«Solo estas mierdas me pasan a mí.»
Pensaba Shyna tratando de analizar lo que había pasado la noche anterior.
Como iba acorde a su plan, se vistió de doncella y entró con facilidad al castillo de los Ranzoni. Merodeaba sigilosamente por las habitaciones evitando ser vista, y sólo pudo robar un collar de oro y rubíes junto un par de monedas. De resto, no encontró nada de valor.
Tenía la esperanza de que la invitada extranjera tuviera cosas valiosas, y así cuando durmiera en una de las habitaciones podía entrar y robarlas.
Se acercó al salón principal para curiosear, divisando al señor Ranzoni charlando con la invitada extranjera. Shyna pudo notar lo frustrada que se veía la chica de un largo cabello rojo con puntas amarillas. Un aspecto sin duda impresionante, sino mal recordaba era una Phoenix.
Al ver el semblante burlón de James Ranzoni pudo entender de donde venía la furia de la chica.
Más sin embargo lo último que escuchó arruinó todos sus planes por completo...
—Lo siento princesita... ¡Guardias! Creo que nuestra invitada está un poco cansada, escóltenla a la salida. —Ordenó el hombre.
¡James Ranzoni echó a la Dama y a su Caballero!
Aunque, ahora que lo pensaba quizá era lo mejor, podía robarles en la entrada sin tanto problema. Fue a buscar sus armas y se dirigió a la entrada donde estaba la pareja hablando.
En ese momento Shyna vió su perdición, un grupo de asaltantes se acercó a la pareja.
Shyna los reconocía, era un grupo de criminales llamados "Los Moradores"; reconocidos ladrones, violadores y asesinos llamados así debido a que siempre vestían de morado.
El caballero que acompañaba a la extranjera empezó una pelea con unos tres hombres mientras otros cinco iban detrás de la chica, la cuál salió inesperadamente corriendo al bosque.
«¿Qué mierda hace? Hará que la maten.»
Shyna "pidió prestado" uno de los caballos del establo y se dirigió al bosque.
No sabía porqué lo hacía, pero su sentido de la justicia le pedía que debía impedir las morbosas acciones que planeaban hacerle a la chica.
Llegó a un callejón sin salida donde tenían a la chica acorralada. Shyna desenvainó sus dagas y fue masacrando a los criminales uno por uno. Mientras los aniquilaba Shyna pudo ver unas luces de antorchas a la distancia, eran los demás miembros del clan. Shyna se acercó a la joven pelirroja con la intención de llevarse, ella se negó a acompañarla pero al final la convenció.
Ahora, ambas estaban ahí, en medio de la nada cerca de la frontera de la Provincia del Verano. En silencio, solo los pasos del caballo eran audibles.
—G-Gracias, por salvarme. Estoy en deuda con usted... —Habló la pelirroja cansada de tanta tensión y silencio. —¿Puedo saber su nombre?
—Mi nombre no importa. Y no me agradezcas, no lo hice por ti, lo hice porque esos hombres me desagradan. —Contestó Shyna de forma fría, Karaline se tensó un poco por su actitud.
—¿Sabes quiénes eran ellos?... ¿O que hicieron con mi caballero? —Preguntó Karaline nuevamente, preocupada.
—Son conocidos como "Los Moradores", un grupo de criminales muy conocido por estos lares. Y sobre tu caballero... si todos fueron a buscarte puede que haya escapado, o esté muerto. —Contestó Shyna, sin algún tipo de delicadeza, sobre todo con lo último .
—¿Muerto...? —Murmuró Karaline para si misma.
No creía que Strauker haya podido dejar una pelea por ella, pero a la vez se negaba a pensar que estaba muerto...
Por desgracia en esta vida, lo que menos esperas que pase, pasará.
La pelirroja no quería pensar en eso, pero el silencio no la ayudaba. Tomó aire y se preparó para iniciar la charla con su fría "salvadora".
—Me presento: Soy Karaline, Karaline Phoenix ¿Has oído de mí?
Shyna estaba decidida a ignorarla durante todo el viaje. Pero la verdad, ella también se estaba comenzando a aburrir.
