18. Yu

Consciente de la lesión sufrida durante la carrera, sabía que debíamos dirigirnos a la enfermería de la universidad para cuidar la herida de Daoming. Sin embargo, Daoming se sentía orgulloso, lo cual me hacía difícil manejarla y mantener su atención en algo más serio como una herida.

—Yu, es un simple corte, no necesitamos ir a la enfermería —, dijo Daoming mientras se sentía cómodo en el asiento del auto.

Sabía que si no hubiese sido infiel a él, tal vez no estuviese negociando. Pero recordé que mi prioridad era mantener la relación entre nosotros intacta, por lo que decidí conducir hacia casa en lugar de seguir insistiendo en ir a la enfermería.

—Bien, vamos a casa para que te puedas descansar —, le dije mientras iniciaba el motor.

Al llegar a casa, corrí hacia el pequeño despacho donde mantenías tus primeros auxilios. Allí encontré un vaso con agua y alguna gasa limpia para eliminar la sangre seca de su nariz. Regresé al salon a entregarle la gasa suavemente.

A mis sorpresa, encontré a Daoming esperándome con esposas de juguete y una bandana en manos para atarme los ojos.

—No necesitas eso —, dijo con una sonrisa que no habia descubierto en él. —Recuerda nuestra promesa, por favor, déjame hacer esto para ti —.

Aunque me molestaba la idea de aceptarlo, sabía que era mejor mantener nuestra promesa y evitar problemas en nuestro, así que permití que Daoming atara mis ojos con la bandana.

—Vale —, dije mientras asentía la cabeza, —haz lo que desees, solo cuida de mí —.

Daoming comenzó a desvestirme mientras me acostaba, y con cada movimiento suave, me abrazó y besó mi rostro, hombro, pecho y brazos. Aunque no pudiera ver lo que hacía Daoming, sentí sus manos y labios sobre mi cuerpo, creándome una imagen mental de cómo debía ser su rostro mientras lo tocaba.

Besado de esa manera, me sentí extraño no poder ver su cara, pero también sentía el afecto que lo rodeaba y la seguridad de estar en sus brazos. Me apoyaba en él y le devolví mis besos, sintiendo su calor y amor con cada movimiento.

—¿Quieres lllevar las cosas mas lejos? —

—No necesitas preocuparte —, le dije mientras continúamos besándonos, decidi mentir un poco, tratar de aliviar mis errores del pasado —Me esta gustando —.

Aunque no tenía experiencia previa en esa situación, sentí un repente asombro al sentir el nuevo estímulo y quería apartarme, algo que no habia sentido antes, algo de lo que Daoming se estaba aprovechando.

—Espera, por favor —, le dije mientras intentaba moverme.

—Yu, no necesitas preocuparte, solo estamos haciendo lo que acordamos —, respondió Daoming con calma, mostrándome su fuerza y confianza en esa situación.

Después de experimentar esa nueva sensación, Daoming me quito las gafas, como si quisiera ver la expresion en mis ojos, como el miedo se apoderaba de mi. De nuevo, podía ver su hermoso rostro mientras se acercaba a mí en toda su excitaria energía.

—Yu —, dijo con un tono dulce pero determinado.

Daoming me tomó las manos y las colocó de lado para evitar moverme demasiado preparando mi cuerpo para lo que iba a venir.

—Está bien —, le dije mientras sentía su calor sobre mi cuerpo, —Si esto es lo que te hace feliz y cumple con nuestra promesa, entonces lo haré —.

Daoming me abrazó y me acarició con suavidad, convenciendo a mí mismo de que todo estaba bien y que seguir adelante no significaría perder lo que teníamos.

En ese momento, sentía un deseo ardiente por cumplir la promesa y satisfacerlo, pero al mismo tiempo, me sintió una ligera incertidumbre en mi mente.

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Con toda la preparación realizada por parte de Daoming, él comenzó a desprenderse de sus ropa y me apoyé en la mesa mientras esperaba su acción.

Sentí un miedo incontrolable, aunque sabía que era parte de nuestra promesa y que Daoming lo haría con cuidado.

Al sentir como tocaba mi cuerpo por primera vez, sentí como si el calor y sensación se propagaran por todo mi organismo, algo inimaginable y intensamente deseable a la vez. A pesar de los miedos iniciales, me apoyé en él, permitiéndole continuar su avance lentamente y cuidadosamente.

Cada movimiento suave de Daoming lo hacía sentir más cerca, más unido a mi alma y cuerpo.

En ese momento, sentí una gran pregunta en mi mente: ¿valía la pena arriesgar todo lo que teníamos por este momento íntimo? No lo valia, Daoming estaba loco, se habia aprovechado de una estupida promesa y me habia atrapado en mi propia red de engaños, algo que no podia escapar aunque quisiera.

Sin embargo, al oír sus palabras.

—no me vayas a abandonar —, me apoyé en él, fingiria por esa noche, al menos, hasta que encontrara una salida de lo que habia empezado.

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