Mili 9

Luego de ducharme y de vestirme impecable para ir a mi cita con el nuevo cliente de nombre Simón, decidí llamar a la agencia para que me enviaran un auto. Al parecer Luigi estaba disponible, algo que me confirmó que todo estaba saliendo como yo deseaba.

Mientras viajaba, todo en la calle me parecía hermoso y bello ¿Así se sentía estar enamorada? Entonces me había perdido de mucho en mí vida. Al ver una pareja tomada de la mano en la plaza me sonrojé, que jóvenes eran y cuando amor había en sus miradas. '¿Si yo tuviera una relación amorosa con Joel, seríamos así de tiernos siempre?' — pensaba emocionada.

Se suponía que mí nombre iba a ser "Dolores", debía fingir ser novia de mi cliente desde hacía un año, mí profesión ficticia era publicista y el resto podía inventarlo yo según mí conveniencia. Nos íbamos a reunir en la casa de su padre, dentro de un barrio privado.

Triste vida la mía, por más que me divirtiera actuar de novia falsa y fuera únicamente por trabajo, lo que había vivido con Joel había sido tan real que opacaba toda mí vida de secretos y mentiras. Tal vez, al fin yo estaba abriendo los ojos y la felicidad real fuera vivir una vida más auténtica, sin tener que ser amante de uno y acompañante de otros.

¿Qué me impedía tener un amor único, real y verdadero? ¿Estaba condenada a nunca poder tener una familia de verdad? Al menos me tranquilizaba que esta vez Joel ya tenía mí nuevo número de teléfono y podría contactar conmigo mucho más fácilmente.

El hecho de que Joel hubiera ido hasta la agencia para preguntar por mí me daba la certeza de que nuestra conexión no era únicamente una fantasía mía. Lo que no me gustó para nada fue lo que me contó sobre mí jefa.

— Me he sentido un poco acosado por Cleopatra, estaba algo borracha y me sugirió ser acompañante— me dijo Joel cabizbajo.

No me sorprendió para nada que me contara eso. Cleopatra tenía fama de acosar a jovencitos, sobre todo cuando tomaba de más. Que yo supiera nunca había llegado a nada sexual y solo lo hacía cada vez que Óscar la engañaba. De todos modos, me dio mucha impotencia y bronca. El acoso está mal sea a mujeres u hombres.

Al llegar al barrio privado, Luigi me dejó en la puerta de la gran mansión donde me esperaba mí cliente.

— Si tienes algún problema tienes mí número niña — me dijo con su seriedad habitual

— En realidad no lo tengo en mí teléfono querido Luigi, pero no te preocupes ya me lo sé de memoria — le dije para su tranquilidad a mi ángel guardián.

'Si le propongo que sea mí padre postizo ¿Será muy atrevido de mí parte?' Pensé mientras lo despedía. 'El único hombre que conozco que vale, además de Joel claro está'.

El sitio al que llegamos luego de un viaje de pocos minutos, era espectacular. Me recibieron dos guardias de seguridad, dentro de la mansión parecía que estaban preparando una fiesta, mozos con trajes muy formales iban y venían con copas y otros trabajadores acomodaban muebles y sillones.

Luego, me indicaron que debía acercarme a un sitio específico de la mansión, fui conducida hasta un despacho donde me recibió cordialmente un joven que tendría unos 19 años, algo en él me recordaba a Joel, pero este tenía aún más energía y una sonrisa magnífica.

— ¿Hola Milagros? Yo fui quien te contrató para que seas mí novia por hoy. Mí nombre es Simón — Se presentó amigable.

— Es un gusto conocerte Simón, siento que no tenemos mucho tiempo ¿Verdad? Veo que los invitados están empezando a llegar ¿Necesitas que pactemos algo más para decir? Además de lo que me enviaste por medio de la app — le consulté rápidamente

— Ah sí, que bueno que lo recordaste, veo que eres toda una profesional y no me extraña siendo que eres de "Latidos Únicos" — me dijo elogiando de más a la agencia de citas que tantos dolores de cabeza me venía causando — Solo quisiera que acordemos decir que nos conocimos en el caribe — concluyó justo antes de que nos interrumpiera sin aviso una de sus tantas hermanas menores.

— Hermanito ya es hora de salir. Wow esta es tú ¿Novia? Es bellísima "Simi" — le dijo alegre, aunque sin saludarme y como si yo fuera un decorado o un accesorio

— Sonia, espérame afuera por favor, y sabes que papá no quiere que uses esa falda tan corta — le respondió mí cliente con cierto enfado antes de señalarle que se fuera— Te pido mil disculpas por este episodio, mí familia es un desastre — se disculpó conmigo estando rojo y visiblemente avergonzado

— Entiendo, bueno tranquilo Simón, estoy aquí para ayudarte, no para ser un problema más. Todo va a salir bien — le dije para tranquilizarlo antes de que dejaremos el despacho.

