...
El profesor Ricardo, un omega que rondaba los treinta, entró con un andar tranquilo y confiado. Solía ser una persona alegre, y ahora no era la excepción.
—Buenos días, chicos —saludó. Y los alumnos respondieron con entusiasmo, en especial las chicas. Aunque todos ahí eran del mismo género secundario, Ricardo no dejaba de ser atractivo y maduro, por lo que era una pequeña celebridad entre los alumnos, en especial dentro de las clases omega.
—¿No vendrá el profesor Bill? —preguntó alguien desde el fondo. Y él lo miró.
—Desde luego que vendrá. Solo estoy aquí para darles un anuncio rápido.
—¿Qué es?
—Si recuerdan bien, este año se celebrará el quincuagésimo aniversario de la escuela —dijo, colocándose frente al escritorio con una actitud desinhibida.
—Profesor, ¿habrá algún evento ese día?
—¿Habrá competencias deportivas?
—Estoy aquí para darles esa información, chicos. —El ímpetu era evidente, y Ricardo tuvo que lidiar con ello. —Es por el aniversario, que la directora aceptó la propuesta del consejo estudiantil de realizar un viaje escolar para celebrarlo.
“¡Viaje escolar!”, Matt se sorprendió ante esto. No podía estar 100% seguro de si la fiesta pasada había sido el inicio de la novela o no, pero con el viaje no cabían más dudas. Este sucedía después de que Kaleb y Oriel se conocían.
El protagonista bottom era invitado al viaje por el Matt original, así como también el villano. Y ya ahí, sucedía algo que convencía a Daryl de amar a Oriel hasta el final de sus días…pero Matt se encontró de nuevo con ese muro en sus recuerdos. Sabía que algo importante ocurría durante el viaje; sin embargo, no lograba recordar muy bien el “qué”.
El omega se limpió el sudor de la frente ante su memoria defectuosa.
“Como sea, no planeo invitar a ninguno…”, se rehusó desde el fondo de su corazón. “La trama puede encontrar la forma de suceder sin que yo interfiera."
Miró a su alrededor, y cayó en cuenta que el viaje era algo esperado por todos. Casi podía ver el brillo en los ojos de cada uno. Sería mentira decir que no le entusiasmaba también, pero al mismo tiempo se sentía un poco irritado al pensar en los protagonistas, perdiéndose por accidente en la montaña y pasando un momento romántico. O al menos así se describía en la novela.
“Si Kaleb y Oriel ya se enamoraron, no me interesa; pero no propiciaré sus encuentros”, ni siquiera se percató de que su corazón latía desbocado al considerar ser un cupido para los demás. “Y Daryl puede sobrevivir sin ir a ese viaje escolar. Además, estará bastante ocupado con dos padres sanos.”
Una chica pidió la palabra en ese momento, y preguntó: —Profesor, ¿cuál es el destino?
—Buena pregunta —asintió Ricardo. —El destino es el Centro Turístico Yuria. Si no lo conocen, les doy una descripción rápida. Hay montañas para hacer senderismo; tirolesas; se puede acampar; oh, lo olvidaba, también hay un río en el que podrán nadar si el clima lo permite.
“Osea que si es factible perderse en la montaña para pasar un buen momento…”, pensó con mal humor.
Los gritos de entusiasmo no se hicieron esperar ante las buenas noticias, pero el profesor Ricardo los hizo guardar silencio. —No se emocionen tan rápido. Este viaje solo estará disponible para las tres mejores clases de toda la escuela en el próximo parcial. La directora espera que esto sirva como incentivo para sacar lo mejor de todos en el examen.
La emoción previa dio paso a la depresión. Y esto fue por un solo motivo: la clase 3D-O nunca había entrado en el ranking de la escuela. No estaban mal…pero no eran así de buenos.
“Entonces… ¿cómo es que fueron al viaje? ¿realmente pusieron todo su empeño?”, se preguntó el pelinegro.
