Sabía muy bien lo que Yu estaba tratando de hacer. Era la misma historia que había vivido con Jian. Al principio, Jian me había jurado amor eterno, pero luego, cuando se cansó de mí, buscó cualquier pretexto para deshacerse de mí. Y ahora Yu estaba haciendo exactamente lo mismo.
Pero yo no iba a permitir que la historia se repitiera. No dejaría que Yu me abandonara tan fácilmente como lo hizo Jian. Estaba decidido a aferrarme a él con uñas y dientes. Yu era mío, solo mío.
Cuando vi llegar a todos sus amigos esa noche, comprendí de inmediato su patético plan. Quería evitar estar a solas conmigo, pretender distancia entre nosotros frente a los demás. Pero yo no me iba a quedar de brazos cruzados viendo cómo destruía nuestro amor.
Me mantuve vigilante en las sombras de la cocina, sin perderlo de vista. Noté cómo evadía hablar de mí con sus amigos, cómo reía y coqueteaba descaradamente con uno de ellos. La sangre me hervía de celos, pero me contuve. Mi momento llegaría, sólo debía ser paciente.
Yu podía pretender frialdad ante los demás, pero yo conocía su verdadero ser. Había visto su mirada tierna posarse en mí en tantas ocasiones, sus labios recorrer ansiosos mi piel. Ese amor no podía ser fingido. Me pertenecía por completo, sin importar cuánto lo negara ahora frente a sus amigos.
Sólo estaba asustado por la intensidad de nuestro amor. Pero yo me encargaría de recordarle que estaba destinado a ser mío para siempre.
Más tarde esa noche, vi a Yu escabullirse hacia nuestra habitación. Se sobresaltó al verme allí esperándolo.
—Oh, sólo vine por mi abrigo, saldré de nuevo con los chicos... — dijo evitando mirarme a los ojos.
—No te preocupes, yo también saldré esta noche — respondí con fingida naturalidad.
Yu asintió y se marchó rápidamente con su abrigo en mano. Seguro pensaba que yo acudiría llorando y rogándole que se quedara conmigo. Pero no esa vez.
Me quedé unos minutos en la habitación, planificando mis próximos pasos. Luego también me escabullí fuera del apartamento sin que nadie lo notara. Tome un autobus hasta llegar a las afueras de la ciudad.
Decidí hacerle una visita a Chen. Sabía que se sorprendería de verme, después de que lo había golpeado aquella vez. Pero confiaba en poder convencerlo de darme asilo por unos días.
Toqué a su puerta y Chen abrió con los ojos muy abiertos por la sorpresa.
—Daoming... no esperaba volver a verte después de... ya sabes —.
—Lo sé, no tienes por qué recordarme ese desagradable incidente — respondí con una sonrisa cautivadora. —Sólo necesito tu ayuda por unos días, un lugar donde quedarme mientras resuelvo unos asuntos —.
Chen frunció el ceño.
—No creo que sea buena idea, será mejor que te vayas... —.
Rápidamente tomé su mano con suavidad.
—Vamos, no me digas que no extrañas nuestro tiempo juntos. Podríamos recordar viejos momentos, pasarla muy bien los dos solos aquí... — susurré acariciando su mejilla.
Vi el debate interno en los ojos de Chen, la lucha entre su rencor y el deseo que aún despertaba en él. Finalmente accedió a dejarme pasar con un suspiro. Sabía que no podría resistirse a mi encanto por mucho tiempo.
—Debes hacer algo por mí si quieres vivir en mi casa. No creeré en tus palabras de nuevo —
La mirada suave que tenía cuando me besaba o cuidaba de mí había cambiado por algo peligroso y desafiador. Mi corazón empezó a palpitar, y para evitar una pelea o un desencuentro más grave, intenté mantener mi calmón.
—Chen, no estoy seguro de lo que significa eso, — dije, tratando de apartarme de él, pero sus manos se apretaban más en mis cuadriceps.
—Basta de jodidos trozos de palabras, Daoming, — le dijo Chen, su voz vibrante como un trompo, —debes saber que soy el que decide aquí y no puedes ignorar lo que te pido —.
Y eso era cuando me sorprendió hasta los huesos: sacó sus pantalones hacia abajo a toda velocidad.
—Chen, calma, — dije, tratando de mostrarme inocente nuevamente, dejar que Chen siguiera con su juego y que pensará que él tenía el control.
Chen tomó mi mano y la colocó en su cuerpo, indicándome lo que tenía por hacer, después sus labios se fueron a mi cuello y me deje llevar por el calor del momento. Solo le tenía que seguir el juego, era algo que había hecho antes y que podía seguir haciendo.
***
A la mañana siguiente, desperté en la cama de Chen después de haber cedido a la pasión y traicionado mi amor por Yu. Me invadió la vergüenza, pero también la furia. Revisé mi celular y no había ni un solo mensaje o llamada de Yu, confirmando mis peores temores. A él no le importaba mi desaparición, probablemente ni siquiera la había notado.
Chen me abrazó con más fuerza, susurrando palabras de amor. Aparté su brazo bruscamente y me levanté de la cama, iracundo.
En lugar de regresar con Yu, decidí quedarme unos días más con Chen. Le propuse fingir que teníamos un apasionado romance, con la esperanza de que los rumores llegaran hasta Yu y lo llenaran de celos.
Chen accedió gustoso a ser mi cómplice, siempre había estado obsesionado conmigo. Salimos juntos a varios lugares públicos, abrazados y tomados de la mano, asegurándonos de ser vistos por conocidos que pudieran esparcir la noticia. Reservé una habitación con una sola cama cada vez que salíamos, todo para complacer al idiota de Chen.
Durante el día, me aseguraba de publicar selfies con Chen en mis redes sociales, escribiendo comentarios sugerentes sobre lo felices que éramos y lo mucho que nos amábamos. Sabía que la curiosidad haría que Yu revisara mis perfiles, hirviendo de celos al ver mis publicaciones.
Después de una semana de este juego, finalmente recibí un mensaje de Yu de regresar a casa, pero me limité a no contestarlo, tenía que llegar a sus límites para que nunca se olvidará de mi.
Colgué dejándolo con la palabra en la boca. Mi plan estaba funcionando a la perfección. Muy pronto Yu estaría suplicándome regresar con él. Yo era el único que podía hacerlo feliz, él lo sabía en el fondo. Sólo necesitaba un pequeño recordatorio.
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Comments
Maru19 Sevilla
!!!!Zas!!! muy tóxico el romance
2024-12-20
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