— Sí, estoy tranquilo. El problema es mi padre. Hace tiempo me molesta con que yo venga con una novia. Él es muy homofóbico — me susurró al oido, ya que en el pasillo su hermana aún no estaba a una distancia prudencial.

No me extrañó para nada lo que me dijo, no era la primera vez que yo debía fingir ser novia de un gay para que este fuera aceptado en su familia machista y primitiva.

El evento se desarrolló con tranquilidad, era una reunión de toda la familia, y yo fui presentada a tantas personas que al final estaba mareada. La madre de mi cliente me abrazó al menos tres veces y me dijo que ahora yo era su nueva "hija". Sus hermanos por otro lado, no paraba de observarme.

Lo que me resultaba extraño era que el padre de mi supuesto novio no apareció hasta bien entrada la noche. A mí me habían pagado solo por tres horas, pero Simón me rogó para que yo me quedara hasta que su padre apareciera.

— Por el dinero no te preocupes, te lo quintuplico o más si quieres Lourdes, digo. . . Mili — me susurró en uno de los pocos momentos que quedamos a solas.

Me dio pena, en su desesperación me ofreció miles de dólares y hasta una tarjeta de regalo para comprar ropa donde quisiera ; nada era suficiente para mí, yo deseaba irme a descansar.

Por supuesto que, finalmente acepté su propuesta de quedarme. Después de todo, en una sola noche, iba a conseguir alivio para todas mis deudas y quizás podía empezar a ahorrar para dejar la agencia de citas de una vez y dedicarme solo a masajear por mí cuenta.

Finalmente, a las 23:30 horas apareció el padre de Simón, era un hombre corpulento, parecía estar vestido como un gánster de las películas americanas, algo que me dio mucha gracia. Por otro lado, su rostro me era familiar, rogué que no hubiera sido cliente de la agencia y que no me reconociera si ese era el caso.

Al presentarme con él, Simón estaba pálido y aún más sudoroso, como esperando aprobación.

— Ella es la muchacha de la cual te hablé padre, su nombre es "Lourdes" — mintió con torpeza y en voz baja

— Mucho gusto niña, al fin una mujer que no confirma mis más profundas pesadillas sobre mi hijo — me dijo con una voz gruesa y ronca, un tanto desagradable para mi gusto

— Un placer, mí nombre es Lourdes señor — le dije con una sonrisa fingida y evitando el contacto visual prolongado

— El mío Carlos Albornoz niña, para lo que necesites ¿Ok? — me respondió con sequedad

Mi corazón se precipitó al oír su nombre, recordé que mí amante Roldán lo había nombrado demasiadas veces en sus conversaciones telefónicas. Supuse que era uno de sus tantos socios comerciales en el país, tal vez por eso su rostro me resultaba conocido.

Luego de eso, en un lapso de unos pocos segundos, recordé que había registros de archivos con su nombre en la laptop de Roldán, yo los vi por casualidad, ya que mí amante era muy descuidado y solía dejar todo abierto.

El resto de la reunión fue grotesca, muchas jóvenes ligeras de ropa invadieron la mansión para goce y festejo del padre de mí cliente. Bailaban alrededor de los invitados masculinos mientras servían bebidas con alcohol.

Para ser sincera, yo en más de una ocasión había animado un cumpleaños de ese mismo modo. Esas jóvenes a duras penas tendrían 18 años. Verlas tan provocativas y jóvenes no solo me traía recuerdos, también me daba escalofríos.

¡Qué mundo el mío! ¡Cómo había naturalizado todo lo que debía ser anormal!

Al parecer a las mujeres de la familia ese espectáculo les era cotidiano y miraban con seriedad, pero sin emitir queja alguna. A mí me pareció extremadamente humillante, sobre todo para la madre de Simón.

El final de mí tortura llegó al ser recogida por Luigi a la 1 de la mañana. Entonces me di cuenta de la locura que había sido todo. Para colmo, no tenía lugar en la cartera para guardar todo el dinero que Simón me había dado con tal de que yo me quedara, así que tuve que pedirle al chófer una bolsa de basura.

— Veo que te pagaron solo con billetes — me dijo Luigi, olfateando el motivo

— Sí, tal vez esta gente no suele hacer transferencias bancarias — le respondí extrañada

— Por el lujo de los autos y la ropa, seguro son mafiosos Mili — se limitó a responder ante mí mirada de sorpresa y de espanto.

Todo había sido tan caótico y desgastante que ni siquiera había tenido unos pocos segundos para pensar en Joel. Me recosté en el auto mientras pensaba en su rostro precioso, la paz volvía a mí de a poco y el no tener que saludar a desconocidos me daba la privacidad y tranquilidad que tanto amaba. Un último comentario de Luigi me llevó al mundo real súbitamente . . .

— El mundo de las acompañante de citas es muy peligroso Mili — sentenció con una obviedad mi viejo amigo, mientras viajábamos de regreso, inmersos en la noche y en la oscuridad pecadora de Ciudad Portuaria.

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