Encuentro.

La noche estaba tranquila, hasta que Liam escuchó unos ruidos extraños entre la maleza. Sin ningún tipo de temor fue a investigar sobre lo que podría estar causando aquel ruido extraño. Cuando llegó a lugar, que no estaba tan alejado de dónde habían acampado, se encontró con alguien muy diferente. Era una chica que parecía una humana normal, sin embargo con la intuición que tenía Liam, se dio cuenta de inmediato que no era ni normal, ni humana.

—Ayudadme por favor.— Con súplica pedía aquella criatura, que ciertamente era hermosa.

—¿Quién eres?, ¿Qué estabas haciendo por aquí?, ¿cómo te llamas?, pero sobre todo ¿a qué raza perteneces?— Liam la había abordado con muchas preguntas.

—Soy Aine, no entiendo cómo supiste que no soy humana, cuando tú si lo eres. Soy un hada, pero por favor no debes decírselo a nadie. Huí de alguien que me tenía capturada, es solo que no tengo poder en mi cuerpo y alma para mí transformación, así no podré llegar a mi hogar, por esa razón termine aquí. Si no quieres ayudarme está bien, pero te pediré que no le digas a nadie que me viste, por favor.— Seguía suplicando la hada.

—Son muchos por favor en una sola noche, a mí no me importa lo que te pase, aunque siendo honesto algo en mi interior me dice que debo ayudarte, entonces así lo haré. Solo yo soy capaz de saber que no eres humana, así que por ningún motivo te vayas a transformar en cuanto recuperes tus poderes, ¿entendiste?.— Liam, le explicó como serían las cosas a cambio de ayudarla.

El hada aceptó los términos del chico y enseguida fue que él la ayudó. Ella se había dañado el pie y eso impidió que siguiera su camino.

—¿Entonces podré quedarme contigo?— algo dudosa, preguntó Aine.

—Si, diré que te encontré y que vendrás conmigo porque… porque te quiero como mi pareja— con las mejillas de un tono rojizo, dijo Liam, pues en realidad no se le ocurrió nada más.

—Acepto ser tú pareja de ahora en adelante, de ahora en más no habrá nadie más para mí y tampoco lo habrá para ti— dijo Aine y cuando Liam se volteaba para verla de frente, ella lo sorprendió poniéndole su mano en la boca, luego la quitó y le dio un beso a ese chico de tan solo diecisiete años, dejándolo estático.

Liam, ni podía pensar en ese momento, pero como pudo se separó del hada y la alejó de él. —¿Acaso vas por la vida besando al primero que se te pone enfrente?— furioso gritó el chico.

—No, solo tengo permitido besar a quien será mi pareja por el resto de mi vida y ese eres tú, por eso lo hice. ¿No te gustó mi beso?— con pucheros se expresó el hada.

—No es que no me haya gustado, es solo que…— Liam se quedó pensando, era su primer beso y un hada se lo había robado. No se le hacía justo y después de pensarlo bien, tomó al hada por las mejillas, se agachó un poco para estar más cerca y le dio un gran beso en los labios, aunque era principiante en estás cosas, él hacía lo que sus instintos le decían, claro que Aine hacia lo mismo, ella no se opuso a continuar con aquel beso, que parecían disfrutar mucho. Finalmente se separaron por la falta de aire.

—Con esto queda sellado que tú serás mío para siempre— dijo Aine muy feliz.

Liam no sabía que decir, a él no le había gustado nadie antes, a pesar de que solo había demonios donde vivió, las chicas no eran feas, pero nunca sintió atracción por ninguna, no como lo sentía con aquella chica que prácticamente se apareció frente a él. —Si, con esto queda sellado que uno será del otro. No tenemos permitido, mirar ni sentir nada por nadie más— a Liam solo le salían las palabras de la boca, él no las controlaba.

Así los dos chicos se dirigieron al campamento de Liam y a este se le olvidó despertar al próximo que haría la guardia, mejor dicho, decidió no despertarlos y mantenerse despierto toda la noche, para ayudar a Aine a curar sus heridas. Así llegó el amanecer, todos habían descansado muy bien a excepción de Liam.

—¿Me pueden decir por qué no me despertaron?— enojada habló Amelia . —No me digan que alguien se quedó despierto toda la noche. Liam, ¿si despertaste a tu relevo?— Cuestionó a su hermano.

—Amelia, ¿Podemos hablar en privado por favor?— con los ojos entreabiertos habló Liam.

Amelia accedió y se alejaron del campamento, ya estando solos, Liam habló. —Anoche encontré a alguien, parece una humana y decidimos que estaríamos juntos por el resto de nuestras vidas, de hecho hasta nos besamos. No se porque lo hice, pero mis instintos me obligaron a ayudarla, lo cierto es que ella es un hada, pero le dije que no le diría a nadie. Si te soy honesto, en realidad me gusta mucho y me gustaría tenerla a mi lado, pero eso solo sucederá si tú me lo permites— con la cabeza agachada había hablado Liam. Amelia solo caminó hacia a él y lo abrazó.

—Por fin mi hermano ha tenido su primer beso, me alegra escuchar eso y con respecto a esa chica. Primero necesito conocerla y si quieres que se quede, por mi está bien, aunque la mantendré vigilada en todo momento, no voy arriesgarte o alguno de los chicos. Si estás de acuerdo, todo está bien. Lo único que espero es que ustedes sean felices, son mis hermanos y los amo. Entonces vamos con los chicos para que nos la presentes antes de partir— aún abrazando a Liam, Amelia le habló con el corazón.

Estaban caminando rumbo a dónde se encontraban los chicos y Aina, pero se detuvieron al escuchar el grito de la chica. Al darse cuenta de quién se trataba, corrieron al lugar y al llegar estaban los cuatro hermanos restantes acorralando a la chica, ellos necesitaban saber quien era.

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