Intranquilo

—Yo soy Mark y él es mi amigo Christopher.

—Eso ya lo sabía —ella intenta ser lo más amable posible con sus palabras, pero igual su tono ya no es el de niña asustada de antes y eso pone nerviosos a los hombres en la habitación–, lo que quiero saber es, ¿por qué están aquí?

Mark y Christopher se miran por un par de segundos, pero deciden responder como ya lo habían planeado.

—Bueno. Lo que sucede es que Chris también está involucrado en tu accidente y yo soy su amigo y abogado. Así que no te preocupes. Nosotros vamos a encargarnos de que estés bien —Mark aconsejó a su amigo de que lo mejor que podían hacer era ser sinceros, si le daban muchas vueltas al asunto e Isabela notaba intenciones ocultas, tal vez las cosas podrían salir muy mal.

—Así que uno de ustedes fue quien me atropelló —dice ella en un tono tranquilo que no saben cómo interpretar.

—Sí… Yo, lo siento mucho. Venía distraído y no te vi —responde Chris y para sorpresa de Mark, sabe que lo dice en serio. Porque, aunque su amigo está muy preocupado por la forma en como todo esto puede afectar su reputación y la de la empresa, también es cierto que se siente muy culpable y arrepentido por el estado crítico en el que se encuentra Isabela.

Cuando ella escucha el sonido de la voz de Chris, un toque eléctrico le roza todo el cuerpo, “si así es su voz, ¿cómo será su rostro?” Su imaginación la lleva a visualizar a todos los protagonistas masculinos que ha creado para sus novelas y el corazón le da un salto al imaginar que tal vez no está tan maldita como creía y que Dios se apiadó de ella y le permitió conocer en persona a uno de los hombres de sus sueños. Quiere verlo, conocerlo. Aunque sabe que es el culpable de su estado actual, no siente rencor hacia él y entiende de inmediato que fue un accidente que a cualquiera le podría pasar.

—¿Y tú estás bien? ¿No te lastimaste? —pregunta preocupada.

Chris y Mark no pueden evitar sorprenderse ante la reacción de la chica.

—He… no. Yo estoy bien —responde Christopher avergonzado.

—¡Qué bien! —dice ella aliviada— Pudo haber sido peor. Al menos ambos estamos vivos. —Cuando termina de hablar, una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro y ambos hombres se pierden en ella sin saber muy bien qué pensar.

Son interrumpidos nuevamente por el Doctor y una enfermera. Le dan de comer algo a la paciente y aunque le cuesta mucho hacerlo, se termina todo porque se siente obligada a mejorar lo más pronto posible y para eso debe, como mínimo, comer bien y dormir bien.

Luego le suministran un medicamento para el dolor y la hinchazón y a los pocos minutos se vuelve a quedar dormida.

*****

Christopher decide quedarse en el hospital cuidando a la chica. Percibe que ella solo se siente cómoda con él y aprovecha esto para acercarse y que sea más fácil convencerla de que lo ayude más adelante. Aunque bien es cierto que se siente muy culpable, ahora que ella está fuera de peligro pudo comenzar a poner sus pensamientos en orden y volver a ser a tiempo completo el hombre de negocios.

Lo primero que hizo cuando sucedió todo fue llamar a su padre, explicarle la situación y convencerlo de que aplazaran la reunión hasta que Isabela estuviera estable. Su progenitor comprendió todo, pero no sin antes advertirle que no podía descuidar sus otras obligaciones, pues estaba a solo unos días de perderlo todo.

Con la cabeza más fría, Christopher analiza su situación. Por un lado, está Liam con su supuesta nueva esposa, que, de ser cierto el rumor, en el momento en que él cumpliera 33 años en un par de semanas, perdería el derecho a ser el CEO de Dinamo. Pero llegando al caso de que un milagro ocurriera y él encontrara una forma de mantener las acciones de su abuelo y su estatus, no serviría de nada si la chica que tiene al lado decide demandarlo.

Si eso llegara a pasar, se convertiría en un caso mediático, incluso peor que el que tuvo hace meses con Jennifer, porque ahora él era culpable y tenía todo que perder.

Mark se siente tranquilo. Él se ha encargado de desaparecer todas las fotos y videos que podrían incriminarlo y ha mantenido a la prensa alejada de todo el asunto. También negoció con la policía y consiguió que ellos intervinieran solo hasta que Isabela saliera del hospital y se sintiera mejor.

Pero eso no es suficiente para que Chris se calme. La verdad es que no sabe qué esperar de aquella mujer. Ahora ella está tranquila, aferrada a él porque no puede hacerlo con nadie más, pero ¿qué va a pasar cuando salga y le cuente a su familia o amigos lo sucedido? Mark no cree que tenga malas intenciones ni busque cómo sacar provecho de la situación, pero una cosa es ella y otra las personas que la rodean.

Chris es consciente de que ahora están en una burbuja y cuando esta explote puede pasar cualquier cosa. Isabela no entiende la magnitud de la situación en la que está. No sabe quién es él ni el daño que puede hacerle si decide salir y contar lo que sucedió. Chris está seguro de que cuando se entere de que él es un hombre poderoso, millonario y que depende en gran medida de su reputación, va a buscar la forma de sacar provecho, porque no importa cuán buena persona parezca ser, el dinero daña el corazón de la gente y muchos son capaces de vender hasta a su propia madre con tal de tenerlo. Él mismo ha sido testigo y víctima de lo que una situación extrema puede provocar hasta en la mejor de las personas, por eso no se atreve a estar tan tranquilo como lo está Mark.

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