...
Las clases terminaron, y Matt no encontró ningún buen pretexto para no ir a casa. Por lo que solo pudo apretar los dientes y caminar hacia la salida de la escuela. Claro que eso no le impidió retrasar su partida más tiempo del necesario. Así que se detuvo en la parada del autobús por casi una hora.
Los alumnos y maestros iban y venían, e incluso hubo quienes lo miraron como a un bicho raro solo por sentarse ahí a esperar un autobús, para luego dejarlo ir.
Para cuando ya no soportó más las miradas sobre su cuerpo, se resignó y tomó el autobús que iba directo a un vecindario de clase media. El viaje se pudo considerar largo, durando cuarenta minutos, pero él sintió que eso era demasiado rápido, pues cuando menos lo esperaba ya había llegado al hogar de los Northman.
Era una linda casa que estaba en medio de la calle, con dos coches enfrente. Uno era de la familia, y el de apariencia costosa sin duda pertenecía a la visita.
Los nervios estaban por comerlo vivo, pues no sabía como enfrentar a una familia que no era suya…o a una familia en general. Y lo peor era que recordaba cómo su madre les había pedido llegar temprano debido a que la tía Nora los visitaría. Así que para esta hora era muy probable que ya estuvieran todos en casa.
Respiró un par de veces antes de calmarse, y solo entonces sacó las llaves de su mochila. Abrió la puerta y entró. Tuvo que controlar sus manos, que estaban temblando un poco.
Al alzar el rostro se encontró frente a un pasillo angosto. En las paredes había colgadas un par de fotografías familiares, era evidente que la familia Northman había vivido ahí desde hace varios años. Y pudo reconocer su rostro en cada una de las fotos.
El ambiente del interior era cálido y acogedor, justo como un hogar debería sentirse…o al menos como él lo imaginaba. No pudo evitar sentirse atraído por ese calor hogareño; y con una pizca de valentía entró en la casa, percatándose entonces de que todos los miembros de la familia estaban ya en la sala: sus padres, así como sus dos hermanos mayores.
El padre se llamaba Marcus; la madre Miriam; y los dos hermanos, Mabel, de diecisiete años; y Max, de diecinueve. Por cierto, era una tradición familiar que los nombres comenzaran con “M”.
Pero no eran los únicos en la sala, pues también estaba presente una mujer bastante delicada y elegante, aunque algo discordante con el aura acogedora de la familia.
—¡Mati, has vuelto! —dijo Miriam, la madre del original. Ella se puso de pie y caminó hasta él. —Bienvenido a casa, cariño. Tardaste demasiado en llegar.
El omega tragó saliva y asintió con nerviosismo. Él no recordaba lo que era tener una madre…así que no sabía como actuar, aún con los recuerdos del dueño anterior.
—He vuelto…mamá. —La palabra se sentía extraña en su boca. Hace años que no la pronunciaba. —Y estaba haciendo un proyecto con Henry, por eso me tardé… —inventó una excusa.
La mujer notó su extrañeza pero decidió no mencionar nada, pues había recibido una llamada de la doctora de la escuela, por lo que asumió que su hijo estaba ansioso por haberla preocupado. Su corazón se conmovió por el mocoso que pensaba en sus sentimientos y lo abrazó con cariño, justo como solo una madre puede hacer.
Matt se congeló por un segundo ante el abrazo inesperado, y se sorprendió aún más al encontrar que ese calor se sentía conocido, tal como si lo hubiera experimentado antes. A su nariz, también viajó la esencia de la vainilla, lo que lo ayudó a relajarse. Se dio cuenta de que ese olor era la feromona de su madre.
Fue así que atraído por la calidez levantó los brazos y correspondió el abrazo de Miriam. El momento no duró más de tres segundos, pero él se sintió cercano a la mujer por alguna razón.
—Ven, pasa. La tía Nora ya ha llegado, y pregunta por ti.
“La madre del villano”, pensó él, enfocándose en la situación.
Se acercó a la sala, y saludó a todos. Se confundió un poco consigo mismo al encontrar que no sentía que los miembros de la familia Northman fueran extraños para él. Era como ver de nuevo a un pariente que no había visto en algún tiempo.
Apartando esa extraña cercanía de su mente, saludó a la tía Nora. Era una mujer hermosa y sofisticada, aunque no por eso inalcanzable. A primera vista se notaba que era una persona accesible.
—Matt, me alegra que llegaras al fin —dijo Nora con una sonrisa. —Miriam me comentó que hoy estaría toda la familia reunida en casa, pero no llegabas y comencé a preocuparme por ti. Estaba a punto de mandar a Theo a buscarte.
—Es un placer recibirla, tía —dijo con un tono educado. Su imagen era la de un chico tierno que agrada a todos los padres. —Y lamento haberla preocupado, me entretuve con un proyecto. Vine tan pronto como pude.
