...
Sin nadie alrededor, Matt pudo acostarse con tranquilidad y dar un repaso por todos esos recuerdos recién adquiridos.
En media hora, se podría decir que ya conocía toda la vida del pequeño extra Matt. Un joven omega de dieciséis años, que cursaba el tercer semestre de preparatoria, y que mantenía un amor no correspondido por el villano Daryl.
Para su buena suerte, gracias a la novela sabía que el compromiso con el villano no se formalizaría hasta dos años después, por lo que tenía bastante tiempo para limpiar de raíz esa bandera de muerte.
No cometería los errores del original y se alejaría de ese villano tan pronto como pudiera, desapareciendo lentamente de la trama. Después de todo, como un pequeño extra sin importancia no sería algo difícil de lograr. Así que en efecto, ¡él renunciaba!
Con los pensamientos optimistas, el omega se recostó en la camilla, y disfrutó de la soledad y el dulce que la doctora le había regalado antes de irse…cosa que solo duró como cinco segundos, pues la puerta se abrió en ese momento.
Un poco decepcionado por la interrupción de su soledad, miró al nuevo visitante. Un chico alto y con el cabello blanco.
—¿Kaleb? —llamó. Y en efecto, el nuevo paciente era el protagonista.
Su pequeña riña en el baño había sido hace menos de una hora, pero la enemistad en su corazón ya se había esfumado, por lo que no le interesó seguir discutiendo con el chico. Además, parecía recordar que el mayor de los dos era él, así que debía defender el orgullo de un hombre que había estado expuesto al cruel mundo laboral.
—¿Buscas a la doctora? —preguntó como un símbolo de paz. Su tono era medianamente amable.
—Si —respondió el alfa luego de unos segundos.
—Oh. Se fue hace varios minutos. No sé a dónde, ni cuánto tiempo tardará por cierto.
—Vale —dijo el albino sin mirarlo de reojo. Matt se encogió de hombros y no le importó más su presencia, por lo que se volvió a acostar sin vacilar.
Claro que tardó más en cerrar los ojos, que en escuchar el sonido de los estantes abrirse uno tras otro. Sorprendido, se levantó una vez más.
—¿Qué haces?
—Buscar un antiséptico —respondió Kaleb sin cuidado, pero incluso Matt pudo ver que el joven alfa no sabía lo que buscaba. Luego de verlo batallar por unos minutos más, no lo resistió y se puso de pie.
—A un lado novato, es obvio que no sabes lo que debes buscar. —Por primera vez, Kaleb no replicó sus palabras y se apartó obedientemente, detalle que sorprendió al omega.
Matt era mucho más bajo que el albino, por lo que tuvo que estirarse un poco para alcanzar una botella marrón que estaba en la cima de un estante. También tomó la bolsa de algodón y algunos parches.
—¿Sabes tratar las heridas? —preguntó. Y Kaleb no habló de inmediato, lo que en sí se podía considerar como una respuesta. —Olvídalo, siéntate en la silla.
El enorme chico se sentó, y esto le permitió a Matt tratar primero las heridas en sus brazos. Algunos raspones aún sangraban, y le dolió tan solo verlo.
—¿Por qué peleas hasta este punto? ¿Alguien te ofendió? —indagó con curiosidad. Esta parte de la historia solo se mencionaba de pasada al inicio de la novela, por lo que Matt nunca supo porqué Kaleb insistía en pelear con cualquiera que lo mirara. “¿Tal vez algún trauma infantil?” —Mira como has terminado…
—No duele tanto —dijo con valentía el albino, y Matt “por accidente” aplicó con dureza el algodón con antiséptico. —¡Hss!
—Lo lamento, se resbaló mi mano hace un segundo. —Se disculpó sin sinceridad. —¿Decías?
Kaleb lo fulminó con la mirada, pero se negó a seguir con el tema. —Ellos vienen a buscar pelea. Creen que por mi apariencia no puedo defenderme —dijo sin emoción alguna luego de varios segundos. —Bueno, les demuestro lo equivocados que están.
—Oh…es así… —El omega no esperaba que Kaleb fuera el acosado.
—¿Sorprendido?
—A decir verdad, sí —reconoció con tranquilidad. —Después de todo, eres tan popular…no hay persona en esta escuela que no conozca tu nombre, y eres el favorito de casi todos los profesores.
—Siempre hay excepciones.
—Hmm, supongo que las hay. —Matt terminó de tratar las heridas en los brazos y comenzó con las del rostro. No se dio cuenta de que sus manos se volvieron más gentiles al ver el lindo rostro. —Esto dolerá un poco…
Con sumo cuidado acercó a la barbilla del chico un nuevo algodón y dio unos ligeros toques para desinfectar la zona. Kaleb dio su mejor esfuerzo para controlar su expresión, pero él pudo ver con facilidad lo mucho que le dolía y cómo intentaba ocultarlo.
“Que orgulloso…es incluso lindo”, sonrió para sí mismo. “No esperaba eso del protagonista que solo busca problemas.”
—Sabes, si quieres defenderte está bien. Pero dado que saldrás lastimado, bien podrías aprender a tratar tus propias heridas —sugirió, sin dejar de colocar el parche.
—Lo tendré en cuenta.
La mente de Matt viajó un poco, y tomando en cuenta sus nuevos recuerdos, así como los datos aprendidos por la novela, se percató de que la trama estaba a unas semanas de iniciar.