—No... ¿Debería? —Habló Shyna, alzando una ceja. Karaline no pudo evitar sentirse indignada.
—Sí, deberías. Soy la única hija legítima de Miorino Phoenix, antiguo Rey de Riwa. Por lo tanto yo seré la futura Reina de Riwa, tu futura Reina, la sangre del Fénix corre por mis venas...
Shyna interrumpió a Karaline con una sonora carcajada.
—¿De qué te ríes? —Cuestionó Karaline sin entender.
—¡Ay, por favor! No hables de "poder" cuando hace poco te acabo de salvar de varios matones. Si me llegas a molestar en menos de un segundo puedo cortarte la lengua, así que quien tiene el poder aquí soy yo. —Le dijo Shyna seria. Karaline tragó saliva, ahora sentía miedo. —A ver, si eres la hija del antiguo Rey Phoenix ¿Cómo es que sigues viva?
—Durante la proclamación del Rey Cuervo mi madre me salvó de la masacre en el castillo y una mujer de Fenten me rescató, allí crecí y me eduqué para gobernar...
—Espera, espera. —Interrumpió Shyna nuevamente. —¿Está es tu primera vez en Riwa o has venido antes?
—B—Bueno... n—no, está es mi primera vez aquí. —Confesó la pelirroja, desviando la mirada.
—Ah, eso explica muchas cosas.
Karaline se empezaba a enojar con su acompañante, odiaba como no la tomaba en serio.
—En resumen creciste en otro lado, fuiste educada para gobernar y vienes como si nada a reclamar un reino que ni siquiera conoces solo porque tu padre era el Rey y quieres vengarlo ¿No? —Al no escuchar respuesta, Shyna siguió. —Pues lamento decirte que no es como tú piensas Karalina... ¿o era Karalen?
—¡Es Karaline!
—Ah, Karaline... Mmm, tu nombre es largo y raro. Mejor, a partir de ahora te llamare... "Kara" ¿Te gusta? —Karaline iba a contestar, pero Shyna lo impidió. —¡Oh, claro que te gusta! ¡Ja! ¿Sabes Kara? Como acabo de presenciar, no te está yendo muy bien en tu visita y no tienes a donde ir... No es que me quiera deshacer de ti, pero sí, me quiero deshacer de ti. Tengo cosas que hacer... ¿A dónde te llevo? —Cada palabra que salía de su boca era de una manera egocéntrica y burlona.
—¿Puedes dejar de ser tan grosera, por favor? —Pidió Kara, molesta.
—¿O sino que? ¿Despertaré la ira del Fénix? —Dijo Shyna, en burla. —Si creías que ibas a ganarte la lealtad del reino con un "Porfis" y una carita bonita estás equivocada, creo que ni siquiera sabes lo que significa ser un Phoenix...
—Claro que lo sé. Desde los tiempos más antiguos el Fénix ha representado la fuerza, la inmortalidad y el renacimiento físico y espiritual. —Respondió Karaline, recordando lo que decían los libros sobre el poderoso pájaro que representaba su familia.
—¿Y eso porqué?
La pregunta dejo confundida a Karaline.
—¿Cómo que porqué?
—¿Por qué el Fénix representa eso? ¿Por qué los Phoenix eran tan amados? ¿Por qué el Fénix renace cada vez que lo derrumban? —Cuestionó Shyna.
—El Fénix era un animal muy poderoso, se decía que podría cargar hasta un elefante...
Shyna rodó los ojos e interrumpió a la chica.
—El Fénix renace para esparcir la motivación y la aspiración a la libertad a todas las criaturas del mundo. —Shyna se inspiró. —Se decía que las lágrimas del Fénix podían sanar hasta la herida más mortal, sea física o del corazón. Su vuelo representaba que la vida tiene altos y bajos pero que siempre hay cómo enfrentarlos, por eso el pajaro de fuego extiende sus alas en el emblema de tu casa. El Fénix es valiente ya que no le teme a la muerte, pues sabe que si muere resurgirá y se volverá más poderoso que antes...
Kara estaba sorprendida, nunca había pensado algo así.
