Al estar él encima de ella, Cassandra despertó. Y al verlo y sentirlo, intentando quitarle el voluminoso vestido, ella reaccionó, causando una pequeña explosión con su magia, que lanzo al Conde lejos de ella.
El hombre quedó desconcertado. El no sabía que Cassandra sabía utilizar su magia. Claro, que sabía que tenía magia, sino no la hubieran elegido como prometida del Príncipe heredero. Pero nadie sabía que luego de casarse, el Príncipe Brahim la había ayudado a que aprendiera a usar su magia, trayendo un maestro de magia del país vecino.
Cassandra se incorporo en la cama mirando a los lados. Acomodandose la ropa.
- Está loco? Qué está haciendo? No sabe que secuestrar y agredir a un miembro de la familia real se castiga con la muerte? - sin esperar respuesta, Cassandra comenzó a atacar con su magia al Conde, y este que aún no salía de su asombro, comenzó a esquivar los ataques mágicos de la chica.
Cassandra aún cuando no controlaba por completo su magia, era muy fuerte. El Conde solo esquivaba las pequeñas bolas de fuego que le lanzaba la joven, usando escudos de fuerza creados con su magia de aire. Al final logro poner un campo de fuerza a la mitad de la habitación conteniendo los ataques de la chica. Que al darse cuenta, se detuvo, ya que comenzaban a devolversele cuando chocaban con el campo de fuerza.
- Eres fuerte. Nunca imaginé que supieras usar tan bien tu magia. Entonces no me queda de otra que buscar a la muchacha que te sirve. - le dijo el Conde mirandola, mientras Cassandra tenía una expresión de asombro y miedo en el rostro. El Conde atacaría a Sara. Su doncella no tenía magia, pero había aprendido a defenderse, aunque no lo practicaba tanto como debería. Podría lograr defenderse y salir ilesa de las manos del Conde?
- No te atrevas a tocarla.
- Quién me detendrá? - Dijo el Conde mientras reía.
Cassandra se desespero cuando lo vio salir del cuarto y cerrar la puerta. Allí trato de anular el campo de fuerza con su magia y no pudo. No supo porque. Así que se le ocurrió tratar de comunicarse con Brahim por telepatía.
Sabía que su madre tenía el don, y que podía manipular a las personas a través de ese poder. Y que ella podría tener ese don, pero no estaba segura.
Se concentro y comenzó a recordar los sitios que había visto cuando comenzó a despertar durante el viaje a ese lugar, ya casi llegando a la mansión. Y a imaginar que le enviaba esa información al Príncipe Brahim.
Esperaba que eso funcionará, haciendo lo que le había explicado su madre, tiempo atrás, para transmitir la información mentalmente.
Recuerdo.
La Duquesa Rebecca tomo las manos de su hija y le dijo,
- Respira profundo y concéntrate. Luego ve en tu mente lo que quieres que yo vea.- le decía la Duquesa a Cassandra mientras ella respiraba profundo y observaba a su hija concéntrarse.
Así que la princesa cerro sus ojos y respirando profundo, intento poner un pensamiento en la mente de su madre.
Luego de unos minutos, Rebecca sonrió.
- También te quiero mucho, hija. - y la abrazo.
Cassandra había logrado poner en la mente ajena el pensamiento de que la quería mucho.
Practicaría ese don. Tal vez le sería útil más adelante, pensó.
Fin del recuerdo.
*********
Mientras tanto, el Conde bajo al sótano. Ya había sacado a Sara de la celda, e intentaba aprovecharse de ella. Pero la chica luchaba con uñas y dientes contra él.
Hasta que le da una patada en sus partes bajas, que hizo al Conde doblarse de agonía. Durante unos minutos no podía respirar. Cuando logro incorporarse se acercó a la joven, y le dió una cachetad* tan fuerte que la hizo caer al suelo.
- No quieres que sea yo? Está bien. Te entregaré a mis hombres. Ellos te convertirán en su perr*. Y luego desearas que hubiera sido solamente yo. - le expreso con una sonrisa malévola el Conde Almagro a Sara.
La chica se había levantado del suelo, sobandose la mejilla. Con lágrimas en los ojos, pero mirandolo sin ninguna expresión en su rostro.
No respondió. Solo lo miró sonreír de forma malvada y subir las escaleras para cerrar la puerta.
Se sentó en la cama. No sabía que haría. Podía defenderse de uno, tal vez dos hombres. Pero si eran varios estaría en problemas. En su tiempo, no sería tomada en cuenta por nadie para casarse, si su cuerpo tenía mancha.
No sabía que sería de la Princesa, pero sabía que ella se defendería con su magia. Por los momentos tenía que idear una manera de escapar al terrible destino que la esperaba. Así que pensó en la única forma que se le ocurria para escapar de él.
Reviso el dobladillo de su vestido y allí tenía varias pastillas escondidas. Era para casos de emergencia como ese. En su familia, las mujeres acostumbraban esconder pastillas elaboradas por ellas mismas, en sus vestidos para este tipo de situaciones. Las cuales contenían algunas plantas que eran tóxicas para el cuerpo, y que en dosis grandes eran mortales.
Cerro los ojos pidiendo perdón por lo que iba a hacer, pero no podía permitir que mancharan su cuerpo, y se tomó varias pastillas.
A los pocos minutos quedó inconsciente.
Cuando el Conde subió con dos guardias , para que la sacarán y se la llevarán a sus hombres. La encontro inconsciente, y cuando llamaron al médico para verificar, les dijo que estaba muerta. Al parecer había ingerido algún tipo de veneno, le dijo el médico al Conde.
