Capítulo 5. Reglas y condiciones

...Narrador omnisciente ...

- Espera, habrá reglas, no creas que todo será tan fácil, aquí habrá que demostrar quién de los dos domina más el arte de la conquista. No se trata de llevar a cualquier chica, debe ser alguien con quién no hayamos salido antes, y por supuesto, alguien que se considere difícil de conquistar. - informa Liam con cara y tono retardor creyendo que hará retractar a Oliver.

- Perfecto, ve preparándote, porque ésta apuesta la ganaré yo, y te aseguro que la penitencia no te la pondré fácil - comfirma Oliver con una sonrisa maliciosa.

- Bien, una cosa más, el ganador escoge el reto y el perdedor tendrá que cumplir, de lo contrario, tendrá que pagar la multa que le sea solicitada por el ganador, ¿Trato hecho?, ¿o ya comienzas a acobardarte? - presiona Liam.

- Pues... ya que estás poniendo tantas condiciones, yo también pondré una para aportarle más diversión. Cada participante escogerá la que será la conquista del oponente, ¿Que dices? - Propone Oliver completamente seguro de ser el ganador, pero entonces Liam sonríe ampliamente al estrechar su mano.

- Es un hecho, al terminar las clases cada uno dirá quién será la conquista en cuestión - responde Liam decisivo y sintiendose triunfante.

Justo cuando terminaron de charlar, sonó la campana avisando que había terminado el receso. Todos se adentraron a los salones de clases, después de un par de horas, llegó la hora de la salida y el mismo grupo se volvió a reunir en las mismas banquetas donde se sentaron por la mañana. En cuanto todos se acomodaron en sus lugares, Liam se puso de pie y comenzó a hablar en voz alta frente a sus amigos, dejando a Oliver algo incómodo y desconcertado, pues pensó que la apuesta sería algo entre ellos dos y no un asunto público.

- Damas y caballeros - comenzó a decir Liam con expresiones graciosas - hoy serán partícipes de cómo dos hombres guapos y extremadamente atractivos, se debatirán en una apuesta para demostrar su hombría, aplicando todas las técnicas de conquista y seducción disponibles en sus manos para captar la atención de una chica y llevarla como su compañera a la fiesta que se realizará este viernes en la noche en mi casa, sobra decir, ¡que todos están cordialmente invitados!. - Todos los de su grupo de amistades estaban a su alrededor, algunos gritaban y otros chiflaban celebrando mientras aplaudían

- ¿¡Quieren saber quiénes serán esos dos hombres que se irán a duelo para ganarse el título del mejor conquistador de la preparatoria San Diego!? - Inquirió Liam, a lo que todos gritaron un eufórico "si" - Pues escuchen muy bien, porque ustedes serán los testigos de éste gran evento y de constatar quién será el ¡Ganadooor!. Los dos participantes serán... ¡Tan tan tan taaaann! - poniéndole suspenso - Oliver Davis y mi personaaaa... ¡Liam Williams!.

Por un momento todos se quedaron un poco sorprendidos, pero instantáneamente pasaron de la sorpresa a la euforia, las chicas haciéndole barras a los dos hombres mencionados, aunque la mayoría gritaban y apostaban a Oliver Davis, el reconocido Playboy. Liam explicó las condiciones de la apuesta, pero todos se morían por conocer el nombre de las susodichas que serían "las conquistas", sin embargo, para evitar que las escogidas se negaran al sentirse usadas por una apuesta, el joven prohibió a los presentes que comentaran sobre la apuesta a otros estudiantes de la preparatoria, algo que posiblemente se cumpliría, ya que no era la primera vez que su círculo de amigos hacían éste tipo de "juegos" como ellos les llamaban, y como ya era hora de la salida, la mayoría de los estudiantes ya se habían marchando a sus hogares y sólo quedaban pocos grupos entre ellos.

- ¡Queremos nombres!, ¡Queremos nombres!, ¡Queremos nombres! - gritaba el público presente solicitando el nombre de las chicas.

