Capitulo 19 - Desahogo

...Megan Jones...

Una apuesta, una estúpida apuesta fué lo que orilló a éste descerebrado Playboy a venir a molestarme todo este tiempo. Siempre supe que su "acercamiento amistoso" no era sincero, pero jamás me imaginé algo como eso, ¿Quién demonios se creen ese par de idiotas mujeriegos como para involucrarme en sus juegos estúpidos?. De sólo escuchar la confesión de Davis me lleno de ira y me pongo de pie para irme de éste lugar.

- Lo sé, lo sé, se que estuvo mal, y créeme que quise retractarme, le dije a Liam que no quería seguir con la apuesta después de que me mandaste a volar aquella tarde, pero ahora la situación es distinta, no se trata de agrandar el ego, te lo aseguro - me responde hablando demasiado rápido Intentando que siga escuchando.- Créeme que si no se tratara de algo realmente importante no te molestaría más con ésto, ¡déjame que termine de explicar por favor!

- ¿Es que hay más?, Já, increíble - digo bufando con molestia y sorna.

- Cuando hicimos la apuesta, acordamos que el ganador podía pedir lo que quisiera y el perdedor debía cumplirlo a como de lugar. Entonces cuando quise salirme de la apuesta Liam dijo que retirarse era lo mismo que perder y por lo tanto yo debía darle mi motocicleta - abro los ojos de sobremanera sin poder creerlo, éstos idiotas se juegan las cosas cómo si no les importara nada.

- ¿La moto?, bueno... al menos no te saldrá tan barata tu babosada - dije con ironía.

- Tu no entiendes, pagaría lo que sea con tal de conservarla, incluso le ofrecí el dinero de lo que está estimado su valor pero se negó, pero yo no puedo darle mi motocicleta, es muy importante y valiosa para mí. La única forma de conservarla es ganando esa apuesta. Por eso necesito que vayas conmigo y a cambio yo te ayudo en tu conquista.- me dice un poco frustrado.

-¡Olvídalo Davis, no voy a formar parte de tus idioteces! - le digo con total enfado y comienzo a bajar las gradas. Lo escucho hacer lo mismo por el ruido que causa al bajar saltando hasta alcanzarme y atravesarse frente a mi.

- ¡Espera! - casi choco con él, lo que me hace detener mi andar y retoceder un par de pasos- Megan, ¡Por favor! - me pide con un tono de súplica que no creí escuchar de un chico como él.- sólo será una fiesta y ya, no tienes que quedarte toda la noche si no quieres; te prometo que no descansaré hasta que el fulano Mathias esté comiendo de tu manno - me dice como si estuviese desesperado.

- ¡No! - me niego nuevamente

- Almenos piénsalo un poco - me pide uniendo sus manos en señal de súplica. Lo miro a los ojos y veo verdadera angustia en él.

- ¿Tanto te importa esa estúpida apuesta? - inquiero sin creer lo que ven mis ojos.

- No es la apuesta, Megan; es por la moto, de verdad me dolería mucho perderla... Mira, se que no deben importante nada mis asuntos, y que tal vez te parezca tonto todo ésto, pero esa moto forma parte de lo que soy, me he esmerado tanto en personalizarla, he puesto mi esfuerzo en ella, y es el único obsequio valioso que me ha dado mi padre... Y no lo digo por su valor monetario - lo observo detenidamente y me doy cuenta que de verdad esa máquina ruidosa es importante para él, parece que le tiene un fuerte valor sentimental. Odio, odio ser tan débil ante éstas situaciones, no soporto ver un corazón roto y menos si yo puedo evitarlo. Respiro profundo y exhalo con pesadez.

- ¿Que tendría que hacer exactamente? - le pregunto sabiendo que es una mala idea.

- ¿Es enserio?, ¿De verdad me vas a ayudar? - pregunta al tiempo que sus ojos revelan un brillo de alegría, como si le devolviera la vida tan solo por eso.

