Carol 4

⚠️ Advertencia:

Este capítulo tiene: Relato de escenas de violencia sexual, física, psicológica, abuso de sustancias, que podrían herir su sensibilidad. Se recomiendan dejar de leer si crees que esto puede herir tus sentimientos. Solo para mayores de 21 años ⚠️

Mí padre siempre decía: "Siempre se puede estar peor Carol". Es lo único en lo que estoy de acuerdo con él. Quizás le agregaría a su frase: "y siempre se puede caer me bajo". Sea como sea, gracias por escucharme otra vez, aquí reunidas en ronda. Estoy muy conmocionada por la cantidad de personas que se acercan a escuchar mí historia.

Luego de mí recaída con la marihuana primero, por culpa de ceder ante el diputado, pasó lo inevitable, cedí ante el polvo blanco. Lamentablemente, quienes tenemos adicciones tan fuertes, solemos estar a Merced de tipos como Óscar. Estoy segura de que fue el quien me dejó polvo blanco en mí casillero para que yo lo aspirara. Siempre me hacía lo mismo cuando éramos amantes.

Al ver el polvo blanco, supe que estaba perdida. Hice lo imposible para no consumirlo. Incluso consideré contarle todo a Cleopatra para librarme del vicio. Decirle que su pareja era un cerdo violador y que me quería llevar de nuevo a la perdición. Pero, no tuve el valor. No pude. Ese vicio me era mucho más apetecible que la hierba.

Ese mismo día, debíamos estar hasta muy tarde en Latidos Únicos, iban a capacitarnos acerca de enfermedades sexuales y maniobras de primeros auxilios. Yo pedí permiso para ir al baño y luego tome el billete con el poco blanco de mí casillero y me dirigí al toilet de las damas. En el fondo me sentía muy culpable, meses aguantando el deseo de consumir y finalmente estaba cediendo.

Luego de aspirar el dulce polvo, inclinada sobre el lavamanos, por fin se habían detenido los temblores, aunque a un precio muy alto. De repente, sentí que me apoyaban de atrás y me sujetaban el brazo izquierdo con fuerza. Mí cabeza quedó hacia abajo y escuché la voz que tanto conocía.

— Eres muy previsible conejita, hasta sabía bien dónde la ibas a consumir y más o menos a qué hora — me dijo el maldito, luego de salir de uno de los cubículos con los inodoros para las chicas

— ¡Puedo gritar, Óscar!, aún puedo armar un escándalo luego de estos meses que te he dejado disfrutar de tu libertad y de tus engaños — le respondí angustiada

— ¿Y por qué no lo has hecho aún? ¡Pero claro! Eres una maldita adicta — me dijo mientras me dejaba otro dolar con polvo blanco cerca de mí rostro y me bajaba la falda lentamente.

Logré escapar de Óscar ya que estaba distraído bajando mí falda y manoseando mí cuerpo, yo le di un golpe con mí codo en su feo rostro. Inmediatamente, cayó para atrás adolorido, mientras gritaba "perra maldita". Tuve tiempo de vestirme, tomé el polvo que me dejó y salí corriendo.

Entonces estuve dos días en casa, tomando citas desde allí, había un innovador sistema para trabajar a través de una app de la agencia. Mí perfil estaba abierto a recibir a cualquier pervertido que pidiera cosas absurdas o extrañas. Las solicitudes llegaban directo a la nueva app, como una especie de "Tinder" de acompañantes. Había una tarifa que era sugerida por "Latidos Únicos", pero los clientes también podían ofrecer un extra para tentar.

Todo esto evitaba tener a Cleopatra como intermediaria. De todos modos, ella podía interferir desde su cuenta. Seguramente, Óscar estaba mucho más atento a sus acompañantes que Cleo. Ella no me controlaba demasiado, solo quería que yo generara ingresos y que fuera profesional.

Mí cuenta virtual y mí billetera estaban en cero, me había gastado todo en botellas de whisky, cigarrillos, lencería y ropa para salir. Así que necesitaba juntar muchos dólares para ir a buscar más vicio. Ya sabía dónde podría comprarla, mí único objetivo en ese momento era evitar a Óscar. Me mentía a mí misma: "solo unas dosis más y dejo el vicio".

Logré juntar mucho dinero, ya que los clientes que buscaban compañía y sexo solían pagar mucho más. Un tipo de unos 40 años me dió 600 dólares solo por atarme y suspenderme en el aire una hora. Yo tenía miedo, pero por fortuna solo le gustaba eso, ni siquiera tuve que estar completamente desnuda. Las cuerdas dejaron marcas leves en toda mí piel, pero no me importó. Otro tipo me ofreció 300 dólares solo por bañarme él mismo y llamarme "bebé", por supuesto que también acepté.

Finalmente, logré llegar a los 2000 mil dólares gracias a una cita con un tal señor Luna. El sujeto tenía un fetiche con los pies, así que dejé que me los besara y acariciara. Como estaba alcoholizada todo fue un poco más tolerable. Me dejó una gran "recompensa" y hasta me regaló un costoso reloj.

