...Flashback...
...AÑO 444 — DEIBER, PROVINCIA DEL VERANO, RIWA....
En una pequeña tasca de Deiber hundiéndose en el licor y la miseria, Strauker Relish se sentía la mayor escoria del mundo.
Aquella noche luchó con todas sus fuerzas contra los invasores de capas moradas, pero sentía que mientras más mataba, más aparecían. Comenzaba a cansarse y los nuevos invasores reían y se burlaban de él; se fijó incluso de cómo algunos corrían por la dirección en que su reina huyó.
No le quedó otra opción. Los despistó con un último ataque y huyó de ahí a la carrera, quiso ir a socorrer a su reina, pero por mucho que corría los criminales lo perseguían sin dejarlo en paz. Para despistarlos tuvo que esconderse en el bosque y no fue hasta la mañana que los criminales le perdieron la pista.
Strauker volvió al sitio de la emboscada para buscar a su reina, con la esperanza de que ella estuviera bien, escondida en algún lugar... Aunque en realidad, él sabía internamente que eran esperanzas vacías. Eso era poco probable, pero aún así, deseaba que los Dioses hayan iluminado la vida de su reina.
La buscó en todos lados, los ríos, en cuevas, debajo de las piedras y arriba de los árboles. Pero nada, no había rastro alguno de ella. En ese momento Strauker pensó lo peor; aquellos invasores se la habían llevado para hacerle cosas horribles que no quería imaginar.
Había roto un juramento, ¿Ahora qué clase de caballero era? No pudo proteger a la persona que había jurado proteger con su vida. No habían durado ni un día en Riwa y ya había fracasado, no fue capaz de proteger a la reina que amaba...
Ella debía estar decepcionada de él, su alma debía estar sufriendo gracias a él. Ella...
—Ella podría ayudarnos.
—¿Quién? —Habló una voz femenina.
—¿De quién estamos hablando? ¡Pues la reina! —Contrarrestó una voz masculina.
¿Reina?
Strauker al oírlos dejó su trago a un lado para mirar en su dirección encontrándose con dos jóvenes sentados en una mesa, cubriendo sus rostros.
—¿De qué hablas? ¿Estás loco? —Recriminó la fémina.
—Ella puede ayudarnos a recuperar lo que es nuestro, Jazz. —Argumentó el muchacho. —Nos ayudará a vengarnos...
—¿Y qué crees que la convencerá de ayudarnos, genio? Solo seríamos una carga para ella...
—Ten algo de fe, Jazz ¿No estás cansada de escapar? ¿De no tener un hogar porque esos perros del invierno nos lo arrebataron todo? —Decía con rabia notoria el chico.
—Bien, iremos con ella... ¡Oh, espera! ¿Acaso sabes dónde está? ¿O cómo podremos acercarnos a ella sin que sus guardias nos corten el cuello? —Exclamó la chica con ironía.
—Está en la Provincia del Otoño, y según escuché irá a Puerto Manzanares para una alianza con los Yunshark.
—¿Dónde escuchaste eso?
—Por ahí...
Strauker sintió como los Dioses le sonrieron, le habían dado una segunda oportunidad. No importaba si la información era real o no, había una esperanza de que su reina aun vivía y eso era suficiente para volver a encontrarla.
—Vale, sigo esperando por el plan en el que básicamente no nos cortan el cuello... —Continuó la chica.
—Yo puedo ayudarles con eso. —Habló Strauker acercándose al dúo.
...Fin del Flashback...
—¿S-Strauker? —Se sorprendió la reina.
Strauker estaba frente a él, un poco más descompuesto que antes, con su barba más crecida y sus ojeras que demostraban la falta de descanso. Junto a él se encontraban dos jóvenes, una muchacha muy delgada de cabello rubio, y un joven de cabello naranja, la única similitud entre ellos eran sus ojos profundamente negros como la obsidiana.
—Majestad. —El caballero se arrodilló ante ellas, agachando su mirada al piso. Más que por respeto, era para que no vieran las ganas que tenía de llorar.
—¿Lo conoces? —Preguntó Shyna confundida.
—E-era mi caballero, el que me acompañaba hasta el día de la emboscada en Deiber... —Dijo Kara todavía sin creer que tenía a Strauker ahí. —Pensé que estabas muerto.
—No majestad, he sobrevivido y he pasado todo este tiempo buscándola. Ahora que la encontré le pido que me deje a su servicio nuevamente. —Expresó el caballero de rodillas.
—Mm... No lo sé, si la dejaste morir una vez nada asegura que puedas hacerlo de nuevo. —Comentó Shyna frunciendo el ceño.
—¡Ejem!
