...
Cada músculo, hueso…e incluso, cada mínima célula de su cuerpo, dolía. El omega se retorció en la cama, pero con el movimiento, su cuerpo ardía más y más, tal como si estuviera a fuego vivo.
En un momento determinado, lanzó lejos las sábanas, cuyo único propósito era aumentar su temperatura. Para luego deshacerse de la ropa en su cuerpo, pieza a pieza. Por desgracia, tarde descubrió que ni aún así era capaz de aminorar el calor que lo consumía desde el interior.
Lloraba, y sus lágrimas quemaban su piel. Se giraba, y el deseo aumentaba.
La desesperación era avasalladora. La soledad lo carcomía. Y este, era un ciclo del que no tenía escapatoria ni escondite.
Así, Matt pasó en dicho estado las siguientes veinticuatro horas, encerrado en una habitación de hospital. El pobre ni siquiera tuvo la cabeza para comer algo, o tomar agua.
Tan solo podía soportar el tormento anclado a la camilla, hasta que el tiempo así lo decidiera.
Y para cuando todo terminó, él abrió los ojos.
La habitación estaba a oscuras, dándole la sensación de que el tiempo no había pasado realmente, pero luego de ver la pantalla del celular supo que ya era la madrugada del lunes.
Sin previo aviso, dejó escapar un muy largo suspiro.
Su cuerpo estaba agotado, pero su corazón estaba en paz. De una u otra manera había sobrevivido a su primer celo sin tener que ser mordido por alguien.
El chico miró al techo, con la mente aletargada. Y al cabo de varios minutos, se dio cuenta de algo…ahora que volvía a estar lúcido, se sentía incómodo al estar solo en esa habitación.
Estar en el hospital le provocaba una sensación desagradable, pero no sabía decir por qué. Supuso que el motivo era que los hospitales no solían ser del agrado de nadie. Tal vez por el aura fría. Tal vez por el ambiente desolador.
Como fuera, se levantó de la camilla al cabo de un rato, y fue directo a tomar tres vasos enteros de agua. Hasta entonces, la sed que lo había atormentado por casi un día entero, desapareció.
Lo que hizo a continuación fue tomar un baño, pues durante las horas pasadas había sudado demasiado. Y fue solo después de sentir el agua corriendo por cada parte de su cuerpo, que se permitió recordar la noche anterior.
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Después de alejarse de Kaleb, no tomó mucho tiempo para que Max llegara al coche, junto a Henry…y Daryl.
Su amigo lucía algo demacrado, aunque por suerte ya podía caminar por sí mismo y hablar con coherencia. La mordida superficial había funcionado y les daba un par de horas para llevarlo al hospital; después de todo, los Inductores no eran cosa de juego, y seguían siendo ilegales, por lo que él necesitaba ser examinado.
El chico, a pesar del corazón roto y la enorme desilusión, tomó la decisión de reportar al culpable, por lo que había muchas cosas por hacer todavía.
Ya en el Beetle, Matt se dio cuenta de que el olor que envolvía a Henry era muy intenso, e incluso lo repelía. Esto fue así porque se trataba de las feromonas de su hermano. Sin embargo, aunque su nariz se sentía desagradable, su mente se volvió un poco más lúcida debido a esto.
Y en veinte minutos, ya habían llegado al hospital. Y dado que Daryl iba con ellos, tampoco tardaron en ser atendidos. Era la bendición de ir con el único hijo de la principal familia accionista, además del heredero de Farmacéutica Belmont.
El equipo médico fue increíblemente eficiente, y Henry fue atendido casi al instante. Se le realizaron análisis de sangre y feromonas.
Sus niveles fueron un poco alarmantes, demostrando que de haberse unido por completo a un alfa, corría el riesgo de que su glándula tuviera un mal desarrollo, y en el peor de los casos, fomentar alguna deficiencia de feromonas.
