CAPÍTULO 16

No podía creer que iba a hacer esto. Pero ya saben lo que dicen sobre medidas desesperadas. Comprobé una última vez el sonido de la ducha encendida a través de la puerta cerrada. Elia siempre se duchaba a altas horas de la noche, después de que me excusaba para dormir.

No tenía mucho tiempo.

Dejé las luces apagadas, atravesando el salón en las puntas de mis pies, llegando a la cocina casi flotando. Una rápida mirada a la barra me dijo que no había dejado ninguno de los documentos que le había visto estudiar más temprano atrás. Me tragué una maldición mientras busqué rápidamente alrededor por algo que hubiera poder dejado atrás, no permitiéndome demorar más de un minuto en ello. Si no había una llave, tendría que buscar por algo más.

Frustrada por la búsqueda inútil, corrí al otro lado de la isla, justo en donde sabía estaba la puerta oculta. Contuve la respiración, captando el sonido de la ducha aún encendida antes de inclinarme cerca de la ranura. Si descubría la forma de la cerradura quizás podría replicar una llave, ¿no? Eso parecía funcionar en las películas todo el tiempo.

Y ya no sabía qué más intentar.

Palpé el hueco, reconociendo el mecanismo del cerrojo, quizás podría conseguir un clip para el cabello y…

Ya no escuchaba la ducha.

Me congelé comprendiendo que no recordaba hace cuánto tiempo se había detenido; no sabía si Elia acababa de salir o si la puerta se abriría en cualquier segundo, atrapándome junto a mi única salida de este lugar.

No entendí por qué lo hice, quizás fue el miedo, quizás mi estupidez; pero lo siguiente que supe es que me encontraba corriendo en dirección a la habitación, intentando llegar antes de que descubriera que había estado husmeando alrededor a escondidas. Estaba frente a la puerta del baño cuando ésta comenzó a abrirse.

Cometí un gran error.

No llegaría a la habitación, no sin hacer demasiado ruido delatador, a último segundo cambié mi dirección y me lancé al sofá; atragantándome con mi respiración para no dejar escapar ningún jadeo.

Elia salió del baño.

Y el jadeo escapó en contra de mi voluntad.

Sólo llevaba una toalla atada a su cintura.

Sabía que mi secuestrador tenía un gran cuerpo; era algo innegable incluso con todas las prendas de ropa encima. Y había tenido una o dos miradas de su torso mientras lo atrapaba cambiándose de camisetas; pero nada era comparable a verlo así. Su cuerpo brillaba con la humedad de su reciente baño, la misma aferrándose a su cabello, volviéndolo más oscuro que su tono tostado habitual. Sus espesas cejas se alzaron al encontrarme allí, medio tirada, medio sentada en su lugar para dormir. La camiseta que llevaba se había subido con mi acrobacia y ahora descansaba por encima de mi ombligo, dándole un excelente vistazo a mis bragas oscuras y mis muslos. La mirada de Elia se detuvo en ese triángulo demasiado tiempo.

Carraspee, atrayendo su atención nuevamente al norte de mi cuerpo.

—Yo…eh…no podía dormir.

______________

Gracias por leer. Si te gustó el capítulo no olvides dejar tu voto o comentario.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***