15. Daoming

Había estado entrenando durante semanas para ese momento. Seria mi primera competencia de atletismo y los nervios me invadían. Nunca antes había participado en un evento y no estaba seguro de qué esperar. Mientras me dirigía al campo de entrenamiento, noté la ausencia de uno de mis compañeros, Chen. Recordé entonces el incidente de hace unas semanas. Tal vez aún se sentía resentido y por eso había faltado hoy. No le di mucha importancia, tenía la mente enfocada en una sola cosa: la competencia.

Comencé a calentar, estirando mis músculos con cuidado. Mis compañeros bromeaban entre ellos para aliviar los nervios pero yo preferí concentrarme en mi respiración y en los ejercicios. Todo mi ser estaba volcado hacia la carrera que correría en sólo unos minutos. Esta era mi oportunidad para probarme a mí mismo, para escapar de los problemas que atormentaban mi mente, como el recuerdo aún latente de Jian. Correr me había brindado el escape que necesitaba los últimos meses luego de nuestra ruptura. Mientras entrenaba, podía dejar la tristeza atrás y enfocarme sólo en el movimiento de mis pies contra la pista, en el viento contra mi rostro.

El silbato sonó indicando el inicio de la competencia. Me puse en posición de salida, mis músculos tensos y el corazón acelerado por la emoción del momento. Al oír el disparo de salida, comencé a correr con todas mis fuerzas hacia la meta, sintiéndome más vivo que nunca.

Cuando llegué al estacionamiento después de la carrera, vi a Yu esperándome recargado en su auto. Me acerqué rápidamente hacia él.

—¿Por qué no fuiste a verme entrenar hoy?—, le pregunté. Yu siempre había estado presente en mis prácticas, apoyándome desde las gradas.

Yu respondió que había tenido que ir a la biblioteca a investigar algo para un trabajo. Sin embargo, la explicación no me convenció. En los últimos días había notado que Yu se mensajeaba más seguido con alguien por su teléfono y temí que estuviera viéndose a escondidas con otra persona.

No podía evitar los celos, Yu era sólo mío, no quería compartir su atención y cariño con nadie más. Desde que iniciamos nuestra relación prohibida, Yu se había convertido en mi motor para seguir adelante. La sola idea de que estuviera interesado en alguien más me atormentaba.

Aunque desconfiaba de su explicación, decidí decirle que le creía. Yu notó mi molestia y se acercó para abrazarme.

—No te preocupes, sabes que eres al único que quiero. Estuve pensando en ti toda la mañana, esperando con ansias verte de nuevo—, susurró en mi oído.

Sonreí aliviado y lo estreché con más fuerza entre mis brazos, era cierto, no tenía de qué preocuparme. Yu era mío.

Aún abrazados, dejé que mi mente se apoderara de mí y comencé a besarlo con pasión. Yu respondió a mis besos al principio, pero luego me detuvo suavemente.

—Daoming, será mejor que nos vayamos ya, estoy algo cansado. ¿Qué te parece si vamos a comer algo?—, me dijo apartándose un poco.

A regañadientes me separé de él, intentando calmar el torrente de emociones dentro de mí. Sabía que Yu tenía razón, no era ni el momento ni el lugar para dejarme llevar. Además, el entrenamiento me había dejado exhausto también.

—Está bien, vayamos a comer—, respondí secamente.

Yu tomó mi mano y me guió hacia su auto, abriéndome la puerta del copiloto. Al ver su sonrisa cálida, mis celos irracionales se disiparon. Confíaba en Yu, él me amaba y yo a él. No tenía porqué dudar.

Me subí al auto y dejé que me llevara a casa, con la promesa silenciosa de retomar nuestra pasión más tarde.

Mientras comíamos, mi mente divagaba. A pesar del tiempo transcurrido, una parte de mí aún extrañaba a Jian. Nuestra relación había significado mucho y su partida me había destrozado. Sin embargo, estar con Yu me hacía sentir vivo de nuevo.

Al principio, lo busqué solo para olvidar mi dolor y llenar el vacío que Jian había dejado. Pero ahora, cuando veía a Yu reír o cuando me tocaba, sentía mariposas en el estómago que antes no estaban ahí. Una parte de mí temía enamorarme realmente de él, hacerme ilusiones para después sufrir otra desilusión.

Mis arranques de celos sin sentido eran la prueba de que Yu se estaba volviendo muy importante para mí. No quería que termináramos como lo hice con Jian, no podría soportar otro corazón roto. Quizás Yu estaba despertando un nuevo sentimiento en mí.

Lo contemplé comer frente a mí. Sus gestos, su mirada, su voz...todo me resultaba tan familiar ya. No, no dejaría que nadie me lo arrebatara.

Mientras comíamos, vi como Yu chequeaba su celular y una sonrisa se dibujaba en su rostro. Luego me comentó que quedó de verse con sus amigos más tarde en un bar y me preguntó si quería acompañarlo.

Aún cansado por el entrenamiento, decidí ponerlo a prueba respondiéndole que prefería descansar. En el fondo, esperaba que Yu se quedara conmigo si realmente le importaba. Pero me equivoqué.

—Está bien, descansa entonces. Nos vemos más tarde, tengo que pasar a mi casa antes de reunirme con los chicos—, me dijo mientras se ponía de pie y depositaba dinero sobre la mesa para pagar la cuenta.

Sentí una puñalada en el pecho al verlo marcharse tan campante. Me dejó solo, después de nuestra promesa de estar juntos prefirió irse con sus amigos en lugar de quedarse. Sabía que estaba siendo irracional, que Yu tenía derecho a tener planes aparte de mí, pero no pude evitarlo.

Pagó la cuenta rápidamente y se despidió con un fugaz beso, prometiendo llamame más tarde. Y así, me quedé solo con mi amargura, mesándome los cabellos, preguntándome si Yu realmente correspondía a este amor que estaba floreciendo en mí. Una lágrima escapó de mis ojos, evidenciando la herida que se abría en mi pecho. Lo estaba perdiendo, así como perdí a Jian.

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