Desesperación

Un olor a café molido, huevos fritos y pan recién horneado despiertan a Isabela, quien debe tomar un par de segundos para ubicarse en el tiempo y en el espacio.

"Estoy en casa de Mark", recuerda.

Mira el reloj que está en la pared frente a la cama y marca las 11:00 a.m.

"¿En serio dormí tanto?"

Estira su cuerpo con sumo cuidado y siente en cada hueso, músculo y célula las consecuencias de sus pésimas decisiones. Pero como siempre, esa parte entusiasta que la caracteriza busca lo positivo en medio de la desgracia. "Si esto no hubiera pasado, no conocería a Mark."

Una leve sonrisa se dibuja en su rostro al revivir lo contenta y despreocupada que se sintió la noche anterior, pues llevaba mucho tiempo sin pasar un rato tan agradable, además nunca un hombre había sido tan atento y considerado con ella. O, por lo menos, no sin tener la previa intención de meterla en su cama.

Isabela Intenta levantarse y de inmediato su cuerpo grita que es una muy mala idea, pero el ruido de la cocina y el olor que proviene de ella la animan a esforzarse un poco más. Toma sus muletas, se apoya en ellas y sale de la habitación emocionada por volver a probar las delicias que cocina su nuevo amigo. Pero se lleva una gran sorpresa cuando en vez de encontrarse con un hombre alto, atlético y rubio, encuentra a una señora menuda, regordeta, de cabello gris y vestida con ropa cómoda.

—¿Señora Sara? —la reconoce de inmediato. El ama de llaves del gran empresario, multimillonario, genio, dios griego, ángel caído, mejor amigo de Mark, su verdugo, su salvador y su verdugo otra vez… Christopher King—. ¿Qué hace aquí? —pregunta Isabela confundida.

—Señorita, buenos días —, Sara sonríe con amabilidad y la chica frente a ella se siente conmovida por qué le recuerda a su difunta abuela—. Vine a cuidarla.

—¿Christopher se lo pidió? —pregunta consternada. "Si lo hizo, de seguro fue para ponerme una espía y asegurarse de que mantenga mi boca cerrada."

—No, ¿cómo cree? —responde amable, pero la forma en cómo lo dice, hace pensar a Isabela que su pregunta fue estúpida. —También trabajo para el joven Mark. Él fue quien me pidió cuidar de usted.

"Claro… ¡Qué tonta! Si alguien ha estado realmente preocupado por mi lamentable situación, es Mark. ¿Cómo se me pudo siquiera cruzar por la cabeza que mi tormento de ojos azules se interesa un poco en mí?"

“No te preocupes, no te voy a dejar sola. Todo va a estar bien”… Isabela se pierde en esas palabras, en esa voz. Su fuerte y a la vez dulce voz. Esa que le dio tanta paz en uno de los momentos más horribles de su vida. Esa que era su única compañía y se transformó en una ilusión que creía haber perdido. Esa misma que ahora, de solo recordarla, le provocan ganas de salir corriendo, ignorar sus problemas y volver a la calidez de su hogar.

—Muchas gracias por venir. —sacude todos esos pensamientos y se esfuerza por concentrarse en su presente, porque independientemente de lo que haya pasado en las últimas dos semanas, sabe que debe mantener su enfoque en su objetivo… "Tengo que salvar a mi familia de la ruina. Eso es lo único que importa. Christopher King y sus mentiras se pueden ir a la mierda."

—No se preocupe, lo hago con mucho gusto. Ahora descanse, todavía está muy débil. Voy a servirle el desayuno —la dulce anciana vuelve a la estufa e Isabela toma asiento en la barra para esperar a probar lo que desprende ese delicioso olor.

—Gracias. La verdad es que tengo mucha hambre.

Un par de minutos después, la Señora Sara pone frente a ella un plato con cereal, café, waffles, tocino, huevos revueltos, fruta picada y, junto con el delicioso desayuno, una pequeña caja rectangular.

—El joven Mark trajo esto para usted.

Toma la caja con sorpresa y lee el post-it amarillo floreciente que hay sobre ella: "Por lo menos algo de lo que se rompió es fácil de reponer."

Vuelve a leer la nota sintiendo un profundo agradecimiento por aquel hombre. "¿Qué sería de mí ahora si no fuera por Mark? Tal vez estaría en la calle, consumida por el abrazarte calor del verano, muerta de hambre, sola y sin tener a dónde ir. O peor aún, viviría en casa de Christopher mientras soy engañada y humillada."

Saca el teléfono de su empaque con la emoción de una niña que abre un regalo de navidad, porque siempre quiso uno de esa marca y el dinero nunca le alcanzó para comprarlo. "Jamás voy a tener cómo pagarle a ese hombre todo lo que ha hecho por mí." Enciende el móvil, lo configura mientras come, y cuando termina, lo primero que hace es llamar a Daniela, su hermana, para reportarse y darle su nuevo número de contacto.

—¡Por Dios, Isabela! ¿Por qué no te habías comunicado? —contesta Daniela histérica y la regaña.

—Ya te lo había dicho, Dani. Perdí mi teléfono y hasta ahora logré conseguir uno nuevo.

—Eso no importa. Debiste encontrar la manera de llamar. —la voz de su hermana está cargada de angustia y de inmediato, Isabela tiene un mal presentimiento—. Aquí están pasando muchas cosas, Isa… De verdad… Estamos en problemas.

—Oye tranquila, me estás asustando... —Isabela Imagina toda clase de cosas horribles y su corazón se detiene.

—Pues deberías asustarte. Esos tipos… volvieron, y esta vez hicieron algo más que amenazarnos.

—¡¿Qué?! —su grito asusta a Sara, que la mira preocupada desde el otro lado de la cocina y se acerca corriendo para ayudarla a mantenerse en pie, porque ni las muletas pueden evitar que esté a punto de perder el control de su cuerpo.

—Golpearon a papá. Él está bien, pero tuvimos que llevarlo al hospital. Aún sigue en revisión. Los médicos temen que sufra un infarto, su presión arterial es muy inestable —Daniela comienza llorar desesperada—. Mamá y yo no sabemos qué hacer Isa.

—Pero… no puede ser —ya no puede contener sus lágrimas y un nudo en la garganta le corta la voz—. Yo… Yo les dejé dinero suficiente antes del viaje para que los dejaran en paz y me dieran tiempo de recoger la próxima cuota… Qué… ¿Qué pasó?

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***