Shyna fue interrumpida por el carraspeó del joven de pelo naranja que acompañaba al caballero, en clara señal de querer atención.
—Majestad, sé que no nos conoce ni menos sepa de nuestra existencia, pero imploramos su ayuda. —Habló el chico acercándose a la reina con una leve inclinación.
—¿Quiénes son? —Interrogó Kara.
—Mi nombre es Jayden Mondragón, majestad. —Se presentó el chico. —Y ella es mi hermana; Jazmin Mondragón.
Shyna y Karaline se sorprendieron al unísono, las dos reconocían ese apellido.
La familia Mondragón eran los gobernantes de la Provincia del Crepúsculo, hasta que hace 20 años que tuvieron una gran disputa con los Wolfheard que acabó con una guerra en la que los hijos del Invierno salieron victoriosos y se quedaron con el dominio de las tierras crepusculares.
Lo más relevante era que afirmaban que todos los Mondragón fueron masacrados el día en el que los Wolfheard los derrotaron.
—Los Mondragón están extintos, ¿Cómo sabemos que dicen la verdad? —Cuestionó Shyna desconfiada.
—Si buscan los libros de historia, sabrán que el último Mondragón tuvo mellizos, esos somos nosotros. —Afirmó el joven Jayden, con su hermana detrás. —Además de qué sabemos cosas que nadie sabe, cosas que solo un Mondragón sabe...
—¿Por qué han venido ante mi? —Preguntó Karaline curiosa.
—Le imploramos que nos ayude a recuperar lo que es nuestro, Majestad . Estamos cansados de escapar, al igual que usted queremos vengar a nuestras familias y hacer justicia en contra de personas crueles y corruptas. —Argumentó el joven.
Karaline se impresionó por la declaración, y al mismo tiempo sintió empatía. Esos chicos estaban en la misma situación que ella, exiliados de su propio hogar y con el deseo de enfrentar al responsable, o responsables, de quitarles la vida que merecían.
—Lo siento mucho, pero nosotros ya tenemos asuntos complicados con el Rey Cuervo, así que por favor si no es mucha molestia... —Hablaba Shyna con una falsa lástima.
—Shyna. —Karaline la calló, tomándola del brazo y apartándose de los tres para susurrar; —No puedo dejarlos de lado, su problema me involucra de alguna forma...
—Tonterías Kara, no es tu problema, ¿O no lo sabes? Los Mondragones pelearon con los Wolfheard debido a que los Mondragones fueron los primeros en atacar, invadiendo sus territorios y haciéndole cosas horribles a los habitantes del pueblo invernal. —Expresó Shyna sin ningún tipo de censura.
—Podemos escucharte...
—Créeme, no estaríamos haciendo nada noble ayudándolos. —Finalizó la mercenaria, mirando mal al dúo de hermanos.
Jazmín apretó sus puños ofendida, y antes de que su hermano pudiese internevie ella se lanzó molesta a encarar a la mercenaria.
—¿Cómo te atreves a hablar así de nosotros? ¡¿Crees que pagaríamos la ayuda de la reina con traición?! —Exclamó Jazz enojada.
—¡Ja! Su disputa con los Wolfheard es solo una migaja de todos los crímenes que cargan los Mondragones, los cuales no diré porque sé que conoces bien. —Shyna la enfrentó, con una sonrisa burlona.
—Jazz, ven aquí. —Jayden llamó a su hermana con tal de que se calmara. —Somos concientes de que nuestra familia no ha hecho bien las cosas, pero ya hemos recibido nuestro castigo. Ahora es nuestro turno de responder.
—¿Y en qué nos beneficiarían si los ayudamos? —Cuestionó Shyna rodando los ojos.
—Si recuperamos nuestro hogar le brindaríamos los soldados para la guerra contra el Rey Cuervo, le daríamos las armas hechas con los minerales más fuertes de nuestras minas, hierro, oro para comprar provisiones. —Ofrecía Jayden, cuál mercader. —Estrategias de guerra guardadas en los libros de mi familia...
—Presumido. —Susurró Shyna rodando los ojos.
—Y de ser necesario, un pretendiente majestad. —Soltó.
El ambiente se volvió silencioso de repente, todos queriendo procesar lo que acababa de decir el joven Mondragón.
—¡¿QUÉ?! —Shyna, Strauker y Jazmín gritaron al unísono. Karaline en cambio se sonrojó de los nervios.
—Pienselo majestad, ambos somos nacidos del fuego y representamos animales feroces. —Continuó Jaiden hablando directamente con la reina. —Se puede decir que estamos hechos el uno para el otro.
