Capitulo VIII. Meses después.

Pasaron tres meses desde que se realizó la boda real entre el Príncipe Brahim y la Princesa Cassandra.

Cassandra rápidamente estaba aprendiendo a manipular su magia de fuego a su antojo. Aunque aún le faltaba mucho por aprender. Y seguía entrenando para fortalecer su cuerpo, para que resistiera la magia que circulaba por ella.

Cada vez era más fuerte.

Aún no llevaba una buena relación con el Príncipe. Sin embargo, lo toleraba. Él conocía todos sus avances en cuanto a la magia de fuego. Y que mejoraba rápidamente en el uso de la espalda.

También, estaba aprendiendo rápidamente el manejo del reino. No era lo mismo estudiarlo con sus maestros, que ponerlo en práctica con las diferentes actividades sociales y administrativas que le asignaron.

Una parte importante del trabajo de la Princesa Heredera era realizar las fiestas de té. Debía conocer a las damas nobles más importantes del reino, así como a sus hijas, y como era su deber, había organizado varias fiestas de tés para conocerlas y socializar con ellas buscando su apoyo. Obviamente, se dió cuenta como algunas la apoyaban y otras no. Debido a que muchas querían para sus hijas el puesto de Princesa Heredera.

Luego, fue el momento de conocer a los miembros de la corte. En esa ocasión, estuvo presente junto a su esposo, el Príncipe, solo en silencio observando. Se dio cuenta de la presencia del Conde Almagro. Ya que formaba parte de la corte por ser una de las familias de más importancia para el reino. Este Conde, era aquel que en una oportunidad manifestó querer bailar con ella en una fiesta de cumpleaños del Príncipe Heredero.

Aún cuando el Conde no se dio cuenta en un primer momento de la presencia de la Princesa Heredera, Cassandra si lo vio, y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ver a este hombre, y recordar la forma en que la miró aquella vez en la fiesta. No se dio cuenta ni de qué estaban hablando en dicha reunión. Sin embargo, ya que no se necesitaba su presencia porque aún no era Reina, y su esposo estaba en apoyo al Rey, intentó disimuladamente, retirarse de la reunión junto a su dama de compañía, Sara.

 Sin embargo, el único que se dio cuenta de esta acción fue el Conde Almagro. Que al ver que Casandra se retiraba discretamente de la reunión, la miró de una forma intensa y maliciosa. Habían comenzado a correr rumores entre los miembros de la corte, de que el Príncipe solamente pasó su noche de bodas junto a la Princesa, y que luego no ha tenido tiempo de volverla a visitar de noche en sus aposentos. Inclusive se comenta que por eso aún no hay un futuro heredero. Pero aún no le ponen mucha atención al tema. Ya que, solo han pasado tres meses del matrimonio y es poco tiempo. Y esto no era tan apremiante en ese momento.

El Conde Almagro, luego de aquel encuentro, se quedó pensando, "ahora Cassandra está más hermosa que cuando la conocí hace varios años". No hizo algo para que estuviera con él anteriormente, porque se encontraba en su territorio ocupándose de su gente. Sin embargo, seguía con él mismo deseo de poseer a Cassandra. Pero ahora estaba casada con el Príncipe Heredero, y ya la habían proclamado Princesa Heredera del reino. Si quería que sucediera algo entre ella y él, tendría que idear un buen plan. Y la oportunidad se presentaría más pronto de lo que él pensaba.

Casandra después de esa reunión intentó evadir las reuniones con la corte a las cuales se le invitaba. Ahora podía hacerlo porque aún no sé necesitaba su presencia obligatoria. El Rey Eduardo y la Reina Isabela seguían siendo los reyes regentes en el país. El Príncipe Brahim asistía como parte de su formación para poder administrar el reino para cuándo le fuera entregado su puesto como Rey. Es decir, cuándo ascendiera al trono.

Mientras tanto, Cassandra se daba cuenta en sus fiestas de té, quien la apoyaba y quién no. También se daba cuenta de lo importante que era para los nobles que ella y el Príncipe tuvieran un heredero. Inclusive, las nobles de mayor edad le habían informado, como si fuera una conversación casual, que si no concebía un heredero pronto sería desplazada.

Aunque el Rey no quisiera, las leyes del reino exigía que en el término de un año, ella le diera un heredero al reino. Aquí no se trataba de que formara una familia, se trataba de mantener el poder y la estabilidad del Reino. Recordando que su matrimonio fue arreglado entre los padres de Brahim, y los de ella. Buscando beneficios tanto para la familia real, ya que se consideraba que ella por tener magia de fuego podía devolverle la magia a los descendientes de la familia real, cómo para la familia de Cassandra, y los negocios de su padre, el General Alexander.

**********

El Principe Brahim le solicitó a su asistente, José, que arreglará su agenda de modo que pudiera compartir con su esposa, la princesa Cassandra, algunos momentos todos los días. Y que buscaria la manera de negociar con Cassandra para que durmieran en una misma habitación, y así callar las habladurías de la gente, sobre todo a los ministros. Sabía que los sirvientes de esa ala del palacio se daban cuenta lo que sucedía entre ellos. Y lamentablemente, se había esparcido ese rumor fuera de las paredes del palacio.

