Joel 6

Al otro día de mí visita a la agencia de citas, Cleopatra misma me llamó para acordar los detalles de mí nueva sesión de masajes con Milagros. Está vez, sonaba mucho más sobria. Al parecer, el día que yo fui a "Latidos Únicos", ella había tenido un mal día. Claro que eso no la exime del momento incómodo que me hizo pasar. De hecho, ella misma me pidió disculpas. Lo extraño fue la aclaración que me hizo sobre el final.

— Señor Joel, habla Cleopatra

— Hola, sí. Buenos días, Cleopatra. ¿Hay novedades sobre Milagros?

— Claro que si. Siempre logramos que los clientes se sientan plenos y satisfechos. Ella lo puede recibir hoy a las 14 horas. ¿Puedes en ese horario?

— ¿Hoy Domingo? Sí, puedo. Dígale que sí

— Bien Joel, ahora mismo la llamo y le confirmo su visita. También quisiera aprovechar para pedirle disculpas si me he comportado en forma inapropiada ayer

— Oh, no se preocupe. Está bien — le mentí para que me dejara en paz. ¡Solo pensaba feliz en que había logrado contactar a Milagros!

— No sea modesto. Estuve muy mal Joel. Suelo tomar de más cuando. . . bueno, a usted no le interesa lo que acontece en mí relación — continuó

— . . . .

— En fin, que disfrute de los masajes de hoy. ¡Ah, una última aclaración señor Joel! — me dijo en un tono de voz ligeramente diferente. Algo más asquerosa diría yo

— Sí, ¿De qué se trata?

— Está totalmente prohibido involucrarse con las acompañantes de citas. En este caso con su masajista Milagros, ella no deja de ser una acompañante. Por favor, no ponga en riesgo el trabajo de las chicas

'¡Qué hipocresía que tiene esta mujer!. Ah claro, pero ella tiene derecho a acosarme porque se peleó con su marido, amante o lo que sea. Y por estar borracha' — pensé con amargura. Finalmente decidí morderme la lengua.

— Le agradezco la aclaración Cleopatra. ¿Algo más? — le dije con el tono de alguien que está harto de escucharla. Para mí sorpresa, sí dijo algo más y cortó

— Sí. Cuando quieras ser acompañante, aquí tienes un lugar vacante Joel, de verdad creo que tienes potencial, adiós — afirmó la confianzuda.

¡Qué maldita mujer! Era evidente que estaba acostumbrada a obtener siempre lo que deseaba y yo debía ser su capricho de la semana. '¿Cómo soporta Mili trabajar para alguien así? Ella demostró ser altamente sensible. Y Cleopatra parecía todo lo contrario. Una mujer sin corazón ni empatía' — pensé con amargura.

Pero, para ser sincero, también pensé un poco en el mundo de los acompañantes, ¿Cómo sería realmente trabajar en eso? Quizás cada cita fuera única y también se conocía a muchas personas de ese modo. Había una cierta curiosidad por saber cómo sería mí vida en ese ambiente. Todo por culpa de la insistencia de Cleopatra.

Por otro lado, lo malo es que hay muchas personas malas en el mundo y yo lo sabía mejor que nadie. Las posibilidades de que alguien se aprovechara de un acompañante, incluso uno masculino, seguro eran elevadas. No soportaba la idea de que mí nueva amiga, Milagros hubiera pasado por una situación así de fea.

En fin, a pesar del mal trago que significó hablar con Cleopatra nuevamente, me sentí feliz porque iba a volver a ver a Milagros. Seguí ejercitando mí cuerpo, me sentía más vivo que nunca. Unas flexiones de brazos y abdominales me dejaron exhausto, pero satisfecho.

Al mediodía decidí almorzar una ensalada con un poco de pechuga y huevos. Las proteínas eran necesarias para seguir incrementando mis músculos. Cuando tenía 17 años yo era mucho más delgado, no podía lograr masa muscular. Pero con 21 años y mucho esfuerzo había logrado modificar mí cuerpo en gran medida.

A las 14 hrs en punto estuve en la puerta del departamento de Milagros. Yo recordaba la dirección, sin embargo me preocupó que no me habían dado una contraseña esta vez. Mis temores fueron infundados, ya que el hombre de seguridad me dejó pasar.

— Adelante señor Joel, Milagros lo está esperando — me dijo con cordialidad.

Ya no estaba nervioso como la primera vez. Al subir por el ascensor pensaba en el bonito rostro de la masajista. ¿No sería fantástico darle un beso en los labios? Al parecer alguien ya había tratado de hacerlo, ¿Por eso era la advertencia de Cleopatra de no involucrarme de más con mí acompañante?

Sea como fuere, Mili ya había provocado un cambio en mí vida y lo increíble es que en ese momento recién estaban comenzando.

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