LA ANCIANA ESPOSA DEL MÉDICO REENCARNADO

LA ANCIANA ESPOSA DEL MÉDICO REENCARNADO

LA MUERTE DE MAXIMILIANO ROSFIELD

El gran imperio de Azuri, temido por todos gracias a su cruel emperador, Abelardo I, por primera vez estaba perdiendo fuerzas. Los aliados, constituidos por casi todos los países y reinos del hemisferio occidental, y algunos del oriental, estaban cada vez más cerca de reducir a cenizas al emperador.

Abelardo I, aun confiado de que podía ganar, seguía manteniendo sus fuerzas en las fronteras de los terrenos que aun le quedaban, entre las tierras que se encontraban estaban las de la antigua nación de Karmin.

Karmin, siendo la primera república constituida en el continente, terminó siendo invadida décadas atrás debido a que en dicha nación solo nacían los curanderos mágicos en todo el hemisferio occidental. Fue en ese terreno que el duque Dante, con su exesposa, Giselle, darían la bienvenida al hijo mayor de estos: Maximiliano Rosfield.

Siendo el único miembro del ducado en nacer en Karmin, su raíz mágica fue escogida para albergar el poder de la curación. Por consiguiente, era de los pocos que se podía considerar un azuriano "pura sangre" con un poder que solo tierras ajenas al imperio daba.

Como primogénito del duque Dante Rosfield, estaba destinado a tomar el liderazgo del ducado de Nova Verona, así continuar con todo lo que este dejó mientras él al final podía concentrarse de lleno en la guerra. Una guerra que, si bien la balanza se estaba colocando a su favor, había matado millones de vidas inocentes y seguía amenazando con cobrar muchas más.

No obstante, jamás pensó que su vida llegaría a su fin una fatídica tarde regresando a casa en caballo con su padre, luego de visitarlo en el batallón. Fuerzas pro Abelardo los habían interceptado atacándolos no solo con flechas incendiarias, sino también soltando a los corruptos: seres parecidos a minotauros, nacidos de los corazones corruptos de magos torturados.

Habían aprovechado que los dos estaban sin protección y que habían salido sin usar un carruaje, con el fin de poder atacarlos de manera sorpresiva.

Sin poder hacer más nada, ya que los desgraciados habían soltado a más de quince corruptos, antes de que uno de estos empalara a su padre con sus garras, logró aventarlo por un precipicio con el fin de salvarlo; sin embargo, aquello no solo le costó recibir el golpe por el sino que terminaría muriendo de manera inmediata.

Ahora su alma, fuera de su cuerpo, observaba con asco, pero con tranquilidad, como los seres parecidos a minotauros devoraban lo que una vez fue. Al menos, su muerte sirvió para salvar la vida del hombre que tanto quiso.

—Quién diría que terminarías haciendo lo mismo que una vez tu padre hizo—la voz de una mujer desconocida sonó a sus espaldas.

Al girar su cabeza, ignorando por un momento la imagen sangrienta frente de él, pudo observar que una mujer de cabellos rubios con las puntas rosadas, piel blanca y ojos rosas estaba hablándole.

—¿Quién eres?—preguntó receloso—¿A qué te refieres con eso?

—Bueno, no es necesario que lo sepas ahora—respondió con una sonrisa—y con respecto a quién soy, tú ya me conoces, solo que no nos veíamos desde niños. Soy Rosabell Green.

No fue sino hasta que una brisa trajo consigo una suave aroma de rosas, proveniente de ella, que enseguida la reconoció. Aquella mujer se trataba de la hija del duque Henry Green, uno de los aliados de su padre.

—Tiempo sin vernos, de verdad no te reconocí—dijo recordando su niñez con ella—pero, si yo estoy muerto y ahora mismo te puedo hablar, sin que los corruptos te ataquen, ¿Tú también estás muerta?

Rosabell de inmediato negó con la cabeza, sintiendo mucha lástima por Maximiliano. Su situación era distinta a la de él, lastimosamente nada se podía hacer.

