Capitulo X. Emboscada.

"Cómo era posible que alguien que hasta hace unas semanas odiaba, ahora le pareciera encantador??" pensó Cassandra.

En el último momento, ella bajo la cabeza, y el entendiendo el gesto, le dió un beso en la frente.

Se quedaron así, abrazados. De pie en medio de la terraza. De pronto, Cassandra se estremeció de frío. El la envolvió más en sus brazos.

- Vamos, hace frío - y entraron al saloncito. Pidieron té caliente para ambos y lo bebieron en silencio.

- Me quedaré contigo está noche, Cassandra. Si quieres ir primero a arreglarte. Yo espero aquí. - le dijo el con amabilidad.

Ella lo miró. "Eso no estaba en mis planes", pensó.

- Está bien. Podemos ir juntos. Se que no me obligaras a nada, Brahim. - le respondió con una sonrisa. El asintió y ambos salieron del salón y caminaron a los aposentos de Cassandra.

Al llegar, Sara la esperaba con el baño preparado. Sara hizo una reverencia al ver a ambos.

- Puedes retirarte, Sara. Te llamo si necesito algo. - le dijo Cassandra amable.

Sara hizo de nuevo una reverencia y se retiró.

- Y quien te va a ayudar con el vestido? - le preguntó Brahim sonriendo y acercandose a ella. Cassandra sonrió.

- Tu, por supuesto, mi Príncipe. - dijo Cassandra mientras se volteaba y apartaba su largo cabello de la espalda, para dejar al descubierto las cintas que ataban su vestido.

- Con gusto - respondió Brahim, mientras desataba cada cinta del vestido, y pasaba suavemente los dedos por la piel que iba descubriendo de la espalda ajena.

Ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Y Brahim la sintió estremecer.

- C-creo que así está bien. G-gracias. - dijo Cassandra mientras sostenía el vestido sobre su pecho. Sintiendo que en cualquier momento quedaría desn*d* ante él. Ya su espalda estaba al descubierto y parte de su ropa interior también. "Que me pasa que estoy coqueteando con el" pensó Cassandra.

Brahim estaba sorprendido. Pensó que Cassandra tendría más capas de tela cubriendola bajo su atuendo, pero solo llevaba puesto el vestido. Y unas bragas mínimas debajo de la gran falda. Esto lo sorprendió, había escuchado que ese tipo de ropa íntima en las mujeres era mucho más cubierta. Aún así, era una delicia observar la almendrada y suave piel de su espalda.

La Princesa se apartó y casi corrió al cuarto ropero. Y Allí se colocó una bata, para luego pasar rápidamente al baño, encerrarse y meterse en la bañera que le había preparado Sara. El agua estaba tibia y perfumada. Así que comenzó a relajarse pensando que Brahim no la molestaría. Pero estaba equivocada.

Brahim se había despojado de casi toda su ropa. Casi. Entro al baño.

- Hazme espacio, preciosa. - le pidió a Cassandra con una sonrisa.

Cassandra dió un brinco del susto. Porque tenía los ojos cerrados y no se dió cuenta que el Príncipe había entrado.

- Brahim, qué sucede? Pensé que esperarías. Ya me retiro para que le preparen el baño. Disculpe, Alteza. - dijo nerviosa, y tapándose el pecho.

- No es necesario. Bañemonos juntos. Así ahorramos agua. Además somos esposos. No pasa nada. - le respondió mientras entraba en la bañera. Sentándose y ella quedó de espaldas a él y entre sus piernas. El la tomo de los hombros haciendo que se recostara sobre su pecho. Y el comenzó a enjabonarle los brazos y el cuello con una esponja. Luego le enjabono la espalda suavemente. Y Cassandra suspiro relajada.

- Cómo te sientes, preciosa? -

- Mejor. Gracias - le dijo con una sonrisa, abrazada a sus piernas. Mientras el enjabonaba su espalda. Por un momento olvido sus nervios.

-Aun no hablamos de que vamos a hacer. - le dijo Cassandra.

Brahim detuvo la esponja en su espalda. Y jalandola hacia sí, la abrazo por los hombros y le beso la sien.

- Si me lo permites. Me ganaré tu corazón. Haré que me quieras como yo te quiero. - le respondió Brahim.

Ella se quedó pensativa. Suspiro.

- Está bien. Quiero que estemos bien y que esto funcione. Te permito que trates de conquistarme, Brahim. -

El sonrió. Y le beso de nuevo la sien. Abrazandola de nuevo.

**********

Cassandra se estiró despertando. No sé sintió diferente al sentir solo la sabana cubriendola, porque estaba acostumbrada a dormir así. Hasta que se estiró y sintió un cuerpo caliente a su lado. Abrió los ojos sobresaltada.