Esto dejó en claro que los planes de Leo eran espeluznantes, pues la única solución para dicha deficiencia es estar expuesto constantemente a las feromonas del otro. O en palabras más frías y directas, Henry habría tenido que rogar por las feromonas de Leo si el peor escenario hubiera ocurrido.
¿Qué diferencia había entre eso, y convertirse en un juguete a merced del alfa?
Por suerte, no todo fueron malas noticias en ese momento, pues los médicos dijeron que la mordida superficial de Max había detenido el efecto del Inductor justo en el tiempo límite, además de que había aliviado los síntomas del celo temprano; por lo que cuando este volviera, no sería tan intenso y no arruinaría su glándula. Claro que aún así podría ser más difícil que el celo promedio. Pero eso ya se consideraba un buen panorama general.
Y dado que el castaño era menor de edad, sus padres tuvieron que ser notificados pues la situación era más grave de lo pensado en un inicio. Y ellos, desde luego, no tardaron en llegar.
La escena fue caótica por algunos minutos, y Henry sufrió un fuerte regaño por parte de su madre alfa. Por suerte, las cosas se detuvieron ahí.
Y así, en plena madrugada del domingo, la demanda fue levantada. Sin duda, por la mañana Leo y sus amigos lo pasarían muy mal, pues cualquier acto en contra de omega era fuertemente castigada. Ni que decir de un omega menor de edad como lo era Henry.
Pero antes de eso, el castaño tuvo que ser hospitalizado debido al consumo del Inductor. E incluso, él también, dado que ya estaba mostrando signos de un celo temprano.
De un segundo a otro, Matt se encontró encerrado en una habitación, además de siendo pinchado en el brazo y la glándula.
Por lo que podía recordar, los resultados de sus análisis no habían salido nada mal. El único problema había sido su corta edad, pues su glándula aún era inestable para soportar el celo.
El médico dijo que una inyección de inhibidores no era recomendable en su caso por dos razones: uno, el primer celo de cualquier omega debía ocurrir tan natural como fuera posible; y segundo, debido a que su glándula no se desarrollaba por completo todavía, podría afectar su futuro funcionamiento con la intervención de la inyección.
En su lugar, sugirió una mordida superficial como la de Henry y Max, pues al menos esa era una opción natural y no sintética como el inhibidor. Pero dado que el único alfa disponible y dispuesto era Daryl, Matt se negó hasta el final.
Aún sabiendo que era la mejor opción para él, prefería sufrir el tormento del celo con su cuerpo inmaduro, que recibir la ayuda del villano que as3sinaba al original.
Había algo en su espíritu que detestaba la sola idea de estar en deuda con Daryl.
Y así fue como sucedió. Este celo precoz duró veinticuatro horas, y fue avasallador para su joven glándula. Pero ningún par de colmillos villanescos tocaron su cuello.
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—¿Hay algo qué debamos tomar en cuenta? —preguntó Miriam con una mirada ansiosa. —¿Alguna clase de restricción o similar?
—No hay nada de qué preocuparse, señora. —La doctora sonrió amablemente y negó con la cabeza. —Los casos como el de Matt son raros, pero no inexistentes. Mientras se administre el inhibidor en tiempo y forma, la vida de su hijo continuará normalmente. Eso sí, deberá tener más cuidado durante los periodos cercanos al celo, les recuerdo que sucederán cada mes, con una duración de un día o dos.
—¿No es el celo cada tres meses?
—Así es cuando la glándula ya ha madurado, pero el caso de Matt es especial. Dado que es precoz, y su glándula no soporta el peso excesivo de trabajo, esta “cercanía” en el tiempo de celo, le permitirá a su cuerpo liberarse de la carga extra de feromonas. No es algo de lo que preocuparse —reiteró. —Por el contrario, es su propio cuerpo equilibrando este nuevo cambio.
—Es así… —asintió la mujer, todavía preocupada por su hijo. Y al verla en dicho estado, el omega se sintió culpable, pues no quería darle problemas a su madre.
