En la vida de Sarah la esperanza parecía desvanecerse. El tiempo pasaba y su vida se resumía en trabajar largas horas, dormir poco, obedecer y callar. Solo tenía un poco de contacto humano en la tienda pero su abuela no la dejaba entablar conversaciones. Solamente respondía cuando alguien le preguntaba algo directamente. En calle todos la miraban de forma extraña y ni siquiera los impertinentes chiquillos volvieron a acercarse a ella. Sarah veía curiosidad en los ojos de los transeúntes pero también veía miedo y no lograba comprender la razón ¿Verdaderamente pensaban que estaba loca? Ella le había preguntado a su abuela en varias ocasiones al respecto y ella lo había negado tajantemente.
Un día mientras su abuela hablaba con la clientela en la tienda llegó el cartero. Como Adele estaba ocupada le dijo a Sarah que recibiera la correspondencia. Adele no se imaginaba que esta simple distracción por su parte le traería molestias. El cartero era guapo y joven y de manera inmediata se sintió atraído por Sarah. El joven no era del lugar así que no estaba al tanto de los rumores acerca de Sarah. A partir de ese día, el joven, que se llamaba Bruno Chaumet comenzó a espiar la tienda en sus ratos libres y pronto pudo precisar los días y las horas en las cuales Sarah salía para realizar algunas compras.
El joven era muy decidido y se acercó a ella sin pensarlo dos veces. Sarah no se sentía bien y por ello no quiso conversar con el joven. Respondió a su saludo pero siguió caminando. El joven era insistente y en varias ocasiones intentó hablar con ella. Sarah estaba decepcionada, antes ya se había ilusionado en vano. Aunque el joven era agradable no quería volver a pasar por lo mismo. No quería sufrir. Estaba traumatizada.
A pesar de la reticencia de Sarah el joven insistió y llegaron conversar varias veces. A ella le agradó su forma de ser y él estaba encantado con ella. Algunas personas intentaron disuadirlo, le dijeron que no debía cortejar a la joven y le contaron sobre su su supuesta locura pero él ignoró todas los chismes y las habladurías.
-Eres muy bonita, Sarah.Me gustaría casarme contigo-le dijo Bruno
Pero, Sarah no dijo nada, por sus experiencias pasadas tenía desconfianza y no quería ilusionarse.
Un día sin avisarle nada a Sarah, Bruno decidió ir a hablar con Adele Balzac.
Fue un golpe inesperado para Adele. No pensó que ningún otro joven se acercaría a Sarah después de lo que ella misma se había encargado de decir de ella y de su condición mental.
-Sra Balzac, estoy aquí para pedirle formalmente la mano de Sarah-dijo el joven que se caracterizaba por ser muy osado.
Adele casi se desmaya al escuchar al joven ¿pedir la mano de Sarah? ¿en qué momento se habían conocido? ¿acaso no sabía que Sarah no era una joven apta para casarse?
-Ya veo que usted es un joven desorientado y atrevido ¿Cómo se atreve a pedir la mano de mi nieta que está enferma?-dijo Adele indignada.
-¿Su nieta está enferma?-preguntó el joven con curiosidad.
-Ella sufre de una compleja enfermedad mental. No puede casarse. Estará bajo mi cuidado hasta el fin de mis días. Le pido que se vaya de mi casa y deje de importunar a mi nieta-dijo Adele
-¿Enfermedad mental? Pero yo la veo muy bien. Hemos hablado y no percibo nada anormal en ella. Y si de verdad estuviera tan enferma me gustaría consultar a un doctor, estoy dispuesto a ayudarla en lo que sea-dijo Bruno con entusiasmo.
Adele no se esperaba semejante giro en la historia. A este hombre parecía no importarle la supuesta enfermedad mental de Sarah. Además, estaba pidiendo su mano de una forma muy directa. Adele sintió que la situación se le salía de las manos y se puso muy nerviosa.
-Ya le dije que ella está enferma. Ya la han visto muchos doctores. Si de verdad la aprecia, alejese de ella-dijo Adele impaciente.
-Me gustaría verla y hablar con ella-dijo Bruno mirando en dirección a la entrada de la casa.
-¡No! Vayáse ahora mismo o gritaré. Diré que usted está perturbando la paz de mi casa-dijo Adele furiosa.
Bruno dudó. Una parte de él quería entrar a la casa a la fuerza para hablar con Sarah pero por otro lado, tenía poco tiempo en la ciudad y en su empleo. No quería formar un alboroto.
