CAPÍTULO 5

Mientras tanto, un hombre observaba un rosal a través de la ventana, mientras recordaba el rostro de Freya. Si bien nunca la había conocido sin su máscara, y desde que había comenzado a atender su embarazo siempre la veía con su uniforme, había algo que la atraía a ella y hacía que soñara todas las noches con la pastelera.

—¿Le gustaría que yo me convierta en padre de su hijo si le pido matrimonio?—preguntó en un susurro el hombre, sonriendo embobado.

Alrededor de las cinco de la tarde, cuando se disponía a cerrar la pastelería, ya que recibiría la visita de su médico para ver a su bebé, llegaron una mujer de mediana edad y su hija, la cual también estaba embarazada, para pedir una orden que consumirían en casa, por ende, se sentaron a esperar en la parte de afuera.

—¡Mira, hija!—dijo entre susurros una señora mayor—¡No le da vergüenza vivir sola! ¡De seguro es una libertina!

—¡Mamá!—la regañó su hija—cada quien con su vida, ¡No compliques más la situación! ¡Concéntrate en tus propias cosas!

La mujer embarazada, aunque si tenía curiosidad de ver a aquella chica estar sola, no se metería en donde no llamarían. Ya suficiente tenían con su propia vida, así como la actitud aún conservadora de su madre.

—Bebé, no te avergüences de mí por ser fea y porque no nazcas en un matrimonio—dijo aguantando las ganas de llorar—mamá será buena y te dará todo el amor del mundo, aunque solo seamos los dos.

Los susurros de aquella señora era tan solo uno de los miles que tenía que escuchar a diario sobre su condición; sin embargo, más le dolía el maltrato de Ignis.

Cuando comparaba ambas cosas, aquellas habladurías perdían importancia. En ese momento, haría todo para ser fuerte y traer a su pequeño al mundo a salvo, aunque su corazón estuviera roto por culpa de aquel hombre que tontamente amó desde niña.

Aunque si tuviera que analizar también su pasado más lejano, ya tenía experiencia aguantando las habladurías debido a su condición física. En vez de ser la niña que salvó a una de las herederas más cercanas del reino de su abuela, en el incendio del teatro hacía 15 años, se había convertido en la vergüenza de la realeza al no ser tan bella como los demás.

—Solo respira y calla—repitió una y otra vez su mantra.

Lista la orden para llevar, se las dio en su mesa y con una sonrisa le dieron su pago para luego marcharse sin mirar hacia atrás, solo esperaba que no notaran, gracias a su antifaz, lo rojo que estaban sus ojos.

Aprovechando que aún le faltaba tiempo al médico para llegar, empezó a guardar las cosas para limpiar un poco. Ya en la noche se dispondría a organizar todo para el día siguiente, pero no podía esforzarse tanto hasta que el médico la revisara.

—¿Lady Aristia?—preguntó la voz de Henry, un joven médico a punto de graduarse que vivía cerca de ella.

Como tenía los recursos para financiar visitas médicas a su casa, y aprovechando que el joven médico quería especializarse en obstetricia, decidió contratar sus servicios una vez por semana para chequear tanto su salud como la de su bebé.

—Doctor Henry, pase por favor—dijo abriéndole la puerta del local e invitándolo a subir al segundo piso.

Lo primero que vio al momento de abrirle la puerta al doctor fue un pequeño, pero bello, ramo de rosas rojas acompañado de una pequeña caja de chocolates.

—La...lady Tía—dijo un poco nervioso, le traje esto para usted.

Al ver el rostro sonrojado del doctor, ella tampoco pudo evitar estar así de nerviosa. Si un hombre soltero le daba rosas rojas y chocolates, en su cultura, era una clara señal de cortejo.

Ya dentro del apartamento, colocó las rosas en un jarrón con agua y los chocolates en la mesa para comerlos con un poco de té.

“¿Será que un hombre se puede fijar en mí?”

Fue la pregunta que se hizo mientras comía los chocolates muy avergonzada. No sabía si era capaz de amar luego de lo que Ignis le hizo; sin embargo, se sentía halagada al ser cortejada.

—¿Ocurre algo, mi lady?—preguntó alarmado—¿No le gustaron los chocolates?

—¡Al contrario! ¡Son deliciosos!—expresó tímida—es solo que es la primera vez que me regalan uno de estos, la verdad no estoy acostumbrada.

Jamás en su vida había sido tratada de esa forma por un hombre que quisiera pretenderla. Veía a lo lejos, con un poco de envidia, como era su prima tratada por los demás hombres.

De tan solo pensar que Ignis fue uno de esos tantos hombres que pretendían a Katherine, su corazón se partía aún más por el dolor y los celos.

—Pues, si lady me lo permite, quiero ser yo quien la acostumbre a estos detalles—respondió el médico con una sonrisa—me gustaría cortejarla, lady Tía.

Por unos segundos se quedó sin habla, analizando si como ella se sentía en ese momento, era como su prima se sentía al ser cortejada por Ignis.

—Sir Henry, me halaga—dijo con tristeza evidente—pero no sé qué responderle ahora mismo.

—Sé que está triste por la muerte de su esposo—siguió insistiendo—pero si me lo permite, podré ir despacio hasta que me acepte.

Aristia asintió, no por la petición del hombre, sino por su propia mentira. Si bien era lo mejor en su situación, al ser conocida como una viuda y no como madre soltera, ¿Cómo reaccionaría el doctor al descubrir que en realidad ella era la desaparecida princesa Freya?

—No es necesario que me responda ahora—dijo sacando su instrumental médico—piénselo con calma, yo la esperaré. Ahora veamos como está su hijo.

Una vez Henry la examinó y le dejó algunos medicamentos, se fue de inmediato. Freya, ahora conocida como Aristia o Tía, cerró con seguro la puerta de su negocio.

—¿De verdad podré ser amada, aunque sea fea?—se preguntó en un leve susurro.

Estando ya en el baño, a punto de alistarse para descansar, ya que mañana no abriría su pastelería por ser su día de descanso, no podía dejar de observar su rostro horrendo frente al espejo.

Mientras tanto, el príncipe Ignis había salido en secreto y montado en su caballo, vestido de civil y con los documentos en mano, se dispuso a recorrer las direcciones en la lista, en búsqueda de su aún prometida Freya.

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Comments

Natty Suleika Salvatierra Clavijo

Natty Suleika Salvatierra Clavijo

La verdad que hoy ando mas llorona que nunca 😭😭😭

2024-04-29

0

🌹𝑵𝒐𝒓𝒂 𝑲𝒊𝒕𝒔𝒖𝒏𝒆🦊

🌹𝑵𝒐𝒓𝒂 𝑲𝒊𝒕𝒔𝒖𝒏𝒆🦊

Sierto señora usted no sabe nada del pasado de la prota metase en su vida y deje la de los demás

2023-12-31

4

Carla

Carla

Hay no que se quede con el doctor, que no perdone al principito de pacotilla ese porfis

2023-10-26

2

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