En qué pensaba mi padre al aceptar el compromiso por parte del General, el duque Alexander? Laidy Casandra es una niña. - dijo el Príncipe heredero a su asistente personal.
- Usted lo sabía, alteza. - respondió en voz baja José, su asistente.
- Sí, lo sé. Lo sabía desde que tenía 10 años. Pero ahora me doy cuenta que es una locura. - dijo Brahim en voz baja, mientras miraba el traje que le había llevado José, enviado por el sastre, y qué usaría el día de su boda.
Era un traje de tres piezas blanco, con detalles en dorado y rojo. Este último color había sido añadido al final, a petición de su prometida.
- Es un color extraño para una boda. pensé que no lo aceptaría, Alteza. - mencionó José. Este había crecido junto a Brahim, y eran muy buenos amigos, por lo cual se sentía en libertad de hacer ese tipo de comentarios. Además de que estaban solos en la habitación de su Alteza.
- Lo acepté, porque es lo único que ha podido elegir Laidy Casandra, amigo. -
- Entiendo, Brahim. -
Luego de revisar algunos otros detalles de la boda, salieron a su despacho a atender algunos asuntos que el Rey le había asignado a último momento, y que ya no podían esperar más.
**********
Faltando un día para la boda.
- Voy a hablar con padre. No quiero casarme. - dijo Cassandra a su hermano Ciro.
Por fin, había reunido el valor suficiente para tomar la decisión de hablar con su padre.
- No crees que es un poco tarde, hermanita? Mañana es tu boda con el Príncipe Brahim. - le recordó su hermano.
- Aagghh - grito Cassie. - No quiero casarme con él. - grito exasperada, apretando las manos en el borde de su falda.
- Hermana, no creo que sea tan malo. Date una oportunidad para conocerlo. Y si en verdad no te gusta, solo cumple con tu deber de darle un heredero. Y entonces le dejas en claro que ya no te tocará más, y le das el permiso para que tenga concubinas. A ti solo te interesa ascender al trono como Reina. - concluyó su hermana.
- A mí no. A nuestro padre. Para ti es muy fácil decirme que cumpla con mi deber. No es sencillo dejar que un hombre que no me gusta, y me exaspera, toque mi cuerpo de forma íntima. - dijo ella en voz baja con expresión triste.
- Disculpa, Cassie. No me di cuenta de lo que sentías. Tienes razón. - se disculpó su hermano, abrazándola.
Luego volvieron a sentarse en el cómodo saloncito de estar, asignado a Cassandra.
El resto de la tarde conversaron de otras cosas. Ciro lo hizo más que todo para distraerla.
Casandra sabía que ese era un día ajetreado, ya que al día siguiente era su boda, pero se negaba a hacer caso de las veces que su madre la mandó a llamar, para atender algún asunto de su matrimonio.
Al final de la tarde, ya no pudo retrasar más su asistencia. Sabía que su madre la regañaría, por evadirla.
Pero primero, iría a hablar con su padre. Intentaría hacer que cancelara la boda.
**********
Cassandra estaba frente a la puerta del despacho de su padre. Respiró profundo y tocó la puerta dos veces. Espero que su padre la autorizara a entrar.
Segundos más tarde se escuchó el pase por parte del General y Cassandra entró e hizo una reverencia.
- Cassandra, ya es muy tarde. Pensé que estabas descansando. Recuerda que mañana es el día de tu boda con el Príncipe Brahim.
- Padre, disculpe, de eso quería hablarle. - Cassie permaneció de pie, ya que su padre no le había indicado que se sentará. Respiró profundo. - Padre, por favor, no quiero casarme. Por favor, deje que me quedé con mi madre. - le suplico a su padre con voz temblorosa.
Entonces, el Duque la miró sumamente molesto con una expresión de frialdad en su rostro. y dando un golpe en su escritorio que sobresaltó a su hija, dijo:
- De nuevo con esa estupidez, Cassandra? Tú naciste y fuiste educada solo para ser la prometida del príncipe. Esa es tu única función. Tu matrimonio beneficiará mucho a nuestra familia y a mis negocios. Me hará casi intocable. Y luego que asegures tu puesto como futura reina, al darle un heredero, entonces si seré intocable y podré tener más libertad para realizar mis negocios. - explicó molesto y de forma cruel, el general.
- Y tampoco voy a cancelar la boda, aún si pudiera hacerlo. Que voy a hacer con una hija que fue rechazada por la corona?- exclamó el general.
- Pero la corona no me rechazaría. Usted pediría la cancelación del compromiso, padre. -
- La gente no lo verá así. Dirán que fuiste rechazada por algún defecto o inventarán otra cosa, dañando la imagen de nuestra familia. Nadie se querrá casar contigo. Y entonces tendré que aceptar cualquier oferta que me presenten por ti. Aunque siguieras siendo pura, no podré comprometerte con quien quiera. - explicó el Duque serio. Cassandra solo lo miraba sorprendida ante la frialdad de sus palabras.
- Hay varios de mis socios que me han propuesto muy buenos negocios si te entrego como concubina alguno de ellos. Y hay uno, que es viudo que te aceptaría como esposa y también podría negociar con él. - Casandra escuchaba a su padre sorprendida y horrorizada.