Incluso, ese día más temprano en la reunión con los ministros y su padre, alguien había hecho el comentario de que si era verdad que el principe no había consumado su matrimonio con la princesa. A lo que el Rey reacciono muy molesto y dando un golpe en la mesa, sin dejar que el Príncipe replicará, dijo:

- Usted, Conde Almagro, no debe meterse en la vida privada de mi hijo. Esa no es una conversación propia de esta corte. No debemos ventilar tales asuntos en público. Además, debemos volver a hablar de la ley de protección a la mujer. Y llegar a un acuerdo para que entre en vigencia lo más pronto posible. -

"No estamos de acuerdo en aprobarla, su majestad"

Dijeron varios ministros al mismo tiempo.

- Su majestad, cómo podemos aprobar esa ley? Afectará la reciente unión de nuestro Príncipe. - dijo el Conde Almagro en nombre de todos - Es injusto para ellos privarlos de su amor. No cree? - El Conde sabía que no había pasado nada entre ellos y Cassandra seguía siendo pura.

- Eso no afectará a mi hijo en nada. Además, si así fuera, yo aún sigo siendo el Rey, y sigo al frente de esta corte y del Reino. -

- Y si a usted le pasará algo, su majestad? El Principe tomaría la corona, pero en constante peligro por no tener un heredero. Nosotros no podemos permitir eso - dijo el Conde sonriendo maliciosamente.

"Adónde quiere llegar..." pensó el Principe Brahim.

- Está amenazando a mi padre? - preguntó Brahim en tono alto y mirando fijamente al Conde.

- Por supuesto que no, su Alteza. - dijo sonriendo - solo quiero lo mejor para nuestro pueblo. más bien quiero proponer que se mantenga en espera la aprobación de la ley, y se le propongan a usted varias candidatas a concubinas, claro elegiremos aquellas que tengan magia en su familia, para que usted, Alteza, escoja las que quiera como consortes, y así tendrá más probabilidad de tener el tan esperado heredero al término de este año. - concluyó el Conde Almagro.

- No voy a permitir que mi esposo tenga concubinas. - se escuchó una voz fuerte y clara, era la voz de Cassandra.

Todos los ministros se quedaron sorprendidos ante la presencia de la Princesa Cassandra en la sala de reuniones. Inmediatamente se levantaron, haciendo una reverencia a su Alteza, la Princesa heredera.

"Su Alteza"

Dijeron al mismo tiempo.

El Príncipe Brahim la observaba sorprendido ante su intervención. Había estado dos veces anteriormente en alguna reunión, pero nunca participó. Inclusive la había invitado otras veces y ella se había negado a asistir, poniendo cualquier excusa. "Cómo es posible que ahora estuviera de repente haciendo su entrada en esa reunión?" pensó el Príncipe.

Hasta su Majestad, el Rey Eduardo, quedó sorprendido por la intervención de Cassandra.

- Princesa, bienvenida sea a esta reunión y gracias por su intervención. Díganos, por qué no quiere aceptar concubinas para su esposo, si esa es una de las leyes en nuestro reino? - le preguntó el Rey Eduardo, esperando y confiando que la Princesa diera una buena explicación como respuesta.

- En las leyes también dice, su Majestad, que yo debo aceptar que mi esposo tenga concubinas, así como cualquier otra noble casada con cualquiera de los ministros aquí presentes. Debo aceptar un matrimonio entre él y sus consortes, y yo no estoy dispuesta a aceptar esos matrimonios. Me parece una humillación que una mujer tenga que compartir con otras el tiempo de su esposo, aún cuando sea en beneficio del reino. - concluyó con voz firme.

Todos se quedaron sorprendidos ante la respuesta de la Princesa. Muchos habían creído en los rumores que se hablaba sobre que ella y el Príncipe sobre que no se llevaban bien, que inclusive no compartían la misma cama y que muy pocas veces se habían visto a lo largo de estos cuatro meses. Por lo tanto, fue una sorpresa para todos la intrusión de la Princesa en la reunión, así como su respuesta enojada. "Tal vez eran mentira los rumores?" "Uy, que respuesta tan descortés. Nosotros tenemos nuestros derechos legales de tener concubinas. Que se cree, la princesa" pensaron algunos.

- Bienvenida, su Alteza, primero creo que no fue invitada a esta reunión, después debe pedir el derecho de palabra para dar alguna opinión y, por último, esa ley está vigente. Es cierto que usted tiene que aceptar el compromiso entre cualquier posible concubina y el Príncipe, pero también es cierto que si su esposo debe tomar concubinas para el beneficio del reino, y usted no da su aprobación, no es necesaria tal. - esto lo habló el Conde Almagro.

- Está usted en lo cierto, Conde. Sin embargo, le digo que se me ha dado un año para poder darle un heredero a la corona, y ese año aún no ha pasado. Por lo tanto, mientras ese tiempo no concluya estoy en mi derecho de negarme a que mi esposo tome concubinas. -

El Conde Almagro observó a la Princesa y sonriendo maliciosamente pensó, "la Princesa está tomando fuerza y valor para afrontar a esta corte y los asuntos de Reino. Interesante."

Mientras esto pasaba, el Príncipe que iba inicialmente a intervenir pero no lo hizo, ya que su padre intervino primero que él y, posteriormente, se quedó, sorprendido, observando como Casandra irrumpía en la reunión. Y cómo defendía su punto de vista, sonrió pensando, "entonces tengo una oportunidad de conquistar su corazón."

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Comments

Irene Salas

Irene Salas

El príncipe debe hablar seriamente con su esposa y ambos llegar a estar de común acuerdo para poder cambiar su futuro, él ya le está ayudando a ella con su magia y ella debe corresponder a tal apoyo, sólo si están unidos podrán vencer los obstáculos 🤔

2025-03-21

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