Capítulo XV. La Concubina.

Soy Alexa Flame, hija del Conde Flame del Reino Fireland - explico la joven haciendo una reverencia.

"Es del reino de procedencia de mi madre,. Pero que hace aquí?" pensó Cassandra desconcertada. Desde su madre, nadie de ese reino había visitado el reino rubí. Alexa era una joven de cabello rojo, piel blanca y ojos turquesa.

- Y como es que está aquí? Vino acompañando a su familia? - pregunto con voz suave la Princesa.

La chica sonrió con superioridad.

- Si, vine con mi padre. En realidad, el concejo de ministros del reino rubí llamo a mi padre para que me trajera hoy. - explico la joven - Quieren que yo sea la primera concubina del Principe heredero. - terminó con una sonrisa maliciosa.

**********

Los ministros encontraron a una joven con magia de fuego, un año mayor que la Princesa Cassandra, lo que quiere decir que según la ley puede darle un heredero, legalmente, al Príncipe Brahim.

Sin embargo, aún cuando la joven presenta magia de fuego, está no es pura, ni sabe manejarla bien, por lo que no tiene resistencia física para manejar su poder. A diferencia de la Princesa Cassandra que su magia es pura de nacimiento, y sabe manejarla bien, debido a su entrenamiento en el palacio luego de casarse con el Príncipe heredero. Esto afectara a los hijos que ambas puedan tener, aunque esto último no era del conocimiento de los ministros y de la familia real.

Aún sabiendo esto, uno de los ministros propuso llamar al Conde Flame del Reino Fireland, para proponerle que su hija mayor, Alexa, fuera la primera concubina del Principe, y pudiera darle un heredero, prometiendole que había la posibilidad de que si esto ocurría, Alexa podía ser ascendida a Princesa heredera, desplazando de esta manera a Cassandra, que según la corte, no había sido bendecida con el don de dar vida, en pocas palabras, era infértil.

El concejo quería presentarla en el cumpleaños del Príncipe, que sería en un mes, y que se hiciera de una vez el compromiso. Lo que hizo que Alexa se sintiera superior a Cassandra. Creyendo en verdad que la Princesa era infértil. Llegando con el propósito de humillar y rebajar a Cassandra, y por supuesto tomar su lugar, no solo como emperatriz, sino en la cama y el corazón del Príncipe Brahim.

Mientras tanto, en la fiesta...

Cassandra miraba a Alexa. Primero se sorprendió pero fue algo que no dejó ver. Nunca imagino que los ministros le tendrían a ella esa sorpresa en su propio cumpleaños.

"Vaya regalo " pensó.

Y luego, la ira comenzó a invadirla, lo que hizo que el brillo rosado en los ojos de la Princesa apareciera muy brillante y con destellos dorados.

- Fíjate bien a quien le hablas, y conoce tu lugar. - la increpo Cassandra - estás muy debajo de mi rango. Yo soy la Princesa Heredera, próxima emperatriz del Reino y futura madre protectora del mismo. - le explicó con irá contenida, mientras sus ojos brillaban como llamas centelleantes, y al mirar alrededor, los nobles asistentes a la fiesta, comenzaban a abanicarse.

Al comienzo, la atmósfera en el salón principal, donde transcurria la fiesta, era normal, fresca como la noche, pero luego, fue subiendo la temperatura, siendo soportable para los invitados. Pero unos segundos después, muchos de los nobles comenzaron a salir a los jardines del palacio, debido al calor sofocante.

Cassandra intentaba controlarse. Pero cada vez que Laidy Alexa hablaba, insultandola con su modo de hablar, la Princesa se descontrolaba.

A su lado, estaba Sarah su doncella. Que acercandose a ella, le susurro al oído,

- Alteza, controlese. Todos en el salón tienen calor. - y se alejo un poco de la Princesa.

Cassandra respiro profundo. Miro a Sarah, y asintió. Y sin decir alguna palabra más, se fue del sitio, dejando a Laidy Alexa con la palabra en la boca.

Sin embargo, Alexa sonreía. Logro enfurecer a la Princesa. Y claro que sabía que el calor en el salón subió debido a ella.

"Tendré tu lugar" pensó la joven condesa con una sonrisa maliciosa.

Laidy Alexa no se daba cuenta de la desventaja en la cuál estaba frente a la Princesa Heredera Cassandra, en todos los sentidos.

El Príncipe heredero miro a la Princesa caminar rápidamente hacia las escaleras del palacio. "Puede ser que vaya al los jardines. Hace algo de calor" penso. Para luego darse cuenta que la princesa estaba molesta. Brahim se extraño y luego se dió cuenta que había una joven saliendo del mismo balcón donde había estado Cassandra.