—No, no lo estoy—dijo extendiendo su mano, formando un círculo mágico que abrió un portal—vengo por parte del Gran Padre para darte una nueva oportunidad.

Maximiliano enseguida frunció el ceño ante aquellas misteriosas palabras. Más allá sobre el cómo ella podía estar hablándole, apenas cruzó el umbral para poder seguirla, sintió algo extraño emanar de su cuerpo. Sin embargo, una luz cegadora distrajo sus pensamientos.

—Ya puedes abrir tus ojos—dijo Rosabell.

Poco a poco comenzó a abrirlos hasta darse cuenta de que se encontraba en una enorme ciudadela plateada, la cual se encontraba en el espacio exterior, donde no solo se podía ver la luna sino también el planeta donde él había nacido.

—¿Qué es este lugar?—preguntó anonadado.

—¿Recuerdas que pasó con los sobrevivientes karminenses antes de que Azuri invadiera Karmin?—preguntó mientras lo guiaba por las empedradas calles.

—Sé que el gran padre envío a ellos un arca que los salvó del desastre—respondió.

Rosabell asintió ante aquella respuesta, ya que era tal cual lo que había pasado. Antes de que el emperador hubiera invadido por completo Karmin, permitió que los sobrevivientes huyeran mediante un arca que los reubicó en la luna.

—En ese entonces hubo dos arcas encargadas de la evacuación—habló mientras entraban en lo que parecía ser el edificio central de la torre—la primera encargada de los sobrevivientes y la segunda encargada de la seguridad de la primera. Actualmente estamos en la segunda arca.

Fue en la zona más alta que pudo ver como una especie de sala de control, muy parecida a las navieras, donde se veían pantallas que mostraban todo lo que estaba ocurriendo en ambos mundos y en el centro del lugar, un portal el cual era la entrada a una extraña dimensión en la que se ubicaban portales iguales.

El Gran Padre, dios creador de todos los dioses, era una entidad misteriosa, muy pocos habían logrado verlo en persona; sin embargo, ¿Por qué quería darle él una segunda oportunidad?

—Maximiliano, eres una existencia extraña y única a la vez—habló Rosabell—hijo de padres azurianos, nacido en Karmin, de los pocos capaces de usar el don de la curación mágica. El Gran Padre te ha escogido para que seas aquel que en representación de la sangre azuriana, ayude a aquellos que han sufrido a causa de esta.

—¿Quiere que use mi don para ayudar a las víctimas de la guerra?—preguntó desconcertado—pero no soy tan bueno, sé usarlo hasta cierto punto; sin embargo, toda mi vida me he entrenado para ser el siguiente duque de Nova Verona.

—Por eso se te devolverá diez años en el pasado, cuando debiste tomar la decisión si continuar con el entrenamiento o hacer otra cosa—dijo Rosabell—deberás dejar atrás tu rol como sucesor de tu padre y ser un médico, para crear así un sistema que pueda ayudar a salvar las vidas de aquellos que sufren por la guerra, ¿Estarás dispuesto a abandonar así tu derecho de sucesión?

Maximiliano de inmediato tambaleó por la sorpresa. En realidad, era fácil escoger sobre cuál opción se iría; sin embargo, era como dejar atrás todo lo que una vez fue, era como desprenderse de todo lo que una vez poseyó. El sentimiento de vacío era grande, pero debía hacerle frente, no solo por el sino por el bien de su familia y su padre.

—Acepto—fue lo único que respondió con amargura.

Rosabell asintió con una sonrisa, pero comprensiva, ya que podía sentir lo que estaba pasando en el interior de Maximiliano. Indicándole que entrara al portal, le explicó que un hilo rojo lo conectaría al portal correcto que lo llevaría de nuevo al pasado, devolviéndole así la vida.

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Comments

Linupe

Linupe

la hija de Henry, la que tenía la maldición, algo en los ojos que le daba ceguera?

2023-10-24

2

SandraPRN

SandraPRN

Muy buen comienzo 😊 Gracias autora 🤗

2023-08-29

1

SandraPRN

SandraPRN

😯😯😯😯😯😯😯😯😯

2023-08-29

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