Shyna se había quedado sin palabras, solo rogaba que alguien la aguantara porque estaba a punto de golpear a ese infeliz por insinuarsele a su Pajarito de esa forma y frente a ella.
Sin embargo, todos tenían su atención en Kara para saber la decisión definitiva.
—Ahora es algo tarde para resolver asuntos de guerra, creo que podemos dejar esta conversación para mañana. —Sentenció la reina rompiendo el silencio y queriendo escapar de esa situación incómoda —Me despido Sir Strauker, Mondragones.
La pelirroja se retiró de ahí a trote. Shyna no dudó en seguirla, no sin antes dedicarle una última mirada asesina a los recién llegados.
Los tres vieron como las dos se iban. La primera en reaccionar fue la chica Mondragón enfrentando a su hermano menor proporcionándole un golpe en el hombro del que su hermano se quejó.
—¿Cómo te atreves a tomar esa decisión sin consultarme? —Exclamó Jazmín.
—Sabía que me dirías que sería una mala idea. —Contestó Jayden directo.
—N-No es mala, pero es arriesgada. —Jazmín apartó la mirada molesta. —No vuelvas a tomar una decisión así sin decirme.
—También quería verificar si valía la pena proponerlo. —Masculló Jayden con pillería para si, sin esperar que su hermana lo golpeara bruscamente en el pecho. —¡Auh! ¿Qué te pasa?
—¡No voy a permitir que hables como un canalla! —Regañó su hermana.
Jayden rodó los ojos indiferente, dirigió su vista hacia el caballero que miraba a la nada sumergido en sus pensamientos.
—Le agradezco sus servicios, Sir Strauker. —Habló Jayden despertandolo de su trance. —Quedamos en deuda con usted.
—Claro... De nada, señor. —Respondió Strauker con frialdad.
Los Dioses descargaban su rabia sobre él.
...🌙...
El sol realizó su esplendorosa aparición avisándoles a los marineros de Puerto Manzanares que debían despertar para empezar los preparativos del próximo viaje.
Cerca del mar y alejados del bullicio del muelle, caminando por la arena se encontraba dos jóvenes de sangre noble, ambos nacidos del fuego y con la intención de vengar a sus familias...
—Escapamos en un carruaje junto a una sirvienta y un caballero, nos dijeron que volveríamos a nuestro hogar en poco tiempo... Nunca ocurrió. —Contaba Jayden el último recuerdo que tenía de su hogar.
Karaline había pedido una audiencia privada con Jayden a primera hora de la mañana. El tema sobre la recuperación de su hogar la intrigaba y al mismo tiempo le interesaba, quizá si apoyaba a los Mondragón a recuperar la Provincia mostraría su autoridad como Reina y más personas la seguiría.
—Se nota que su hermana y usted son diferentes. —Comentó Kara, notando el carácter distinto de cada mellizo; Jazmín era regía, mientras Jayden lucia más pacífico.
—Lo sé, pero es así porque quiere protegerme. —Justificó el joven Mondragón. —Y la entiendo, de todos modos soy la única familia que le queda.
—Un gesto honorable, sin duda. —Argumentó Kara. —Me gustaría ayudarlo, siento empatía con su situación. Además, siempre pensé que lo que hicieron los Wolfheard es algo inapropiado, tomar un terreno sin términos legales es algo inmoral. El problema es que no puedo llevar todo mi ejército a su provincia...
—No soy un hombre de guerra, Majestad. Siempre he dicho que el dialógo es el primer recurso para evitar muertes de inocentes. Quiero ser diferente a mis antepasados en su máxima expresión. —Aclaró Jayden.
—¿Le gustaría dialogar con los Wolfheard primero?
—Si no es mucho pedir. Los soldados nos serán más útiles en caso de que se dé la batalla contra el Rey Cuervo. Insisto en que debería hablar con el antes y llegar a un acuerdo para evitar tomar la ciudad, pero sé por lenguas ajenas que no es sencillo llegar a un acuerdo con él.
—Está bien. —Accedió Kara conforme.
—Oiga y... —Jayden llamó su atención nuevamente, con tono intrigante. —¿Qué piensa sobre la propuesta?
—Oficialmente no eres gobernador del crepúsculo, y yo no tengo mi corona. —Senteció Kara antes de irse. —Ese tema se pospondrá hasta nuevo aviso.
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Comments
Julia Monta88lvan
Mis primas y yo nose quedamos de...
JAJJA Q HERMOSO , Q LINDOOOOO
ya quisiéramos nosotras tener auna Shyna en nuestras vidas
2024-04-04
1
Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo
Ay Karalina!!
Qué haras ahora???
Que interesante.....
2024-01-11
2