El Conde estaba furioso, se lamento por eso. Tendría que contratar algunas chicas para enviarlas a sus escoltas. Ya les había informado que les llevaría un regalo, y no podía permitirse quedar mal con sus hombres.
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Entonces, el Príncipe heredero Brahim llegó a la mansión junto a un grupo de sus guardias de confianza. El Conde Almagro se dió cuenta. Y supo que había sido descubierto. De nada valió un plan tan elaborado. Tendría que huir y dejar todo, porque aún cuando intenté hecharle la culpa a alguien más, él sería ejecutado por prestar su territorio para algo así. Teniendo en cuenta también, que la Princesa lo había visto. Y que si indagan un poco más, el permitió que los mercenarios transitaran libremente por su territorio hasta la capital, con la única intención de que lo ayudarán a secuestrar a Cassandra. Nunca imaginó que todo iba a salir mal.
Así que antes que lo encontrarán, entró por un pasadizo secreto, que salía a dos kilómetros de su mansión. Allí estaba un plan de emergencia. Inicialmente la idea era, llevarse a Cassandra con él, si lo descubrían. Pero no podrá ser así, se lamentaba el Conde.
Al llegar al carruaje que estaba solo, tomó un caballo y algunas provisiones que le serían de utilidad, y se marcho lo más rápido posible, alejándose del lugar.
Por esa razón, el Príncipe Brahim y sus soldados no lograron encontrar al Conde cuando lo buscaron en la mansión.
**********
Dos días después, encontraron al Conde, intentando pasar la frontera hacia el imperio Fireland, vecino del Reino Rubí.
La guardia fronteriza de su majestad, el Rey Eduardo, lo atrapa y fue enviado en una celda carruaje, y con escoltas, a la capital del reino. Para ser juzgado y ejecutado por sus crímenes contra la familia real.
************
Pasaron los días, el Conde Almagro fue recluido en los calabozos del palacio. Fue interrogado por el Príncipe heredero en persona. Fue tanta la ira que sintió el Príncipe hacia el Conde, debido a lo que investigo sobre los planes de este, que terminó torturando él, personalmente, al Conde. Solo de imaginar que hubiera podido cumplir sus deseos con la Princesa, no ahora, sino cuando la conoció, cuando aún no sabía manejar su poder, y era solo una niña, lo lleno de ira. La magia de aire del Principe, se activo, y se sentía el viento hacer remolinos dentro del calabozo donde se encontraba el Conde.
El Conde no dijo nada, pero lo que sabía Brahim sobre sus planes, era por los mercenarios que habían capturado y que habían confesado, al ser torturad*s por los guardias del Príncipe heredero.
Eso lo enceguecio de ira, y actuó en contra del Conde, aún cuando sabía que Cassandra estaba bien. Sin embargo, Sara, la doncella de la princesa, aún no despertaba. Estaba bien porque las plantas tóxicas que había ingerido habían salido de su cuerpo con el tratamiento que el médico le había puesto.
Cuando la revisaron inicialmente, pensaron que había muerto. Pero en realidad, la toxicidad de la planta que había ingerido, hizo que su pulso bajara a niveles peligrosos. Afortunadamente, el médico de cabecera de la familia real, estaba familiarizado con ese tipo de plantas, y pudo salvarla. Sin embargo, aún no despertaba. Ya había pasado una semana del evento. El médico les había dicho que lo mejor era dejarla descansar, para que su cuerpo se recuperara a su ritmo.
En cualquier momento despertaría, porque de lo demás estaba bien.
Al terminar con el prisionero, el Príncipe se retiro, dando la orden a sus guardias de que aislarán al Conde, que curarán sus heridas, y solo le dieran la suficiente comida y agua para que no muriera, y no tenía permitido las visitas. Todo esto hasta que tuviera un juicio y el Rey Eduardo le diera su sentencia.
Brahim salió y fue directo a una habitación que usaba en esa ala para bañarse y cambiarse para ir con Cassandra, y cenar con ella.
**********
Mientras tanto, la Princesa Cassandra estaba en la habitación de Sara. Observaba como la doncella parecía dormir tranquilamente. Ya el médico real le había explicado que ella estaba bien y que había que esperar que despertará.
Ella le tomo la mano a Sara. Antes de ser su doncella, fue su amiga de infancia, y confiaba en ella, por eso la había llevado con ella al palacio. No pensó que algo así les ocurriría. Solo esperaba que Sara estuviera bien.
Una lágrima corrió por su mejilla.
- Despierta Sara. Eres como mi hermana y la única en la que confío. - Le dijo en un susurro triste Cassandra.
Ella se levantó para ir a cenar con el Príncipe cuando vio la mano ajena moverse. Cassandra se sorprendió y sentándose de nuevo, dijo
- Despierta Sara. Estoy aquí. Estamos bien. Nos rescataron. Despierta. - le decía mientras le hablaba.
Sara comenzó a moverse y a abrir los ojos. Y entonces miró a Cassandra.
- Mi laidy, está bien. - dijo sonriendo.
Y Cassandra la abrazo, emocionada. Su doncella, su mejor y única amiga, había despertado.
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Comments
Irene Salas
Ese conde-nado 🐖 no se pudo escapar como quería, qué bueno que lo atraparon, ahora que lo ejecuten☠️
2025-03-21
1
Paola Martiz
buen merecido se tenía esas torturas ese desgraciado 😈👏👏👏
2024-09-25
2
Paola Martiz
pensé que había logrado escapar ese porquería 😡 espero lo hagan sufrir pero bien lento así se lo merece
2024-09-25
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