Nota: Para las que leyeron el último capítulo que actualicé hace tiempo, es este. Lo único fue que, al momento de editarlo, se corrió un poco. Así mismo, les agradezco de ante mano todo su apoyo y sus jalones de oreja cuando me he desanimado. Es lindo saber que, pese a que esta novela es pequeña y soy una autora nueva, ustedes han estado tan pendientes de ella. Por eso es que se corrieron un poco los capítulos, ya que en los anteriores hay información extra para quiénes quieran saber más del trasfondo de la novela; no obstante, los que quieran continuar de acá en adelante, no hay problema, la historia se entiende sin ningún problema.
Freya estaba observando con cuidado el rostro lleno de preocupación y concentración de Henry. Si bien sabía que como médico debía ser imparcial y jamás dejarse llevar por el estado físico de su paciente, aquella devoción tan extraña para ella le hacía pensar que de verdad él podía sentir algo por ella.
—¿Volverá con el príncipe, su alteza Freya...—intentó continuar la pregunta, pero la mujer embarazada lo detuvo con un beso en la frente.
Impactado por el gesto de la princesa, el médico, quien tenía una taza con agua ensangrentada en sus manos, después de tratar la herida en el hombro de la mujer, término cayéndose de la cama sonrojado. Aquella imagen hizo que Freya se riera, de verdad lo que tenía ese hombre de inteligente y serio lo tenía en torpeza.
—Sabes, cuando me estabas suturando la herida en el hombro—dijo recostada contra el espaldar de la cama, sudando a causa del crecido dolor—estaba pensando en el príncipe Ignis, no sé porque nos atacaron y escuchando las voces allá afuera me imagino que están acordonando la calle para más seguridad; sin embargo, aunque estar con él me dé cierta "seguridad", no puedo evitar preguntarme; ¿Y si mi bebé es niña? ¿Qué ejemplo puedo darle?
Con su brazo sano intentó levantar su mano, intentando ocultar sus ojos llorosos. Recordar no solo lo que vivió con el príncipe, sino todos los maltratos de su vida, desde que era una niña, atormentaba su corazón.
—¿De verdad el casarme es la mejor opción?—preguntó en un susurro casi imperceptible para el médico—¿De verdad tengo que ser como las mujeres de la nobleza o del pueblo que casarse será la solución a todos sus problemas?
Henry asintió mientras recogía todo el material de sutura y médico en una mesa cercana. Aquello era cierto, si ya de por sí los hombres plebeyos como él debían aguantar el día a día soportando injusticias, ahora mucho más las mujeres que solo debían callarse y obedecer.
Fue en ese momento que, tras unos golpes en la puerta, ingresaron tanto el príncipe Ignis como Gilgamesh. Ambos hombres, al ver que la princesa estaba fuera de peligro en ese momento, suspiraron con tranquilidad. Aprovechando entonces que todos estaban reunidos, el primer monarca comenzó a explicar la razón por la que él estaba allí.
—Imposición de la sociedad o destino...todo quiere hacerme ser una mujer sumisa y obedecer sin protestar...—dijo con un nudo en la garganta—es hasta gracioso, ¡La princesa despreciada debe salvar el futuro de la monarquía y el reino!
—Su destino es ser reina, le guste o no le guste—respondió Gilgamesh con un poco de lástima.
—¿Y ser la esposa del hombre que prefirió a la bruja de mi prima porque era más bella y hermosa que yo?—preguntó con ira—¡¿En serio quieren casarme con el hombre que fue capaz de golpear a la madre de su hijo?!
—Le puedo asegurar, princesa, que tanto el dios guardián como yo no dejaremos que nadie le ponga un dedo encima—aseguró el espíritu.
—No es cuestión de protección o no—dijo la princesa—sino que no quiero lastima cuando se me debe perdón...está bien, aceptaré, pero hay cierta condiciones.
—¿Cuáles?—dijo Ignis intentando contener otra tos.
—Aceptaré que mi hijo lleve tu apellido y tu herencia...
—Eso no está a discusión.
—Lo está, si una vez fui capaz de escapar de ti, ¿Crees que algo me impide volver a hacerlo?—respondió con ira—¡Me da igual si este reino se cae por mi culpa!
—Siga, princesa—dijo curioso Gilgamesh.
—Pero no me casaré con el príncipe, no uniré para siempre mi alma con un hombre tan malo como el—dijo segura—para dejar que el príncipe haga lo que quiere, deberá confesar su pasado violento y lleno de maltratos conmigo, así mismo, deberá darme el 80% de su dinero y bienes. Una vez que él convenza a su padre, el rey, después de confesarlo todo, y si consigue que su hijo sea reconocido como posible heredero aunque sus padres no estén casados, entonces aceptaré en convertirme en reina regente en caso dado que mi hijo sea el heredero oficial.
—¿Por qué quieres tanto dinero?—preguntó Ignis.
—Crearé mi propio ministerio privado de la mujer—respondió con asco hacia el príncipe—haré hasta donde sea posible para al menos proteger a las mujeres de la capital de hombres basuras como tú.
—Bien puedo hacer que el rey te dé un ministerio con la arcas del reino—respondió Gilgamesh.
—No—dijo tajante—quiero que sea con los propios recursos del príncipe, de modo que él sienta la carga de lo que hizo y que las mujeres vean que los hombres deben pagar por sus actos. Además, si acepto un ministerio público, estaré atada a la realeza y, por tanto, Katherine puede meter sus manos, ¡Primero loca antes que eso ocurra!
—Freya...¡Me estás haciendo las cosas...—intentó gritar, pero sintió como su presión bajaba, deteniendo con brusquedad su intención de protestar.
Suspiró con pesadez, mientras intentaba mantenerse lucido. Si a duras penas había logrado que su padre aceptara el traspaso de su título y de su derecho al trono, se le hacía imposible pensar en una forma para aceptar que un hijo, sin padres casados, fuera reconocido dentro de la realeza y que su madre fuera posible reina regente.
—Esto es tu culpa, Ignis—dijo sin lástima por la enfermedad del padre de su hijo—al menos actúa en consecuencia y despídete de este mundo pensando que hiciste lo correcto al final y que tu hijo no te mirará con malos ojos. Ahora déjenme sola, no quiero ni a un soldado dentro de mi tienda. Las únicas personas que quiero es a sir Henry y a su abuela.
Gilgamesh asintió, por seguridad no habría problema, ya que él estaría pendiente de la princesa, pero al ver como el orgullo y la salud del príncipe estaban cada vez peor, le preocupara que él no tuviera la fuerza suficiente para tan siquiera explicarle al rey sobre su situación.
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Comments
Clodin Sldb
feliz de leerte! te encontré por casualidad y acá estamos leyendo tus historias. en un orden ilógico pero q a mi me encanta/Proud/
2024-01-31
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