- Pero no quiero eso para ti, hija. Quiero que seas la reina de este país. Y para eso debes casarte con el Príncipe heredero. Olvídate del amor, y solo cumple con el propósito para el cual has sido concebida y educada. Cumple con tu deber para con esta familia. Y cásate con el Príncipe, asegura tu puesto dándole un heredero, ya luego puedes dejárselo a las concubinas. -
Casandra se queda sin palabras. Y con los ojos llenos de lágrimas ante las frías palabras de su padre.
- Y si eso no te motiva hija mía, sabes que tu madre está encerrada en su cuarto hasta nuevo aviso, y solo tiene permitido salir para colaborar con la planificación de tu boda. Sabes muy bien que eso de debe a la imprudencia que cometió contandote sobre nuestro pasado, para lo que no le di permiso de hacerlo. - era cierto su padre había dejado incomunicada a su madre, encerrada. Solo tenía permitido salir a colaborar con la boda, y Casandra no había podido volver a hablar con ella ni a solas ni acompañada. Le daba tristeza su madre, ya que mientras estuviera encerrada solo recibía agua y comida liviana. Y el l Duque la visitaba de vez en cuando. Había pasado 10 días con ese castigo.
- Si quieres ver y hablar de nuevo a tu madre obedece mis órdenes, hija. - finalizó su padre.
- Retírate y descansa. mañana es un gran día. - le ordenó su padre.
Casandra, por un segundo se bloqueó, luego reaccionó hizo una reverencia y salió rápido del despacho de su padre. Al llegar a su habitación se encerró y se echó a llorar.
Era tanta su decepción y su ira que comenzó a subir la temperatura dentro del cuarto, sin darse cuenta. Una vela que estaba sobre la mesa comenzó a derretirse rápidamente sin estar encendida. Se miró al espejo y se dio cuenta del brillo rosado en sus ojos. Entonces, comenzó a respirar profundamente para calmarse, ya no que no quería que provocar un accidente. Al mirarse nuevamente, ya había vuelto sus ojos a la normalidad. Así que Cassandra, solo lloró.
**********
Desde que se enteró que poseía magia de fuego por parte de su madre, había solicitado un maestro de magia que le enseñara como usar su don, pero su padre se había negado y en cambio había encerrado a su madre por revelarle ese secreto.
Ya Casandra sabía que su padre, luego de casarse con su madre, le había lanzado un hechizo para que estuviera sujeta a él, en cuerpo y alma. Y nunca lo dejara, ni siquiera al descubrir las intenciones que él tenía para con su hija, no nacida para ese momento. Y que por esa razón, su madre se portaba como si fuera una esclava con su padre.
Su madre le contó que al casarse con el Duque, ya tenía un hijo mayor, Ciro, al que le daría el ducado. Pero si padre, quería más poder y ese solo se consigue a través de la familia real. La única manera de pertenecer a la familia real era con un matrimonio.
Pero no con alguien cualquiera. El plan del Duque era, primero necesitaba que su siguiente descendiente fuera niña. Luego, que tuviera magia, y no cualquier magia. Tenía que ser magia de fuego. Ya que ese era el elemento que faltaba por relacionar a la familia real, y qué lograría que la siguiente generación de la realeza, tuviera magia de los cuatro elementos. Algo muy raro y exclusivo de la realeza en ese reino, en décadas anteriores al trato con el demonio.
Así que su objetivo era tener una hija con magia de fuego con su madre, Rebecca. Ella, al saber sus intenciones, le preguntó qué pasaría si ella tenía un varón, o si la niña nacia sin magia.
- Un hijo varón no me sirve. Ya tengo milamentaba, ya queado, mi amado hijo Ciro. Así que si es varón, tendré que matarlo. Y una niña sin magia, tal vez me sirva para negociar con algún socio importante, sino también correría la misma suerte del varón. Así que procura embarazarte de una niña con magia de fuego a la primera, querida Princesa. - le explicó el Duque con una sonrisa maliciosa y mirandola fijamente.
La Duquesa Rebeca, se lamentaba, ya que ella se había enamorado sinceramente del Duque y pensó que él también estaba enamorado de ella.
Luego, de concretar el compromiso con el Rey Eduardo, el Duque Alexander comenzó a ver los beneficios del compromiso en sus negocios. Estos comenzaron a prosperar, y comenzaron a llegar negocios nuevos y mejores. Sobre todo aquellos en la ilegalidad (Está parte no la sabía Cassandra).
Y esos beneficios serían ratificados al casarse su hija, Cassandra. Así que no cancelaría el matrimonio, ya que no lanzaría por la borda todo el esfuerzo realizado, por la desobediencia de Rebecca y de Cassandra.
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Se casará Laidy Cassandra con el Principe heredero Brahim? Habrá noche de bodas?
Qué tipos de negocios tiene el Duque Alexander, que necesita ser intocable para realizarlos?
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Comments
Irene Salas
Creo que debería aceptar el matrimonio con el príncipe y ya que está enamorado de ella pida un maestro de magia o tal vez en la biblioteca del palacio encuentre información útil 🤔
2025-03-21
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Topy71 🇦🇷
Pobre chica, le va a tocar casarse, pero tendría que pensar a liberarse de ese viejo y salvar a su madre
... Los dos hombres de esa familia son caca, el viejo es un maldito, y el hijo no se queda atrás con ese tipo de pensamientos
2024-09-06
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