- Muy bien, tu primero - dijo Liam empujando a Oliver al centro del círculo imcitandolo a decir quién era la chica a la que le tocaría conquistar, dejando lo mejor para el final.

- Bien, bien, después de tanto pensar y pensar... - comenzó a hablar Oliver entre risas - he decidido, que la chica que Liam tendrá que conquistar y llevar a la fiesta, es.... ¡Romina Jhonson! - todos comenzaron a gritar, unos con burla y otros eufóricos con el gran reto que tendría Liam en ese momento, pues Romina Jhonson, era una chica que no estaba clasificada dentro de las más populares, pero sin duda alguna era una joven hermosa, pero que no era fácil de conquistar, porque al parecer no le importaban los chicos de su edad, si no que su debilidad eran los jóvenes universitarios que fuesen mayores y con más experiencia que ella, de modo que Liam no la tendría muy fácil.

Luego fué el turno de Liam para indicar el nombre de la conquista de Oliver, era el momento de comenzar a saborear su victoria, Romina no iba a ser una chica fácil, pero sin duda encontraría la manera de convencerla de asistir a esa fiesta con él, algo se invertaría. En cambio, estaba seguro que Oliver no lo lograría, y él ya sabía que era lo que obtendría como recompensa.

- La chica que Oliver tendrá que conquistar para demostrar que es un verdadero Playboy, y posee mejores armas de seducción que yo, es... - todos escucharon a Liam expectantes a lo que proseguía - nada más y nada más que... "La cerebrito más ñoña de la preparatoria", ¡Megan Jones!.

En el mismo instante que fué mencionado ese nombre, se instauró un rotundo silencio, todos se quedaron mirando a Oliver esperando su reacción, quién se quedó perplejo por un momento, él mismo no salía de su asombro, jamás se imaginó que sería Megan Jones la chica a la que ahora tendría que cortejar, la verdad se esperaba el reto con cualquier otra menos con ella, Megan jamás pasó por su cabeza, ni siquiera como última opción. Segundos después, Oliver observó la sonrisa triunfante y sobrada de Liam, supo que todo estuvo pensando por él desde el principio y que por eso se le veía tan confiado, sin embargo, él no dejaría que arruinaran su reputación, tampoco le daría el gusto ganar ganar, de modo que lo haría, conquistaría a la cerebrito Megan Jones, ¿No podría ser tan difícil, o si?.

Tratando de ablandar el momento, Oliver se posó nuevamente en el centro del círculo, y con voz segura y firme dijo:

- ¿Por qué tanto silencio, querido público admirador?, aquí no hay apuesta que le quede grande a Oliver Davis, ni chica que se resista a mis encantos - dijo lanzando un beso volado a las chicas, causando que éstas comenzarán a gritar de la emoción - Éste pechito que ven aquí, irá a esa fiesta con Megan de su brazo, y entonces conservaré mi título, mi hombría y mi reputación, ¡Se los aseguro! - terminó su discurso mientras todos y todas le aplaudían y gritaban apoyándolo, sin embargo, el que le mostraran su apoyo, no quería decir que no estaban preocupados pensando que tal vez Oliver Davis perdería por primera vez, por una chica que hiciera fallar sus encantos.

Megan Jones era una chica tranquila, y que muchos tildan de insípida y aburrida por estar siempre metida entre las páginas de sus libros y cuadernos, jamás le habían visto un novio, ni mucho menos se había mostrado interesada por algún chico, la verdad, todos le resultaban indiferentes, lo único que llamaba la atención, era cualquier actividad que estuviese relacionada con sus estudios o con las que pudiese ganar méritos en su récord académico.

Nunca ningún chico había podido conquistarla o al menos lograr que ella lo mirara, no asistía a fiestas, no salía a divertirse con amigos, no tenía vida social, entonces... ¿Cómo haría Oliver para llevarla a esa fiesta?, o pero aún, ¿Cómo lograría conquistarla?

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