Lo que entendió de lo que Shyna quería transmitiría, es que no era importante el aspecto que se presentaba hacia los demás para ser poderoso, sino sus acciones y el porqué de sus acciones.
¿Por qué venerar al Fénix? Sería como la pregunta... ¿Por qué creer en los Dioses?
No importa como luzcas, si posees riqueza o simplemente antepasados que hicieron obras históricas. Tú eres una persona diferente y tus acciones eran capacez de marcar una diferencia. Fuese buena, o mala.
—Fui... admiradora de tu casa por un tiempo. —Shyna finalizó, aclarando ese punto.
Aunque cierta parte mentía, ya que Shyna no "fue" sino que "es" fan de la casa Phoenix desde muy pequeña.
Recordaba cuando varios niños junto a ella se reunían para escuchar las asombrosas historias de las familias más influyentes de Riwa, y las historias de los Phoenix siempre eran sus favoritas. El cómo los Phoenix hacían lo imposible posible y el como la gente temblaba al ver la ira de un Phoenix...
Pensaba que ellos también eran invencibles.
—Para ser alguien... malvada, tienes un buen punto de vista. —Argumentó Kara.
De repente Shyna paró el caballo haciendo que Kara casi perdiese el equilibrio. Sin saber que pasaba frunció el ceño confundida.
—¿Qué pasa? —Preguntó la pelirroja.
—Joder... —Maldijo Shyna, empezando a cabalgar con más velocidad que antes.
Se fueron acercando a las ruinas de un pequeño pueblo que fue consumido por las llamas del cual solo quedaron cenizas.
Ambas chicas se bajaron del caballo, la mirada de Kara mostraba asombro y a la vez tristeza al ver el ambiente pesado. Shyna en cambio sentía rabia de tener que cruzarse más seguido con este tipo de panoramas.
—Fue el Rey Cuervo ¿No? —Preguntó Karaline mirando a su compañera. Shyna se alzó de hombros, sin querer darle la razón de algo obvio.
La mercenaria caminó por los escombros con su mirada fija en el piso lleno de cenizas, cuando divisó algo entre los escombros se agachó y lo tomó en sus pálidas manos. Era una muñeca de trapo, dando a entender que en medio de aquella fechoría una niña inocente había sido víctima.
Shyna no pudo evitar enfurecer , apretando con sus manos la muñeca cubierta de ceniza.
—Bienvenida a Riwa, Phoenix... —Pronunció Shyna apretando los dientes, mientras caminaba para salir de los escombros. —Un lugar donde sacrifican al más inocente para poder sobrevivir...
La mercenaria realizó un agujero en la tierra, donde colocó la muñeca y luego la enterró. Kara miraba con atención lo que hacia la chica.
—Tienes razón, soy malvada. Pero... ¿Acaso el león pide perdón cuando está en lo alto? ¿El lobo da las gracias cuándo toma su territorio? —Continuó Shyna. —Yo hago lo que necesito, lo que tengo que hacer para sobrevivir. Tarde o temprano en algún momento de la vida... todos nos vemos forzados a ser personas malvadas.
Un silencio invadió el ambiente. Kara procesaba las palabras de su compañera mientras Shyna se sentó en el suelo y cerró los ojos, en signo de meditación.
—Si seguimos así... ¿A dónde llegaremos? —Cuestionó Kara rompiendo el silencio. Shyna no respondió. —No se trata de lo que hacemos, sino de porque lo hacemos, tu lo dijiste. Yo quiero un cambio, un buen cambio para Riwa...
—No existe un buen reino, ni un buen mundo... Nunca ha existido y nunca existirá. Siempre habrá una pizca de maldad.
—Tu misma lo dices, "una pizca de maldad", ¡Por los Cuatro Dioses, amiga! Masacraste en menos de un minuto a cinco hombres más fuertes que tú y yo juntas... ¿Cuánto tardarías en vencer solo "una pizca de maldad" si tuviésemos los recursos?
—¿Amiga? ¿Y desde cuándo somos amigas? —Preguntó la mercenarua, abriendo los ojos y mirando a la pelirroja con el ceño fruncido.