- Si... No... ¡No sé!, bueno... intentaré ayudarte pero... - respondo no muy segura de querer hacerlo pero antes de que termine de hablar él me sorprende tomándome de la cintura y me eleva en el aire dando una vuelta - ¡Aahaa!, ¿¡Que haces!?, ¡Bájame!.

- ¡Gracias!, gracias, ¡gracias Megan!, te aseguro que después de ésto te dejaré en paz y no volveré a molestarte. - exclama emocionado poniéndome de nuevo sobre el suelo y yo intento acomodar mis gafas y cabello que se desarrollaron por el brusco movimiento.- Te ayudaré en todo lo necesario para que Mathias quede loquito por ti, no te arrepentirás de...- lo corto de inmediato.

-Un momento Davis, no tan rápido. Dije que intentaría ayudarte, pero antes necesito saber con claridad en que me estoy metiendo, no quiero más sorpresitas, además, tengo mis condiciones.- digo con seriedad y él toma la misma postura seria.

- Entiendo, te prometo que no habrá sorpresas, sólo debes asistir conmigo a la fiesta y ya, no hay nada más oculto.

- Bien, pero más te vale que no se te ocurra dejarme sola en esa fiesta - él asiente - no me gustan esas cosas y no me sentiré agusto, así que sólo estaré por una hora y me regreso a mi casa.

-Claro, yo mismo te llevaré - acepta de inmediato mi petición.

- Y otra cosa, debes cumplir con tus palabras, después de ésto me dejarás en paz.- le recalco que no quiero que me siga molestando.

- Tranquila, tienes mi palabra, luego de ayudarte con Mathias no sabrás más de mi - responde poniendo una mano en señal de juramento.

- No necesito que te involucres en mi asunto con Mathias, así que olvídate de eso- le dejo claro que no me interesan sus "consejos de amor".

- ¿Pero cómo?, ese es el acuerdo - inquiere con cara confundida - tu me ayudas y yo te ayudo.- niego con la cabeza.

- No, me basta con que me dejes en paz - le digo intentando irme de nuevo, ya he perdido mucho tiempo en ésta conversación.

- ¡Oh, vamos Megan!, me harás un gran favor, lo justo es que yo haga lo mismo por tí - lo escucho decir siguiendo mis pasos.

- Yo no soy como tú, Davis, yo si soy capaz de hacer un favor sin esperar nada a cambio - le digo sin detenerme.

- Oye, ¿no crees que estás siendo muy dura conmigo?, se que lo que hice fué estúpido, pero yo no soy tan detestable como crees, también se hacer favores y soy muy agradecido con los que me tienden la mano, como tú. - habla con cierto tono de queja - Déjame ayudarte, no pierdes nada con intentar.

- No creo que sea buena idea - le respondo con simpleza.

- ¿Por qué?, ¿A qué le huyes?, no seas cobarde - me pregunta haciendo que me detenga nuevamente y me gire para verlo de nuevo.

- ¡No le huyo a nada!, entiende; simplemente evito tener que pasar por el oso de mi vida al ser rechazada. Desde que entré a ésta prepa me he dedicado a estudiar tratando de pasar desapercibida porque todos los hijos de papi y mami de éste lugar no pierden el tiempo en fastidiar a personas como yo por el simple hecho de no tener su misma condición económica. No me importa que me llamen cerebrito, nerds, cuatro ojos, o cualquier otro apodo estúpido que se inventan para intentar ofenderme, porque eso me confirma que mis neuronas funcionan mejor que las de ellos y que simplemente actúan así porque no soportan que alguien sea mejor que ellos en algo; pero sería muy distinto ser la burla de todos por tener sentimientos por alguien que al parecer olvidó que existo. - Le digo mirándolo fijamente a los ojos, no se por que me desahogo con él, pero se sintió bien decirlo en voz alta.

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