Bruno se fue pero no quedó satisfecho con la explicación que le había dado la señora. Algo en su conducta parecía sospechoso. Además, él no veía en Sarah ningún indicio de perturbación mental. Él quería casarse y tener una compañera de vida y Sarah había hecho latir su corazón. Como era muy impulsivo e impaciente creía que lo mejor era hacer lo que su corazón le dictaba. Por lo que había visto de Sarah, era una joven trabajadora, sencilla y muy bonita. Era exactamente lo que buscaba pero su abuela...algo escondía la extraña señora. Esperaría encontrarse con Sarah para hablar con ella al respecto. Si ella lo aceptaba como esposo se casarían sin tomar en cuenta el consentimiento de su abuela.
Adele Balzac entró en un estado de nervios incontrolable. No sabía qué hacer. Tenía que hallar una solución, pero no se le ocurría nada. Estaba furiosa de que Sarah se haya estado viendo a escondidas con este joven tan inoportuno y osado. Después de todo Sarah era hija de Rose y parece que en la sangre llevaban la falta de decoro. Este joven parecía ser más insistente, así que tendría que tomar medidas drásticas.
Al día siguiente salió temprano y habló con un oficial. Le dijo que un joven recién llegado al pueblo estaba molestando a su nieta, a su pobre nieta enferma. Luego el oficial la acompañó hasta el sitio de trabajo de Bruno donde le explicaron la situación a su superior. Adele fue muy convincente.
-Todos conocen la condición mental de mi nieta. Este joven procaz solo desea aprovecharse de ella valiéndose de su debilidad¡Estoy tan angustiada!-dijo Adele ante el oficial
-Calmese, señora. Se tomaran medidas-dijo el oficial
El superior de Bruno decidió despedirlo. Cuando regresó de su turno se encontró con la desagradable sorpresa. Fue despedido sin ninguna explicación.
Adele Balzac no perdió el tiempo.
-Oficial, soy una mujer mayor y sola, cuido a mi nieta lo mejor que puedo pero si este joven sigue en esta ciudad no podré estar tranquila-dijo Adele consternada.
-No se preocupe, señora Balzac. Deje todo en manos de la ley. Usted podrá estar tranquila, ese joven jamás volverá a molestar a su nieta-dijo el oficial.
-Gracias oficial, Dios se lo recompensará-dijo Adele Balzac clamando al cielo.
A Sarah le había parecido extraño que su abuela hubiese salido por tanto tiempo. Al regresar comenzó a quejarse.
-Me duele la cabeza, Sarah. Creo que estoy resfriada. Hoy no se abrirá la tienda-dijo Adele Balzac fingiendo estar enferma.
Adele Balzac no abrió su tienda en una semana. Fingió estar enferma e hizo que Sarah solo se dedicará a atenderla.
-Abuela, creo que debes ver a un médico. Has estado enferma por muchos días-dijo Sarah.
-No, solo necesito reposar por varios días. Estaré mejor después-dijo Adele Balzac.
-La alacena está casi vacía. Tal vez deba salir a comprar algo-dijo Sarah.
-¡No! Todavía hay qué comer. Irás cuando yo me sienta mejor-gritó Adele Balzac.
Sarah se quedó callada. No quería desatar la ira de su abuela.
En ese momento alguien tocó a la puerta. Adele se levantó de la cama y no dejó que Sarah abriera la puerta.
Era el oficial.
Adele lo recibió. Y Sarah se sorprendió al ver un oficial en la casa.
-Señora Balzac, ya puede estar tranquila. Ya nos encargamos del asunto que le preocupaba. Su nieta y usted pueden caminar con seguridad por esta ciudad-dijo el oficial.
Sarah escucho lo que dijo el oficial pero no entendió nada ¿A qué asunto se refería?
Adele Balzac se despidió del oficial. Había vencido una vez más. Bruno Chaumet había sido persuadido a abandonar la ciudad inmediatamente.
-Creo que ya me siento mejor- dijo Adele ante la mirada confusa y asombrosa de Sarah
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Comments
Anonymous aless
está vieja desgraciada es peor de lo que uno piensa, hasta donde llega la maldad de Adele, no quiere que la gallina de los huevos de oro se le valla
2024-03-27
1
Fanny mend
Adele,Angeline y gerard,son una porquería de seres humanos que solo han vivido jodiendole la vida a sus hijos 😡😡🤮
2024-01-13
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Lorena Larios
estás señoras son iguales de manipuladoras
2024-01-09
0