Cristal.

—¿No están nerviosos? —Le preguntó Lumina a sus compañeros mientras temblaba de la emoción.

Lumina era la menor del grupo, y por alguna razón eso influía en su personalidad debido a que era la más inmadura e infantil.

—No nerviosa, emocionada diría yo. —Afirmó Luna de manera imponente.

Luna junto a sus amigos Ludovico, Luke, Lumina y Lucía se encontraban ansiosos ya que había llegado un día importante. Hoy recibirían su Cristal Protector.

Cada vez eran menos ángeles que toleraban el entrenamiento, así que muy pocos tenían el privilegio de recibir su Cristal Protector. Para ese acontecimiento los Querubines debían supervisar a los aprendices, y entre ellos seleccionar quien era el más digno, o al menos el que no abandonaría a Dios por un impulso de cobardía.

Lucero también fue seleccionada para recibir su Cristal, aunque Luna prefería evitarla a propósito. Últimamente Lucero le parecía demasiado grosera e imprudente, digo, siempre fue así, pero ahora Luna no quería desánimos en un momento tan importante de su vida.

Debía concentrar, y no cometer ni un solo error. Tenía que ser perfecta.

—¿Lucero no vendrá? —Cuestionó Luke extrañado. Era hora de partir.

—No lo sé, no me interesa. —Luna se alzó de brazos.

—¿Qué dices Luna? Si Lucero y tú son las mejores amigas. —Comentó Ludovico.

—Estoy enfocada en mi formación para llegar a ser Serafín, no tengo que arrastrar a Lucero a mi nivel si no quiere. —Determinó Luna.

Sus amigos desaprobaron un poco esa actitud, sin embargo lo dejaron pasar. Tal vez y ellos también debían enfocarse en si mismos, y no depender de su compañerismo.

En fin, fueron al salón donde serían guiados por los Querubines a la cueva en que estos Cristales bendecidos serían extraídos. Los seleccionados estaban ansiosos por saber cuál sería el color de su Cristal. Estos solían ser de un color en específico, y cada uno representaba una simbología.

Los más comunes eran:

El Cristal Blanco: significaba Pureza y Paz. Era el más codiciado, ya que Dios prefería a los cristales blancos a su lado.

El Cristal Rosa: significaba Amor y Sensibilidad.

El Cristal Azul: significaba Fuerza y Calma.

El Cristal Verde: significaba Prosperidad y Esperanza.

El Cristal Amarillo: era Equilibrio y Alegría.

El Morado: significaba Atracción y Deseo.

Era obvio que Luna quería el blanco, pensaba que era el que mejor iba con ella. Después de todo, ella se consideraba una chica pura y casta, además de que quería fortalecer la paz en el mundo con la perfección...

—Creo deducir cual es el que quieres. —Dijo una voz a sus espaldas.

—¡Lucero, llegaste! —Exclamó Luke contento. —¿Qué color crees que te tocará?

—No me es relevante, no creo que hagan mucho de igual manera. —Contestó Lucero sin importancia. —Leí una vez que ángeles han sido absorbidos por el pecado a pesar de poseer un Cristal, ¿Entonces que sentido tienen?

—Aquí vas otra vez, siempre en contra de todo. —Luna rodó los ojos, fastidiada. —Eso debe ser un mito.

—¡Yo quiero el amarillo! —Intervino Lumina con entusiasmo.

—Sin duda va contigo, a cada rato estás eléctrica y alegre. —Opinó Lucía, ella no era de muchas palabras, por si no lo habían notado.

—Cállense, llegaron los Querubines. —Demandó Luna, silenciando a todos.

Los Ángeles de la jerarquía superior habían llegado para llevarse a los ángeles que pronto serían bautizados como los verdaderos hijos de la luz. Fueron dirigidos a una cascada que tuvieron que atravesar con cuidado, sus corrientes eran potentes y podían arrastrarte a las profundidades del temible mar.

Detrás de la cascada se encontraba una cueva con millones de estos cristales coloridos, todos parecían gotas de arcoiris que iluminaban la oscura guarida. Los cristales eran custodiados y cedidos por una mujer hermosa que no era un ángel, pero era igual de poderosa que un Serafín.

