LA RAZÓN POR LA QUE PREFIERO A TU PRIMA

Tan solo dos meses, ocho semanas para ser exactos, fue el tiempo que tuvo que pasar que el infierno en la tierra se le desatara a la joven princesa Luna Freya.

Anhelaba en su corazón que el príncipe que conoció de niña y que había amado desde entonces, siendo que la vida le permitía estar con el cómo su concubina, le permitiera al menos vivir una vida un tanto llena de calma; sin embargo, todas sus ilusiones se fueron a la basura.

—¡Estúpida!—gritó el príncipe dándole una cachetada a su prometida.

La joven mujer, cuyo rostro era cubierto por su cabello, lloraba sin cesar, cubierta solo por una sabana, en el piso, mientras se sobaba su lastimada mejilla.

—¡No solo tuve que comprometerme con una prometida tan fea como tú!—dijo tomándola del cabello—sino que tuve que hacerte mía.

Con asco, al ver la mancha de sangre en su cama, que presenciaba que le había arrebatado la virginidad a su prometida a concubina, obligó que esta se viera directo al espejo.

—Espero que estés viendo bien la razón por la que prefiero a tu prima en vez de a ti—exclamó Aqua—¡Jamás estaría con un monstruo que tiene la mitad de la cara quemada y solo tiene un ojo!

Tras volverla a tirar al piso, la nieta de la reina del vecino país se arrinconó contra la esquina de una pared. Ya estaba acostumbrada a los desprecios de quién sería su futuro esposo desde que pisó tierras extranjeras, pero no le dolería tanto como saber que su bella prima era la dueña del corazón del hombre que amó en su niñez.

—¡Para el colmo mi padre nos vio!—gritó golpeando la pared cercana a la princesa.

El heredero a la corona, quien tenía la esperanza que su padre decidiera anular su compromiso, vio como su progenitor fue el encargado de despertarlo y ver tal escena.

Todas la ilusiones de luchar por Katherine, para que solo ella se casara con él y más nadie, así como de ser libre de un monstruo horrendo como Luna Freya, fueron borradas de manera inmediata.

—¿Cómo fue que me sedujiste, zorra?—preguntó colérico pateando a su prometida.

—¡No lo sé!—se defendió muerta del miedo—solo recuerdo desmayarme después de que salí del banquete con el emperador.

Aqua asintió ante aquello, algo parecido recordaba él, solo que él sintió un gran deseo de poseer a la mujer que estaba en su cama.

—Iré a bañarme para quitarme tu porquería—dijo antes de entrar al baño—espero no volverte a ver, es más, ¡Desaparece de mi vida!

Dicho eso, dejó sola y al borde del llanto a la princesa, sin más que hacer, se puso su ropa como pudo y se dirigió al cuarto que le habían dado una vez llegó al palacio imperial.

—¿Qué pasó?—preguntó sarcástica su prima—¿El monstruo no disfrutó su primera noche?

Dicho eso, aprovechando el desconcierto de la joven al verla entrar y verla esperándola, le tiró té caliente en la cicatriz de su rostro.

—¿Qué quieres, Katherine?—preguntó.

Siempre había envidiado la belleza y elegancia de su prima, pero la vida había sido tan injusta que ni permitió que se pareciera a ella.

El único rasgo que compartían, era el bello cabello rosado anaranjado que habían heredado de su abuela.

—Ofrecerte una salvación—respondió sentándose de nuevo—te daré tanto dinero como quieras, a cambio de que desaparezcas. Puedo hacer que mueras e inicies una vida.

—¿Tanto me odias?—preguntó débil.

No podía entender que mal le hacía a los demás su discapacidad, que ella compensaba siendo una mujer buena y callada.

—Porque eres alguien que no debió haber existido—respondió escupiendo sus pies—liberaré a este imperio de tener una concubina tan fea y te daré un nuevo inicio, ¿No está tan mal el trato, cierto?

Por varios minutos se quedó en pie, observando la cara perversa, pero hermosa como un ángel de su prima, ¿Qué más podía perder?

—Acepto—fue su única palabra.