Brahim estaba dormido a su lado, y tenía los brazos en su cintura. Se veía tan lindo y pacífico, durmiendo. Ella intento apartarse para levantarse sin despertarlo.

Pero él la tomo del brazo y la detuvo.

 - A dónde vas, preciosa? - le preguntó el Príncipe acercándola hacia el y abrazandola.

- Al baño. - dijo algo nerviosa. - Buenos días. -

- Buenos días - le dijo besando su frente y apoyando la mejilla en ella, el Principe.

Por un momento, ambos se quedaron abrazados bajo las sábanas. Hasta que Cassandra reacciono. "Por Dios, estamos d*snud*s" pensó, y se levantó rápidamente agarrando la sábana para taparse. En el proceso, dejo a Brahim sin sabana, y vio que también estaba como llego al mundo. Y eso, más el movimiento rápido de jalar la sabana, hizo que cayera sentada en el suelo.

Brahim comenzó a reír. Y, rápidamente , se puso un pantalón. Para luego ayudar a Cassandra a levantarse del suelo.

- Estás bien? - le preguntó Brahim con una sonrisa.

- Si, gracias. Disculpe, Alteza. - le dijo ella apretando la sábana con fuerza a su alrededor.

- Ya te dije que me llames por mi nombre. Y no pasa nada. Disculpame tu a mi por estar así. - le explicó sonriendo.

Cassandra asintió. "Tremendo cuerpo que se gasta Brahim" pensó.

Así que Cassandra paso al baño y se vistió con una bata. Al salir, Cassandra vio a Brahim ya vestido.

En eso tocaron la puerta. Era el asistente de su Alteza, José, con algunos asuntos que había que resolver.

- Disculpe, su Alteza. Pero esto es urgente. - le explicó José.

Brahim miró muy molesto a José. En ese momento llego Sara con el desayuno para ambos. Hizo una reverencia y le dieron permiso para pasar.

- Me retiro, Princesa. Que disfrute su desayuno. Nos vemos más tarde. - le dijo Brahim tomando su mano y besandola con una sonrisa. Mirando nuevamente como Cassandra se sonrojaba. Ella asintio. Y el se retiro.

- Cómo durmió, mi Laidy? - le preguntó Sara.

- Muy bien, Sara. - respondió Cassandra con una sonrisa.

Sara vio un brillo rosado en los ojos de la Princesa. Pero no era como los que había visto anteriormente. Este parecía ser producido por la emoción. "Será que la princesa se está enamorando? Habrá pasado algo entre ellos anoche?" pensó.

- Alteza, le traigo el té anticonceptivo? - le preguntó Sara curiosa a la Princesa Cassandra. A lo que ella se ahogo con el jugo que estaba tomando.

En seguida Sara la ayudo a secarse. Y entonces Cassandra le dijo,

- No es necesario, Sara. - y no comento más. Aunque era evidente que estaba avergonzada. Ya que estaba más roja que un tomate.

Sara sonrió y asintió. Ayudándola a prepararse para su día.

**********

Pasaron los días, y cada vez era más cordial la relación entre los Príncipes. Cassandra y Brahim siempre trataban de pasar un rato en el día juntos, conversando o paseando, y luego volvían a sus obligaciones. Y ambos procuraban dormir juntos en la misma habitación. Las cosas de la Princesa se trasladaron al aposento del Príncipe. No faltaron los que opinaron que eso no debía ser, ya que él Principe debía tener su espacio personal para él, y también debía poder estar con las concubinas que ingresarán al palacio. Por los momentos, no refutaron eso. Y solo disfrutaban de la compañía del otro.

Por supuesto, ya Cassandra había aprendido a dormir con su pijama favorita. Por los momentos era lo mejor. Pero Brahim siguió durmiendo como mejor le parecía, que era como vino al mundo. Ya a Cassandra no le molestaba.

**********

Ya había pasado un año. En la corte seguían las discusiones por la ley de protección a la mujer. Aún el Rey Eduardo y El Príncipe heredero Brahim, no lograban que los ministros se pusieran de acuerdo y aprobaran la ley.

Así que habían dejado eso a un lado por el momento y trataban un asunto sobre las fronteras del Reino. Al parecer, había un grupo de bandidos que asaltaban a todo el que ingresaba al Reino. Y está situación tenía bastante tiempo.

- Y que ha hecho el Conde Almagro? - preguntó el Rey.

- Al parecer había logrado contenerlos hasta ahora. Sin embargo, parece que están actuando ahora cerca de la capital. No sabemos cómo es que eso ha pasado. Lo cierto es, que el Conde informo que estemos atentos a la frontera de la capital. Ya que están más cerca. Y el sigue controlando las fronteras de su territorio. -

- Entonces, redoblemos la vigilancia en las fronteras. Avisen al pueblo que este con cuidado y se mantengan atentos, y que avisen cualquier inconveniente. - ordeno el Principe Brahim.