Entonces, le pregunto a uno de los ministros más viejos,

- Quién es esa señorita? - Observando a la joven esbelta, rubia, de piel blanca como la leche. Era hermosa.

- Ella es Laidy Alexa, hija del Conde Flame del Reino Fireland. - respondió el viejo ministro.

Brahim se extraño. Nadie le dijo sobre una visita de ese reino. De repente comenzó a pensar lo peor.

- Y que asuntos trajo a la familia Flame a nuestro Reino, My Lord? Usted sabe algo? - pregunto tranquilo el Príncipe.

El hombre mayor lo miro extrañado.

- Pensé que usted lo sabía, Alteza. - respondió el ministro. Al ver la expresión de desconcierto en el rostro del Principe, continuo. - Se le propuso al Conde un compromiso entre usted y su hija mayor, Laidy Alexa, para que ella sea su primera concubina, y de a luz a su primogénito, futuro heredero a la corona. - concluyó el hombre casi que con una reverencia. Ya que el rostro de Brahim cambio a uno de furia.

- Con que derecho ustedes se atrevieron a traer una mujer para ser una concubina, sin mi autorización o la del Rey? - siseo el Príncipe lleno de ira.

- A-alteza, su majestad el Rey Eduardo autorizó que trajeramos a la joven. - explico asustado y tartamudeando el viejo ministro.

Brahim intento controlarse. Luego de pensar unos segundos, siguió el camino de la Princesa a los jardines. Pero no se dió cuenta que Laidy Alexa iba detrás de él, siguiendolo.

Hasta casi entrar a los jardines privados de la Reina. A ese lugar, solo tenían acceso la Reina y su doncella personal, y la Princesa Heredera Cassandra y su doncella. Nadie más.

Al llegar a la entrada, los guardias impidieron el paso al Príncipe Heredero. Brahim estaba muy molesto, quería hablar con Cassandra, pero no podía invadir los espacios de la Reina, su madre, por respeto.

Pero detrás de él, lo seguia Alexa, quien al ver que los guardias impedían su paso, se tomó atribuciones que no eran de su competencia y dijo,

- Que se creen ustedes. Dejen pasar al Príncipe Heredero. - e intentaba pasar ella también.

Brahim al ver esto, le dijo,

- Quién es usted, señorita? Aquí nadie le pediría ayuda a una extranjera, que ni siquiera sigue las normas de cortesía para presentarse correctamente. -

- Me disculpo Alteza. Mi nombre es Alexa Flame, hija del Conde Flame del Reino Fireland. A su servicio. - respondió la joven con una sonrisa, mientras hacía una profunda reverencia, que dejaba a la vista su gran escote.

Brahim la observo. Eran claras las intenciones de la joven.

- Le aconsejo señorita Flame, que no vuelva a inmiscuirse en mis asuntos, es decir en los asuntos de la familia real. Yo no la conozco, no sé quien es, tampoco se quien la invitó a mi país. Agradezco que por su seguridad no se involucre nuevamente en mis asuntos. - le explicó el Príncipe molesto.

- Y por si no lo sabe. Esa parte del jardín, está custodiada porque es el jardín de la Reina, y a ese lugar solo pasan la Reina y la Princesa heredera. Nadie más. Así que sino quiere que la encierren en un calabozo por una semana a pan y agua por desobedecer una orden real, le aconsejo se retire de esa zona y nunca intente de nuevo entrar. -

Brahim hizo una breve reverencia y se retiró a paso rápido del lugar. Dejando a la chica desconcertada.

Alexa apretó la falda del vestido en sus manos mientras apretaba sus labios rojos en una línea fina. Estaba indignada. Nunca nadie la había tratado así. Siempre sus padres la habían mimado, exageradamente, y le habían dado todo lo que ella quería y más, siendo la hija consentida del Conde.

Cuando su padre, el Conde Flame le hablo sobre ser la concubina del Principe heredero, primero se sintió insultada y dijo que no. Pero cuando su padre le explicó las ventajas, y que era casi seguro su ascenso a Princesa heredera, por supuesto que dijo que si.

En su mente encaprichada, lo único que entendió de la explicación de su padre, era que ella sería la futura emperatriz.

Al ver al Príncipe, pensó en lo guapo que era, y que sería fácil tenerlo a sus pies. Ningún hombre había podido resistir su belleza. Nunca se imaginó que sería tratada así, tanto por el Príncipe como por la Princesa.