Después de varios días de organización, Katherine no solo le dio dinero suficiente a ella para desaparecer, sino que también la sacó para siempre de los territorios del imperio. Esperaba no volver a verla, solo podía existir una mujer en el corazón de Aqua y esa era ella.

Ciudad de Lux, antigua capital imperial de Azuri, febrero del año 1549.

Tras despertarse un poco exaltada debido a viejas pesadillas, se levantó de la cama empapada de sudor y acariciando un poco su vientre se dispuso a comenzar su día de trabajo.

Desde que había quedado en embarazo, sentía todos los días una enorme necesidad de dormir hasta más no poder, y si bien con el dinero que había recibido podía hacerlo, si se quedaba quieta tanto tiempo pensaría en el hombre que amó y como le había roto el corazón.

—¡Mamá va a trabajar!—dijo Freya acariciando su vientre.

Luego de confirmar que en efecto ya era de día, entró al baño para comenzar a asearse; sin embargo, lo que vio frente suyo, le borró la falsa sonrisa que se forzaba a dar para autoconvencerse de que todo estaría bien.

—Con razón no mereces que Aqua te ame—se dijo en voz alta al verse frente al espejo del baño—ni siquiera tu cabello puede disimular tu fealdad.

Quiso llorar al recordar todo lo que su antiguo prometido le había dicho; sin embargo, de inmediato se dio pequeños golpes en sus mejillas regañándose por su actitud.

—Mamá ya no está sola—dijo acariciando de nuevo su vientre—mamá te espera con ansias, ¿Podrás amarme aun siendo fea, mi bebé?

Con una sonrisa preparó una tina de agua tibia y se dispuso a quitarse la pijama, pensando en la vida que había dejado atrás. Oficialmente estaba desaparecida hacía seis meses, en una expedición a un barrio marginal de la ciudad, donde estaba haciendo obras de caridad con su prima.

Aunque sabía que aquello dañaría a su abuela, la reina, era mejor desaparecer de las vidas de los demás y no ser una carga.

Por suerte su prima había cumplido con su parte del trato. Aunque no sabía del todo porque ella había sido tan amable como para ayudarla, siendo que la odiaba, e inclusive podía haberla mandado a asesinar, pero por ahora estaba cómoda en un mejor lugar que el palacio imperial.

Con el dinero había logrado comprar un local y poner una pastelería con el nombre y la temática de su cuento favorito de niña “El país de las maravillas". Al estar ubicada cerca de universidades, clínicas, guarderías y demás centros de trabajo, poco a poco incrementaba sus clientes, por lo que iba ganando cierta pequeña fama en el sector.

Una vez estuvo aseada, comenzó a maquillarse para ocultar su cicatriz y con un antifaz de plumas, ocultaba su ojo tuerto. Su uniforme de trabajo consistía en un vestido floreado, con volantes y un listón en la parte de atrás. Unas botas moradas y con plumas, así como un sombrero loco.

Aquella imagen era una parte primordial del encanto de su negocio, el cual llamaba la atención a los niños por parecerse a un cuento de hadas y a los jóvenes estudiantes por lo excéntrico de la situación.

—¡A trabajar!—dijo con una sonrisa antes de bajar al primer piso.

Asegurándose de que faltaba poco para las seis, comenzó a abrir su negocio y colocar las mesas tanto del exterior como del interior. Si bien era un poco complicado debido a su embarazo, el imaginarse a su bebé corriendo de arriba a abajo en su lugar seguro la llenaba de mucha ilusión.

Más populares

Comments

Viviana Florentin

Viviana Florentin

me perdí 🤨 en la otra novela eran dos hermanos y ella no era la prometida del principe Aqua🤔🤔 está es la continuación o es otra diferente con la misma protagonista 🤔🤔???

2023-11-20

0

Ivon Caraballo

Ivon Caraballo

pobrecita...no me gustó la actitud de Aqua puede ser que esté molesto pero maltratarla y golpearla? muy ruin

2023-09-03

1

Juliet

Juliet

Ella será la esposa de Maximiliano?

2023-08-29

1

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play