...Megan Jones...
Que coraje con ese riquillo descerebrado, ¿De verdad creyó que yo creería en su farsa?, já, ¿Que yo le gusto?, si claro, igual que le debe gustar una patada entre las piernas, un Playboy como el sólo mira a las chicas plásticas y superficiales, porque esa clase de chavos no tienen la capacidad de pensar en algo más que sexo, fiestas y bobadas, sólo se fijan en las apariencias, y no es por menospreciarme, pero mi apariencia no es precisamente la que llame la atención de los chicos, y a decir verdad, no me interesa llamar la atención de ningún puberto hormonal sin inteligencia.
Pero Mathias es otra cosa, el si es inteligente, dulce, tierno, amable, buen chico, estudioso, deportista, con visión de la vida y además es guapo, no es que eso sea lo que me importe, pero no puedo negar que su cabello rubio y su cara preciosa siempre me gustó, lástima que ahora ni siquiera me recuerde, es el único chico que conozco que vale la pena.
Después de hora y media entre camino a pie y buses, llegué a casa, mi mamá y mi hermana ya habían almorzado, entonces metí mi plato al microondas y luego subí con el a mi habitación. Mientras comía, organizaba una mochila con ropa, pijama y todas las cosas que necesitaría para la pijamada con Sam, al terminar me metí a la ducha y tomé un baño relajante, hoy había tenido un día inesperado por culpa del irritante Davis, no se por qué se empeñó en molestarme a mi, debe estar súper fregado con sus notas como para intentar usar esos truquitos conmigo para convencerme de hacer sus tareas, porque nadie me sacará de la mente que eso es lo que él quiere.
Pobre, en el fondo siento pena por él, tiene disque "muchos amigos" pero nadie es capaz de tenderle una mano, lástima que sea tan cabeza hueca, porque si se hubiese acercado a mi de otra manera y fuese sido sincero al pedirme ayuda, quizá, sólo quizá lo habría ayudado a estudiar para que mejore sus notas, yo no tendría problema con asesorarlo, porque eso sí, por ningún motivo yo haría las tareas por él ni por nadie, si de verdad alguien necesita mi ayuda, yo lo ayudo a estudiar, no a hacer trampa.
Luego de un baño renovador, me puse ropa cómoda, y fuí con mi mamá a decirle que me quedaría en casa de Sam, ella aceptó como de costumbre, pues conocía a mi amiga y le tenía mucho aprecio, ella también se quedaba a veces con nosotras y todos aquí la recibían como a un miembro más de la familia.
Tiempo después ya estaba en la mansión de mi amiga, como era costumbre, sus padres no estaban en casa, ambos estaban trabajando y teníamos el lugar para nosotras dos solas, sin embargo, me llené de tristeza cuando ví que la casa estaba casi vacía, sólo habían algunos muebles, porque la mayoría de las cosas ya estaban empacadas para la mudanza. Traté de no desperdiciar mi última noche con mi amiga pensando en cosas tristes como su partida, así que comenzamos a divertirnos haciendo galletas en la cocina. Luego de jugar con la masa y tirarnos harina la una a la otra, las galletas salieron del horno desprendiendo un aroma delicioso que hizo sonar nuestros estómagos hambrientos.
Limpiamos rápidamente el desastre que habíamos hecho y después subimos a su habitación con las galletas, palomitas de maíz y otros bocadillos que habíamos preparado para pasar toda la noche en vela. A cada tanto, Sam activaba la camara de su teléfono celular y nos tomaba fotografías haciendo cosas juntas, por lo general a mi no me gustan las fotos, pero por ella dejaba que tomara las que quisiera y posaba con una sonrisa para ella.
Jugamos juegos de mesa como Scrabble, ajedrez, desafío al saber y otros juegos que nos gustan tanto porque ejercita nuestros cerebros. Horas después, cada una tomó otro baño por separado, nos colocamos las pijamas, la suya era una sudadera y un pantalón deportivo de corazones rosados y la mía igual a la suya pero con estampas de ositos.
- ¡Hora de la película! - gritó Sam emocionada mientras encendía el televisor y se tiraba sobre la cama.
- ¿Cuál veremos hoy?, aprovecha que te complaceré en todo - le digo sentandome a su lado sobre la cama con el bol de palomitas.
- Bueno, como hoy tengo vía libre para escoger, veremos... - se queda pensativa - ¡Lo tengo!, veamos la saga completa de Crepúsculo.
- ¿Qué?, ¿Otra vez? - pregunto entre risas, Sam es fanática de esa saga, a mi también me gusta mucho, pero ella podría verla a diario si pudiera.
