CAPÍTULO 4

Luego de mudarse a la casa de dos pisos, comprándola con el dinero que le dieron por desaparecer, quiso intentar no solo tener su propio negocio, sino conseguir atención médica. Algo que la ponía nerviosa, porque todos los médicos que su abuela mandaba para tratar sus cicatrices, su prima los compraba para que no la atendieran.

Desde que había quedado en embarazo, sentía todos los días una enorme necesidad de dormir hasta más no poder, y si bien con el dinero que había recibido podía hacerlo, si sé quedaba quieta tanto tiempo, pensaría en el hombre que amó y como le había roto el corazón.

—¡Mamá va a trabajar!—dijo Freya acariciando su vientre.

Luego de confirmar que en efecto ya era de día, entró al baño para comenzar a asearse; sin embargo, lo que vio frente suyo, le borró la falsa sonrisa que se forzaba a dar para autoconvencerse de que todo estaría bien.

—Con razón no mereces que Ignis te ame—se dijo en voz alta al verse frente al espejo del baño—ni siquiera tu cabello puede disimular tu fealdad.

Quiso llorar al recordar todo lo que su antiguo prometido le había dicho; sin embargo, de inmediato se dio pequeños golpes en sus mejillas regañándose por su actitud.

—Mamá ya no está sola—dijo acariciando de nuevo su vientre—mamá te espera con ansias, ¿Podrás amarme aún siendo fea, mi bebé?

Con una sonrisa preparó una tina de agua tibia y se dispuso a quitarse la pijama, pensando en la vida que había dejado atrás.

Oficialmente, estaba desaparecida hacía seis meses, en una expedición a un barrio marginal de la ciudad, donde estaba haciendo obras de caridad con su prima. Aunque sabía que aquello dañaría a su abuela, la reina, era mejor desaparecer de las vidas de los demás y no ser una carga.

Por suerte su prima había cumplido y no solo le dio mucho dinero, sino también le creó una identidad falsa. No sabía del todo por qué ella había sido tan amable, si podía haberla mandado a asesinar, pero por ahora estaba cómoda en un mejor lugar que el palacio real.

Con el dinero había logrado comprar un local y poner una pastelería con el nombre y la temática de su cuento favorito de niña “El país de las maravillas".

Al estar ubicada cerca de universidades, clínicas, guarderías y demás centros de trabajo, poco a poco incrementaba sus clientes, por lo que iba ganando cierta pequeña fama en el sector.

Una vez estuvo aseada y se secara, comenzó a maquillarse para ocultar su cicatriz y con un antifaz de plumas, ocultaba su ojo tuerto.

Su uniforme de trabajo consistía en un vestido floreado, con volantes y un listón en la parte de atrás. Unas botas moradas y con plumas, así como un sombrero loco.

Aquella imagen era una parte primordial del encanto de su negocio, el cual llamaba la atención a los niños por parecerse a un cuento de hadas y a los jóvenes estudiantes por lo excéntrico de la situación.

—¡A trabajar!—dijo con una sonrisa antes de bajar al primer piso.

Asegurándose de que faltaba poco para las seis, comenzó a abrir su negocio y colocar las mesas tanto del exterior como del interior.

Si bien era un poco complicado debido a su embarazo, el imaginarse a su bebé corriendo de arriba a abajo en su lugar seguro la llenaba de mucha ilusión.

Listas las mesas, acomodó las sillas y caminó a la cocina para preparar los primeros postres, los cuales consistían en donas, café y chocolate, que los niños pequeños y estudiantes más adultos les gustaban desayunar rumbo a sus clases o trabajos.

—¡Perfecto!—gritó al ver la vitrina llena.

Debido a su capacidad organizativa, aquello era muy fácil, ya que tenía las bases preparadas antes de la apertura del local, a las seis y media de la mañana.

—¡Tia!—escuchó a un niño llamarla por su nuevo nombre.

La antigua princesa, con una sonrisa, se volteó e hizo un pequeño salto, saludando con un aplauso a su joven cliente.

Matías, de seis años, estaba rumbo con su abuelo a su guardería para que el anciano pudiera irse a trabajar, pero cada vez que pasaba le pedía a este comer una dona.

—¿Abuelo, porque la barriga de Tia está grande?—preguntó asombrado.

Cada que llegaba podía ver como el vientre de Tia aumentaba, pero esa ocasión era mucho más grande.

—¡Mati, no seas grosero!—lo regañó su abuelo.

—¡No hay problema!—respondió la futura madre—eso es porque un futuro Sombrero loco se está formando dentro. Ya sabes que yo soy la sombrerera principal, por lo que necesito un ayudante en el país de las maravillas.

—¡Habrá un sombrero loco nuevo en la tienda!—gritó entusiasmado el niño.

Con una sonrisa, el abuelo de este se volvió a disculpar y luego ordenó lo de siempre, para sentarse en una de las mesas exteriores.

—¡Aquí está!—dijo Matías al ver llegar su comida.

Llena de dulzura al ver la inocencia de su cliente, imaginándose que así sería su hijo, le dejó en la mesa su comida y la de su abuelo, y tras recibir su pago, ingresó de nuevo a la tienda.

Aquella había sido su rutina desde los tres meses que había abierto la tienda, aquello no solo le daba un pan para vivir, sino que le devolvía un poco más la ilusión a la vida.

—¡Pequeño!—dijo al sentir como su bebé pateaba—¿Puedes bailar en otro momento?

Riéndose un poco de su chiste, se sentó detrás del mostrador, esperando la llegada de sus clientes, mientras acariciaba su vientre.

—¿Qué sentiría el rey Regis de saber que tendrá a su primer nieto?—pensó en el padre de Ignis.

Por momentos se sentó mal debido a que estaba privando a su hijo de muchas cosas, incluyendo el amor de su familia, pero era mejor y más sano separarse de aquellos que no la querían y que podían hacerle daño a su hijo.

—¿Cuál crees que deba ser tu nombre?—preguntó tomando un poco de chocolate—a este paso mamá no se decidirá aún sobre como nombrarte antes de que nazcas.

Como si su bebé estuviera escuchándola, le respondió dándole otra patada, haciendo que esta brincara de la sorpresa.

—¡Te llamaré bebé ninja!—dijo molestando un poco a su hijo.

El resto del día se la pasó normal, mientras los clientes llegaban y se iban; sin embargo, en la tarde recibió la visita de dos clientas que la dejaron un poco mal.

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Comments

Angela Cortes

Angela Cortes

ese otro princesito también es un maldito tratando de matar a su padre para el heredar todo pues con Catherine son tal para cual no les importa a quien dañen con tal de tener lo que desean

2023-09-11

7

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