—Mira, que dulce —elogió ella. —Habría querido que Daryl viniera hoy conmigo, pero ese chico solo sabe enfocarse en la universidad. Es como su padre, tan aburrido en ocasiones…
El omega sonrió sin saber muy bien como actuar. El original no habría tardado ni dos segundos en defender a Daryl… pero él había decidido mantener la distancia especialmente del villano; y era irónico que justo el día que llegó, la madre del villano se presentara en su nueva casa, y parloteara sobre su hijo.
“¿Tal vez es el destino diciéndome que no podré ir en contra de la trama?”, pensó con un toque de miedo. El Matt de la novela moría luego de ser arrojado por el villano frente a un hombre armado…y él no quería perder la vida de esa manera.
—Daryl…es un buen estudiante, tía —dijo Matt, intentando no salirse tanto del molde anterior. Sin embargo, era obvio que su halago era un poco forzado. Nora y Miriam se miraron la una a la otra casi al mismo tiempo, y sonrieron con pesar.
Tal parecía que su sexto sentido de madres se había activado.
Matt solo pudo disculparse en su corazón, y decidió informarle a su madre que ya no le interesaba el villano, poco a poco; después de todo, ambas mujeres habían soñado con que sus hijos se casaran.
No obstante, Max era un alfa, por lo que bien podía ser descartado.
Mabel prefería a las mujeres, así que no querían obligarla a un compromiso con un chico alfa.
Solo había sido el menor Matt —quién igual que un idiota—, mantenía un amor unilateral por el villano desde la infancia, lo que sin duda emocionó a las dos amigas y les dio esperanza de ver cumplido su sueño. Pero como veían las cosas, también debían abandonar esa esperanza.
—En ocasiones es demasiado buen estudiante —continuó Nora, sin dejar que su sonrisa se difuminara. Aún si Matt y su hijo no se enamoraban, el chico seguía siendo adorable y era su favorito. Solo lamentaba que su hijo se perdiera esa oportunidad.
El omega suspiró, y se apartó un poco cuando Nora reanudó la charla con Miriam. Casi pareció que las cuatro personas restantes desaparecieron de la sala, y ellas se pusieron al día.
Matt, desde luego, miró a la mujer que no dejaba de hablar con su madre, y comenzó a maquinar formas de cambiar su destino. Sin embargo, se dio cuenta de que por más que intentara recordar la trama que involucraba al villano, esas partes eran algo difusas en su memoria.
Podía recordar varios momentos que involucraban a Oriel y Kaleb…pero con el villano era más difícil enfocarse.
Los únicos puntos importantes que recordaba sobre la vida del villano era que sus padres morían cuando tenía dieciocho años —un suceso para el que no faltaba mucho a decir verdad, pues Daryl ya tenía esa edad—; y también, que era el responsable de la muerte de Matt, lo que era un evidente y enorme mensaje de “ALÉJATE”.
Trató de no entrar en pánico, y pensó con la mente fría.
“Es fácil, tan solo debería intentar salvar la vida de sus padres. La gracia de salvar vidas incluso debería servir en alguien como él… ¿no?”
—Hey, ¿te sientes bien? —preguntó Max a su lado. El chico volvió en sí, y miró a su hermano mayor.
—Si —respondió. —¿No me veo bien?
—Estás muy distraído —intervino Mabel a su otro lado. No se había dado cuenta, pero tal parecía que se había sentado entre sus nuevos hermanos mayores, como si fuera un hábito arraigado.
—Tendré un examen pronto —mintió sin desviar la mirada.
—Oh, es así. Tómatelo con calma. —Max acarició su cabeza como solo un hermano mayor podría. Y Matt no pudo evitar bajar el rostro para que no vieran sus mejillas sonrojadas. Él no estaba acostumbrado a ese tipo de muestras de cariño, por lo que se sintió avergonzado.
El omega ya no se atrevió a dejar volar su imaginación de nuevo, y dejó el tema en suspenso. Su única conclusión fue que no era ningún dios como para evitar la muerte de los demás. Se sintió un poco culpable con la mujer que lo veía con amabilidad, pero discretamente desviaba la mirada.
Sin embargo, luego de varios minutos así no fue capaz de soportar la carga psicológica de conocer el futuro cercano.
“Olvídalo. Si puedo ayudar, lo haré. Lo único seguro es mantenerme alejado del villano.”
El resto de la tarde transcurrió sin más contratiempos, y antes de la cena Nora ya se había marchado. Claro que no se fue sin antes decir: —Mati, debes venir a la casa y comer con nosotros. Apuesto que a Daryl le encantará.
Él aceptó de pasada, mientras cruzaba los dedos tras la espalda.
“¡Solo un idiota buscaría temprano a su asesino potencial!”, fue su resolución. Nada en el mundo lo convencería de acercarse a esa bandera de muerte andante.
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Comments
Francis Rodriguez
que Daryl se mame un huev*
2025-03-05
2
Carolina Jiménez
eso Matt que este atres metros alejado de ti
2024-12-05
4
Carolina Jiménez
Daryl puede irse a la china :v
2024-12-05
5