13. Daoming

Recordaba esa noche mágica con Yu. Es como si todo el tiempo estuviese congelado y sólo aquella noche explotó en llamas, llena de pasión y deseos prohibidos.

Yo sentía mi corazón latir en mi pecho como una mariposa al despertarse de su hibernación. Supe que esa noche fue diferente a cualquiera otra, y no sólo por la pasión que sentía por él. Si bien nosotros eramos primos, me había cruzado la mente siempre que nos mirábamos; estaba claro que entre nosotros existía algo más allá de la familia.

Era extraño, todo daba vueltas, la razón por la que estaba con Yu era para olvidar a Jian, pensaba que al estar en una relación prohibida, algo fuera de los límites, podría arrancarme del pecho algo que solo me lastimaba.

Aún así era extraño cada vez que Yu me observaba, él me quería, y quería devolverle ese afecto aunque sabía que rompía los límites cada vez que lo intentaba.

Yu me miró con ternura y, antes de apartarse, me dijo.

—Recuerda, Daoming: te esperare en la salida—.

Yu tenía razón, teniamos que arreglarnos para ir a la universidad, mi padre se esforzaba por pagar las cuentas. Nosotros no éramos como el resto de la familia, no teníamos mansiones en el país, tampoco apartamentos en cada una de las ciudades. Nos esforzabamos por mantener nuestra granja y sacar los gastos para sobrevivir al año.

Le di un último beso a Yu antes de vestirnos para ir a la universidad.

El viaje allá fue largo y cargado con pensamientos contradictorios. Mientras viajaba, no podía evitar recordar esa noche de pasión, ni a Yu ni sus besos, ni lo que nos unía a pesar de nuestra relación prohibida. Yu no dijo palabra alguna, yo tampoco pude hacerlo, no sabía cuál era el siguiente paso después de que rompimos las reglas.

—Te quiero— Dijo Yu cuando detuvo el auto, pero fueron palabras que yo no pude devolver.

A lo largo del día entero, no pude desprenderme de la memoria de esa noche mágica con Yu. Recuerdo cómo nos abrazamos y bebimos de esas pasiones que habían estado latentes durante tanto tiempo. Su piel contra mi mía, sus besos sobre mis mejillas y ese sentimiento de pertenencia que solo podíamos encontrar el uno en el otro.

Todavía podía sentir el peso de su cuerpo contra mío, como si todo eso hubiera sido un sueño. Pero sabía que no lo era, porque aquellas emociones eran tan fuertes y reales.

Y a medida que las horas pasaban, pensé en cuál sería mi próximo encuentro con Yu, cuando regresara a casa. Con toda probabilidad, estaría en el mismo lugar de antes, rodeado por la tranquilidad y los recuerdos de aquella noche.

Al finalizar las clases, me dirigí al club de atletismo.

Una vez allí, fui a observar las prácticas de los compañeros y me detuve cuando vi a Yu sentado en una banca a un lado, observando nuestros entrenamientos como si quisiera vigilar cada uno de mis movimientos.

Pero mientras observaba su postura tranquila junto a la banca, vi al amigo de Yu acercarse y noté cómo se intercambiaban miradas, como si compartieran un secreto que yo no conocía. No podía ignorar ese sentimiento extraño que me remontaba desde el estómago hasta mi garganta.

Su amigo le hablaba sobre cosas que aparentemente no tenían relación conmigo, pero su tono y sus palabras tenían algo más allá de lo obvio. Y eso me hizo preguntarme si, en realidad, ese era solo un amigo para Yu o algo más.

—Mentiroso—, pensé en voz baja.

Pero en ese punto, ¿podía creer verdaderamente esa expresión? Que un par de primos pudieran amarse sin importar las limitaciones sociales? O era todo simplemente una forma de distraernos y olvidar nuestros dolores?