Un nuevo amigo

—Ya deja ese maldito sarcasmo... —Christopher suspira con fuerza. Sabe que cuando su amigo se pone en modo abogado defensor, no hay forma de hacerlo cambiar de opinión. Es algo de lo que se ha beneficiado por mucho tiempo, pero nunca imaginó que algún día esa actitud jugaría en su contra—. Al menos déjame hablar con ella —pide de forma conciliadora, pero no le sirve de nada.

—No. Por hoy ya fue suficiente. Además, le prometí a Isabela que no iba a tener que volver a verte la cara.

—Te recuerdo que esa mujer está desesperada por dinero, y en vista de que tiró a la basura el que le ofrecí, no creo que se atreva a ser lo mismo con la oferta de trabajo.

Mark se queda pensativo. Sabe que Chris tiene razón.

—Le conseguiré otro empleo —dice sin meditar mucho en el asunto—. Me comprometí a cuidarla hasta que se recupere, y eso incluye su salud mental. Y como tú no eres el único empresario que necesita una intérprete políglota, no me será complicado conseguirle algo en donde pueda estar completamente cómoda.

—Muy bien —dice Chris sin molestarse en ocultar su disgusto—. Hagan lo que quieran. Pero que quedé claro que yo quise enmendar las cosas. No quiero que vengas después a hacerme exigencias ridículas ni a seguir sacándome en cara la basura que soy. Si quieres que me olvide ella, lo haré, sabes que para mí eso no es difícil. A partir de ahora será como si no existiera, solo asegúrate que tu protegida cumpla con su parte del trato, y déjale claro que, si yo no cumplo la mía, es porque tú me lo impides.

Mark abre la boca para intentar refutar el argumento de Christopher, pero en ese momento Isabela vuelve a la cocina, así que prefiere terminar allí con la llamada.

—"¡Wow!" —exclama con una sonrisa en la cara—. Este olor es delicioso, ni siquiera sabía que tenía tanta hambre.

El abogado le devuelve la sonrisa y le dice a su oyente en la línea: — Ya me voy—, y cuelga sin darle la oportunidad a Chris de decir nada más.

—¿Y ahora qué quiere tu jefe que hagas? —pregunta Isabela con un pequeño tono de sarcasmo.

—Mmmm, pues en realidad estuvimos hablando de su oferta de empleo.

Isabela suspira y analiza las circunstancias en las que se encuentra. Necesita un empleo, eso no tiene cabida a la discusión y, para ser sincera consigo misma, la oferta que le hizo Christopher apenas hace unas horas, es la mejor opción que tiene ahora. Cuando rompió el cheque no tuvo tiempo de pensar en que también estaba tirando a la basura la oportunidad de tener un trabajo bien remunerado, en una de las empresas más grandes e importantes del mundo y que se acomoda a la perfección con su perfil profesional y su situación actual. Una sensación de arrepentimiento se aloja en lo más profundo de su pecho. Se reprocha a sí misma ser tan impulsiva y poco racional. Varias ideas del cómo pudo haber rechazado el dinero para mantener su orgullo, pero también quedar en los mejores términos posibles con quien iba a ser su nuevo jefe, la torturan y le comienzan a dar una pequeña crisis de ansiedad.

—Supongo que está muy molesto por todo lo que le dije y ahora no quiere que trabaje para él.

Mark nota la decepción en sus palabras. Es como si pudiera leer los pensamientos de la chica frente a él y piensa que tal vez no debió haber tomado decisiones en su nombre sin antes consultárselo.

—Isa. La verdad es que la propuesta sigue en pie. Ya que no aceptaste el dinero, Christopher quiere al menos ayudarte de esa forma. Pero por todo lo que ha pasado, supuse que lo último que querías era trabajar para él. Así que le dije que yo iba a buscarte un nuevo empleo. —Mark toma las manos de la chica entre las suyas e intenta tranquilizarla—. Si bien es cierto que Dinamo es una excelente compañía y la oportunidad de trabajar allí es única, puedo conseguirte algo parecido en un lugar donde puedas comenzar de cero y no tengas que lidiar con situaciones incómodas. Pero si realmente quieres trabajar para Chris, puedo llamarlo e intentar llegar a un acuerdo.

Isabela medita por un momento en sus escasas opciones. Sabe que no puede permitirse ser selectiva, pero si existe una posibilidad que no ponga en riesgo la dignidad que aún queda, entonces la va a tomar.

—No... o sea, si necesito el trabajo, pero tienes razón, no me sentiría cómoda con Christopher como mi jefe. Así que voy a tener un poco de paciencia.

—No te preocupes, mañana mismo me pongo en la tarea de buscarte un nuevo empleo.

—Muchas gracias.

Ambos se sonríen y se disponen a continuar con la cena. Isabela no puede evitar preguntarse cómo es que alguien como Mark es amigo de alguien como Christopher. La cena transcurre con calma. Ella llena de elogios los dones gastronómicos de su nuevo amigo, porque así es como lo considera ahora.

—Cuando me sienta mejor voy a cocinarte un plato típico colombiano —le dice ella.

—Ok, que sea una promesa.

En el transcurso de la noche se dedican a hablar, a reírse y a conocerse. Ambos se dan cuenta de que tienen muchas cosas en común y comienzan a hacer planes. Mark le promete a Isabela enseñarle a esquiar cuando se sienta mejor, y ella le promete enseñarle a bailar salsa.

Al finalizar la velada y estando cada uno en su cuarto, Isabela agradece en medio de sus oraciones haber conocido a una persona como Mark. Mientras que por su lado, el abogado no puede dejar de pensar en las palabras de Christopher: "Te gusta esa mujer", y aunque su respuesta sigue siendo un "no", después de pasar tiempo con ella y conocerla mejor, llega a la conclusión de que amarla sería demasiado fácil.

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America Lopez

America Lopez

oh, oh!!!!

2025-02-21

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Elide Rubio

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2023-10-03

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