—¿Qué caras son esas? —Se burló Ricardo. —Ya se están dando por vencidos desde ahora. ¡No, chicos! Estudien mucho, pongan atención en clases, y den lo mejor de ustedes en los exámenes. Aún tienen bastante tiempo; y por cierto, les tengo una buena noticia: las calificaciones del primer parcial no se contarán, por lo que todas las clases tienen la misma oportunidad de ganar.
—¿En serio?
—Desde luego. Ese viaje puede ser para cualquier clase. Ustedes saben que tanto se esforzarán por conseguirlo o no. Además, vale la pena intentarlo. ¿O acaso quieren regalarle ese viaje a las otras clases?
—¡No! —Fue un grito colectivo.
—Ahí lo tienen. Y díganme, ¿no sería lindo ver las caras de esos alfas luego de que les arrebaten el viaje?
Todos comenzaron a reír, y el ánimo volvió a crecer. Y en esta ocasión vino acompañado de un intenso sentido de lucha.
No era un secreto para nadie que casi todas las clases alfa menospreciaban a los demás —en especial, a los primeros grados de omega—, por lo que agregar sus caras llorosas era un mejor incentivo que el viaje en sí mismo.
Luego de su anuncio, el hombre se despidió y salió del aula. Y por primera vez, Matt vio como cada uno de sus compañeros —que antes solo se preocupaban por los rumores ajenos—, dejaban las distracciones a un lado y sacaban los libros de texto. Incluso Henry no se había quedado atrás.
“Bueno, si las cosas continuan así, no sería extraño si ganamos uno de los tres lugares.”
—Creí que odiabas estudiar… —Le susurró al castaño con incredulidad.
—Lo odio, pero pensar que esos alfas se retorcerán de envidia es suficiente para eliminar mi renuencia al estudio —respondió con una sonrisa un tanto retorcida. Matt comprendió que esa pelea era más profunda de lo que aparentaba, pues seguramente su amigo veía en cada alfa a un desagradable Leo, por lo que su sentido de conquista aumentaba.
—¡Nos esforzaremos! —concordó en resonancia con el espíritu de su amigo. No le interesaba el viaje, pero no le molestaría ir.
.
La semana siguiente hizo que Matt se replanteara seriamente su concepto preestablecido sobre sus compañeros de clase.
En un principio pensó que después de un día o dos, casi todos volverían a los viejos hábitos, ignorando a los profesores de vez en cuando, y copiándose las tareas unos a otros cada que había oportunidad.
No obstante, para su sorpresa, conforme fueron pasando los días, descubrió que el entusiasmo colectivo no disminuía. Tanto era así, que hasta el último en la clase estudiaba con diligencia.
Y por el contrario, esta parecía ser una fiebre que contagiaba a cada uno de los grupos de la escuela.
Siempre que salía a la cafetería, podía ver que en todos los salones había varios alumnos que se la pasaban estudiando. Incluso, ante dicho entusiasmo llegó a sentirse culpable por separarse de los libros de texto para comer e ir al baño.
—Sí que quieren ir a ese viaje todos… —murmuró distraído mientras mordía su emparedado, e intentaba disfrutar de la luz del sol que bañaba su cuerpo.
—¡Desde luego! —dijo Henry con la suficiente energía como para correr diez maratones. —¡Imagina que ganemos uno de esos lugares!
—De solo imaginarlo, ¡me emociona! —intervino Fania, con estrellas en los ojos.
—¿Tanto así quieren ir al Centro Turístico? —preguntó Matt, sonriendo. —No sabía que les interesaban las actividades al aire libre.
—Desde luego que no —dijo ella con disgusto. —Ni siquiera me gusta acampar, o hacer senderismo.
—Tampoco nadar, ni las alturas —completó Aldo.
—Entonces, ¿para qué quieren ir? —Él no lo podía creer. —¿A qué viene tanto esfuerzo?
—Matt, mi querido, dulce y joven Matt… —negó Fania con reprobación. —El mismo profesor Ricardo nos dio una razón para pelear.
—¿Ah?