No había ningún suceso que lo afectara en realidad, pero el inicio era una de las etapas más oscuras de Kaleb. A decir verdad, era un buen chico, pero tenía demasiados problemas en casa, además de que la empresa familiar estaba sufriendo varios déficits financieros.
Kaleb, como muchos adolescentes, no tomaba las mejores decisiones durante estas semanas de crisis, y se comportaba como un pequeño tigre herido; por suerte, su situación mejoraba luego de conocer a Oriel.
—Realmente viniste a la enfermería —dijo el albino con voz baja y ronca, distrayéndolo así de sus pensamientos. Matt alzó el rostro y cruzó miradas con él. A una distancia tan corta descubrió que los ojos de Kaleb eran azules, pero con unos toques morados que volvían su mirada aún más enigmática. Supuso que era debido al albinismo que el color de sus ojos también eran algo único.
“Si alguien no tiene cuidado, es fácil enamorarse.”
—¿De otra manera? —replicó él, apartando el rostro. —Me sentía indispuesto, y ese baño era el más cercano que encontramos. No estaba ahí para seducir a nadie. Encontrarnos así fue una mala coincidencia. —Sintiéndose demasiado amable al ver a este chico lamentable, decidió explicar.
—Me disculpo…pensé…
—Sé lo que pensaste. Lo dijiste fuerte y claro.
—Es que no es la primera vez que un omega me intercepta en los baños. Hay varios que se han lanzado sobre mí, diciendo que quieren perder su virginidad conmigo —aclaró con disgusto. —Creí que eras uno más. Me disculpo contigo…
Matt asintió, y colocó el último parche.
—Listo —dijo sin olvidarse de retroceder con rapidez. El protagonista solía odiar el contacto innecesario con los desconocidos.
—Gracias —susurró Kaleb, notando su pequeño movimiento.
—Bueno, dejémoslo en un malentendido. Ambos asumimos lo peor del otro. Tal vez no eres un narcisista idiota como pensé —sonrió Matt.
—Bien. Y tal vez tú no seas un acosador.
Después de hacer las pases y aclarar los malentendidos, no se quedaron mucho tiempo en la enfermería, y volvieron a clases. Matt no prestó atención al inicio, pero ahora recordaba que las clases estaban divididas por género secundario. Eso significaba que su clase estaba en el edificio de Omega, mientras que Kaleb debía ir al edificio de Alfa.
El único edificio mixto era dónde estaba la enfermería, dirección y el auditorio. De ahí la confusión en el baño.
Se despidieron en la entrada del edificio de Omega, claro que sin olvidar intercambiar números. Matt no pensó mucho en ello, dado que en su mente ambos eran chicos y no había problema. Y fue por eso mismo que no se dio cuenta de que varios alumnos en cada edificio vieron sus pequeñas acciones desde las ventanas con ojos chismosos.
El resto del día Matt sintió que las miradas de sus compañeros seguían sus movimientos, pero nadie dijo nada, por lo que asumió que les daba curiosidad el episodio donde tuvo que ir a la enfermería.
Sin embargo, sería Henry quien aclararía sus dudas cuando ya no soportó verlo tan tranquilo.
—¿Es que no has intercambiado números con Kaleb? —indagó con las estrellas brillando dentro de sus ojos cafés.
—¿Cómo lo sabes? No había nadie alrededor.
—Los vieron desde varios edificios —explicó, como si fuera la cosa más obvia del mundo.
—Oh, ¿eso es normal?
—¿Intercambiaron números?
—Si, ¿hay algún problema con eso?
—¡Es el alfa más popular de la escuela! Y tú no eres feo. ¿No puedes emocionarte un poco por conseguir su número?
Ante el inesperado cumplido sobre su apariencia, Matt no supo cómo sentirse. Decidió que era mejor ignorarlo.
—¿Por qué me emocionaría?
—¡Es Kaleb! ¡El chico más guapo de la escuela! —regañó Henry. La indignación era visible a kilómetros. —¡Todos los omega de esta escuela desean perder su virginidad con él!
—Si… —susurró Matt, mientras recordaba el complejo que ya parecía estar desarrollando Kaleb debido a esa afirmación.
—¿No van a salir ahora?
—¿Qué? —chilló. —¿Cómo llegaste a esa conclusión?
—Bueno, un alfa y un omega que intercambian números… ¿no es para concertar una cita?
—¿Cita?
Matt se recordó que su nuevo mundo era un universo ABO, lo que significaba que las cosas no eran tan simples como “ambos somos chicos”, por lo que comprendió la curiosidad de Henry.
—No es para eso —dijo. —Solo quedamos en ser buenos amigos. No es tan narcisista como creí. Y me pidió disculpas por comportarse como un idiota en el baño.
Aunque a Matt le gustaran los chicos desde siempre, no consideraba que fuera correcto ir por la vida pensando en conquistar a cada chico guapo que conociera. Además, Kaleb era el protagonista, y él solo se enamoraría de Oriel.
Antes de tomar ese trago amargo, prefería apartar la vista y tomar otro menú.
—Oh… —exclamó Henry con tristeza.
Ante un mejor amigo tan decepcionado, Matt solo pudo sonreír con impotencia y seguir caminando.
...
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 106 Episodes
Comments
ZHANG GRAN PITON
tengo tantas expectativas sobre esta parejita
2025-03-30
1
Carolina Jiménez
me pregunto Matt era el activo antes o el pasivo /Chuckle/
2024-12-05
5
Carolina Jiménez
tengo un mal presentimiento jajaja
2024-12-05
4