Todos comenzaron a preparar todo para asegurar las fronteras y avisar a los pobladores.

"Que raro que los bandidos hayan pasado hasta la capital. El Conde siempre fue cuidadoso con sus fronteras. Y es extraño que ningún otro territorio en su camino a la capital, no haya informado algo sobre asaltos en sus territorios" pensó Brahim inquieto. Tenía un presentimiento.

**********

- Alteza, está segura de salir del palacio? Recuerde lo de los bandidos que le dijo el Príncipe, que era mejor quedarse a buen resguardo. - le recordó Sara a la Princesa Cassandra.

- Recuerda que me sé defender, Sara. Además, solo hacemos está diligencia y volvemos. - le respondió Cassandra con una sonrisa.

Sin embargo, Cassandra estaba muy pendiente del Conde Almagro. Por qué?

El Conde había visitado varias veces el palacio con la excusa de hablar con el Principe sobre la situación en su territorio. A lo que pensaba Cassandra, "por qué está aquí en vez de ir a defender su territorio?"

Pero ya sabía que eran solo excusas para verla a ella. Ya que cada vez que tenía una oportunidad en esas visitas, iba al despacho de la Princesa, según para saludarla. Y ella lo saludaba solo por cortesía. Y cuando intentaba instalarse para conversar, ella educadamente le decía que tenía cosas que hacer y que en otra oportunidad con gusto conversarían.

Sin embargo, la última vez, había notado que el Conde se retiraba con una expresión de ira que le dió escalofríos. Es que las miradas que le lanzaba de arriba a abajo, eran de lujuria. Y lo que le provocaba era quemarlo en el sitio y acabar con ese hombre de una vez. Así que desde hace algunos días, estaba pendiente de los movimientos del Conde.

Inclusive, Cassandra había informado al Príncipe Brahim sobre las visitas del Conde Almagro a su despacho y de lo que ella percibió la última vez acerca de su molestia., pero no le había dicho sobre sus presentimientos.

Así que el Principe Brahim le había asignado guardias adicionales para que la cuidarán.

Sin embargo, ese día salió con Sara sin los guardias adicionales. Solo fueron en el carruaje, Cassandra, Sara, el cochero, y cuatro caballeros que las escoltaban.

A medida que se alejaban del palacio, se adentraban en el bosque. Solo era un trayecto del camino que estaba dentro de la zona boscosa, y por lo tanto era el trayecto más peligroso, ya que era fácil planificar una emboscada en ese sector.

De pronto, Cassandra comenzó a tener un terrible presentimiento. Y solo pensaba que ya estaban por salir del bosque.

Entonces, fue cuando escucho varios gritos desgarradores. Y el carruaje se detuvo de repente. Y se escuchó algo caer.

-Qué pasó? - preguntó en voz baja Sara.

Y Cassandra se asomó por la ventana, y aún cuando era de día, estaba oscurecido por la sombra de los grandes árboles. Así que no veía bien que sucedía.

- Tranquila. Bajaré a ver qué sucede?-

- Alteza, deje que los caballeros se encarguen. -

- No creo que estén afuera. Ya hubiéramos escuchado algún alboroto de pelea. - respondió en un susurro Cassandra, aún tratando de ver hacia afuera.

Así que se le ocurrió, encender una fogata afuera con su magia para así poder ver. Entonces, se concentro y con un movimiento de sus manos, se comenzó a incendiar un tronco seco cercano a ellas.

A los pocos segundos, abrieron la puerta del carruaje. Y antes de que Cassandra pudiera reaccionar. Ya la habían arrastrado afuera, y le habían colocado un trapo en el rostro con alguna sustancia. Ya que comenzó a marearse, y a sentir los párpados pesados.

Aún así le dió tiempo, durante el forcejeo con su atacante, prenderle fuego a dos de los bandidos frente a ella, que comenzaron a gritar, mientras sus compañeros corrían a auxiliarlos. Pero igual murieron por las quemaduras.

Lo último que escucho Cassandra fue a Sara pedir por la vida de ambas. Ella la miró mientras sus brazos caían a los lados y sus ojos se cerraban cayendo en la inconsciencia.

Su último pensamiento antes de desmayarse fue "Brahim, encuentrame".

**********

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Comments

Irene Salas

Irene Salas

Espero sinceramente que ella esté preparada para acabar al conde-nado 🐖 ese de una vez por todas😡

2025-03-21

1

Paola Martiz

Paola Martiz

teniendo el presentimiento de que algo malo podía pasar va cuales sin los otros guardias 🤦🏻‍♀️ debió llevarlos así sea camuflados o algo

2024-09-25

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