—Es libre de pensar lo que quiera. —responde Christopher, negándose a mostrar lo afectado que está en realidad por las palabras de la chica. —Pero insisto. Un negocio se trata de un intercambio que beneficie a las partes involucradas. —Del bolsillo de su pantalón saca un pequeño papel y se lo entrega— Es un cheque en blanco. Escriba la cifra que desee.
—Ya le dije que no es necesario.
Christopher le arrebata con fuerza el cheque y escribe en él una suma tan alta que Isabela al verla es consciente de que nunca en su vida va a volver a ver tanto dinero junto.
Ella sabe que con esa cantidad podría solucionar todos sus problemas y dedicarse a escribir sin preocuparse por nada más en la vida. Pero si lo acepta, le daría la razón a ese hombre cruel y no sería mejor que él. Así que antes de verse tentada, lo rompe en dos, mirándolo fijamente a los ojos, y sale lo más rápido que puede del apartamento.
A pesar de haber conseguido lo que quería, Christopher no se siente para nada tranquilo. Mira el documento sobre la mesa, los papeles en el suelo y luego la puerta. El eco de las palabras que dijo Isabela resuena por todo el lugar. "No eres diferente a ellos."
—Felicidades. Te has ganado el premio al idiota del año. —Mark mira desilusionado a su amigo y camina en dirección a la puerta para salir tras la chica.
—¿A dónde vas? —le reclama Chris.
—¡Pues a buscarla! ¿En serio piensas que voy a dejar que se vaya así? ¡Carajo, Christopher! No está en silla de ruedas por puro milagro. Sé que lo que Jen te dejó jodida la cabeza, pero no por eso te debes convertir en un miserable sin empatía ni sentimientos.
—¡Ja! ¿Y dices que yo soy el idiota? ¿Cuánto quieres apostar? En menos de dos días va a volver a aparecer buscando el dinero que se atrevió a botar. Lo que hizo es solo un show para hacerse la digna. Nos quiere manipular con esa carita de ángel inocente, pero cuando entre en razón y se dé cuenta de la estupidez que cometió, va a volver con más fuerza y como ahora sabe lo desesperado que estoy...
—¿Acaso no te escuchas cuando hablas? ¡Ya firmó el contrato, imbécil! Ahora eres tú quien la tiene en sus manos. ¿Qué te hizo Isabela para que la trates de esa forma? ¿Cómo puedes juzgarla por algo que solo existe en tu imaginación? ¿Por qué todos en el mundo tenemos que pagar por el error que cometió una persona? ¿Te volviste loco? —Christopher se queda callado y su mirada sigue vagando entre el contrato, el cheque roto y la puerta. —Ya no voy a perder más mi tiempo contigo. Si no piensas hacer nada para ayudarla, yo lo voy a hacer, porque si le pasa algo peor no me lo voy a perdonar nunca.
—¿Por qué estás tan preocupado? ¿Acaso te enamoraste de ella? —pregunta con una sonrisa sarcástica.
—¡Vete a la mierda, Christopher!
Y con esa última frase, Mark sale corriendo y alcanza a la chica antes de que el ascensor se termine de cerrar.
Cuando están solos, Isabela rompe en llanto y Mark debe sostenerla para que no pierda el equilibrio.
La culpa lo invade, él también tenía intenciones ocultas en todo esto, piensa en que debió ser más cauteloso y reconocer que salvar a su amigo de su propia autodestrucción no iba a ser tan fácil. Pero lo más importante es que no debió aprovecharse de alguien inocente como ella.
—Isa… Perdón, yo…
—Sé que eres su abogado, pero no tienes que justificar todo lo que hace o dice… —interrumpe ella hablando con la voz entrecortada.
—No… No lo digo por él, lo digo por mí. Debí hacer las cosas de otra forma, una que los beneficiara a los dos. Yo… —Mark intenta explicarle, pero ¿qué sentido tendría? Igual, ahora que lo piensa mejor, su idea fue ridícula desde el principio. —Quiero que me acompañes. No puedes ir vagando por la calle con los huesos rotos. Déjame ayudarte.
—No voy a compartir techo con ese hombre, Mark. Así me digas que casi no viene. No puedo estar en paz con la idea de que en cualquier momento va a cruzar la puerta y me estará mirando como si fuera una ladrona.
—No me refiero a eso. Puedes quedarte en mi apartamento. No es tan grande como este, pero tengo una habitación disponible.
Isabela lo mira con desconfianza.
—No sé…
—Por favor, vamos… por lo menos hasta que encuentres algo mejor. No me hagas sentir peor de lo que ya me siento.
Ella medita un momento… “Usted es una adulta completamente consciente de la situación en la que está. Sin embargo, se la ha pasado haciendo este tipo de cosas, se pone emocional, llora, y pretende tomar decisiones que sabe que son perjudiciales para usted y de esa forma nos manipula, juega con nuestra culpa y nos acorrala para que hagamos lo que usted más le convenga.” Recuerda las palabras de Christopher, que, aunque fueron hirientes, puede que en parte tenga razón. Ella no termina de asimilar que ahora no está en condiciones de hacer las cosas por sí misma y sigue teniendo estos arrebatos que la ponen en peligro, como cuando despertó del coma y quiso salir del hospital de inmediato, pero terminó en el piso retrasando la recuperación de sus lesiones. O cuando hizo un pequeño drama por qué insistía en trabajar aún sabiendo que no estaba en condiciones de hacerlo. Aunque ella sabía que en esos momentos solo actuaba debido a su desesperación, otros podrían fácilmente malinterpretarla y verla como una persona insensata o inmadura que solamente pretende llamar la atención.
—Está bien. —responde después de tranquilizarse y ser consciente de que Mark es a lo único que puede aferrarse ahora.
Él le dedica una sonrisa dulce y la lleva hasta su auto.
Una hora después, Isabela está completamente instalada y aunque es cierto que en este lugar no hay tantos lujos como en el anterior, todo se siente mucho más acogedor y cómodo.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 52 Episodes
Comments
Elide Rubio
que estúpido es chris
2023-10-03
4