—Emm... te recuerdo que no me has dicho tu nombre. El punto es que, quiero conquistar el trono, aunque no haya crecido en Riwa y ni sepa dónde estamos ahora... Sé que soy la única que puede detener esta masacre. —Pronunció Kara jugando con sus dedos. —Si no lo hago yo ¿Quién más lo hará? Nadie lo ha hecho durante estos 18 años, en 18 años nás no quedara nada. Ser una mujer no es una desventaja porque te miro a ti y sé que puedo vencerlos a todos... Pero también sé que no puedo hacerlo sola.
Kara suspiró, para hacer la siguiente propuesta a continuación...
—Mi lady, le pido que me ayude a conquistar el trono de Riwa. Si me ayuda, lo que sea que usted me pida se le pagará el triple. Ni usted, ni sus hijos, ni sus nietos podrán pasar miseria ¡Y si no es suficiente! Le prometo que cuando gobierne, lo que usted crea que esté haciendo mal me lo diga y yo lo tomaré en cuenta... Riwa será libre. —Finalizó.
La mercenaria en el suelo escuchaba lo que le dijo la pelirroja. Shyna suspiró, se levantó del suelo y miro de frente a la joven Phoenix.
—Shyna. Mi nombre es Shyna... Y no vuelvas a decirme "Mi lady" si no quieres que te saque la cabeza. — Agregó Shyna tomando la mano de Kara y dirigiéndola a los escombros. —Tampoco vuelvas a hablarme de usted. Porque así como yo te diré "Kara" tú me dirás "Shyna", no te diré "Majestad" porque no eres una Reina, al menos no para mí. Si quieres ser una Reina, tienes que saber a quien gobiernas.
Shyna paró en frente de un montón de cenizas, tomó las cenizas con una mano y miró a Kara.
—Recomendaría que cierres los ojos.
Kara no entendió, pero cerró los ojos confiando en ella. Shyna le quitó la corona dorada que tenía en la cabeza y esparció toda la ceniza por su pelo rojo con puntas amarillentas.
—¿¡Qué haces!? —Exclamó Kara.
—Todos saben que estas aquí. Si alguien ve tu cabello tan particular te reconocerá y no dudaran en matarte... —Decía Shyna mientras manchaba el cabello de Kara, haciendo que su cabello rojo se volviera marrón.
—Tú no dejarías que hicieran eso.
—¡Ja! No me conoces. Soy capaz de hacer muchas cosas inesperadas... —La mercenaria culminó de pintar su cabello. —De todos modos trata de llevar siempre la capucha, y sobre esto... —Shyna alzó la pequeña tiara. —Te mataran mucho más rápido si lo llevas, escóndelo. —Shyna le dió la corona y se dirigió al caballo. Kara la siguió.
—Tienes... algo de habilidad cuando se trata de dar órdenes. —Comentó Kara extrañada, viendo como Shyna se subía al caballo.
—Bueno, digamos que a ti te enseñaron a gobernar, a mí me enseñaron a que nunca me mandaran. —Shyna extendió su mano para que Kara subiera al caballo.
—¿De dónde vienes, Shyna? —Preguntó Kara curiosa mientras se acomodaba en el caballo.
—Hay secretos que es mejor desconocer. —Contestó Shyna, con una sonrisa de lado. —Si alguien pregunta tu nombre no es Karaline, es Kate, una huérfana. Y te recomendaría que solo me dejes hablar a mí.
—Entendido, ¿A dónde vamos?
—Estamos en la frontera de la Provincia del Verano, como no tuviste suerte con esta Provincia iremos a la Provincia del Alba. —Informó la mercenaria.
—Gracias por ayudarme, Shyna. —Agradeció de corazón la joven Reina.
—Sí, lo sé... —Dijo Shyna en un hilo de voz. —¿No soy tan malvada ahora, verdad?
Kara soltó una pequeña carcajada junto a Shyna.
Era el comienzo de una larga aventura.
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Updated 48 Episodes
Comments
Julia Monta88lvan
Y Soporten los critocnes
sera q yo tambie fui una reina en mi vida pasada...
.🤣🤣
2024-04-03
1
Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo
Espectacular...
Esta simbiosis (Fuego-Hielo) está increíble!!!
2024-01-11
3