"Ya veraz, princesita. Te quitaré todo, incluso el Príncipe será mío. Y tu no podrás ser ni siquiera una concubina" pensó con una sonrisa maliciosa Laidy Alexa.

**********

El resto de la fiesta transcurrio de forma normal. Ya era tarde en la noche. La fiesta había comenzado en la tarde y continuaba, ya avanzada la noche, solo que ahora habían menos personas, ya que comenzaban a retirarse y despedirse de los reyes. Los cuales en un momento se retiraron también, dejando a sus asistentes a cargo de despedir a los invitados, que poco a poco se retiraban, a los aposentos asignados porque vivían lejos o a sus mansiones cercanas al palacio.

El Príncipe luego de un rato, vio a la Princesa sentada en una de los balcones privados en el salón donde transcurria la fiesta. Al parecer había salido de los jardines y había subido por otro lado al salón de fiestas.

- Princesa, la estuve buscando. cómo se siente? - dijo el Príncipe haciendo una reverencia, y sentándose a su lado.

Cassandra ya estaba más tranquila. Y sonrió ante las atenciones de Brahim.

- Por qué lo pregunta, Alteza? - dijo en voz baja, Cassandra.

- Sentí el calor en el salón principal hace rato. -

- Oh, eso. - dijo la Princesa mirando a los ojos a Brahim. - Me encontré con una joven que dice ser invitada al palacio por la corte, ya que se va a comprometer contigo, mi principe. - explico Cassandra mirandolo muy seria. - Ella dice que la corte le propuso a su padre ser la primera concubina del Principe heredero. - repitió con una sonrisa fría que no le llegaba a los ojos - Sabes algo de eso, Alteza? - pregunto ella, mientras levantaba una mano y acariciaba su rostro.

Esa acción hizo que tanto Sarah como José, que seguían a su señorita y a su señor a todos lados, salieran rápidamente del balcón y se quedaran del lado de afuera, en silencio.

Brahim tomó la mano de Cassandra y beso la palma de su mano. Eso hizo que la princesa sintiera una corriente eléctrica bajar por su mano y recorrer su cuerpo, y reaccionó jadeando de forma imperceptible, en respuesta. Y cerro la mano, soltándose del agarre del Principe.

- No sabía nada, Princesa. Me enteré por casualidad por el Ministro Scott. - explico Brahim, sentándose ahora frente a Cassandra. - Al parecer mi padre autorizó que la trajeran, y a su familia claro. -

Cassandra contuvo el aliento, ante la explicación de Brahim. Le molestaba mucho que la corte hubiera tomado esa decisión sin consultar con ellos dos. Se levantó de su asiento y caminó hacia las rejas del balcón.

- Aún no pasa el tiempo estipulado para darte un hijo, y la ley me ampara debido a mi edad. - dijo suspirando. Y mirando al cielo estrellado.

Brahim se levantó y se detuvo muy cerca detrás de la Princesa.

- Lo sé, pero ya se corre el rumor de que eres infértil. - le explicó Brahim. - Se que es mentira pero la corte no, y por eso trajeron a esa chica. - explico preocupado.

Cassandra se sobresaltó al sentirlo tan cerca de ella. Trato de girar y quedó atrapada en sus brazos, debido a que él la sostuvo para que no cayera por la baranda.

- Ten cuidado, Princesa. - dijo el Príncipe acercandola más a su cuerpo, en un abrazo.

Ella se relajo al mirar y escuchar al Principe. El lo sintió, y se quedaron un rato abrazados. Ella levantó el rostro hacia él. Y él la miro, sus ojos grises verdoso, su radiante piel, los rizos oscuros enmarcando su rostro, y sus labios rosados. Brahim bajó su rostro hacia ella, Cassandra entreabrio los labios en un suspiro, y el Principe aprovecho para tomar sus labios en un beso tierno y dulce, que acariciaba los labios de ella.

El saboreo sus labios rosados, y luego se separó de ella. La miro. Cassandra estaba muy sonrojada.

Ella escondió su rostro en el pecho del Principe. Su corazón estaba acelerado. Y su respiración agitada. Su cuerpo se sentía extraño. Aún cuando no había sabido cómo responder al beso, le había gustado. Le encantó el beso que le había dado el Príncipe.

De repente, Cassandra dijo,

- La vas a aceptar como tu concubina, mi príncipe? - pregunto con voz triste, sin dejar de abrazarlo.

**********

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Comments

Irene Salas

Irene Salas

Cassandra te estás atrasando y cuando veas la concuzorra ya estará instalada en el palacio lista para saltarle encima a Brahim, afortunadamente a él no le agradó esa tipa, pero tal vez use artimañas para enredarlo🤔

2025-03-22

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