- No puedes negarte, hoy prometiste complacerme en todo, y yo quiero ver cómo a ese hombre sexy se le desgarra la ropa cuando se convierte en lobo - dice con una picardía que desconocía en ella.
- Y yo que creí que era porque te gustaban las historias de vampiros - le respondo riendo.
- Eso también, pero me gusta más el coprotagonista jajajaja - su risa me contagió haciendo que haga lo mismo que ella mientras negaba con la cabeza. Comiendo de todo un poco, vimos varias de las películas y yo reía de todas sus reacciones y suspiros que soltaba cuando veía a su lobo favorito en la pantalla.
- ¿Meg? - la escucho mencionar mi nombre.
- ¿Uh? - mientras meto palomitas de maíz en mi boca.
- ¿De verdad no consideraste ni por un momento aceptar la invitación de Oliver? - pregunta de repente y yo dejo de prestarle atención a la película para verla a ella que me mira con curiosidad.
- ¿A qué viene eso?, sabes que no lo dijo enserio, sólo se burlaba de nosotras, ¿No me digas que de verdad le creíste? - inquiero mirandola incrédula de que haya caído en su trampa.
- Pues... ¿Y si fuera cierto?, No tienes como saber si era sincero o no, no le diste ni la más mínima oportunidad. - insiste ella.
- Ni se la daré, Sam, menos después de lo que me dijo en la salida - ella me mira interrogante - No le bastó suficiente con interrumpirnos en el cafetín y perseguirme por la escuela, también me siguió después de que nos despedimos, primero me ofreció llevarme en su ruidosa motocicleta y después se atrevió a querer engañarme diciendo que yo le gusto- le digo mostrando mi notable molestia.
- ¿Que Quéeee? - preguntó sorprendida.
- Como lo escuchas, ese tonto no sé quién cree que soy, pensó que con decirme eso caería rendida a sus pies dispuesta a hacer todo lo que me pida, pero está muy equivocado - le digo refunfuñando mientras sigo engullendo las palomitas.
- ¡Pero Meg!, ¿Tu que le dijiste?, ¿Cómo reaccionaste?, ¡Cuéntame detalles! - dice emocionada como si se tratase de una gran noticia.
- ¿Que le iba a decir?, que me deje en paz y no quiera verme la cara de idiota. Obviamente no le creí ni media palabra - contesté encogiendome de hombros.
- No se Meg, todo ésto es muy raro... Pero al mismo tiempo emocionante, ¿No crees?, el chico más guapo y popular de la prepa te dice que le gustas, ¡Eso es genial!, no tienes idea de cuántas morirían por qué él les diga eso, pero no, el te lo dijo a tí, ¡A tí! - termina aplaudiendo.
- No se por que celebras, ya te dije que eso no es nada bueno, algo turbio se trae, si yo de verdad le gustara, cosa que dudo mucho, no me habría buscado así repentinamente después de haberme ignorado por varios años, prácticamente no existimos para el, ¿y de un momento a otro sale con ésto?, puff, no tiene sentido, es totalmente absurdo. - digo tratando de hacerla entrar en razón.
- Puede que estés en lo cierto... Pero sé honesta conmigo, ¿No sentiste ni una chispa de emoción?, ¿No sentiste mariposas en el estómago? - me pregunta cómo esperando una respuesta positiva de mi parte.
- ¿Emoción? - inquiero frunciendo el entrecejo - no, para nada, más bien sentí coraje al ver cómo trataba de burlarse de mí. En cuanto a las mariposas en el estómago... - digo pensativa- sólo hay alguien que puede hacerme sentir eso - suelto un suspiro mientras Mathy pasa por mi mente.
- ¿Mathias? - asiento con una sonrisa - Pero Meg, ¿Entonces que esperas para hablar con él?, tienes que hacer tu luchita antes de que alguien más se te adelante. - me aconseja lo mismo de siempre.
- Mejor no hablemos más de eso y sigamos con la película - la evado una vez más - recuerda que ésta noche es nuestra y debemos disfrutarla al máximo.
Sam sonríe y asiente alegremente, las dos nos abrazamos y así nos quedamos viendo la película hasta horas de la madrugada. El sueño nos venció que ni cuenta nos dimos de a qué hora nos quedamos dormidas. Al día siguiente nos levantamos tarde y desayunamos juntas, ese fué el único día que falté a clases, a acepción de las pocas veces que llegué a enfermar, pero era indispensable para mí compartir esas últimas horas junto a mi única y mejor amiga
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 50 Episodes
descargar
¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
Comments