—¿Hasta cuándo durará esto? ¿Mi celo se presentará cada mes desde ahora? —preguntó el chico. —¿Será siempre así?
—No. Esta situación solo durará hasta que tu glándula madure lo suficiente. Y probablemente, esto sea cuando cumplas los dieciocho años, o quizás un poco antes de ese tiempo.
—Ok… —Él podía soportar eso por dos años.
—Por cierto, Matt sé que eres joven, pero debo darte esta advertencia. —Dijo la doctora, llamando su atención. El chico volteó hacia ella.
—¿Sí?
—Disculpa mi atrevimiento, pero ¿tienes pareja?
—¿Qué? —De todas las preguntas que esperaba, sin duda esa no era una. —Yo no tengo pareja, doctora.
—No te sonrojes. —Se burló un poco. —Lo pregunto porque tu glándula es inmadura, así que no recomiendo ninguna mordida permanente, o encuentros sexuales que la involucren. Al menos hasta que cumplas la mayoría de edad. Para entonces, tu glándula ya debería ser lo suficientemente madura como para soportar esa carga de feromonas alfa. Pero ya que no tienes una pareja ahora mismo, podemos dejar de lado este recordatorio.
La explicación médica hizo sonrojar las mejillas del pelinegro, pero no dijo una palabra y se dedicó a mirar sus manos. —Está bien.
Luego de eso, se le entregó una pequeña caja negra. Por la previa explicación sabía que eran los inhibidores necesarios para medio año.
—Es de fácil aplicación. Solo necesitas ponerlo en alguna parte de tu cuerpo y presionar, yo te recomiendo en las piernas o brazos. La aplicación en la glándula puede ser muy invasiva por ahora, así que evítalo. La inyección será rápida y casi no dolerá nada. Y no lo olvides, aplícala cada dos semanas. Esto aminorará la producción de feromonas y el celo será menos doloroso.
—Así lo haré… —asintió el omega con educación, aunque recibir una inyección cada dos semanas no le entusiasmaba para nada. Pero sabía que era por su propio bienestar, si no quería sufrir un celo irregular en el futuro, o tener inconvenientes cada que estuviera cerca de un alfa.
Luego de eso, ya no hubo nada más que discutir, por lo que tanto la madre como el hijo se pusieron de pie.
—Gracias doctora —dijo Matt.
—Muchas gracias por aclarar mis dudas, doctora —agradeció Miriam también.
Ambos salieron de la pequeña oficina, y solo entonces el omega sintió que volvía a ser libre. Hace dos días que no salía del hospital y se sentía incómodo por el ambiente pesado. Ansiaba sentir el aire fresco del exterior.
—Mamá, vámonos ya —imploró con una cara lamentable.
—Bien, bien —sonrió ella.
...
Explicación que nadie pidió:
1. Con respecto a porqué Matt fue repelido por las feromonas de Max que envolvían a Henry:
Biológicamente, un alfa y omega hermanos se repelen en cualquier ámbito que vaya más allá del fraternal. Es como los humanos normales, inconscientemente rechazamos/evitamos sexualmente a parientes consanguíneos, esto por nuestro ADN y esas cosas. Algo así decía interntet. Pensé que le daría lógica a esta parte de la historia jaja
2. Henry no sufrió ninguna clase de abus0, tan solo lo drogar0n sin que se diera cuenta. Pero se me hizo un tema muy denso, y decidí mejor solo mencionarlo de pasada. No quería entristecerme ni frustrarme más de lo necesario escribiendo sobre el lagartijo de Leo –que ni describí, pero coraje que me dio–.
Bueno, ya es todo :3
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Comments
Carolina Jiménez
la mejor decision
2024-12-05
6
El Bosque sin Nombre
Esoo mamonaaa.
2024-09-21
10
mandarina
Estamos en las mismas vv
2024-07-22
18