—¡Si hay un ganador, hay muchos perdedores! —Su pequeño ser malvado no se podía ocultar. —Si ganamos, ¡significa que otros pierden!
—En especial, esos alfas presumidos —dijo Henry con un brillo desafiante en el rostro.
Al verlos, Matt se lamentó de no tener a la mano un atomizador para mojarlos un poco…pues lucían como unos pequeños gatitos malvados que necesitaban ser educados.
—También me emociona —dijo Aldo, sin dejar de comer sus nuggets. Conforme los días habían pasado, y los cuatro convivían, la actitud del chico se había relajado, y ya no le costaba hablar cuando estaban juntos.
—¡Ya quiero ver sus caras llorosas cuando ganemos! —exclamó Henry. —Esos alfas ni siquiera sabrán que los golpeó.
Los tres rieron ante el entusiasmo del castaño, pero antes de que pudieran seguir bromeando sobre el tema, él fue empujado al suelo. El golpe fue sonoro, y de solo escucharlo, a Matt le dolieron los huesos.
—¡Henry! —gritaron al unísono.
En un vistazo más detenido se dieron cuenta de que el responsable —quién aún tenía la mano extendida en el aire— era un alfa flacucho y alto. Lo único memorable en él parecía ser su género secundario. Ni que decir de los otros cuatro que le acompañaban, quiénes tampoco lucían mejor.
Aldo y Fania se inclinaron para ayudar a Henry a levantarse.
—¿Qué mi3rda les pasa? —preguntó Matt, poniéndose de pie para encararlos. Sería mentira decir que no estaba temblando por dentro al pensar en que eran cinco contra uno, pero sabía que sus amigos no eran el mejor material para pelear.
—A nosotros nada. Más bien es esa pequeña p3rra que va diciendo cosas que no comprende —dijo con desagrado el tipo larguirucho. —¿Acaso ha visto llorar a un alfa?
—Al menos él dice las cosas de frente, no va y empuja a otros por la espalda —respondió Fania con hostilidad.
—Guarda silencio, pequeña omega. Si no quieres que nos propasemos “por accidente” ahora mismo. Incluso con tu fea cara, nos las arreglaremos.
—Podemos hacerte ese favor. —Dijo otro con una sonrisa desagradable.
La amenaza era obvia, y Fania no se atrevió a ir más lejos por temor a causar problemas para los cuatro. No estaba contenta, aún así apretó la mandíbula con frustración.
—¡Eres tú! —chilló Henry, poniéndose de pie con ayuda de Aldo.
—¿Qué? ¿Lo conoces? —preguntó Matt confundido.
—¡Desde luego que he visto llorar a un j0dido alfa! —clamó el castaño con sorna, y eso era un puro grito de guerra. Aunque el golpe había dolido y su codo estaba sangrando, dio un paso al frente sin dejar de mirar a quién lo había empujado. —Era un pobre diablo que no dejaba de rogarme que lo perdonara. Debiste ver su patético rostro al llorar tanto.
—¡Tú! —El tipo larguirucho se acercó a Henry y lo jaló del cuello. A pesar de que Matt no comprendía de donde venía la provocación, dio un paso al frente para alejar a su amigo. Sin embargo, los otros cuatro impidieron su avance.
—No te metas omega. Esto es entre ellos —masculló alguien.
—Pero, ¿por qué te lo digo? —continuó Henry, con una sonrisa cínica en los labios. —Era tu hermano, así que probablemente lo hayas visto mejor que yo.
Matt entendió quién era ese chico. El hermano menor de Leo.
“Mi3rda…Esto solo irá a peor…”, se dijo.
Y en efecto, así fue.
...
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Comments
El Bosque sin Nombre
Que arda Troya.
2024-09-21
8
Lea
Jaajajajajjaajajaj 🤣 🤣 🤣 🤣
2024-06-03
15
✠👑©️ Aries ALMA (A.P.D)⚜️😇☯✠
yo sin duda y mi clase quedaríamos de último 😩😩
2024-06-02
9