Intentando conocerla.

Amelia como siempre, después de dejar al ser extraño, se dirigió a la biblioteca, le encantaba empaparse de conocimiento sobre ese reino y todos los demás, pues además del reino demoníaco y el imperio humano, habían otros dos reinos, el reino de los elfos y el de las hadas, y dos imperios humanos aparte del que ella conocía; los reinos de los seres diferentes a los humanos, se mantenían ocultos al ojo humano, para no ser víctimas de la codicia y crueldad de éstos. Esto no significaba que fueran enemigos, pero preferían abstenerse de cualquier posible guerra.

—Señorita Amelia, el príncipe la invita a tomar el té, si tiene tiempo. Eso dijo él— había llegado una doncella.

—Si me diriges en el camino, encantada lo acompañaré— con una gran sonrisa, respondió Amelia.

La doncella dirigió a Amelia a uno de los jardines privados del príncipe y al llegar ahí estaba él, tan elegante y muy recto, como todo un integrante de la familia real.

Amelia hizo una reverencia y saludó. — Saludos su alteza, agradezco la invitación. Encantada tomaré el té con usted— con una leve sonrisa, Amelia habló.

Las doncellas pasaron a servir el té y algunos bocadillos, después se retiraron del lugar.

—Adelante señorita Amelia, tome asiento— parecía tan amable y había sorprendido a Amelia ya que de la nada la invitó y trata de ser amable con ella.

—Le agradezco alteza, disculpe la pregunta, pero ¿a qué se debe está invitación?.— Tenía que preguntar porque a Amelia no le gustaban las sorpresas y mucho menos los malos entendidos.

—Solo quería pasar un momento con mi prometida, además pronto será el nombramiento oficial así que tal vez por eso lo hago.— Trató de explicar.

—Bien su alteza, agradezco por el esfuerzo al hacer esto. Dígame, supe que había ido a una expedición a un lugar peligroso, ¿usted se encuentra bien después de regresar?— aunque poca, pero Amelia mostraba preocupación.

—Fue un lugar muy peligroso, la mitad de los que fuimos, no regresaron. Aunque logramos nuestro objetivo y yo estoy bien gracias por preguntar.— Respondió el príncipe.

—Su alteza, disculpe que saque el tema en este momento, pero me gustaría saber si nos presentaremos juntos al baile o cada quien llegará por su lado— para no hacer el ridículo, ella quería dejar claro ese punto.

—Creo que por separado estará bien— algo tenso había respondido el príncipe. Se había acordado que él invitó a alguien más como su acompañante al baile. Apenas Amelia lo ayudó, sintió cierto interés por ella y quiso tratar de llevarse bien, pero la invitación ya la había hecho con antelación.

—Perfecto alteza, fue muy agradable platicar con usted, pero aún tengo algunas cosas que hacer, si me lo permite me retiro— aunque Amelia no quería al príncipe, el hecho de que haya dicho que llegarán por separado, la dejaría mal a los ojos de todas las personas que irían a aquel baile.

Ella se retiró y fue al campo privado donde entrenaba cada día. Pidió a uno de los guardias que pusiera una barrera en aquel lugar y que no la quitara hasta que ella saliera, esa no era la primera vez, así que el guardia hizo lo que le pidieron y adentro de aquel lugar solo se escuchaban estruendos muy fuertes, Amelia sacaba todo el poder que tenía la espada y destruía todo a su paso, dejando el lugar hecho polvo. Cuando salió de aquel lugar, iba más despejada, pero parecía que había estado en una gran batalla.

El gran día llegó y todos se prepararon para asistir al tan esperado baile, Amelia no quería asistir, pues tenía sentimientos y se sentiría humillada si tan solo el príncipe llegara al baile con otra chica, pero sus hermanos la convencieron de que él príncipe sería quien estaría actuando mal. Ella decidió por fin ir, al llegar los anunciaron como los hermanos Grant, ya la mayoría de los invitados estaban presentes y de pronto anunciaron la llegada del rey, él algo confundido por ver a Amelia, pero no a su hijo, se dirigía a preguntar el motivo. Sin embargo eso no le fue posible ya que anunciaron la llegada del príncipe.

—Príncipe Farid Winter y su acompañante lady Iveth Lamb— anunció el encargado de hacer las presentaciones.

Todos quedaron sorprendidos por aquel hecho, aún no se sabía la verdad, pero se rumoreaba el motivo de aquel baile y el que él príncipe llegara con otra chica a su baile de compromiso hizo que los presentes especularan sobre lo que podría estar sucediendo.

—Lia, tranquila. Tú has hecho todo bien, no tienes ningún motivo para sentirte mal. Nosotros estamos aquí y te protegeremos— dijo Liam, abrazando a su hermana. Los otros cuatro hicieron lo mismo, le mostraron su apoyo a la chica que tanto querían, a su hermana.

Amelia mantuvo la cara en alto, sin embargo en su interior había algo muy oscuro que quería salir, no eran celos, no era tristeza, no era dolor. Más bien era furia por la humillación que estaba sufriendo. El rey se acercó a los seis hermanos y entonces preguntó. —¿Saben que está pasando?, ¿cómo es posible que el príncipe no esté contigo Amelia?— cuestionaba fuertemente.

—Majestad, eso debería de preguntárselo al príncipe, el mismo me dijo que llegáramos por separado al baile y aquí nos veríamos, pero jamás mencionó que él vendría con alguien más— con la voz molesta, respondió Amelia.

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