—No puede ser, es Anette, la Gran Hechicera de la Luz. —Expresó Lumina con asombro.

Solo bastaba una cosa para que la mística y sería Anette te diese un Cristal Protector: era tu nombre. A partir de ahí ella deducía tu personalidad y hasta donde podías llegar.

Los Querubines permitieron que Lucía pasará primero, era la mayor de todos. La Gran Hechicera con su mirada quitaalmas analizó a Lucía y de inmediato hizo aparecer un amuleto con un cristal de color blanco.

Todos se asombraron del resultado, y al mismo tiempo se ilusionaron por lo que le tocaría a cada uno.

—Luna, adelante.

Los Querubines la llamaron, Luna pasó lentamente hasta quedar de frente a la Hechicera de la Luz, Anette.

Había algo temible en ella, algo que te espantaba... Luna pensaba que la habían elegido como guardiana de los cristales por eso mismo. No obstante, Luna no sabía que Anette era la advertencia esclarecida de lo que significaba unirse a ese mundo de la Luz y su Dios.

Pronunció su nombre con precisión, cada sílaba la saboreó para que la bruja supiese quien era ella. Para su sorpresa, a Luna le pasó una cosa que no esperaba y que nunca presenció por parte de Anette con otro ángel.

Le sonrió.

Pero no era una sonrisa bondadosa, no... era una sonrisa de burla. Esa sonrisa era un mal presagio.

En eso su Cristal Protector se manifestó en sus manos, y la expresión de Luna no pudo ser una más desagradable al ver que le tocó un cristal color lila.

Esto debía ser un error, ella debía tener un cristal blanco, ¿Qué rayos tenía que ver el morado con ella? ¡Nada!

Sus amigos intentaron calmarla, a pesar de que no decía nada, sabían que Luna iba a explotar de furia. La aliviaban diciendo que no era tan morado, era un lila muy claro que casi parecía blanco.

Pero Luna no lo quería, ella quería blanco, ¡Transparente si era posible! Esos tonos morados no hacían más que manchar la pureza de su Cristal, la pureza de ella misma...

—Lucero.

Su amiga pasó y Luna observó con curiosidad de saber que color le tocaría a una chica rebelde como Lucero. A Lumina le había tocado el rosa, se mostraba satisfecha. A Luke le tocó un cristal verde y a Ludovico un azul claro, casi celeste. Luna hubiera preferido azul celeste antes que ese sucio morado.

Anette invocó el Cristal Protector de Lucero, por su luz se deducía que era azul. Sin embargo, la mayoría se sorprendió al ver que el cristal era de un color fuerte, era un azul oscuro similar a un zafiro.

—Dicen que los cristales oscuros significan que sus portadores poseen una gran creatividad. —Argumentó la Hechicera ante la impresión de todos. —No son raros, solo son para los cabeza de chorlito.

Lucero admiró su amuleto, se sentía raro tener un color así, más lo terminó aceptando. Todos obtuvieron su cristal, solo dos consiguieron el blanco, y no era Luna.

Era la hora de irse. No obstante, los Querubines detuvieron al grupo de Luna.

—¿Quién de ustedes es Lucero? —Interrogó uno de ellos con seriedad.

Los cinco miraron a la mencionada, quien los miró confundida y asustada a la vez. Luna sonrió, a lo mejor ya había hecho algo que la metió en problemas.

—Lucero, te informamos que por ordenes de Dios y por tu destacada determinación, que has sido ascendida a Arcángel. —Revelaron los querubines. —Felicitaciones.

¿¡Pero qué me estabas contando!?

Más populares

Comments

Julia Monta88lvan

Julia Monta88lvan

Ya no va a ser mi Lena al parcer va a ser mi Luna
Lunita, eres pura??, segun sepo yo las puras no piensan en la manera que tu lo hicistes,hasta creo q fue grosero
Me.va encantando esta novela vamos a esperar....

2024-02-09

2

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play