Capitulo 8. Indiferencia

...Oliver Davis...

Sorprendido, así he quedado después de que la cerebrito Megan Jones me ha atacado con su indiferencia, mis neuronas hicieron corto circuito cuando me pasó por un lago ignorando mi saludo en la entrada de la prepa. Por un momento llegué a pensar que era invisible, como Jack Frost, o que no me había escuchado, lo segundo era lo más lógico, sólo eso explicaba que una chica no sonriera y se derritiera por mi atención, y no es que sea egocéntrico, pero vamos, soy Oliver Davis, en éste lugar todas las chicas suspiran por mí.

Emprendí mi camino nuevamente y fuí tras ella, insistí en saludarla pero ella seguía ignorandome, me sentí tonto, sobre todo cuando miré a mi alrededor y las personas me miraban como si fuera un hombre con cinco brazos, y los entiendo, ¿desde cuándo las chicas dejaron de perseguirme para que sea yo quién las siga?, no no no, debo ganar esa apuesta y mantener mi reputación, ninguna ñoña va a dejarme en ridículo.

Seguí tras ella y por fin notó mi presencia, intenté intercambiar palabras con ella, sin embargo, fueron pocas las que lograron cruzar, al parecer no se podía creer que yo estaba intentando hablar con ella porque me miraba como bicho raro y con desconfianza. Por más que trataba de aplicar mis encantos y amabilidad con ella, no había manera de captar su interés, hasta me dejó parado en el pasillo como un idiota al huir de mi después de jugarme sucio, ¿pero que está pasando aquí?, ¿a qué me estoy enfrentando con Megan Jones?, no tengo ni la menor idea de lo que pasa por la cabeza de esa chica, pero de que la conquisto la conquisto.

Después de quedar plantado en medio pasillo, no quise entrar a mi clase, me fuí a un lugar recóndito de ésta escuela, dónde me refugio de vez en cuando, cuando me canso de de estar rodeado de tanta gente y necesito estar sólo. Estando ahí, saqué mi libreta personal de dibujos, allí hago mis propios diseños de autos y motocicletas, es algo que me gusta hacer y con lo que libero el estrés cada vez que las fiestas, el alcohol, las chicas ni nada a mi alrededor lo logra. En casa tengo varias libretas de éstas llenas con mis dibujos, muchos de ellos comencé a hacerlos desde los doce años, cuando descubrí que se me hacía fácil dibujar autos y esas cosas, luego comencé a plasmar diseños que se iban creando en mi mente, pero es algo que todos desconocen de mi, a nadie le he mostrado mis dibujos, primero porque estoy seguro de que a nadie le interesan, y segundo, porque no quiero que ve vean como a un niño tonto que sólo se la pasa dibujando sus estúpidas fantasías.

.....

Al cabo de casi una hora, supuse que la nerd ya estaría saliendo de su clase, así que guardé todo en mi mochila y fuí en su búsqueda, no descansaría hasta lograr mi cometido. Me acerqué por el pasillo que va al salón donde entró la última vez, y si, ya todos estaban saliendo, entre la multitud pude verla a lo lejos, se dirigía a su casillero nuevamente, entonces pensé que era mi momento para atacar de nuevo, lo malo fué que otra chica se acercó a ella y comenzaron a hablar muy animadas, miré a los lados y preferí esperar un rato más a qué estuviera sola, pero que va, esa chava no se le despegaba ni por un segundo, parecían dos chicles entrelazados, y eso clavó otra duda en mi, ¿serán lesbianas?, tal vez por eso no me pela, porque sus gustos van en otra dirección, eso lo explicaría todo.

En todo momento estuve observandolas de lejos, detallando sus movimientos, pero hasta ahora no había nada que me diera indicios de que mis sospechas fueran ciertas, posiblemente sólo sean dos amigas pegajosas de esas que no se pueden dejar ni para ir al baño. Luego de que salieron de la segunda clase, ambas se dirigieron hasta el cafetín y se sentaron en una de las mesas más apartadas de la multitud, sacaron un par de libros y comenzaron a leer mientras desayunaban, ¿en serio?, nerdas tenían que ser, pienso mientras ruedo los ojos; sólo ellas no dejan de estudiar ni siquiera para comer como la gente normal. Me decido a dejar de perder el tiempo y me acerco, me paro frente a su mesa y vuelvo a saludar tratando de exponer mi mejor sonrisa.

- ¡Buen provecho, chicas! - saludo con "entusiasmo" y ambas levantan la mirada hacia mí, su amiga me mira primero sorprendida y luego sonríe haciéndome ojitos, típico, pero eso es bueno, quiere decir que aún conservo mis encantos y que no es su novia lesbiana. Lo que me deja desencajado, es que escucho y veo como Megan mira hacia un lado diciendo en queja por lo bajo "Ay no puede ser", como si le molestara mi presencia, ¿pero que demonios?.

- Hola Oli - me saluda con timidez la chica que la acompaña, pero yo no puedo dejar de mirar la expresión incómoda de Megan, ¿que le pasa a ésta chica?, ¿de verdad no le agrado ni un poco?.

- Linduras, hoy comeré con ustedes - Les digo con gracia tomando asiento frente a ellas con una gran sonrisa, la cual se queda fría al escuchar por fin a la cerebrito.

- ¿Te volviste loco? - inquiere con su ceño fruncido - ¿qué pretendes?.

- Nada, solo quiero comer con ustedes - le digo de manera despreocupada acomodándome mejor en la silla sin dejar de sonreír.

- Déjalo Megan, hay espacio suficiente para los tres - responde sonriente la otra chica sin dejar de hacerme ojitos luego de darle un leve codazo a su amiga.

- ¡Oye!, no se que te traes en mente, pero te advierto una cosa, ¡no voy a hacer tu tarea! - me advierte Megan mientras me apunta amenazante con el tenedor plástico con el que pinchaba su ensalada de frutas.

- ¿Tarea?, ¿quién ha hablado de tareas?, no entiendo nada, solo he venido aquí a charlar con ustedes - le respondo tranquilamente mientras que le robo un trozo de manzana a la ensalada de su amiga y la llevo a mi boca, ésta sonríe más y empuja su plato hacia mi ofreciendome más.

- ah, ¿en serio? - dice con ironía - pues no te creo nada - sin dejar su expresión seria, ya creo que se le ha metido el espíritu de Merlina - no me creas tonta, Devis - menciona remarcando mi apellido - Los chicos como tú - me apunta - sólo se acercan a chicas como nosotras cuando necesitan a alguien que les hagan sus tareas, pero puedes ir olvidandote de eso, porque nosotras no vamos a caer en tus truquitos baratos.

- Te digo que no se de lo que hablas, yo ya tengo a alguien que se encargue de eso - le confieso descaradamente, y la verdad es que no miento, a mi alrededor tengo varias chicas que con tal de que les sonría y les guiñe un ojo de vez en cuando, me hacen las tareas sin que yo se los pida - Como dije, solo quiero comer y charlar con ustedes - le digo sonriendo de nuevo.

- Ya Meg, no lo trates así, él solo está siendo amistoso con nosotras - la convence su amiga de que me deje estar con ellas.

- Ya estás advertido - me repite Megan antes de enfocarse nuevamente en su libro y seguir atacándome con su indiferencia.

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