— Me encantan tus pies Carol, la próxima vez haremos algo aún más atrevido — me dijo antes de irse del departamento. ¿Qué diablos era algo más atrevido que todo lo que ya habíamos hecho? 'Enfermo morboso' pensé mientras lo despedía.

Mili me había pedido que no recibiera a nadie allí, pero la empecé a desobedecer para no ir a los hoteles ni a otros sitios. Me sentía más segura allí, en su departamento, el cual en realidad aún se lo estaba pagando a ese señor Augusto Roldán, el rico y aburrido al que Milagros aborrecía.

No fue lo único en lo que yo le estaba mintiendo a la pobre Milagros. También había encontrado su costoso celular en el baño, al parecer se lo había olvidado. Lo apagué y lo oculté entre mí ropa interior. Si necesitaba dinero rápido para comprar hierba o alcohol podría venderlo en la tienda de usados cercana al departamento. No era lo ideal mentirle a mí amiga, robar su celular, pero me daba miedo no tener para comprar mis vicios. Las citas llevaban tiempo y cobrarlas a veces horas.

Además, era un forma de no caer en las garras de Óscar, seguro Mili incluso me entendería. Ella misma me había dicho: "Quiero que hagas lo imposible para no volver con tu ex, con ese maltratador y abusador". Lo que ella no sabía es que se trataba de Óscar, a quien Mili ya le tenía mucho asco por el sólo hecho de ser amigo del doctor Fernando.

¿Por qué nunca pude tener la fuerza de voluntad de Milagros? Supongo que tuvimos crianzas diferentes. Ella hizo mucho por mí obvio, lo de capacitarme en los masajes tántricos también fue idea de ella y la popularidad de los masajes estaban en aumento. Pero, todos la buscaban a ella. ¿Qué posibilidades tenía yo de robarle clientes? ¡Para Mili era muy fácil decirme que hacer!

Si lo pienso bien, Milagros nunca me entendió del todo. Los que no consumen no suelen comprendernos, no saben la dependencia que nos genera lo que hacemos. Por eso se lo oculté todo lo que pude. Si me veía fumando o aspirando seguro me iba a dar un sermón aburrido de moral. Como si las acompañantes tuvieran moral realmente, ¡Ah claro porque ella no ofrecía sexo! ¡Ella era pura! Si supieran las cosas que Milagros hizo por dinero, me darían la razón.

En fin, una vez que tuve el dinero me dirigí a mí antiguo lugar de trabajo, dónde bailaba a los 17 años con una identificación falsa. El sitio se llamaba "sensaciones eroticas". Mí contacto para comprar vicio allí era una "amiga" de nombre Jennyfer. Ella había sido actriz porno, con escasa fama. Luego ingresó al bar erótico y como extra también era acompañante de citas en "Latidos Únicos". Se estaba haciendo rica en poco tiempo.

Ingresé a ver su show, mientras la esperaba bebiendo algo fuerte en la barra. Estaba lleno de tipos morbosos, infieles y algunos incluso me reconocieron y hasta me preguntaron cuando actuaba yo. De hecho, supieron quién era yo, aún con mis lentes y mí pequeño sombrero. Tenía sentido, hasta hacía poco yo aún bailaba en el caño, solo que para mí, había pasado toda una vida.

"Jenny" terminó su show como lo hacía usualmente, completamente sin ropa, ante los gritos y la euforia de sus fans masculinos. La cantidad de billetes que arrojaron al escenario era tal que ella demoró muchos minutos en recogerlos. Algunos tenían anotados números de teléfonos, también le arrojaban peluches, entre otras cosas más exóticas.

— Hola cariño, es bueno verte. Hace mucho que no te cruzo en "Latidos" — me dijo luego de que nos encontramos en la parte de atrás del bar erótico. Un viejo en un auto importado la esperaba mientras fumaba un habano.

— Si lo sé, estoy evitando a Óscar. No quiero volver a caer en sus garras — le comenté avergonzada. Ella sabía mí historia con él, ya que también lo había sufrido como su amante

— Entonces, ¿Vienes por lo que yo imagino cariño? O ¿Quieres salir de copas a buscar dos jovencitos inocentes para comerlos? Mí nuevo amigovio de 69 años puede llevarnos ja,ja — me comentó divertida, tenía ojeras, tal vez no había dormido en mucho tiempo. Típico de ella. . .

— No, quiero que me vendas 4 gramos de polvo blanco Jennyfer.

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Comments

Yasmin Pena Nava

Yasmin Pena Nava

Wuaooo que chica en tan poco tiempo de vida a hecho de todo 😳🙄

2024-04-30

1

maggi

maggi

empezando

2023-10-07

2

*Mairu Yu*

*Mairu Yu*

desleal, todo por el vicio

2023-09-17

0

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